🌵 𝓢𝓮𝓷𝓽𝓲𝓶𝓲𝓮𝓷𝓽𝓸𝓼 🌵

México llevaba una bandeja de comida para Rusia. Sabia que sus habilidades culinarias y rezarle a la virgencita le ayudarían a sanar más rápido a Rusia. Entró a la habitación y encontró a Rusia tratando de vendar su abdomen.

Aguanta —México dejo la comida en una mesita.

Se acercó a Rusia y le ayudó a vendarse. Vio el abdomen de Rusia bien marcado y sus mejillas se pintaron de un bello color rosado. Rusia se dio cuenta y se río. México, avergonzado, siguió vendando el abdomen del otro.

Thank you (Gracias) —el euroasiático agradeció cuando México término de vendarlo.

You're welcome, now eat (De nada, ahora come) —México puso la bandeja frente al otro.

Lo miró mientras comía. Por alguna razón, tuvo una sensación cálida en sus mejillas, estómago y pecho. México veía hipnotizado como Rusia disfrutaba de sus famosos tamales oaxaqueños. Rusia notó su mirada, México se sonrojó y volteo a otro lado.

Cielo santo, ¿pero que me pasa? —México hablaba pensando que Rusia no entendía el español, pero que equivocado estaba—. No eres joto, no eres joto, no eres...

What happens, Mexico? (¿Qué pasa, México?) —Rusia fingió no entenderle para comprobar que lo que decía era cierto.

Nothing, it's all right (Nada, todo está bien) —México estaba ruborizado—. Puta, casi la cago —ahora Rusia comenzaba a sospechar.

Well, I think I've finished eating. You cook delicious, I like it (Bueno, creo que terminé de comer. Cocinas delicioso, me gusta) —eso hizo que México se ruborizada aún más.

Thank you, I must go to wash this (Gracias, debo ir a lavar esto) —México salio de la habitación con bastante prisa.

Se paró del otro lado de la puerta totalmente rojo. Su corazón latía demasiado rápido. ¿Qué le estaba pasando? Eso le estaba ocurriendo desde que empezó a hacer de enfermero de Rusia. Poco a poco esas sensaciones cálidas iban aumentando o haciéndose notar más. México tenía mariposas en el estómago.

No eres joto, no eres joto —se repetía a si mismo.

México no tenía idea de cuando había empezado a sentir aquello por su amigo. Claro que era un sentimiento que le agradaba, y tal vez en otros tiempos ya se hubiera confesado, pero era 1940 y la homofobia de la gente era enorme. Simplemente mantenía aquellos sentimientos "escondidos" de Rusia aunque todos sepamos que el euroasiático le había entendido perfectamente a todo lo que había dicho en español.

Por su parte, a Rusia le gustaba ver a México sonrojado y diciendo tantas cosas sobre lo que sentía pensando que hablando en español no le iba a entender. A Rusia se le hacía muy lindo, pero a pesar de eso, no podían estar juntos, su padre también quería el corazón del Azteca desde antes que su propio hijo.

México regreso a la habitación después de haber lavado los platos. Por lo menos cuidar de Rusia lo había mantenido distraído de su depresión, pero había vuelto a perder bastante peso por la preocupación. Se sentó al lado de Rusia con una hoja y una pluma en sus manos. Empezó a escribir. El de Ushanka, curioso, decidió espiar un poco.

What are you writing? (¿Qué escribes?) —preguntó dudoso.

Your father is leaving tomorrow for war. He will return in a couple of days (Tu padre irá mañana a la guerra. Regresara en un par de días) —dijo sin apartar la mirada de lo que escribía—. But I was thinking that maybe you will like to have some fun. So, I'll make a party, in your house because I can't leave you alone (Pero estaba pensando que tal vez querrías divertirte un poco. Así que haré una fiesta, en tu casa porque no puedo dejarte solo)

That's good. Can I go to the party? (Está bien. ¿Puedo ir a la fiesta?) —preguntó.

I don't know, can you? (No lo , ¿puedes?) —México le preguntó distraído mientras terminaba de escribir la carta.

Of course (Claro)

A Rusia le encantaba ver a Mexicano tan concentrado en escribir su carta. Por lo que entendió estaba escribiéndole a un tal Chile. Rusia sintió la necesidad de saber mas sobre ese tal Chile.

Who is Chile? (¿Quién es Chile?) —preguntó muy serio, diferente a como le hablaba a su amigo.

Oh, he is my brother (Oh, el es mi hermano) —dijo metiendo la carta dentro de un sobre.

Rusia solía ser algo celoso, pero sólo un poquito. ¿Desde cuándo el competía contra su padre para ganarse el corazón del pequeño tricolor? Fue en aquel momento en el que descubrió que tenía un desorden alimenticio, tal vez fue cuando consoló su llanto o tal vez cuando ambos intercambiaron miradas de amistad mientras tomaban la mano del otro. No lo sabía con certeza, sólo sabia que el amante del picante había conquistado su corazón, y que el había conquistado el suyo.

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