O7 ; life
life
No importa. En verdad no lo hace, Billy había notado algo diferente en Steve, su Steve, no lo habiacomentado a nadie, ni siquiera a su psiquiatra quien le había recomendado debes rodearte de gente que te haga sentir bien, había dicho aquella reliquia de señora, le había regalado una tierna sonrisa mientras Billy sabía (sabe) que Steve le hace mejor bien que cualquier persona, es un buen mentiroso.
Aquello había sido imprevisto, sin embargo, no ha olvidado el día de ayer, Steve había llegado con él a su lugar secreto, era de tarde, el sol cae sobre sus ojos, los rayos del sol iluminan a Steve, su cabello se ve ligeramente más rojizo y Billy se pregunta si Steve, su Steve lo hace apropósito, verse tan bonito aun cuando hay tristeza en él.
Billy puede ver que su Steve no está bien. Muy a pesar de tener aquel rostro con una sonrisa en él, tan deslumbrante como su personalidad, tan hermosa como Steve mismo, sus bellos orbes chocolates no tienen ese brillo, no tienen esa intensidad que lo han cuautivadocomo aquellos días de playa con su madre, calidos y llenos de paz.
Steve se ve vulnerable como su madre.
Steve tiene un adorno en su rostro. Es enorme morado y sus lindas mejillas que solían ser tan rosas como un durazno, ahora son de un feo color verde con morado, adornan ambas mejillas y sus carnosos labios rosas son negros de sangre seca. Se acerca con nerviosismo, tiene miedo, un miedo que lo carcome que algo más pudiera haberle pasado a Steve, Steve no merece eso, piensa Billy.
Billy posa su mano en la mejilla de su princesa, está caliente, el golpe es reciente y es entonces cuando la ira se acumula, puede ver el corte en el labio de Steve, es largo y se pregunta ¿cómo es que estando herido Steve puede verse igual de bonito? Siente una enorme presión en el pecho, ¿quién pudo hacerle eso? Steve no sólo es especial, Steve es perfecto.
—Estoy bien, Billy.
Steve miente. Billy lo sabe. El aliento de Steve choca contra los labios de Billy, y Billy siente ira, enojo y frustración. La ola llega como nunca lo ha hecho, quien puede ser un hijo de puta que le haga eso, qué hay de malo en el mundo. Steve es el brillo de sus ojos, la razón por la que él está ahí vivo, apreciando los pequeños detalles de la vida que Steve le ha enseñado. Que ha aprendido a disfrutar, a amar.
—Fue tu padre ¿verdad?
Steve hace un ligero mojin. Su mano aún está en la mejilla de su princesa, sintiendo esa corriente eléctrica y ese enorme calor en su pecho, Steve está indefenso y eso no le gusta a Bily.
Billy quiere ir a partirle la cara al padre de Steve.
—No lo hagas, no eres igual a él, eres mejor que eso Billy. Eres mucho mejor persona.
Billy ahora le mira directamente a los ojos. Los autos pasan viendo la escena y a Billy poco le importa que vean a dos hombres tan cerca, sintiéndose el uno al otro. Por un segundo, Steve entrelaza su mano con la de Billy, un segundo que parece una eternidad y es como si sus manos se conociesen de toda una vida e incluso más. Steve acaricia su mano con el pulgar, dándole confort cuando Steve debería ser quien lo requiere.
—No soy mejor—susurra Billy, cierra los ojos percibiendo el calor del atardecer, o es Steve. No está seguro.
—Lo eres.
Billy abre los ojos. Y ahí está Steve Harrington con una recién paliza, ojo morado, labio roto y esos ojos ¡Carajo! Esos ojos tan brillantes y llenos de cariño que siente asfixiarse en ellos. Le mira como si fuera la única maravilla frente a él, le mira tan sublime, que piensa que es un sueño. Y es entonces que comprende.
Steve, su Steve tiene razón. Puede ser mejor persona pero, lo que no sabe Steve es que Billy Hargrove es mejor por él. Gracias a él.
Sí, se repite cada día. Puedo ser mejor.
Espero les haya gustado.
Lamento la tardanzac:
Amo el harringrove.
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