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En la casa de Debbie y Lucas Addams, se escuchaba que alguien tocaba el timbre, por lo cual la mucama del lugar abriría, dejando ver al resto de la familia de Lucas que estaban ahí, a excepción de los hijos mayores.

-Queremos ver a Debbie y a Lucas-Informaba Morticia a la mujer de uniforme de mucama

-¡Te buscan Debbie!-Gritaba la empleada para poder seguir con su trabajo

-¡Señora Debbie!-Se escuchaba el grito de la mujer hacia la mucama

Una vez que la familia entraba, veían el lugar nada sombrío u oscuro, estando todo muy ordenado, con aspecto caro e iluminado.

-Homero, ¿Dónde estamos?-Preguntaba Morticia mientras cargaba al bebé mirando todo incrédula

-Me parece familiar... Claro, la entrada al infierno-Mencionaba la abuela, teniendo un cráneo en su mano

-Bienvenidos a mi morada-Diría Debbie en lo alto de la escalera del centro, mirando a la familia teniendo un vestido blanco con boa en la parte del cuello, teniendo una sonrisa y una voz diferente a la dulce y aguda que usaba

-¿Puedo ver a mi hermano?-Preguntaba Homero una vez la veía

-No, el no quiere verlos. A nadie, ni a eso-Diría lo último con desagrado, señalando al bebé que estaba en brazos de Morticia

-¿Por qué?-Diría la mujer de negro confundida

-Porque está enamorado, está envuelto en una delicada sábana de éxtasi, y odia sus ridiculeces-Diría con seriedad mientras bajaba solo un par de escalones

-¿Por qué?-Cuestionaba nuevamente ahora Homero

-Porque son muy ostentosos con ese y su gran romance. Lo tenían como un niño, y yo lo hice hombre-Explicaba mientras daba una sonrisa

-Quiero escucharlo de sus propios labios-Exigía el hombre mirando serio a aquella mujer de blanco

-Pues ya están mudos-Diría para mirar hacia arriba, donde se veía a un Lucas con una peluca, estando escondido de la vista de la familia, mirándola sin saber que hacer
-¿Quieres hablar con estas personas?-

-Debbie...-Diría muy bajo, cuando veía a la mencionada tocar su cuerpo y mirarlo con una mirada sensual, logrando convencerlo
-No.. ¡Lárguense!-

-¡Ese no puede ser mi hermano!-Diría Homero acercándose un poco más hacia el inicio de la escalera

-Lo siento-Se disculpaba Debbie con una sonrisa que mostraba lo contrario

-Lo engatusaste. Haz puesto a Lucas bajo un extraño conjuro sexual... lo respeto-Mencionaba Morticia con una sonrisa
-Pero por favor, déjanos verlo-

-Ni siquiera lo piensen-Sé negaba sería pero con una sonrisa malvada

-Has ido muy lejos. Te casaste con Lucas, has destruido su espíritu, lo has alejado de nosotros, todo eso lo perdono-Diría con sinceridad la mujer que cargaba al bebé, mirando la casa
-Pero esto, Debbie...-

-¿Qué?-Diría ya molesta la rubia

-¿Plantas en la casa?-Diría Morticia alzando sus cejas, con una sonrisa de burla y sorpresa de lo que vio, provocando que se sorprenda y molestara a la contraria

-¡Salgan de mi casa! ¡Largo de aquí!-Diría bajando los escalones furiosa hasta quedar cerca de ellos
-Y si acaso vuelvo a ver sus feos rostros por aquí otra vez, haré que los encierren, por tratar de importunarlo, ¿verdad amorcito?-

Diría la mujer de blanco mirando hacia arriba con una sonrisa y tono de voz dulce hacia donde supuestamente estaba Lucas.

-¡Si!-Ante esa respuesta, Debbie miraba a la pareja con una sonrosa triunfante, viéndolos irse, cuando la abuela se acercaba a ella, riendo y tomando su mano

-¡Lexo, nexo, expresión y fuego!-Recitaba para dejarle el cráneo que había traído en la mano de la mujer

-¿Qué le pasa anciana?-Diría con confusión y desagrado

-Solo un hechizo, buenos días-Una vez que daba besos al aire, se retiraba con una sonrisa, dejando a Debbie confundida por lo que hizo, escuchando la puerta cerrarse

[...]

-¡Demando justicia!-Diría Homero al oficial al llegar a la comisaría
-¡Alguien se casó con mi hermano!-

-No...-Diría el oficial de forma irónica

-¡Y se lo ha llevado a Hawaii!-

-Salga de aquí-Pedía al ver el supuesto gran problema

-¡Se mudaron a una casa grande y costosa, donde hacen el amor constantemente!-Contaba Homero con seriedad

-Uy, que terrible-Mencionaba el contrario con notorio sarcasmo

-¡Arréstela ahora, sin demora!-Pedía el hombre de bigote molesto

-¿A quién?-Diría confundido de qué lo diga en serio

-A Debbie, la esposa de mi hermano. ¡La incitadora de waikiki!-

-¿Quién es usted? ¿Qué es lo que ustedes quiere? A usted le patina el coco-Diría el oficial mientras miraba a la familia

-Oficial, debe enviar un citatorio. Creo que poseen-

-Homero no-Diría su esposa evitando que pueda terminar la oración

-¡Una limusina!-Terminaba lo que quería decir con esfuerzo

-Quiero que se retiren ahora, o llamaré al circo de donde escaparon-Ordenaba el oficial, mientras veía a Homero estar desesperado

-¡¡¡Se ha vuelto loco el planeta!!!-Al gritar aquello, llamaba la atención de todos en el lugar
-¡¡Mi hermano, rehén de la pasión!! ¡Quiero justicia, me la niegan!-

Diría este con una sonrisa forzada, para ver serio al hombre y acercarse mientras le apuntaba con su dedo.

-¡Yo nunca me rendiré! ¡Lo conquistaré y me levantaré! ¡Mi nombre es Homero Addams, y conozco lo que es la maldad!-Al decir esto, la abuela Eudora levantaba al bebé quien sonreía
-¡Y conozco el horror!-

Ante esas palabras, Largo levantaba su mano con una sonrisa al mencionar de él, mientras el oficial estaba confundido y con un rostro que expresaba rareza hacia ellos.

-¡Conozco, las pesadillas que festejan en los oscuros recesos del alma serena!-Mencionaba Homero con seriedad y orgullo

-Están en Chipewa-Aclaraba Morticia con una sonrisa

-Conozco todo eso oficial. Pero hasta hoy... no lo había conocido a usted-Terminaba de hablar para señalarlo, viendo al policía sonreír

-Basta, basta, basta. ¡Enciérrenlo!-

Ante las palabras del oficial a sus compañeros, Homero se quedaba atónito.
Poder hacer justicia con lo ocurrido de su hermano, al parecer no le sería nada fácil.

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Les juro que esta escena me causa mucha gracia, es una de mis tantas favoritas xd.