➤ᴛᴏɢᴇᴛʜᴇʀ ꜰᴏʀᴇᴠᴇʀ
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¿Puedes... Convertirme en alguien como tú?
Su mente quedó en blanco al escuchar aquellas palabras. Vaya que lo tomó por sorpresa.
Hubo un silencio profundo en el lugar, el demonio intentaba procesar rápidamente aquella petición de su novio, quien se extrañó al no recibir ningún tipo de respuesta por parte del rubio. Ante esto, creyó que le había pedido algo ridículo, por lo que decidió enmendar su error.
—Solo fue una pregunta, Bill. —el mencionado reaccionó y volteó a verlo. —No te lo tomes en serio.
—No, no, no digas eso. Pero, ¿a qué vino esa pregunta? —dudó.
—No es nada importante, es solo algo que estuve pensando constantemente desde que supe que eras tú. —aclaró mientras se rascaba la nuca por pena. —Simplemente, viendo todo lo que puedes hacer, de la nada reflexioné en cómo sería mi vida, si tuviera algo de eso, digo, la cantidad de aventuras que tendríamos juntos, los mundos que conoceríamos y muchas cosas más…
—¿Y... De verdad quieres ser así? —preguntó.
—Yo… —titubeó.
—Dipper… —tomó con suavidad ambas manos de su chico. —… Si puedo convertirte, y sé que sería increíble vivir todas esas aventuras juntos, pero eso implicaría muchas cosas…
—Lo sé, he pensado en las consecuencias muchas veces, sé que sería un gran cambio y- —Bill interrumpió.
—Son muchas cosas que podrían pasar; al convertirte en una criatura como yo, prácticamente serias inmortal y tendrías una cantidad de poder inigualable, pero eso no podría resultar bien, podrías perder la cabeza y descontrolarte fácilmente, y sin mencionar que verías a todas las personas que te importan irse… No soportaría verte triste por ello… —explicaba de forma nerviosa.
—También deberías pensar en el lado positivo de eso. —se soltó del agarre del Bill y llevó sus manos a las mejillas de este, acunando su rostro entre ellas. —Estaríamos juntos toda la vida, ¿no quieres eso? Hace poco me dijiste que me ibas a vigilar para que nadie se me acercara. —bromeó, el rubio bufó.
—Hay miles de maneras para que estemos juntos, Dipp.
—Sí, pero aunque retrases mi muerte una y otra vez, llegará un punto en el que ya ni siquiera tú podrás seguir haciendo eso. O es acaso que… ¿No quieres convertirme? —Bill estuvo callado por unos segundos.
—No es eso, créeme que me encantaría hacer eso, pero tengo miedo de que llegues a cambiar al tener semejante poder, he visto casos de personas que son convertidas y debido a tanto poder, enloquecen y jamás vuelven a ser las mismas… Y no me gustaría que eso pasara contigo porque no quiero perderte…
—Eso nunca pasará. —aseguró. —Aunque tenga todos los poderes del mundo, nunca cambiaré, eso te lo puedo garantizar. —sonrió cálidamente, se acercó al rostro preocupado de su novio y dejó un pequeño beso en su mejilla, logrando sonrojar al mayor. —Si no estás listo aún, está bien, puedo esperar. Solo te pido que no me obligues a cambiar de opinión, porque eso no pasará.
Mantuvieron el contacto visual durante unos segundos, Dipper acariciaba las mejillas del rubio con cariño, intentando animarlo, pues este permanecía con una expresión pensativa, casi como si estuviera en algún tipo de trance. Tal vez se apresuró con aquella petición, pero en el fondo, aunque fuera arriesgado, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para seguir al lado de su pareja por mucho más tiempo del que su vida humana le brindaría en un futuro, pues lo amaba, también sabía que Bill sentía lo mismo por él y que también había pensado en eso alguna vez.
De pronto, el demonio recobró sus sentidos, apartó lentamente las manos de Dipper de sus mejillas y le preguntó lo siguiente…
—¿Aún tienes el collar? —Dipper no sabía de qué hablaba. —El collar que te di cuando nos volvimos a ver, ¿lo tienes?
—Ah, sí. —se sacó el collar de su camisa. —Nunca dejé de llevarlo puesto. —confesó, Bill le sonrió.
—El dije es un amplificador mágico, también sirve como un estabilizador, será más fácil convertirte con ayuda de esto. —el castaño se emocionó al escucharlo. —Puede que te llegue a doler, pero pasará. Y… No le digas a tu tío, ya es suficiente con tener que compartirte con ese tipo. —Dipper se rio de eso último. —Una cosa más… —soltó las manos de su chico, en una de ellas sus uñas se convirtieron en filosas garras y con estas rasguñó profundamente su otra mano, justamente en donde estaban sus venas, provocando que su sangre goteara de la herida.
—¡¿Bill, qué mierda?! —gritó aterrado.
—Bébela. Mi sangre es esencial para transformarte. Hazlo. —ordenó. Dipper lentamente acercó su rostro hacia la herida del rubio, pasó su lengua por la cortada, luego se acercó más y comenzó a absorber la sangre directamente.
Bill sentía escalofríos por todo su cuerpo, pero por alguna razón no se sentían mal. Dejó que bebiera lo suficiente y después lo alejó, observó como su rostro parecía agitado, por lo que rápidamente lo atrajo y lo acomodó en su pecho. Dipper comenzaba a jadear ligeramente, la sangre había entrado rápidamente a su sistema y estaba haciendo efecto, su cuerpo también comenzaba a tiritar y con poca fuerza se aferraba al del más alto mientras lo abrazaba con fuerza.
El rubio agarró el dije del collar que traía puesto, en su mano aquel metal comenzó a derretirse por completo, dejando un polvillo espeso en su lugar, localizó el punto donde estaba su corazón y presionó la mano que contenía aquella sustancia mágica en ese lugar para que con ayuda de su magia, este se introdujera en su corazón y así finalizar el cambio.
El cuerpo del castaño dejó de temblar, quedando completamente quieto, con mucho cuidado, él inclinó la cabeza de su chico hacia atrás mientras la sostenía, Dipper se había desmayado, Bill sabía que eso era normal en esta situación. Afortunadamente, no tardó mucho tiempo en reaccionar, el castaño abrió los ojos de improviso, sus ojos brillaron en un tono azul celeste un momento, luego volvieron a la normalidad, al igual que la fuerza en su cuerpo, que se había incrementado.
Ansiosos por saber si había funcionado, Bill creó una pequeña flama azul ardiente en sus manos y se la acercó a su pareja, él extendió su mano hacia la llama e intentó tomarla, cosa que sorprendentemente funcionó; ahora la llama se había traspasado a sus manos sin haber sufrido ningún daño, y casi sin esfuerzo, Dipper logró minimizarla hasta apagarla por completo. Ambos sonrieron felizmente ante la prueba de que todo había salido bien, Bill se abalanzó sobre su novio en un fuerte, cariñoso y aliviado abrazo, las risas por parte de ambos no se hicieron esperar, los besos tampoco.
Ahora ya no había nada en el universo que lograra separarlos.
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Unos días después, el verano finalmente acabó.
Los gemelos Pines, sus tíos y sus amigos cercanos estaban en la parada del autobús esperando su transporte mientras se despedían. Mabel sostenía la mano de, ahora su novia, Pacífica, ambas llevaban sus maletas, pues la chica Nortwest decidió ir con la castaña a su escuela para pasar más tiempo juntas como una pareja oficial, además, consiguió que sus padres le consiguiera una suite en un hotel cinco estrellas para quedarse en California hasta que ellos se mudaran. Candy, Grenda, sus tíos y Soos les había sorprendido mucho cuando Mabel les había dicho sobre la noticia.
En cuanto a Bill, a los pocos segundos llegó a la parada con una maleta pequeña para disimular.
Había sido difícil ocultar la nueva versión de Dipper en los últimos días, pues le costó mucho controlar su magia al principio, lo bueno era que tenía un maestro increíble a su lado que lo ayudó con eso.
El autobús finalmente llegó, los presentes se dieron la última despedida antes de que subieran al transporte.
Los cuatro adolescentes se sentaron en parejas, Mabel y Pacífica veían una película romántica de vampiros en su celular para pasar el viaje, mientras que Bill abrazaba a Dipper, haciendo que este apoyara su cabeza en su hombro mientras conversaban mentalmente.
—«¿Sabes algo?» —preguntó el rubio.
—«¿Qué cosa?» —dudó.
—«La propuesta de hacerlo todo el día sigue en pie.» —Dipper se sonrojó y le dio un codazo a su novio, quien solamente se burló de él, ignorando las miradas raras de las otras chicas. —«¿Qué? Ahora puedes seguirme el ritmo.»
—«¡No inventes!» —reclamó. —«¡¿Pará esto accediste a convertirme?!»
—«En parte. » —confesó desvergonzado.
—«Tú de verdad no cambias, Bill.»
—«Aun así me amas.» —el castaño calló unos segundos.
—«... Sí… Sí te amo, Bill. » —dijo con un tono dulce.
—«Yo también te amo, Dipper. » —habló para después besar la frente de su chico.
Ambos tenían toda la eternidad por delante, todo lo que quisieran hacer, las miles de aventuras por vivir, muchas cosas emocionantes los esperaban en el futuro, pero lo mejor de todo era que lo compartirían juntos.
❝ We’re finally together. Forever. ❞
≫ ──•◦ FIN ◦•── ≪
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