𝕸𝖊𝖆𝖙
Una criatura vestida de piel merodeaba por las profundidades del bosque, su feroz aullido espantaba hasta el más pequeño e indefenso animal del pueblo más lejano. Todos temían de dicha criatura de aspecto desconocido, hasta lo más fuertes cazadores le tenían algún tipo de "respeto" a tal abominación. Quien pensaría que una joven fuera una de las víctimas de aquel monstruo.
Samantha, era una chica bastante común, tan común que pasaba desapercibida en su pequeño pueblo. Sus metas eran sencillas para una chica de dieciséis años, conseguir el amor de su vida y vivir feliz, aunque en noches de luna llena se cuestionaba sobre que significaba la verdadera felicidad mientras escuchaba a la lejanía pequeño gruñidos de dicha bestia que vivía en el bosque.
Nunca temió de aquel desconocida bestia ya que se encontraba lejos, tan lejos que nunca podría hacerle daño, hasta a veces se cuestionaba el porque de tantas víctimas, después de todo aquella bestia se encontraba bastante lejos de su pueblo. Le tranquilizaba saber que ella misma no sería tan estúpida para caminar por el bosque.
Su madre se encontraba felizmente orgullosa de su única hija, era chica tan dócil y dulce las posibilidades de conseguir un buen esposo eran altas, y saber que la felicidad de su hija estaba garantizada le aliviaba. Su padre un hombre de pocas palabras se encontraba feliz, saber que su hija era una chica tan discreta y seria le aseguraba que no estaría con cualquier infeliz que le desgraciaría la vida.
—Hasta luego~
Despidiéndose de sus padres se dispone a caminar por las tranquilas calles de su pueblo, la población no era exuberante pero eso era una ventaja para ella, no tendría que lidiar con el ruido constante. Mientras caminaba con notorio desinterés siente como jalan levemente el dobladillo de su vestido, al voltear la mirada se topa con un pequeño niño hasta los huesos.
—¿P-Podria… ayudarme? Mi mamá necesita que le entregue esto a un amigo… el es un gran gran graaan… cazador…
La lástima invadió su frágil corazón, sabía que no era conveniente hacer recados de personas que no conocía, pero no podría decirle que no a un niño que apenas podía mantenerse de pie. Dando un suave suspiro, asiente con dulzura mientras sostenía aquel bolso, el olor a hierro era bastante fuerte y fresco pero supuso que era carne para el cazador, después de todo todos disfrutamos de la carne de res en este pueblo ¿No?. Siguiendo las indicaciones del malicioso niño llegó hacia una cabaña abandonada que poseía numerosas pieles colgadas, desde de res hasta de osos.
La joven quedó sorprendida ante la cantidad de pieles que decoraban el esterior del deteriorado lugar. Tomando valor toca la vieja puerta.
—¿Quien es?
Una fuerte y dominante voz hace que su cuerpo salte, fue bastante sorprendente escuchar una voz de tal magnitud de manera tan repentina. Dando un suave suspiro toma una gran bocanada de aire.
—Un niño me entregó este bolso…parece ser que su madre lo envió para usted.
Esperaba algún tipo de respuesta pero en cambio vio como aquella puerta se abría acompañada de un fuerte crujido. En su campo de visión un joven mayor que ella aparece, con ojos azules, cabellera rubia acompañado de unos rasgos finos, era como ver la descripción de los príncipes en los cuentos que solía leerle su madre todas las noches.
—A-Aquí tiene.
Sin recibir respuesta ve como el joven de nombre desconocido se hace a un lado, invitándole a seguir adelante con un gesto. La joven deseaba negarse pero sabía que sería descortés, dando un paso a la cabaña desconocida aprecio algo sumamente llamativo.
En su interior estaba plagado de sin fin de varios tipos de calaveras al igual que pieles. Sintiendo como su piel se erizaba ante la vista, una voz fuerte hace que se encoja de hombros.
—¿Desea Té?
—¡S-sí…!
Afirmó con una sonrisa nerviosa mientras le extendía aquella extraña bolsa, quería entregarle esto, tomar el té para salir lo antes posible de aquella extraña cabaña.
—Tenga…
—Gracias, ¿en serio viniste hasta aquí a entregarle esto a un desconocido?
Aquella repentina pregunta hizo sentir absolutamente más estúpida a la joven, se estaba involucrando en algo que no era de su incumbencia.
No deseaba decir ni una sola palabra, la situación se tornaba poco a poco más incomoda. Conteniendo un grito al escuchar como aquella bolsa caía con un fuerte estruendo, logra apreciar como un par de piedras salían de la bolsa al igual que la cabeza de una cabra.
—¿P-Para q-qué…?
—Las piedras son buenas para la digestión, además me gusta coleccionar cabezas de mis víctimas. Creo que es una linda decoración.
—Es espeluznante…
—¿Eso crees? Muchos lugares en este pueblo lucen exactamente iguales.
Tenía razón, algo que hizo sentir la menor más incomoda y estúpida.
—Levanta la mirada. No hay nada que temer, solo soy un nuevo cazador. No soy aquel monstruo para que temas tanto de mi ~
Levantado la mirada ante el tono burlon logro apreciar una sonrisa arrogante, era un chico común como ella. Dejando atrás el miedo simplemente sonrío mientras entrelazaba los dedos.
—Tienes razón, pero sigues siendo extraño.
—Es imposible conseguir alguien completamente cuerdo, la cordura es tan frágil como el pétalo de una rosa~
(…)
Y así paso el tiempo, la joven quedó perdidamente enamorada de aquel cazador llamado Diego. Mientas los días transcurrían podría afirmar con seguridad el amor entre ambos era tan sincero y puro como una rosa blanca.
Sus padres desconocía la relación de ambos, el joven rubio no se encontraba parcialmente interesado en conocer los padres de Samantha. O mejor dicho, no se encontraba interesado en mantener contacto con las personas del pueblo. La castaña se sintió bastante sorprendida, después de todo los cazadores eran bastante populares y más aún tomando en cuenta el extraño sentido del humor del rubio, de seguro resaltaría entre todos.
—¿Es seguro…?
Samantha se encontraba haciendo justo lo que quería evitar desde pequeña, caminar en el bosque.
—Estas conmigo.
—¿L-La bestia…?
—Esas historias son falsas~. Estas segura a mi lado.
El cálido aliento del rubio rozaba su pálido cuello, acompañado de unas pequeñas mordidas la joven suspiro suavemente, si Diego su amado Dio lo decía, tenía que ser cierto.
Dejándose guiar por el oscuro bosque, podía sentir sus piernas temblar ante el silencio. Un inquietante silencio que los envolvía con frialdad, ella juraba que los animales habían desaparecido para dejarlos únicamente solos.
—Mira~… entremos, podemos descansar.
—Espera Diego….
Aquel lugar gritaba peligro.
A la cercanía de podía apreciar una cabaña en estado deplorable, lo raro no era eso si no que todo, absolutamente todo estaba cubierto de sangre seca o eso parecía ver ella. De la cabaña colgaba piel completamente lisa, pareciendo casi piel humana.
—Vamos, es seguro.
Sentía como si la estuvieran arrastrando a un matadero, intentaba negarse pero era imposible, el agarre de Dio era tan fuerte que sentía que su piel se desgarraba debido al fuerte agarre.
El rostro de Diego parecía distorsionarse debajo de la luz de la luna, profundas grietas adoraban parte de su mejilla al igual que grandes colmillos sobresalían de su labio.
—Bienvenida a casa~
A este punto el olor era completamente putrido, al ver como el rubio abría la puerta contuvo las ganas de vomitar ante el desagradable hedor, ya la broma de su novio parecía ir bastante lejos.
Antes que pudiera quejarse, sintió como el rubio la empujaba con fuerza dentro de la cabaña, sintiendo debajo de su piel algo pegajoso no pudo evitar gritar ante el temor. Bajando la mirada pudo apreciar como había caído sobre una gran cantidad de vísceras, conteniendo las ganas de vomitar alza la mirada hacia su novio, pero lo único que pudo ver antes de perder la consciencia fue un horrible monstruo cubierto de sangre.
(…)
Al recuperar la consciencia noto que se encontraba de pie pero amarrada contra algo que la mantenía de pie, al levantar la mirada vio un gancho que estaba ensartado sobre aquella cuerda que la mantenía inmóvil.
El desagradable olor que sintió al ser empujada a este lugar invadió sus fosas nasales.
Todo absolutamente todo en esta cabaña estaba cubierto de sangre y viseras, un espectáculo bastante grotesco para su vista. Aunque la cordura abandono cualquier parte de su cuerpo al ver cabezas humanas dispersas de un lado a otro, incluyendo ciertas partes de cuerpos.
—Ya despertaste~
Al escuchar aquella fuerte voz levantó la vista, encontrándose con una criatura cubierta de lo que parecía piel humana colgada por toda su forma grotesca, entre esa cortina de piel pudo ver la cabeza de un reptil cubierta de sangre. Ante tal vista la joven dio un fuerte grito mientras cerraba los ojos con fuerza, este no podría ser su amado Diego.
—Jaja~, tampoco es para temerme tanto. Abre los ojos.
Negó con fuerza la joven mientras cerraba con aun más fuerza sus ojos, sintiendo como una garra tomaba su rostro dio un suave gemido, un grave error ya que la bestia no dudo para ingresar su larga lengua.
—Parece ser que no te gusto así, tranquila ya cambiaré.
Su boca quedó con un desagradable sabor de sangre y carne putrefacta, abriendo los ojos con temor pudo apreciar al rubio, cubierto de pies a cabeza con aquella cortina de piel cubierta de sangre.
—D-Diego…
Tal vez esto fue planeado por todo el pueblo, era absurdo que la gente desapareciera de la nada y nadie evitara eso.
¿Todo este amor fue artificial? ¿Siempre fue carne de ganado para él?
—No llores, shhhh todo estará bien.
Todo fue una mentira…
Una maldita mentira…
—¿Por qué…?
—Porque te amo, eres mi preciado alimento. Si no fuera por ti, estaría muy hambriento, tu saciaras todos mis deseos.
Sintiendo sus cálidos besos besar sus ojos llorosos simplemente la joven se echo a llorar.
—Ahora, que comience el espectáculo.
Con esas palabras, los brazos de Diego rodearon el cuerpo de Samantha desde atrás. Aunque la joven luchó violentamente en su creciente disgusto, ambos brazos la levantaron sin que ella pudiera resistirse
Las manos de Diego se movieron hacia los pecho de Samantha y agarraron el cuello de su abrigo. El sonido de la tela rasgada sonó en sus oídos.
—... Nh—
Su abrigo se rasgó y cayó a sus pies como una masa de tela. Atormentada por la preocupación y el arrepentimiento, y por una humillación aún mayor, Samantha cerró los ojos con fuerza.
Diego estaba detrás de Samantha, acariciando su vientre y pechos a través de su camisa con ambas manos. Uno de sus labios se movió hacia su oreja.
—Qué bonitas orejas.
Mientras el susurro entrecortado hablaba, un dolor punzante recorrió el oído de Samantha.
—kuh ... ngh ...
—Quiero devorarlo.
Una lengua cálida le tocó la oreja. Samantha se preguntó si la habían mordido. El dolor empeoró y frunció el ceño.
—Detente ... duele—
Le tiraron de la oreja mientras lo mordía. Cambió a una sensación de que se estaba rompiendo gradualmente.
Incapaz de soportar el dolor severo y entumecedor que le recorría el oído. Samantha trató de sacudir la cabeza y alejarse.
Sin embargo. Tuvo el efecto completamente opuesto. Sus sienes y mejillas convulsionaron. Duele. El rojo se abrió en la parte trasera de sus ojos. Sus vasos sanguíneos latían profusamente.
El sonido sordo de la carne rasgándose llegó a los tímpanos de Samantha.
—¡¡¡Gah, aaaaaaahhhhh ... !!!
Su espalda se arqueó severamente. Samantha levantó la voz ante la sensación de dolor y calor.
El cuerpo de Samantha convulsionó cuando Diego terminó de desgarrarla y consumir su carne y sangre. Su respiración se detuvo.
—¿Te duele? Jeje, son deliciosos. Tus oídos y tus llantos.
—. .. nhh ...
Samantha soltó un tembloroso aliento a través de los dientes apretados, tratando de controlar sus escalofríos. Sonaba como si estuviera sollozando.
Debido a que se había esforzado por soportar el dolor, sus oídos sonaron. Todos sus nervios se concentraron en sus oídos.
Perdió la fuerza de voluntad para luchar y miró hacia abajo con cansancio, pero de repente fue agarrado por la barbilla.
Diego lo mira fijamente. Sus labios estaban empapados de sangre roja formando una delicada sonrisa.
Samantha se estremeció. Pensó desde el fondo de su corazón que Diego era terrible. Una lengua, casi tan roja como los labios, lamió la mejilla de Samantha. El leve olor a sangre rozó levemente la punta de su nariz.
La lengua que recorría sus mejillas llegó a sus ojos. Diego le lamió los bordes del ojo sucesivamente.
Solo eso asustó a Samantha lo suficiente como para hacer que su cuerpo se sacudiera excesivamente.
¿Qué estaba pensando Diego ? ¿Qué iba a hacer? Samantha no lo sabía. No podía soportar este miedo.
—... No, no me toques ...
Cuando Samantha intentó apartar la cara, sus mejillas estaban apretadas entre las dos manos de Diego. Su miedo se aceleró.
Algo húmedo y cálido se apretó contra sus párpados temblorosos.
Se le hizo un nudo en la garganta justo en eso, e hizo un sonido agudo. No podía protegerse a sí misma, y sintió un miedo instintivo de ser invadida por una parte indefensa de sí mismo.
Sacando ligeramente sus labios de los párpados de Samantha, susurró Diego.
—Los ojos son dulces. ¿Sabes la razón?
Su lengua trazó la forma del globo ocular de Samantha, lamiendo el hueco debajo de sus cejas.
—El miedo se acumula en los ojos. Cuando alguien tiene una mala premonición, ¿no miran a los ojos de alguien en busca de tranquilidad? Cuando no pueden determinarlo, se asustan por sus vidas. Tu conciencia se basa ante todo en tu vista. Si un miedo oscuro aparece abiertamente en la superficie del ojo, puedo lamerlo y tiene un sabor dulce. Es algo parecido a un caramelo para mí.
La agitación aumentó en su pecho, y Samantha tomó numerosas respiraciones rápidas y superficiales. Ella estaba asustado.
La lengua tocó su ojo. Las dos superficies mojadas entraron en contacto.
—... Nh, gh ...
El cuerpo de Samantha se puso demasiado rígido y tembló. Fue una sensación fría pero caliente que le dio un mal presentimiento de cualquier manera.
La lengua se movió en la boca de su ojo con un sonido húmedo anormalmente. Las lágrimas fisiológicas y las náuseas le inundaron.
—... Ahh. Cariño, tus ojos son tan dulces y deliciosos".
Diego murmuró en una canción mientras jugaba con Samantha levantando la cara y lamiendo sus labios.
Cuando Samantha abrió su ojo fuertemente cerrado, su visión se volvió borrosa significativamente. Una gota cayó en una línea desde su ojo lamido.
No sabía si era una lágrima o una acumulación de saliva.
Las articulaciones de ambos brazos crujieron cuando colgó. Su oreja desgarrada latía de dolor al ritmo de su pulso.
En la mente de Samantha, no había nada más que arrepentimiento y desesperación.
La desesperación fue más fuerte. Habiendo perdido la fuerza para mirar a Diego, Samantha miró hacia abajo en silencio, respirando con dificultad.
Diego se volvió detrás de Samantha, agarró su mandíbula con fuerza con una mano y levantó la barbilla.
Un susurro le llegó al oído caliente y sangrante.
—¿Por qué no te gusta?~ se veía que disfrutabas cada vez que besaba tus preciosos ojos.
En aquel momento todo era tan distinto, era lo único que pensaba lo joven entre llantos.
Mientras lamía lentamente el cuello de Samantha, una sonrisa intrépida se extendió por los labios de Diego.
—Deja que lo que está sucediendo ahora se marque firmemente en tus ojos, y la desesperación.
Su lengua acariciando la suave piel del cuello de Samantha y succionando su nuca, Diego se movió hacia su hombro. El dobladillo de la camisa de Samantha estaba enrollado y las manos de Diego se deslizaron por debajo.
—... nh ... kh.
Las manos de Diego estaban tan frías que Samantha pensó que le estaban presionando hielo en la piel, ¿siempre fueron así de grúas?. La repulsión brotó mientras tanteaban desde su vientre hasta sus pechos.
Diego usó sus manos para jugar sin prisa con el cuerpo de Samantha mientras hablaba.
Diego sonrió desafiante y puso sus labios en los oídos de Samantha en un movimiento artificial. Lamió la herida donde la había desgarrado.
Diego deslizó ambas manos hacia abajo poco a poco, con su lengua para probar la oreja que había sido despedazada.
Si esa lengua caliente tocaba la herida todavía húmeda y vívida, el dolor lo recorría. Samantha lo soportó mientras agachaba su cuerpo y contenía la respiración.
—Todo el pueblo está bajo mi control… ¿por qué crees que ese niño se acercó a ti? Eres bastante estúpida.
Las palabras que Diego había dicho ahora pasaban por su cabeza, pero Samantha estaba segura de que estaban destinadas a desconcertarla. Si Samantha estaba confundida y perturbada, solo se propagaría y amplificaría el dolor.
—Ahora quitemos este estorbo por completo~
Desgarrando su vestido por completo, Diego río contra su cuello mientras deslizaba sus manos hasta sus pantis.
Debido al miedo y la tensión, la intimidad de la joven estaba completamente seca.
—Supongo que es una prueba de que estás asustada. Jeje, solo he empezado a hacer más. ¿Debo hacerte sentir un poco más cómoda?
Arranco cualquier rastro de tela sobrante y Diego la desnudó. En ese momento, ssmantgo torció su cuerpo por una feroz vergüenza, pero la resistencia no fue posible cuando sintió un fuerte golpe contra su mejilla.
—¡No, no me toques ...!
Diego se rió en voz baja en lo más profundo de su garganta como si hubiera leído el corazón de Samantha.
Tenía las piernas expuestas, nada oculto. Sentía que iba a llorar de vergüenza en cualquier momento.
—Antes deseabas que te tocara así~
Samantha retrocedió ante esas palabras, sin aliento.
Frío. Su cuerpo volvió a temblar ante la sobrenatural temperatura de esa palma. Aun así, frotaba y lo acariciaba lentamente de arriba a abajo, un leve dolor nacía en ella.
—kh ... nnh ...
Su respiración se aceleró poco a poco. Pero Samantha apretó los dientes, decidido a nunca levantar la voz.
Diego fortaleció la presión y el ritmo de su caricia para alejar esa parte de Samantha.
—... Detente ... Nh—
Cuanto más consciente era Samantha de que disfrutaba, más aumentaba la temperatura del aire, hasta que pensó que se estaba hundiendo en el infierno. Su cuerpo traicionó su mente. Mortificada, casi tembló.
Incluso si sentía placer, luchó por reprimir su voz. Un dulce dolor se construyó en su entrada, al bajar la mirada logra ver como Diego había introducido dos dedos en su interior.
—Hah ... nnh, mn ...
Diego lamiendo la mejilla de Samantha, susurró en un suspiro teñido de ligera excitación.
—... Pronto, haré que te duela
—... ¡nh!
Una sensación desagradable recorrió su espina dorsal. Samantha sintió una expectación retorcida acechando en esa voz.
Los movimientos siguieron, pero sintió un toque frío contra sus nalgas desnudas. La mano libre de Diego las tocaban.
Sus pensamientos cesados estaban dominados por el miedo y una vergüenza aún mayor.
—¡Déjame ir! ¡No ... no!
Samantha resiste a pesar de que sabía que era inútil. Diego le dio una fuerte nalgada que provocó un suave grito de parte de la joven, luego la besó en la mejilla.
—Lo siento. Si odias hacer esto, quiero hacerte sufrir aún más. Es más divertido así ... para mí.
—... ¿¡nh !?
Las manos agarraron la parte posterior de sus muslos y los separo. Fueron empujados con fuerza de izquierda a derecha.
Justo después de eso, vio como Diego se posaba entre sus piernas.
—... Nhah ... ¡Ah, aahh ...!
Todo el cabello de Samantha se erizó cuando el dolor atravesó el centro de su cuerpo.
Su carne protestó y un sonido desgarrado resonó en su cuerpo. Un dolor intenso y mordaz y un calor paralizaron su visión, sus pensamientos y todo lo demás.
Hubo un zumbido chirriante en sus oídos. Samantha fue quemada desde adentro por una estaca en llamas, sintió tal ilusión.
No sabía lo que le estaban haciendo. Pero se sentía como si le hubieran clavado un cuchillo en el cuerpo. Eso pensó.
Su columna vertebral se arqueó con todas sus fuerzas. La saliva se derramó sobre sus labios.
—Jeje, ahh, viene. Tu dolor, tu sufrimiento, tu miedo de ser destrozada y morir ... Viene de aquí, donde estamos conectados.
—¡Hh ... gh, ahh ...! D-Diego…
Diego levantó ligeramente las caderas mientras hablaba. Samantha sintió que lo enterraban más profundamente y levantó la voz, casi gritando.
La visión de Samantha se empañó con lágrimas. Era un dolor que sentía que haría que su cerebro se partiera.
No estaba preparada. Se volvió como un arma, empujando sin cesar.
La cavidad de Samantha no era más que una herida reabierta, y cuando Diego empujó, fue lo mismo que ser penetrado en esa misma herida.
—¡Ah, ah, aah ...! ¡Ngh ...!
Diego sujetó el cuerpo de Samantha por cada pierna y se hundió de nuevo. Las paredes interiores secas de Samantha fueron empujadas y retiradas.
Diego se rió, lamiendo las lágrimas que mojaban las mejillas de la joven.
—Dulce. Tus lágrimas de miedo son un postre excelente. Oye, quiero verte llorar más.
—Hah ... mm, nnh ...
Su cuerpo temblaba y temblaba, palideciendo ante el calor.
Los golpes fuertes se tiñeron de un deslizamiento ligeramente extraño. Hubo un sonido húmedo que nunca pensó que escucharía, golpeando contra sus oídos.
Un olor a sangre flotaba y sintió náuseas.
La misma Samantha había perdido completamente su fuerza y se había marchitado. Una sombra blanca se estremeció en su visión oscura y desenfocada.
Samantha trató de morderse la lengua. Sin embargo, sin perder el ritmo, Diego cubrió la boca de Samantha con su mano. Sus dedos empujaron la boca de Samantha .
—Muerde mis dedos en lugar de tu lengua. Te lo juro, eres un gatita tan traviesa. Tengo que castigarte.
—... Mmn ...
Los movimientos que la perforaban se detuvieron. Su corazón latía con un pulso antinatural en el momento de la vergüenza.
¿Qué era este extraño sentimiento? Mientras se preguntaba, la resignación cruzó su pecho. No, no era el mismo Diego que amaba.
Un dolor insoportable entró libremente. Hasta ahora, cualquier efecto que pudiera haber provocado la empatía no era tan grande.
Si fuera posible, estos sentimientos la invadieron, y sintió que quería perderse a sí misma ... incluso estaría feliz de morir.
Mientras tanto, su corazón estaba lleno de las emociones de Diego.
Los movimientos se reanudaron, empujando hacia arriba. Algo recorrió el cuerpo de Samantha que había comenzado a entumecerse y paralizarse. Placer, era lo que sentía a través de su cuerpo.
Algo que se desvaneció con indulgencia.
—Voy a arrancar tu inútil sentido de la vergüenza y el orgullo.
Susurró Diego en su oído.
Sus palabras fueron arrastradas por oleadas de placer antes de que Samantha pudiera entender lo que significaban.
Fue extraño. El dolor no desapareció. Aunque seguramente lo sintió, sintió un deseo irresistible.
Aunque hace un momento, estaba atormentada por tanto dolor que hubiera preferido morir.
—... Mmn ... nnh, mn ...!
Golpeada mientras los dedos permanecían en su boca, Samantha en un gemido ahogado y suspiró desde cada esquina de su boca, lamiendo suavemente los dedos que se encontraban dentro de su boca.
El placer recorrió su columna vertebral y cayó hasta su vientre.
Mordió los dedos de Diego como un retroceso de luego empujar. Con el toque de sus dientes clavándose en la carne, sus instintos sin reservas se despertaron.
—... mn, nnh ... ngh ...
—Jeje, así es, solo sigue tus instintos. Eres tan buena.
Incluso si Diego no hubiera hablado, Samantha todavía le mordía los dedos.
¿Sangrarán los monstruos? Se preguntó al no sentir ningún líquido recorrer sus papilas gustativas.
Samantha sollozó por respirar. Su respiración agitada hizo que su pecho subiera y bajara con fuerza. Debido a los dedos en su boca, no podía tragar su saliva, y le goteaba desde la barbilla hasta la garganta.
—... nnnh ... nhah ...
Los dedos se retiraron de la boca de Samantha y jadeó pesadamente.
Mientras tanto, la mano de Diego se deslizó entre sus muslos abiertos, abriendo el agujero que se tragaba profundamente su deseo.
Estirado y lleno hasta su límite, Samantha aceptó el dedo que se deslizaba desde un lado sin dificultad.
—... ¡Ah! Nhah ... kh ...
—Aquí también eres suave y muy dispuesta.
Frotando con el dedo que presionaba su entrada, estirado tenso, oleadas de emocionante placer recorrieron a Samantha, una tras otra.
Involuntariamente se apretó alrededor del dedo de Diego.
Samantha dejó que su lengua se asomara entre sus labios entreabiertos y trató de mirar a Diego con una mirada derretida. Sintiendo como retiraba el dedo sintió un suave sabor levemente salado en sus papilas gustativas, chupando el dedo de Diego con emoción dejo salir suaves gemidos.
Samantha había perdido cualquier rastro de cordura.
Aunque no quería llorar, las lágrimas rodaban por sus mejillas. Se dio cuenta de que podría haber sido el orgullo que aún le quedaba.
Samantha fue violada por la persona que más amaba.
Sintió ... placer.
Contuvo la respiración ante el cálido toque que se deslizaba dentro de su carne. También había una sensación de presión, como si su cuerpo fuera a estallar.
Mejor aún, preferiría simplemente explotar. Pensando así, Samantha cerró los ojos, intoxicada por el placer y la desesperación.
En algún lugar del interior, su corazón se desmoronó ruidosamente.
Sintió que podría correrse en cualquier momento, su entrada húmeda por el líquido preseminal de Diego y su propia sangre.
—Cuando lo hago así ... seguramente te traerá aún más placer"
La polla de Diego empujó contra sus paredes estiradas y temblorosas, llenándola.
Un impulso amargo y placentero se superpuso cuando Samantha no pudo permitirse correrse.
La luz se abrió en la parte posterior de sus párpados, cegándola. Empujado hacia arriba violentamente, el placer era demasiado fuerte ... el dolor subió desde las profundidades de su cintura.
Samantha quería llegar al clímax pronto. Podía continuar con esto hasta que se rompiera en pedazos, habiendo caído en un extraño estado de intoxicación.
—Seguramente tu cuello uterino están en grave estado ahora mismo. Estás muy magullada, rezumando sangre aquí y allá ...
susurró Diego en medio del acto, su voz suave pero excitada.
Al imaginarlo mientras hablaba, Samantha tembló de placer. La polla de Diego penetrando a Samantha se fue hinchando poco a poco.
Samantha estaba encantada ...
Cuando Diego golpeó contra sus caderas, un placer entumecedor la recorrió.
El placer se convirtió en jadeos y suspiros que brotaban de sus labios.
—... nnh ... mmn, kh ..."
Su cuerpo se agitó y se estremeció violentamente. En ese momento, Samantha no pudo soportarlo más y alcanzó su clímax. Diego permaneció dentro de ella, forzando la parte superior del cuerpo de Samantha hacia arriba tirando de su cabello.
—Voy a devorar tu cuerpo después de esto. Después de todo eres mi nueva presa favorita, tan dulce~
A punto de perder el conocimiento, Samantha derramó una última lágrima.
(…)
Muchas gracias por todo el apoyo uwu este one shot fue improvisado pero bueno xD espero que lo disfruten uwu
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