𝑿𝑿𝑰. 𝑪𝑼𝑬𝑺𝑻𝑰𝑶𝑵 𝑫𝑬 𝑰𝑵𝑴𝑶𝑹𝑻𝑨𝑳𝑰𝑫𝑨𝑫
Lucifer estaba muy, muy, atónito por lo que sucedía, la detective lo creía el culpable de la muerte de ese infortunado... Él enloquecía por dentro, este pudo haber sido el peor día de su vida, claro salvo el día de su caída... A Lucifer poco le importaba que lo culparan de todo... Pero la opinión de Chloe le importaba mucho... Hasta que llegó Scarlett... Sin embargo ella no estaba con él, no sabía por qué se quedó sin habla, estaba confundido por su actitud...
—Por favor detective... ¿En serio no es posible qué pienses que yo maté a este patético inconforme? —Expresó Lucifer con las manos alzadas bajo las amenazas de los policías.
—Lo que yo piense no es importante —respondió Chloe.
Dicha respuesta dejó pensativo al Diablo...
—Es lo único que importa, detective —asintió Lucifer, su expresión connotaba decepción, angustia.
—Pon las manos detrás de tu cabeza y ríndete —Decker dijo.
Lucifer no podía estar más que nervioso, sin duda una mezcla de sentimientos presenció en dicho momento, lo cual lo obligó a reírse, una risa que casi parecía un leve llanto.
—Esto no es divertido, Lucifer —habló la detective.
— ¿No lo es? —El Diablo dijo aun riéndose—. Yo creo que es la broma más grandiosa que he escuchado en toda mi vida... Y la mejor parte... es que es... SOBRE MÍ —la última frase la expresó en un tono fuerte, enfadado.
—Ven pacíficamente —Chloe bajó su arma—. Iremos a la estación.
—No —dijo seriamente Lucifer—. No iremos.
Esa respuesta hizo que la detective nuevamente le apuntara con su arma, ella no le quería disparar...
— ¿Qué estás haciendo? —Expresó ella.
—Voy a aceptar mi papel en todo esto... Todos los pecados de la humanidad, ¿son culpa del Diablo, verdad?, pensé que eras diferente... Pero me equivoqué, eres igual a los otros —Lucifer se acercó levemente hacia la detective—. Así que, ¿por qué no agregar un homicidio más al montón?
—Esto no es así Lucifer.
—VAMOS, ¿QUÉ ESTÁN ESPERANDO? ¿QUERÍAN A UN VILLANO?... PUES AQUÍ ESTÁ. UN OBSEQUIO PARA USTEDES —Lucifer caminó de un lado a otro, y los policías no le quitaban ni un ojo de encima... A él le encanta jugar con el fuego.
— ¡No camines un paso más! —Advirtió Chloe.
—Tú —él señaló a un policía temeroso—. Novato. Anímate, lléname de balas para que puedan irse a casa a ¡beber cerveza y que se sientan mejor con ustedes mismos!
—No le disparen, está desarmado —Decker defendió a su compañero.
—Eso no lo sabes —Lucifer hizo un ademán con la mano para que los policías pensaran que tenía una pistola—. ¡Tal vez tengo un arma!
— ¡LAS MANOS EN ALTO! —Amenazó aquel policía.
— ¡HAZLO! —Demandó el Diablo, ciertamente ya quería irse al infierno... Ya no quería sufrir más, sólo quería volver a casa...
«Lo lamento, Scarlett» él pensó en ella antes de partir...
Por ende, el policía le disparó a Lucifer, un estruendo inundó el club...
— ¡NOO! —Decker gritó.
Sin embargo, Lucifer ya no estaba, había desaparecido en una milésima de segundo, el Diablo dejó una pequeña ventisca, lo cual significaba una cosa...
Amenadiel salvó a su hermano, y lo llevó volando muy lejos, lo resguardó en el tejado de un gran edificio...
—No le digas a nadie que me cargaste en tus brazos como a un bebé —Lucifer dijo.
— ¿Qué es lo que querías conseguir? —Cuestionó Amenadiel.
—Una buena muerte —él sacó un cigarrillo—. O al menos una muy escandalosa. Pero tú tenías que venir y arruinarlo todo como siempre —Lucifer añadió intentando prender su cigarrillo, pero las densas gotas de lluvia lo impidieron, a lo que él bufó, ya estaba harto, muy harto—. ¿Y por qué llegaste para evitarlo? ¿No querías que alguien más me enviara al Infierno? Pues adivina qué hermano, no tienes que matarme porque yo... ya no quiero estar aquí. Ya me divertí en la Tierra, y ya no hay razón para estar aquí más tiempo... Salvo Scarlett, antes de irme quiero despedirme... Tú ganas, iré voluntariamente, por favor... Sólo... Regrésame al Infierno.
—No —habló Amenadiel con un tono muy serio.
Ante esa respuesta tan repentina, Lucifer miró con confusión a su hermano...
Mientras tanto, en otro lugar... Específicamente en el apartamento de Sariel. Scarlett aún seguía escuchando a esa tétrica voz.
« ¿Qué, pequeña tonta?, ¿Por qué estás lejos de Lucifer? ».
« ¡Cállate! » dijo Scarlett.
«Me encanta tu osadía, eso te servirá en el futuro, dier» aquella voz rio.
— ¿Te pasa algo, ángel? —Sariel preguntó preocupado—. Has estado muy rara, clavándote en tus pensamientos desde que ese humano asesino confesó sus pecados.
« ¡Atrévete a decirle a ese ángel algo sobre mí, y desatarás mi furia! » amenazó la voz.
« ¿Quién te crees? » Scarlett lo desafió.
—No estoy bien —Scarlett suspiró, sentándose en un rincón del apartamento.
— ¿Qué tienes? —Sariel se acercó a su novia, y le acarició su mejilla para calmarla. Su toque suave como el cielo hizo que Scarlett se olvidara de esa voz.
«Hola angelito, ¿me recuerdas?» Ahora aquella voz se metió en la mente de Sariel.
«Hijo de...» le respondió Sariel.
«Quieto, ángel o tu amada se asfixiará» la voz amenazó...
De repente Scarlett no sentía el aire, ella se llevó sus manos a su garganta como un acto reflejo... Pero parecía que unas manos invisibles la estaban apretando con mucha fuerza...
— ¡Ayu-yu-da! —Scarlett trató de dar una bocanada de aire, pero aquellas manos prosiguieron a apretar su agarre—. ¡S-A-R-I-E-L!
Sariel al presenciar dicha escena, ardió en furia, quería destruir al ente maligno que se apoderó del cuello de Scarlett, estrujando éste poco a poco...
Pero lo que el ángel no sabía es que aquel ser sólo estaba jugando con él... Él no pretendía matarla a ella... No por el momento...
« ¡BASTA! » Sariel gritó en su mente, mientras acercaba sus manos a Scarlett, por consiguiente las puso delicadamente en su cuello, como si tratase curarla.
— ¡APAGE A TENEBRIS! —Sariel gritó fuertemente, lo cual hizo que las ventanas de sus aposentos retumbaran por aquel enorme eco.
Y justo por arte de magia, aquella fuerza maligna dejó de asfixiar a Scarlett. Ella dio varias respiraciones profundas para componerse, y al hacerlo Sariel abrazó a Scarlett; durante dicho acto, ella no pudo evitar sacar algunas lágrimas de dolor...
— ¿Qué fue eso? —Cuestionó Scarlett, limpiándose unas lágrimas.
—Es mejor que no lo sepas —Sariel besó la frente de su novia, agradecido por detener momentáneamente a ese maleficio.
—Había una voz en mi mente... Me decía: ¿por qué no estaba con Lucifer? —Scarlett informó, para después levantarse con ayuda de Sariel, y luego ambos se aproximaron al sillón de la sala de estar—. ¿Conoces a ese ente?
— ¿Por qué él tuvo que aparecer en este momento? —Sariel dijo—. ¡¿POR QUÉ TE ATACÓ ÉL?! ¡¿POR QUÉ?! —Exclamó con impotencia para sí.
—No tengo idea —ella suspiró levemente.
—No puedo permitir que te haga daño —Sariel miró a su novia, y le dio un ligero beso en los labios—. No puedo...
¿Qué debía de hacer el ángel? ¿Advertirle a su padre? ¿Advertirle a Samael?... No tenía idea de qué hacer, el ser oscuro estaba encerrado, no podía escapar del infierno, y él no podía ir a confrontar a ese demonio o informar lo sucedido en el cielo, porque tenía miedo de dejarla sola, un solo segundo serviría para que el ser la matase... ¿Por qué él tenía interés en ella?
De pronto todas las piezas de dichos enigmas se acomodaron en la mente de Sariel... El ataque de Scarlett, las tóxicas dentro de un culto, la secta y ese raro sigilo, la voz misteriosa... Algo planeaba ese ser, algo que el ángel presintió, y no como un buen augurio.
— ¿Eso que me atacó era un demonio? —Preguntó Scarlett. Ella solamente preguntaba, estaba en shock, emociones fuertes pasaron por su ser, iguales a las que ella sintió cuando su hermano se enojaba: tristeza, enojo, terror, entre otras; sin embargo el terror es lo que poseía a Scarlett en ese momento, y por ende en las confrontaciones con su hermano mayor...
—Sí, algo así... Un ángel caído... —respondió Sariel.
— ¿Cómo se llama?
—Quisiera decirte... Pero entre más información te diga sobre él... Él más fácilmente te controlará tu mente —Sariel tomó la mano de Scarlett.
—Es muy peligroso...
—Al parecer sí, ha encontrado la forma de estar por momentos en la Tierra aun estando encerrado —Sariel miró a la nada—. Quiero ir a confrontarlo, pero no puedo, no quiero dejarte sola.
—Entonces necesitas ayuda de Lucifer —Scarlett sugirió—. Pero, él no está muy bien... Tenemos que apoyarlo.
—Tuvo un mal día —Sariel comentó.
—Y con más razón hay que ayudarlo...
— ¿Qué hay de la secta? —Por un momento al ángel se le olvidó dicho asunto de suma importancia.
—Lucifer ya me ayudó con las tóxicas, ahora me toca ayudarlo... Ahora más que otra cosa, tengo que hacerlo... —Scarlett dijo decidida.
—Ustedes dos tienen una conexión... inexplicable —sonrió Sariel. Y por lo visto no sentía celos...
—Me lo han dicho mucho, creo que sí —explicó Scarlett—. Yo tengo la necesidad de ayudarlo, y viceversa.
— ¿Cuándo estás con él... te sientes fuerte? —Sariel miró profundamente a los ojos de Scarlett, y aunque sus poderes no funcionaran con ella, sin duda esta acción la hacía para leer su alma, simbólicamente claro.
—Sí —afirmó Scarlett.
— ¿Y por ende segura?
—Pues sí, pero también me siento feliz contigo —Scarlett acarició la mejilla de Sariel.
—Igual yo... —Sariel se acercó lentamente hacia los labios de ella, Scarlett pudo sentir su respiración en sus mejillas—. Soy feliz a tu lado —él añadió, para después besar a su novia lentamente...
Aquellas palabras del ángel fueron sinceras, confesó una parte de sus sentimientos...
En tanto, aun estando en el techo de un edificio Lucifer conversaba un tema importante con su hermano mayor.
— ¡¿No quieres llevarme devuelta al infierno?! ¡La única maldita cosa que has querido todo este tiempo hermano! —Lucifer le reprimió a su hermano—. ¿Qué te golpeé muy fuerte en el cráneo?
—Maze tiene razón, Luci —Amenadiel respondió—. La utilizamos. Y a Malcolm... Ha muerto gente por nuestra culpa.
—Por tu culpa, mejor dicho —corrigió Lucifer.
—Sí, por mi culpa —asintió Amenadiel.
—Exacto.
—Hermano, de alguna forma dejé de ver en perspectiva el costo de mis acciones, y lo verdaderamente egoístas que fueron. Pero Luci, ahora tengo los ojos bien abiertos, y necesito enmendar las cosas —Amenadiel por fin había admitido sus errores, es raro que un ángel lo haga.
—Oye, este lado tuyo es más escalofriante que el furioso —Lucifer comentó.
—Necesito encontrar a Malcolm, y necesito enviarlo devuelta al infierno —Amenadiel miró a su Lucifer con ojos tristes, decepcionados...—. ¿Vas a ayudarme, hermano? —Suplicó.
El Diablo pensó unos segundos... Castigar a Malcolm era una buena idea... Tenía que hacerlo, era su deber, y en realidad deseaba hacerlo...
—Un poco más de escarmiento en mi camino de ida... Suena divertido para mí —Lucifer sonrió, aquella sonrisa infernal...
Unas horas más tarde, los hermanos celestiales estaban en el consultorio de Amenadiel o mejor dicho del "Dr. Canaan", planeando encontrar a Malcolm. Sin embargo, la doctora Linda Martin descubre que Amenadiel y Lucifer eran hermanos, y más aparte que Amenadiel no era un doctor. La doctora sin duda estaba molesta por todo el complicado asunto, y por consiguiente reprimió a ambos y les dio una buena plática para hacerlos entrar en razón, lo cual obviamente Lucifer ignoró, y aquellas palabras las convirtió en una solución a sus problemas externos, omitiendo así su crecimiento personal...
De un momento a otro, Lucifer pensó en Scarlett... Y como si fuera todo una gran coincidencia, ella lo llamó.
—Lucifer, ¿dónde estás? Lo siento por no apoyarte... Pero... —ella hizo una pausa para respirar profundamente—. Hay algo muy extraño en mí, y necesito contártelo.
—Ayy no, Scarlett —Lucifer dijo en un tono preocupado—. Olvídate de esa cuestión... Te prometo que resolveremos esto y lo de la secta, pero primero debo de detener a Malcolm. Está haciendo mucho daño, y mi deber es arrastrarlo al infierno cual sabandija asquerosa. No te sientas mal, luego hablaremos seriamente de nuestros problemas...
—Suena interesante lo de la caza de Malcolm —Scarlett comentó—. Ese pervertido me miraba de una manera... no tan cómoda, si sabes a lo que me refiero.
—Concuerdo con eso, acabaremos con ese sujeto —dijo Lucifer—. Estoy en el consultorio de mi terapeuta en Beverly Hills.
—Nunca dejas de sorprenderme, Lucifer —Scarlett rio—. Si el Diablo tiene que ir a terapia, ¿qué nos espera a los simples mortales?
Ante esa broma los dos rieron, una pequeña luz en un momento tenso, dicha broma calmó un poco los nervios de Lucifer, y lo ayudó a pensar mejor.
—Te veo allá, no tardes —Lucifer sonrió, y aunque Scarlett no vio ese gesto, la doctora Martin, observó perpleja el comportamiento del Diablo al atender esa llamada... Hasta por un momento lo percibió sin traumas y/o problemas... Era como si ella apagara su fuego... ¿O más bien lo enciende?
Luego de ello ambos colgaron la llamada.
—Debemos irnos —Scarlett se dirigió a Sariel.
—Bien —él asintió.
Por ende, el ángel desplegó sus alas, tomó la mano de su amada, y la cargó entre sus brazos, otorgándole una protección inigualable. ¿Para qué ir en auto y tardar minutos, si se puede ir en el aire y tardar segundos?
Y como se dijo anteriormente, Scarlett y Sariel llegaron en cuestión de segundos al lugar acordado, y aunque no se tenía una dirección exacta, Sariel pudo percibir la presencia de su hermano Amenadiel desde unos cuántos kilómetros de distancia... Pero justo al llegar, Lucifer y Amenadiel estaban de salida.
— ¡Oh qué maravilla que estás aquí, Scarlett! —Lucifer dijo al verla—. Ah, y tu Sariel, por supuesto.
—Lista para la caza —Scarlett sonrió.
—Un segundo, ángel —Sariel interrumpió—. No es por ser muy sobreprotector, pero ir tras Malcolm, sería muy peligroso, y no quiero exponerte —él miró a Scarlett.
— ¡Por favor, Sariel! —Lucifer bufó—. Le quitas lo divertido al asunto.
— ¡ELLA HA SUFRIDO UN ATAQUE DEL REBELDE DE TU DEMONIO! —Sariel confesó.
—Oh, Dios —Amenadiel se masajeó las sienes.
—Me llevo yo —Lucifer se puso nervioso.
—Lo tuve que controlar por un momento, pero ese es tu asunto, Samael —Sariel se cruzó de brazos.
—Este día es de puros desastres... —Suspiró Lucifer—. Necesito reacomodar las cosas para resolverlas...
Scarlett se quedó pensativa por un momento, ella no podría ir allá porque es mortal, por lo tanto si Malcolm llegara a hacerle daño, ella estaría en grave peligro... Si tan sólo ella fuera invulnerable...
—Ok, tiene razón en parte Sariel, no me quiero exponer —Scarlett comentó.
—Sariel debes de venir con nosotros, entre más celestiales, mejor para la situación —Amenadiel propuso.
—No puedo dejarla sola —Sariel acarició el cabello de su novia.
—Déjate de cursilerías y acompáñanos —Lucifer comentó un poco celoso—. Además ella puede quedarse aquí con Linda. Él no sabrá que está en este sitio —Lucifer comentó su idea, que hasta cierto punto sonaba muy bien—. Estará bien, hermano; ahora necesito que nos ayudes a atrapar a Malcolm. Tenemos que enviarlo al Infierno. ¿Acaso no viste cómo la acosaba con la mirada? —Él se dirigió a Sariel.
—Lucifer, ¿por qué dices eso?, ¿estás celoso? —Scarlett comentó al escuchar la palabra "cursilerías" de parte del Diablo, y desde su perspectiva ella presentía aquel tono como un tono de celos.
— ¿El Diablo celoso? No lo creo —rio Lucifer—. Pero, ¿estás de acuerdo con esconderte aquí, en el consultorio de mi terapeuta? —Él cambió el tema drásticamente.
Scarlett y Sariel se miraron por unos segundos, pensando en el plan que sugirió el ángel caído...
—Suena bien —Sariel admitió que el plan de su hermano no era tan malo como él pensaba.
—Pues sí. Podría quedarme aquí —Scarlett asintió.
—Además te enviaré a mis demonios —Lucifer sacó su celular y texteó en él, mandándoles un comunicado a sus súbditos—. Listo —sonrió guardando el teléfono—. Ya está cubierto lo de la secta, no lo he olvidado, Scarlett. Beelzebub se encargará de eso —él informó.
—Genial —sonrió Scarlett.
— ¿Ya podemos irnos? —El Diablo se dirigió a Sariel.
—Bien —suspiró Sariel, para después darle un beso a su novia justo en la mejilla—. No me tardo.
Ante esa acción Lucifer y Amenadiel rodearon los ojos.
—Parece que eres más cursi que Castiel —Amenadiel bromeó, lo cual provocó un bufido de su hermano menor y una risa de Lucifer.
—Andando —Lucifer se encaminó a la salida de aquel lugar, aun riéndose por la broma de Amenadiel, luego de eso sus dos hermanos lo siguieron.
Scarlett ahora estaba sola, sin más que hacer se aproximó hacia la puerta de la doctora Linda, y la tocó suavemente.
—Adelante —ella escuchó una voz del otro lado de aquella puerta.
—Hola —Scarlett dijo al adentrarse al consultorio—. ¿Así que usted es la terapeuta del Diablo?
—Parece que sí —Linda asintió—. ¿Tú eres Scarlett, cierto? —Ella preguntó.
— ¿Cómo sabe mi nombre? —Scarlett alzó una ceja.
—Lucifer me ha contado mucho sobre ti.
—Ohh, ¿en serio?
—En efecto... —Linda sonrió—. Toma asiento —ella le señaló el cómodo sillón característico de una sesión de terapia, en donde Scarlett se relajó por un buen rato.
—Ohh, bueno. No sé por dónde empezar... —Scarlett tomó un gran respiro.
—Tómate tu tiempo —Linda dijo—. Toma confianza. ¿Quieres hablar de algo en específico?
—Pues, qué le digo, doctora. Fue un día complicado... Y ayer fue peor... —Scarlett comenzó a recordar cada detalle—. Siempre he querido hablar con un profesional sobre mis problemas, pero me da pavor...
— ¿Y por qué te da pavor, Scarlett? —Linda preguntó sutilmente.
—Porque no sé si esto me pueda ayudar... He buscado ayuda, y nada ha funcionado, parece ser que yo sólo tengo la solución.
—Verdaderamente todos tenemos la solución, pero sólo falta desarrollarla, y con ayuda eso se puede lograr —Linda animó a Scarlett.
—Puede ser, pero todo ha sido muy complicado; mi familia, la escuela... Sólo siento que puedo atravesar todo eso con la ayuda de Lucifer —ella miró a la nada, tratando de sacar todo—. Él me ha ayudado mucho, asustó a unas tipas que me acosaban, me motivó en muchos aspectos, él siempre saca lo mejor de mí —Scarlett sonrió.
—Parece ser que es recíproco —Linda comentó, recordando que Lucifer también decía que Scarlett le saca lo mejor de sí mismo...
En otro contexto los tres demonios del infierno estaban en el Lux, bebiendo unos tragos, tratando de sacar la amargura del día.
— ¡Por todos los infiernos! —Exclamó Astaroth—. Esa maldita peste se nos escapó.
—He conocido a varios así como ese sujeto. Nunca cambian, son escurridizos como cucarachas, venenosos como las cobras, malvivientes como las ratas —Beelzebub dijo.
—Por eso extraño el infierno. Esos eran buenos tiempos —Maze bebió un gran trago de licor.
—Sí —suspiró Astaroth—. Últimamente no he estado, contigo —él miró a Maze—. Te he fallado...
—Ya no importa, ya estás aquí —Maze asintió, aceptando la disculpa de su hermano.
—Pero cuando estoy aquí me siento bien. Conocí a una chica, ella realmente es sexy —As dijo, pensando en sólo una chica... Joy Evans.
— ¿Tuvieron sexo? —Maze preguntó espontáneamente, amaba escuchar las locas aventuras del gran As.
Ante lo dicho, Astaroth rio fuertemente...
—Pues sí —As sonrió—. Pero no sólo es eso... Creo que es amor.
—Tonterías —Maze rodó los ojos—. Eso no existe... Yo lo quise sentir con un ángel... Y mira lo que pasó.
—Él no te merecía, Maze —Beelzebub dijo.
—Sabes... Creo que ya me caes bien —Mazikeen respondió—. Desde que el angelito Sariel los llevó a la zona cero, pensé que los perdería... Incluso me preocupé por ti, Z-Bub.
— ¿Z-Bub? —Rio Beelzebub—. Desde cuando tú me pones apodos.
—Parece que desde ahora, Z-Bub —Astaroth encendió su cigarrillo.
—Z-Bub —repitió el demonio—. Me agrada ese apodo. En sólo que... unas semanas hemos mejorado nuestra relación, Maze, As... Debo de agradecerle a Scarlett por invocarme.
—Le debemos una —Maze comentó.
—Por cierto, ¿dónde está ella? —Astaroth dijo.
—Debe estar con su novio celestial —Beelzebub bufó.
— ¿Estás celoso? —Maze preguntó—. ¿El señor de las moscas celoso?
—Scarlett es linda, pero creo que no soy su tipo —Z-Bub tomó un gran trago de alcohol.
—Hermano, no te rindas —Astaroth lo animó—. Tú puedes...
Sin embargo antes de que Beelzebub dijera algo, su celular suena, al igual que el de Astaroth, parecía que les habían mandado un mensaje.
—Mi rey dice que vaya a resguardar a Scarlett —Astaroth habló.
—A mí me dice que vaya a ver lo de la secta —Beelzebub informó.
—Y a mí no me dice nada —Mazikeen frunció el ceño, dirigiéndose a la barra a buscar más alcohol.
De repente una presencia invade el club, era una humana, más bien era la detective Decker.
—Mmm —la rubia carraspeó para hacerse notar—. ¿Dónde está Lucifer? —Decker se dirigió a Mazikeen.
—Aunque lo supiera no te lo diría —Maze se apartó de la detective, no sin antes darle un ligero golpe en el hombro al pasar para connotar rudeza.
— ¿Jamás te he agradado, verdad? —Cuestionó Chloe—. ¿Por qué?
—Porque cada día era una fiesta, cada pecado, cada deseo que Los Ángeles ofrecía, tomábamos parte —Maze dijo en un tono molesto, y de pronto se quedó callada, observando detenidamente a la rubia—. Y luego él te conoció.
Los demás demonios se quedaron viendo el drama que ocurría en ese instante.
—Deja de hablar y pégale —comentó Astaroth, y ante eso Beelzebub rio.
Chloe no les prestó atención a aquellos demonios, y prosiguió a hablar con Maze.
— ¿Entonces crees que es mi culpa que la fiesta terminara? —Dijo Chloe.
—Eso y el hecho de que lo estés cazando como a una rata —Maze se dirigió hacia sus hermanos.
—No creo que él haya matado al predicador, y debes de ayudarme a buscarlo antes de que otro lo haga. ¿Dónde puede estar?, tú lo conoces mejor que nadie —Decker dijo.
—En estos días tú lo conoces mejor que yo, mejor que sus súbditos —Maze volteó a mirar a As y a Z-Bub.
—No sabemos dónde está, señora —Astaroth dijo tajante.
—Silencio —ordenó la detective.
—Así que dónde crees tú qué pueda ir —Maze le habló a Chloe.
—Escarmentando al pecador —dijo rápidamente la detective, recordando la personalidad de Lucifer—. Significa que busca a Malcolm.
—Tal vez no ha cambiado mucho después de todo —Maze sonrió.
—Si él llega con Malcolm primero, de verdad será culpable de homicidio —Chloe dictaminó, para después irse del club. A lo que Maze se sumó...—. No puedes venir conmigo —dijo la detective al ver a Maze siguiéndola.
—No dijiste que necesitabas mi ayuda para buscarlo, no veo a nadie más apoyándote —Mazikeen se encaminó a la salida, cual una reina, dejando en claro quién manda—. As, Z-Bub, a sus cosas —ella se dirigió a los demonios.
—Sí señora —ellos dijeron al unísono, haciendo de broma un saludo militar.
En tanto, los tres hermanos celestiales se dirigían hacia una funeraria, en donde interrumpieron un funeral de un humano miserable... Aquel lugar les serviría para hallar el paradero del tan mencionado Malcolm.
— ¡Disculpen! Lamento interrumpir el funesto funeral, pero vengo a ver al director de la funeraria —dijo Lucifer en un tono alto, captando la atención de todos; unos lo veían con asombro, otros con enojo por interrumpir—. Hola, Neil. ¿Ya me olvidaste? —él se encamina al ataúd del occiso—. Tengo algo de prisa, desafortunadamente. Este pobre hombre no irá a ningún lado, ¿o sí?
—Ayy, Samael —Sariel se llevó una mano a su frente.
—Señor, tiene que esperar hasta que hayamos terminado. Es una falta de respeto —dijo el tal Neil.
—Ehhh no —respondió Lucifer—. Esto es una falta de respeto —señaló el ataúd—. Díganme este teatrito... ¿para quién es en realidad, eh? —Él se dirigió hacia los presentes—. Para él no, él no está escuchando nada de esto. ¿Me apoyan verdad, hermanos? —Miró a los celestiales.
—Él tiene razón —dijo Amenadiel.
—Sí es verdad —comentó Sariel.
—Lo ven —habló Lucifer— Créanme, ellos lo saben. Este teatrito es para ustedes, es una forma egoísta para sentirse mejor con ustedes mismos sobre lo mucho que ignoraron a este pobre gusano en vida —él acarició en cadáver—. ¿Tú elegiste el traje? —se volteó hacia un tipo cualquiera.
—Señor Lucifer, por aquí —el director de la funeraria interrumpió.
—Ah, veo que no me olvidaste —Lucifer dijo—. Continúen por favor —se dirigió a los demás.
Luego de eso, el tipo condujo a Lucifer y a los otros ángeles a la parte trasera de la funeraria.
—No tiene derecho a interrumpir en el funeral, ¡este es mi negocio! —Neil dijo.
—Sí, el que menos ganancias te da. Tu principal ingreso es crear nuevas identidades, por eso vine hace cinco años, por mis papeles y todo eso —agregó Lucifer.
—E hice un gran trabajo, señor Lucifer. Así que... ¿por qué hace esto? —El tipo cuestionó.
—Pues si yo sé que eres el mejor, Malcolm Graham también debe de saberlo —Lucifer respondió.
—Ahh, el policía —suspiró Neil.
—Sí —asintió Lucifer.
—El necesitaba algo rápido, pero quería más tiempo para conseguir los $100,000 —el tipo dijo.
— ¿Y cómo consigue esa cantidad un policía de homicidios? —Amenadiel comentó.
—Mmmm, eso es Sherlock —Lucifer bromeó, a lo que Amenadiel lo miró directamente.
—Él mencionó a un viejo socio, Tommy, creo —Neil habló.
—Mmm, genial —asintió Amenadiel—. Buscaremos a cada Tommy en Los Ángeles, que son otros mil años.
—Lo que faltaba, nada de pistas —Sariel se cruzó de brazos—. Ese Malcolm, corrupto, pecador...
—Espera Sariel —Lucifer calló a su hermano—. No, no, no, no. Un viejo socio de Malcolm dices. Creo que conozco a la persona que puede ayudarnos... —los dos ángeles miraron con confusión a su hermano—. Rima con inútil —Lucifer sonrió—. Gracias, Neil —el Diablo dijo para después darle un sutil golpe al tipo en el hombro.
En otro escenario, Scarlett estaba con la doctora Linda, tomándose una terapia, a Scarlett le faltaba una, puesto que ella podía fingir estar bien desde su exterior, pero desde su interior tenía un mar de emociones y sentimientos, los cuales tenía comprimidos dentro de su alma...
— ¿Quieres contarme de algo en específico? —Dijo Linda—. Empezaremos poco a poco, esto llevará tiempo...
—Pues... —Scarlett pensó por un buen rato, tenía muchas situaciones en mente, sin embargo la problemática era elegir solo una—. Qué le digo —Scarlett murmuró, sus ojos se le estaban haciendo agua—. Las personas me hacen daño, siempre que estoy en un lugar suelen atacarme, así como excluirme —ella se limpió una lágrima—. Primero mi hermano, los chicos de la primaria, Laila, Selina, Judith, la secta... Todo ese odio, todo ese daño se queda en mí, y me duele... A veces solía no mirar a los ojos, porque me aterraba mirar hacia el alma, hacia su oscuridad interna.
—Sin embargo todo esto te ha hecho fuerte —Linda trató de que Scarlett tuviera una revelación—. Esto es un gran paso: Conocer tu pasado, lo cual define tu presente, pero está en ti tu futuro.
—Eso qué significa —Scarlett cuestionó.
—Significa que las experiencias crean tu personalidad, pero está en ti cambiar, ser tu verdadero yo para definir tu futuro —Linda explicó.
Dichas palabras retumbaron en la cabeza de Scarlett, lo cual la calmó un poco... Hasta que...
«No la escuches pequeña» otra vez la voz hizo presencia en su mente.
«Déjame en paz» Scarlett enfrentó a la voz.
«Tu inestabilidad mental es lo que te define, querida».
«No lo creo» Scarlett respondió.
«Ya lo verás» aquella voz rio, para después esfumarse de la mente de Scarlett.
— ¿Scarlett? —Linda llamó su atención—. ¿Todo bien? —Aquel ser maligno, porque en sí era un ser diabólico; desconectaba a Scarlett de su realidad, y la orillaba a la discordia en su mente.
—Sí, todo bien —Scarlett se acomodó en su asiento—. Sólo que mis pensamientos no paran —ella sonrió.
— ¿Voces? —Linda preguntó al azar, pensando que posiblemente Scarlett sufriera alguna enfermedad mental.
—No —ella negó absolutamente—. Le contaré eso después —respiró profundo.
—Como gustes —Linda asintió relajadamente—. Mencionaste a tu hermano...
—A él —Scarlett resopló.
— ¿Qué sucede con él? —Preguntó Linda.
—Mi hermano, Erick... —comenzó a decir Scarlett—. Me ha hecho muchas cosas... Me ha ofendido, se ha burlado de mí, me ha golpeado, me hace de menos, me humilla, me grita... Él cree que sólo sirvo para cocinar, ya sabe típico de un machista —Scarlett dijo entre dientes, apretando su mandíbula—. No me valora, cree que no puedo cuidarme sola, piensa que sólo soy una carga para mis padres... Claro como él trabaja y yo estudio, cree que no sirvo. No me toma importancia... Pero ya no más... Cuando tenga la oportunidad, me revelaré en su cara, y lo obligaré a disculparse —Scarlett sonrió al decir lo último.
Linda Martin estaba fascinada por aquel comportamiento, sin embargo presenció que Scarlett estaba llena de mucha ira acumulada, la cual aguardaba para explotar en cualquier momento.
—Bien, entiendo todo —Linda trató de calmarla—. Una infancia difícil, todos pasamos por eso, y te entiendo... No estás sola...
Scarlett se calmó, pero de un momento a otro, se puso a llorar. Dicen que las personas con mucho enojo por su situación, tienen dos opciones de sacar todo eso; la primera mediante la agresión, y la otra por el llanto. No obstante, el llanto libera cargas, incluso más de las que pensamos.
Mientras tanto, los hermanos celestiales estaban en la estación de policía, específicamente en la oficina del detective inútil. Amenadiel buscaba entre los papeles, mientras que Sariel hurgaba entre los estantes, pero Lucifer... él estaba sentado en el escritorio, jugando con un muñeco de cabeza de globo. De pronto Dan entró frenéticamente en su oficina.
—No te muevas o le sacudo la cabeza —Lucifer amenazó en forma de broma, tomando una pistola de juguete, y apuntando al dichoso muñeco.
— ¿Cómo entraste aquí? —Dijo Dan molesto—. Te busca todo el mundo.
—Y este es el último lugar donde buscarían, me pareció muy astuto —él jaló el gatillo de la pistola de juguete, la cual sacó una pequeña bandera con la palabra "BANG", lo que simulaba un disparo, qué gran broma—. Uhh —añadió burlonamente.
—Debes de largarte de aquí —mencionó el detective inútil.
—Necesitaremos información primero —Amenadiel y Sariel dijeron al unísono.
— ¿Quiénes son ustedes? —Dan miró detenidamente a los ángeles.
—Allá voy otra vez —se levantó Lucifer del asiento, y presentó a los angelitos—. Son mis hermanos —el detective inútil miró escépticamente a Lucifer—. Lo sé, impresiona. Son mucho menos atractivos que yo, verdad —bromeó.
—Buscamos a Malcolm, detective. Nos han dicho que tiene un socio llamado, Tommy —Amenadiel informó.
—Y que quiere conseguir mucho dinero para escapar —agregó Sariel.
—Hay cientos de Tommys en... —Dan respondió, pero después se le vino una idea en la mente—. Una cerveza, claro —ladeó la cabeza, ya que resolvió un pequeño rompecabezas mental, alineando las pistas que le dio Chloe con las actuales.
—Nos gustaría mucho saber, qué acabas de recordar... —Lucifer se acercó al detective.
—Qué lástima, porque no te diré —Dan respondió.
—Jajaja, pero te gustaría hacerlo, ¿no? —El Diablo miró directamente a los ojos del detective inútil, haciendo su poder de los deseos...
—Claro que no —Dan dijo cortante, ese era su deseo... Tal vez, el Diablo tenía que ponerle más fuerza a su poder.
— ¿Me encargo de él? —Sariel propuso al ver la situación.
—No te preocupes, tengo bajo control a este inútil —Lucifer le expuso a su hermanito—. Ah, eres de los complicados —Lucifer se dirigió a Dan—. ¡Qué sorpresa! Jajajaja —él volteó a mirar a sus hermanos—. Vamos, ¿qué es lo que más deseas, Daniel? —Ahora Lucifer le puso más empeño a su hipnosis.
—Yo... —murmuró Dan—. Quisiera redimirme —confesó.
—Ah, y atrapar a Malcolm lo conseguiría, verdad... —Lucifer comentó, a lo que Dan asintió—. ¿Y dónde está él? Anímate dilo, estamos rodeados de policías...
—Hay una cervecería en la Tercera —comenzó a decir Daniel.
—Hmmm —asintió Lucifer.
—Un traficante llamado Tommy Campolongo trabaja ahí —finalmente confesó el detective inútil.
—Ahh, no fue tan complicado después de todo —Lucifer miró a Sariel—. Te lo dije, lo tengo bajo control.
—Ustedes tendrán que esperar en una celda, mientras yo... —dijo Dan mientras se dirigía a la puerta, pero con lo que no contaba es que los dos ángeles desplegaron sus alas, tomaron a Lucifer de ambos brazos y se fueron de ese lugar... Dejando como evidencia una pequeña ventisca.
En otro contexto, Beelzebub fue hacia la dirección de la secta que atacó a su invocadora...
—Ahora sí, hijos de perra —él masculló al estar parado en aquella puerta, por consiguiente la pateó con gran fuerza, haciendo que ésta se abriera con brutalidad—. ¡HOLA MALDITOS! ¡AHORA SÍ SE LES APARECIÓ EL CHAMUCO! —Gritó con su voz demoniaca, recorriendo aquel lugar oscuro, que precariamente estaba iluminada por una luz roja.
Beelzebub recorrió el lugar, pero no había ni una sola alma... De repente un sonido invadió los oídos del demonio, aturdiéndolo vorazmente, y él por acto reflejo se llevó sus manos a las orejas, tratando así de apaciguar el sonido molesto.
Entonces una voz se hace presente en su mente...
«Me extrañaste. No te molestes en buscar a mis seguidores, los moví a otra parte».
«Hijo de...» dijo Beelzebub en su mente, pero se vio interrumpido por aquel sonido aturdidor, lo cual le sacó un grito de desesperación.
— ¡DETENTE, A...! —Exclamó Beelzebub, pero el sonido se intensificó, lo que hizo que el demonio gritara nuevamente, pero ahora eran gritos de dolor.
« ¿Te gusta esta tortura? » Mencionó burlonamente aquel ser.
«Cuando vuelva al infierno, te haré polvo, cabrón. ¡Te haré polvo, escuchaste! » Amenazó Beelzebub.
«Sí claro» la voz respondió irónicamente, valiéndole la amenaza del demonio.
Aquel sonido persistía, Beelzebub en algún punto cayó al piso, retorciéndose... No soportaba aquel sonido.
« ¿Cómo puede hacer eso? » Se preguntó a sí mismo Beelzebub...
«No he perdido el toque, genio. Pero esto no es todo mi poder, el ángel me dejó debilitado» respondió aquella voz, ya que pudo escuchar aquel pensamiento.
«Maldito» comentó Beelzebub, apretando con fuerza sus oídos para dejar de escuchar ese sonido.
De un momento a otro, Beelzebub tomó un poco de fuerza, y por ende invocó a sus moscas, las cuales lo rodearon completamente, otorgándole un escudo protector. Esta acción apaciguó el ataque, y al ser debilitado éste, Beelzebub tomó oportunidad, y por consiguiente decidió correr de ese lugar para buscar a Astaroth, porque sin duda aquel ente iba por él...
Mientras tanto, Astaroth estaba rumbo al consultorio de Linda Martin, sin embargo una fuerza invisible lo empuja hacia un callejón, y lo eleva a un metro del suelo. Todo pasó en microsegundos, imposibilitando al demonio a que reaccionara. Y en sólo un instante aquella fuerza lo empezó a asfixiar.
«Al fin perfeccioné la manera de torturarlos» otra vuelta esa voz dijo.
«No puede ser» pensó As.
«Ohh, claro que sí. Sólo deja que salga del infierno, y verás de lo que soy capaz» aquella voz retumbó en la cabeza del demonio.
«Eso lo veremos» Astaroth contestó burlonamente, porque creía que eso era imposible... ¿O tal vez no?
«Te tendré unos minutos aquí... Quiero que estés lejos de ella» habló la voz, pero al mencionar la palabra "ella", Astaroth abrió sus ojos de en par en par, ya que se podría tratar de su invocadora.
«Si la tocas, te juro que mato» amenazó As, mientras apretaba sus puños con la poca fuerza que tenía, ya que aquel ser lo estaba debilitando.
«Jajajajaja. Lucifer olvidó contarles sobre mí... Pero él también está asustado... No pueden protegerla de mí, no por mucho tiempo» la voz rio malvadamente.
Y de un momento a otro, aquel ser dejó inconsciente a Astaroth, luego de ello, azotó al demonio ferozmente en el suelo, dejándolo ahí en aquel solitario callejón.
Ahora el ser iba por ella...
En otro lugar, los tres ángeles estaban en la parte trasera de una cervecería, ellos estaban cerca de Malcolm, podían sentirlo, ellos burlaron la seguridad, lo cual alertó a los hombres de Campolongo. Ahora ellos estaban rodeados de matones con armas de fuego.
—Ahh, ¿cómo están todos? —Bromeó Lucifer para calmar un poco la tensión—. Si no les importa, imbéciles; buscamos a Malcolm Graham. Entréguelo y seguiremos nuestro camino sin demasiado alboroto —negoció sutilmente, dándoles una oportunidad a esos tontos para largarse, o sino iban a sufrir las consecuencias.
—Cometieron un grave error al entrar aquí —un matón dijo, y luego apuntó su arma hacia Lucifer, seguido de otros matones, quienes le apuntaron a los otros ángeles.
Ellos le quitaron el seguro a sus armas... Lo que alertó a Amenadiel y a Sariel. Por un lado Amenadiel iba a desacelerar el tiempo, y por otro lado Sariel le iba a cubrir la espalda a Lucifer.
—Esperen —Lucifer detuvo a sus hermanos, para después reunirlos en un pequeño círculo de discusión, dándole así la espalda a aquellos hombres—. Qué tal si no desaceleramos el tiempo —él volteó hacia Amenadiel—. Y no nos cubriremos la espalda, eh —se dirigió hacia Sariel.
—Pero, ¿y tu problema de mortalidad? —Cuestionó Amenadiel.
—No lo tengo cuando la detective no está cerca. Les explico luego —Lucifer respondió—. Pero ahora me gustaría disfrutar el momento —él añadió con una sonrisa.
Los hermanos celestiales voltearon a ver brevemente hacia los matones... Y luego se incorporaron nuevamente hacia su círculo.
—Después de ti —Amenadiel sonrió.
—Con gusto —agregó Sariel.
—Estupendo —sonrió el Diablo.
Entonces los hermanos se voltearon hacia los matones.
—Debo de advertirles que... —Lucifer habló, pero se vio interrumpido por una bala la cual impactó en su pecho, ante eso Lucifer sólo se acomodó su saco, sintiendo sólo una punzada de aquella bala, más no lo hizo sangrar—. Esta no será una pelea justa —después de decir eso, los hermanos avanzaron decididamente hacia aquellos hombres, quienes por consiguiente lanzaron una ráfaga de balas, a lo que ellos no se inmutaron.
Primero Lucifer, fue hacia unos hombres y con un decisivo golpe los tiró al suelo, puesto que usó a uno para tirar a dos hombres, así como les daba puñetazos certeros para noquearlos. Luego Amenadiel con su fuerza celestial lanzó a un hombre a los aires, él básicamente se dedicó a lanzarlos para quitarlos de su camino. Y por otro lado, Sariel con unas patadas ágiles noqueó a varios hombres, así como los desarmó. Los hermanos celestiales estaban combinados en la lucha, algo magnífico a la vista, y esto por un breve momento les recordó a sus días en el paraíso, donde ellos entrenaban junto a sus otros hermanos, para así ser los mejores soldados de Dios.
En un momento dado, Lucifer torció la muñeca de un sujeto, el cual por reflejo disparó, y dicha bala le dio en el estómago a Amenadiel, quien sostenía a un tipo del cuello.
—Lo siento, hermano. No fue apropósito —Lucifer dijo sarcásticamente, y ante eso Amenadiel aventó al sujeto que tenía en su mano, y lo dirigió hacia el tipo el cual Lucifer le había lastimado la muñeca.
Ya no había más hombres... salvo uno que poseía una ametralladora, este tipo quitó el seguro de su arma, dispuesto a acabar con los hermanos.
— ¿Te echo una mano? —Le dijo Lucifer al tipo para después lanzarlo a los aires, y por consiguiente Sariel saltó hacia aquel humano, pateándolo fuertemente lo cual aumentó el impacto en aquella caída. Básicamente Sariel había rematado al humano.
Luego de aquel juego, los tres hermanos rieron entre sí.
—Y creer que perdimos todo el milenio, peleando entre nosotros —Lucifer comentó, dándoles una palmada en su espalda a ambos ángeles.
Esa acción incomodó a Amenadiel, más no a Sariel, quien le sonrió a su hermano.
—Debemos de buscar a Malcolm —Amenadiel dijo rápidamente para quitarse a Lucifer de encima.
—Por supuesto —respondió Lucifer.
—Sabes, será más rápido si nos separamos —propuso Amenadiel.
—De acuerdo —Lucifer contestó.
—Esto me huele a mala estrategia —Sariel comentó.
—No seas niñita —Lucifer se dirigió a Sariel, rodando sus ojos.
Ante eso, Sariel solo suspiró levemente, y se apegó al plan de Amenadiel.
—Sólo es buscar a un simple humano —Amenadiel dijo.
—De acuerdo, pero no se diviertan ustedes solos si lo ven primero, hecho —mencionó el Diablo.
—Hecho —dijeron los ángeles al unísono.
—Excelente —Lucifer dijo, para después acomodarse su saco, y al hacerlo notó que un tipo se estaba moviendo en el suelo, a lo que el Diablo lo remató con una patada fuerte justamente en aquel rostro insignificante. Luego de eso él se dedicó a cazar a ese policía corrupto.
Los ángeles se separaron, Lucifer fue a la izquierda, mientras que Amenadiel fue a la derecha, y Sariel fue hacia el fondo. Sin embargo dos mujeres se unieron a la búsqueda, la detective Decker y Mazikeen estaban ahí; lo que significaba que Lucifer era vulnerable en ese momento...
Lo que ninguno sabía es que había una cierta voz en la cabeza del policía, la cual lo atormentaba desde que fue resucitado, el ente se aprovechó de esta situación para manipularlo, él creaba locura en su mente, él entraba en la mente de cualquier ser, ya sea celestial, demoniaco, e incluso humano. Este ángel caído tenía un plan, calculado hace miles de años, y que justamente en esta era lo había ejecutado... Malcolm fue una oportunidad para acomodar las cosas...
Los pasillos eran oscuros, muy oscuros, la incertidumbre se respiraba en el ambiente... Todos estaban desarmados a excepción de la detective quien miraba a todos lados, resguardándose con su pistola. Y por otro lado, los inmortales, sólo se cuidaban su espalda...
De repente, Amenadiel se encuentra en la encrucijada de un pasillo, donde Malcolm lo esperaba con el cuchillo infernal de Maze, el cual lo robó de los aposentos de Lucifer. Y en un abrir y cerrar de ojos, Amenadiel fue apuñalado con dicha arma, su sangre empezó a cubrir su playera blanca, Malcolm lo miraba con odio puro, cegado por la locura del ente del infierno...
—Ohh, wow —sonrió Malcolm—. Y de verdad, wow —miró directamente a Amenadiel—. Mira, yo sabía que era algo especial, pero no creí que funcionaría —él se refirió a aquel cuchillo, y por ende lo enterró con más presión en la piel del ángel, haciéndolo dar gemidos de dolor, un dolor el cual nunca sufrió Amenadiel—. Wow, pero nunca puedes saberlo hasta que no lo intentas. Tengo que decir que ya no te ves tan temible...
Sin embargo Sariel pudo escuchar el dolor de su hermano mayor, lo cual lo hizo correr hacia su dirección.
— ¡AMENADIEL! —Sariel gritó con todas sus fuerzas al ver a su hermano sangrando, y por ende se fue hacia Malcolm para taclearlo—. Esto lo pagarás muy caro —el ángel tiró al policía y lo miró directamente, en cambio él estaba muy sonriente, con esa sonrisa malvada...
—Eso veremos —dijo Malcolm, y con un movimiento rápido le clavó el cuchillo infernal a Sariel, justamente en sus costillas, lo cual hizo que Sariel diera suspiros fuertes para tratar de calmarse por el fuerte dolor que estaba sintiendo. En un momento dado, Malcolm logró desenterrarle en cuchillo a Amenadiel, y lo dirigió hacia el otro ángel, un movimiento tan inesperado, que tomó por sorpresa a Amenadiel y a Sariel.
Por consiguiente, Sariel se retorció en el piso, tratando de sacarse el cuchillo, mientras que Amenadiel cayó de rodillas al suelo. Esta acción la presenció Lucifer, quien pensó otra cosa...
— ¡Oye, qué parte de no se diviertan solos, no entendieron! —Exclamó Lucifer al ver la escena, la cual la distorsionó por un breve momento. Pero al ver a su hermano Sariel tumbado en el suelo con la sangre recorriendo el piso, y a Amenadiel cayéndose al suelo tratando de soportar su dolor; fue ahí donde Lucifer ardió en furia, y fue tras Malcolm, quien huyó despavorido del lugar con una bolsa repleta de dinero. No obstante, al ver a sus hermanos heridos, decidió ayudarlos...
—Demonios, aquí están arruinando mi diversión, otra vez —expresó Lucifer tratando de socorrerlos.
—Déjanos aquí, y ve por él —dijo Amenadiel.
—No dejes que escape —Sariel habló con un tono de voz débil, él había recibido más daño que Amenadiel.
—Pero ustedes saben cómo odio deber favores —Lucifer comentó con un hilo de voz con una mezcla de preocupación y tensión—. Además si los salvo ahora, quedaremos a mano —Lucifer bromeó inconscientemente para tratar de calmar la tensión—. Y esto son sólo heridas superficiales —él examinó la gravedad de las heridas, tornándose así más nervioso de lo que ya estaba—. Pero no comprendo por qué se quejan tanto.
De pronto, Maze corre hacia ellos, quien por suerte del destino encontró al trío celestial.
— ¿Qué pasó? —Maze cuestionó de forma preocupada.
—Fueron atacados con un instrumento que no es de este mundo, Maze —el Diablo informó, a lo que la demonio vio con asombro la escena de sangre.
—Eso es mío —ella dijo al ver su cuchillo en las costillas de Sariel, y por ende bajo a su altura para intentar detener el sangrado.
—Sí —suspiró nerviosamente Lucifer.
—Yo me encargaré —dijo decidida Maze.
— ¿Qué harás? —Preguntó Lucifer.
—Ve y acábalo —ella lo miró a los ojos, refiriéndose a Malcolm.
Entonces Lucifer volteó a mirar a sus hermanos, para tomar coraje y así terminar con aquel gusano.
—Será un placer —dijo Lucifer con una voz gruesa, lo cual denotaba el fuego de su furia interna.
Lucifer fue tras esa escoria, pero lo que no contaba es que se encontró con la detective, quien le confesó su creencia de que él era inocente y que siempre lo fue. Aquellas palabras calmaron al Diablo, y lo incitaron a que trabajara con la detective, justo como en los viejos tiempos. Sin embargo, el detective inútil llegó a aquella cervecería con elementos policiales, a lo que Lucifer se puso tenso porque pensó que lo arrestarían, pero por azares del destino Dan comprobó la inocencia de Lucifer. Por fin todos los desastres se estaban resolviendo...
Ahora había dos problemas muy graves... Sariel y Amenadiel estaban sumamente heridos... Afortunadamente Mazikeen se las arregló para llevarlos a ambos al pent-house de Lucifer, donde los recostó en el sofá italiano, ambos suspiraban pesadamente, luchando para sobrevivir...
Por un lado Amenadiel estaba dispuesto a morir, si ese era su destino entonces lo aceptaba; pero Sariel no quería morir, no de esa manera, y por ende no quería dejar a Scarlett sola... No podía dejar a su ángel, y más con aquella amenaza.
«Te amo, mi ángel» pensaba Sariel una y otra vez.
Maze estaba examinando las heridas de ambos ángeles, y justo cuando estaba por atenderle la herida al ángel mayor, él la detiene y le dice:
—Ya basta, Mazikeen, estoy en paz con la muerte.... Vaya al cielo o al infierno.
—No digas eso, Amenadiel... —murmuró débilmente Sariel.
—Yo sé exactamente dónde vas a ir... A NINGÚN LADO —sentenció la demonio, con un semblante serio, pero sin duda estaba preocupada por el ángel, puesto que sentía algo por él—. Te vas a quedar aquí, cierra la boca y déjame ayudarte —lo miró directamente, y luego le examinó la herida de él, seguida de la gran herida de Sariel... Estaban muy mal...
—No hay nada que puedas hacer... Haría falta algo divino para sanarnos —Amenadiel comentó derrotado.
Sariel al escuchar las palabras de su hermano, sintió un miedo profundo... Tal vez dejaría sola a su amada, eso era su mayor temor...
—Dile a Scarlett que la amo —una lágrima atravesó la mejilla del ángel de los pecados—. No tengo las fuerzas para sacar mis alas y despedirme de ella... —murmuró perdiendo casi el aire.
Maze no podía quedarse con los brazos cruzados, así que optó por sacar una pluma reluciente, la cual provenía de las alas de Lucifer, era una reliquia suya, un pedazo de divinidad la cual adoraba porque le recordaba a los viejos tiempos...
Los ángeles al presenciar aquella pluma se quedaron sorprendidos por tal revelación...
—Eso es de Lucifer —comentó Amenadiel.
—Conservé esto en secreto, pensé que sería útil para volver al Infierno —confesó la demonio.
— ¿Y la vas a usar en nosotros? —Amenadiel cuestionó.
—Pues sí, yo tampoco lo entiendo —respondió Maze, y aunque no le agradaba del todo Sariel, ella no quería hacerle daño a Scarlett, y por supuesto no quería lastimar a Lucifer... Porque si uno de sus hermanos muriera... él estaría devastado.
Acto seguido Mazikeen partió aquella pluma por la mitad, y colocó las partes en las heridas de los celestiales.
El toque de aquella pluma alivió el dolor de Amenadiel y Sariel, luego de ello una luz divina, proveniente de dicha pluma, rodeó los aposentos del Diablo, lo cual hizo que sanaran completamente... Sin duda fue un milagro... fue un milagro que estuvieran a salvo.
En otro contexto... Beelzebub encontró a Astaroth inconsciente en aquel callejón...
— ¡AS! —Gritó Beelzebub, poniéndose a su altura para auxiliarlo—. ¡ASSS!
No había respuesta del demonio...
De pronto al demonio se le ocurrió usar una de sus moscas para sanar las heridas internas de Astaroth... Un pedazo de cielo sana a los ángeles, un pedazo de infierno sana a los demonios... Luego de poner aquella mosca en el pecho de As, un aura negra rodeó al demonio, lo cual hizo que reaccionara. Y al reaccionar él dio un respiro profundo...
— ¿Beelzebub? —Dijo Astaroth.
—Aquí estoy, As. Ese maldito nos puso una trampa —habló Beelzebub con un tono de voz muy serio.
—Él quiere hacerle daño —murmuró As, refiriéndose a su invocadora.
—No —un escalofrío recorrió el cuerpo de Beelzebub—. No puede ser.
Mientras tanto, Scarlett aún estaba con Linda...
—A veces siento presión por todo... Mis padres me dejaron porque pacté con Lucifer... Y eso me hace sentir vulnerable, ellos me dijeron que estarían para mí... y ahora no están... —confesó Scarlett, para después tallarse los ojos, ya que unas lágrimas estaban por salirse.
—Sí —asintió levemente Linda—. Pero ahora has conocido a nuevas personas, a las cuales les importas, por ejemplo Lucifer...
—Sí... —sonrió Scarlett.
— ¿Quiénes más serían, Scarlett?
—Sariel, mi novio... mi ángel. Mis amigos... As... Beelzebub... Maze... —ella recordó cada uno de los momentos que pasó con cada uno de ellos, momentos los cuales guardaría profundamente...
De repente... esa voz retumbó en la cabeza de ella...
«Lucifer está en peligro, Scarlett».
Luego de ello una imagen se visualizó en su mente... Era un hangar a las afueras de la ciudad, y dentro de ese hangar estaba un Lucifer muerto, y su sangre corría por el piso, una escena terrorífica sin duda...
Aquella imagen le causó pánico a Scarlett...
—Tengo que irme —sentenció Scarlett—. ¿Podríamos continuar con esta sesión otro día?
—Sí, claro —asintió Linda.
Por ende, Scarlett se levantó de su asiento y cruzó aquella puerta... Luego se acercó hacia un motociclista que estaba fumando en la acera, y le dijo:
— ¿Me prestarías tu moto? Es una emergencia.
—Claro, depende —ladeó aquel hombre—. Depende de cómo me pagarías —la tomó de su cintura y la acercó hacia él.
—No estoy para juegos —Scarlett le dio un golpe bajo, lo cual hizo que éste se retorciera de dolor, y gracias a ese momento Scarlett pudo tomar las llaves de aquella Harley, las cuales estaban en la mano izquierda de aquel tipo—. Te la devolveré más al rato —ella se subió a la moto, y por consiguiente la encendió, después emprendió su camino hacia Lucifer...
Durante el camino, Scarlett estaba preocupada por Lucifer... ¿Quién le habría hecho daño y por qué?... Aquella incógnita inundó su mente.
Finalmente llegó a aquel hangar... el camino fue tan largo, que se hizo completamente de noche... Pero al estacionar la motocicleta, ella escuchó un fuerte disparo, inmediatamente como un acto reflejo, ella corrió hacia ese lugar...
Pero era demasiado tarde, la tipo premonición que se le presentó en su mente se había cumplido... Lucifer estaba tirado en el suelo, al borde de la muerte...
— ¡NO! —Un grito desgarrador salió de los labios de Scarlett, quien corrió hacia Lucifer para auxiliarlo, y este acto la dejó vulnerable porque no se dio cuenta de que Malcolm estaba armado, y le estaba apuntando—. No Lucifer, quédate conmigo —ella se postró al lado de Lucifer, e intentó presionar la herida para que no perdiera mucha sangre... Ella estaba llorando, la desesperación se postró su mente.
En un abrir y cerrar de ojos un estruendo inundó aquel lugar, y por consiguiente una bala impactó en el pecho de Scarlett... Ella sintió un dolor agudo, seguido de un frío que recorrió su cuerpo, por un momento el aire le faltó, y por la impresión ella volteó a mirar su pecho, y con ojos llorosos se desplomó al lado de Lucifer, Scarlett intentaba presionar su herida para no morir... Ahora estaba al borde de la muerte como Lucifer... Y por un segundo sus recuerdos pasaron como un flashazo...
Un Lucifer moribundo presenció la escena, y con sus pocas fuerzas gritó desgarradoramente, un grito que expresó ira y tristeza, ambos sentimientos mezclados... Aquel grito hizo que el ambiente vibrara con fuerza...
—No pudiste salvarla —Malcolm rio fuertemente—. Ahora le tocará a Decker...
Lucifer no podía perder a Scarlett y a la detective...
—Lo siento, Scarlett —susurró Lucifer con un nudo en la garganta, el cual hizo que en sus ojos se formaran lágrimas. En ese mismo instante, él le toma su mano, aquel toque hizo que ambos perdieran el miedo a la muerte—. Lo siento...
—No es tu culpa... Nunca lo ha sido —Scarlett le respondió en un susurro casi inaudible, y después de ello, ella cerró sus ojos y dio su último suspiro...
— ¿Scarlett? —Lucifer dijo, con las lágrimas recorriendo su rostro—. ¡¿Scarlett?!
En ese instante, pero en otro sitio, Sariel sintió un dolor agudo en el pecho... y a la vez en su mente se le formó la imagen de su amada muerta... Esto significaba una cosa.... Ella ya no estaba más en este mundo.
— ¡¡¡NOOOO MI ÁNGEL!!! —Sariel se puso de rodillas, y golpeó con sus puños el piso, haciendo un daño colateral. Luego las lágrimas inundaron su ser, y gritó desgarradoramente el nombre de Scarlett repetidas veces.
« ¿Sientes eso angelito, sientes eso? Ella está muerta... » Aquel ente entró en la cabeza de Sariel, lo cual hizo que Sariel gritara de furia...
« ¡¡¡TE ARREPENTIRÁS DE ESTO!!!» Sariel confrontó al ser, y por lo visto éste ser hizo que al ángel le doliera más el pecho, haciendo que él se retorciera de dolor.
Y en otro sitio, Astaroth y Beelzebub regresaron al infierno, puesto que el pacto con Scarlett finalizó con su muerte... Ambos al regresar también gritaron de dolor...
—Le fallamos —Astaroth suspiró pesadamente—. ¡LE FALLAMOS! —Exclamó con tristeza, tratando de soportar aquel llanto que amenazaba con salir.
— ¿Por qué ella? —Beelzebub dijo cabizbajo—. Ahora está en el paraíso... —él no aguantó las lágrimas y lloró como nunca lo había hecho.
Ahora bien, en aquel hangar, Lucifer pactó con su padre...
—No sé si esto es parte del plan —él apretó su agarre con la mano de Scarlett, lo cual le dio fuerza para hablar con su creador—. Pero si quieres y puedes escucharme... —él suspiraba fuertemente, tratando de quedarse en el plano terrenal—. Pero si estás por ahí, padre; necesito un favor... Voy a hacer el hijo que siempre quisiste que fuera, haré lo que tú digas, y a donde tú quieras que vaya... Pero a cambio... todo lo que quiero... es que protejas a Chloe... Y que a Scarlett la recibas en el paraíso... Quiero lo mejor para ambas —él dio su último suspiro, y seguidamente su alma fue hacia el Infierno... Donde Lucifer se encontró cara a cara con su protegida.
—Lucifer —la voz de Scarlett hizo eco en el Infierno.
Ella no estaba en un bucle infernal... Pero... ¿Qué hacía Scarlett ahí?
—No deberías de estar aquí —Lucifer se acerca a Scarlett para acariciarle la mejilla.
—El Infierno no suena tan aterrador, cuando estoy al lado de un ángel como tú —Scarlett sonrió...
Aquellas palabras hicieron que Lucifer sonriera, esas palabras apaciguaron su infierno...
Entonces ellos recorrieron el Infierno, Scarlett estaba confundida, pero Lucifer la tomó de la mano para que no se perdiera...
—Hogar dulce hogar —Lucifer dijo para sí mismo.
Las cenizas del Infierno cubrieron sus ropas...
—Malditas cenizas —ambos dijeron al unísono, mientras se sacudían.
Y en un momento preciso ellos estaban parados frente a dos puertas muy importantes...
—No puede ser, están abiertas —él abrió los ojos de par en par, y una expresión de temor inundó su rostro.
— ¿Qué sucede? —Scarlett preguntaba confundida, pero Lucifer aún tenía la vista en esas puertas.
—Esto no es posible —habló Lucifer expectante a lo que veía.
De repente, una fuerza divina hace que Lucifer reviva... Sin duda Dios lo escuchó... Y al abrir nuevamente sus ojos, él inhala fuertemente, connotando así que estaba vivo... Luego respira varias veces para adaptarse nuevamente, seguido de eso, él voltea hacia el cuerpo de Scarlett... Otra vez las lágrimas inundaron sus ojos...
Pero sorpresivamente Scarlett también revive, ella también inhala fuertemente el aire hacia sus pulmones... Dios le dio una segunda oportunidad... Lucifer al presenciar a una Scarlett viva, la abraza fuertemente, y ella devuelve el abrazo, estrechando fuertemente al Diablo quien nunca la dejó sola en el Infierno...
—Ve por ese maldito —Scarlett dijo de repente, a lo que Lucifer asintió y entonces su mirada se volvió infernal... Sus ojos rojos apuntaban hacia Malcolm.
Cabe de aclarar que cuando Scarlett revivió, automáticamente Astaroth y Beelzebub nuevamente pisaron el plano terrenal...
— ¿Qué carajos...? —Los demonios dijeron al unísono.
Y en otro sitio, Sariel se calmó, el dolor en su pecho cesó, así como en su mente se visualizó la figura de una Scarlett viva...
—Gracias —él murmuró, mirando hacia el cielo, para después desplegar sus alas e ir con su amada.
Regresando al hangar, Lucifer encontró a Malcolm y lo golpeó fuertemente, esta situación lo aprovechó la detective, y le disparó incontables veces a Malcolm, dejándolo moribundo...
Lucifer se acercó al policía corrupto y se llenó de satisfacción al verlo tumbado en el suelo cual cucaracha aplastada.
—Eso no importa, porque tengo tu moneda... —dijo Malcolm con una voz débil—. Volveré —agregó seriamente, mientras buscaba la dichosa moneda, pero no la encontró, y al no encontrarla el policía se puso tenso.
— ¿Buscabas esto? —Lucifer le enseñó la moneda a Malcolm.
—Ay no —suspiró pesadamente Malcolm.
—Conozco a alguien —Lucifer miró al cielo—. Y parece que quiere que me quede —sentenció para después lanzarle la moneda al policía, pero ésta moneda conforme caía se iba desvaneciendo... —. Lo siento, amigo. Es de un solo uso —Lucifer se agachó para ver con claridad la inminente muerte de Malcolm, quien con desesperación luchaba para no morir, pero no sirvió de nada, y en sólo un segundo, su alma se fue de este mundo para siempre...
De repente Sariel apareció en el lugar y ayudó a Scarlett a levantarse...
—Te amo —Sariel la abrazó con muchas fuerzas—. No vuelvas a hacerme esto... —la besó como nunca lo había hecho.
Todo parecía estar bien... Scarlett, la detective y Trixie estaban bien, el mal rato acabó. Por un momento la detective sospechó de Lucifer y Scarlett, y los miró confundida, pero olvidó tal sentimiento porque ellos estaban bien, incluso la detective se preocupó por Scarlett...
Todos se fueron a casa, incluso Scarlett quien se fue en aquella motocicleta, acompañada de su novio, una travesía increíble...
Lucifer, Scarlett y Sariel llegaron a los aposentos del Diablo... estaban en la sala, incluso Amenadiel quien se incorporó a la reunión, puesto que ya estaba mejor.
— ¡Ahh! Durmiendo en el trabajo —bromeó Lucifer al ver a Amenadiel despertándose.
—Luci, tenemos que buscar a Malcolm —Amenadiel dijo preocupado.
—Sí, ya me encargué, es tema pasado —respondió Lucifer, sirviendo tragos para todos.
—Ya estamos bien, hermano —Sariel comentó, a lo que Amenadiel se examinó la herida, y observó que ésta había sanado completamente.
— ¿Dónde está Maze? —Preguntó Amenadiel.
—Iba a hacerte la misma pregunta, tal vez tus ronquidos la alejaron —Lucifer respondió, acercándose hacia su hermano, extendiéndole un vaso con licor.
—Tal vez se fue a otro sitio —Scarlett comentó, mientras se sentaba en el sofá seguida de Sariel.
—Hablé con mi padre —Lucifer anunció seriamente.
— ¿Disculpa? —Amenadiel y Sariel dijeron al unísono, impactados por lo que había dicho su hermano.
Mientras que Scarlett se quedó impactada, sin habla...
—Sí, le ofrecí mis servicios a cambio de... bueno... no tiene importancia, él aceptó —Lucifer informó.
— ¿Él te respondió? —Amenadiel preguntó.
—Bueno, no con palabras... Pero su mensaje fue claro —Lucifer dijo.
— ¿Y qué es lo que quiere? —Sariel cuestionó.
—Dos entidades escaparon del infierno... —dijo seriamente Lucifer—. Debió de ser en el momento en el que estuvieron incapacitados. Y creo que él quiere que yo devuelva a las aves a su jaula...
Esa revelación dejó helados a los presentes...
— ¿Es todo? —Amenadiel comentó—. No creo que sea muy difícil encontrar a dos simples almas errantes.
—Sí —asintió Lucifer, pero estaba muy nervioso y preocupado, a lo que bebió su licor para calmarse.
Esa acción hizo que los ángeles miraran con confusión a su hermano caído.
— ¿Tienes miedo? —Amenadiel dijo.
—Efectivamente —Lucifer asintió lentamente.
—Pero tú jamás tienes miedo —Sariel habló.
— ¿Qué es lo que podría asustarte, hermano? —Amenadiel cuestionó.
Lucifer se quedó sumamente callado...
—Lucifer... ¿Quiénes escaparon? —los dos celestiales preguntaron al mismo tiempo.
—Mamá y Azazel —Lucifer confesó, estaba muy temeroso...
Aquellas entidades juntas eran el mismo Infierno en Tierra...
Sin embargo algo cambió en Scarlett y en Lucifer, y es que separados estaban vulnerables, pero juntos eran poderosos, invulnerables, inmortales...
Mientras que Chloe Decker era la debilidad del Diablo, Scarlett Knight era su fortaleza...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top