-漫~*'¨¯¨'*·舞~ Un massacre ~舞*'¨¯¨'*·~漫-

<<No me gustan tus jueguitos
No me gusta tu escenario inclinado
Ni el rol que me haces actuar
De tonto, no, no me gustas.>>

        ¿Decir que estamos llegando al climax de este relato es más que obvio? ¿Decir que muchos de los cuentos que lees mi lector siempre terminan con un final
feliz?

        Decir que tendremos aquí el final de esta pequeña historia es algo apresurado ¿No crees? Todo sucede por algo, y ese algo solo tenía una palabra; perfección, esta palabra era sagrada para el ególatra y más cuando estaba cerca de cumplir aquella fantasía que le proporcionaría aquella extraña sensación de relajación absoluta. Él desde su creación nunca supo cuál era su papel en aquel mundo llamado Multiverso, y bastos eran los recursos que se le dejo a mano. Un alma Perseverante, el alma de su creador/a, el poder de crear a su merced. Pero claro como una creación que aparece en medio de la nada con dos niños humanos era complicado saber su propósito, su desesperación y faltas de esperanza disminuían su tiempo de vida en aquel entonces ¿Y qué pasaría si ponemos en aquel cuadro monocromático a nuestro pintor favorito? Simpleza, solo con mostrarle todo lo que conformaba su trabajo como Guardián le dio la motivación necesaria para poder crear lo que le ayudó y le sigue ayudando: El Sobreecribir. Imagina que tienes este poder a la mano ¿Qué harías? ¿Acabarías con las guerras? ¿Le darías fin a una pandemia interminable? ¡Pues claro que sí lo harías! Pero este era un mundo distinto dónde la creatividad y tus decisiones afectan todo a tú alrededor.

        ÉL usó ese poder para crear su mundo perfecto, pero esa no era su idea primaria, su idea principal era darle un mejor futuro a sus niños, pero con el tiempo se fue corrompiendo, distorsionando y tratando de crear su mundo perfecto a base de lo mejor de cada universo. Pero claro nunca se le ocurrió crear a un ser a base de aquello. Cuando aquella idea de crear algo único algo especial para el Multiverso que le dijo su colega y amigo, no dudó en aprovechar aquella idea y convertirla en suya. Øverwrite era el nombre de aquel milagro que parecía caído del cielo, su ángel que le llevaría a la perfección absoluta. Pero lo único que le impedía ir hasta ese punto y caer como ave sin alas era las personas que le daban esperanza al esqueleto. Pudo deshacerse fácilmente de la coneja Brenda, del humano Alisson, de la niña Nathalie y hasta de su fiel camarada. Logró alejar a los más importantes e influyentes en la vida del joven esqueleto, pero había solo un detallito; Little Old Garden.

        Aquel pueblo que se convirtió en una metrópolis se había vuelto una "broma de mal gusto", cada vez que estaba tan cerca de aquella nube dorada que era su meta, ellos parecían jalarle hasta abajo haciendo más difícil intentar llegar a su destino. Ellos eran la razón, siempre lo habían sido, tratar de crear contrapartes a las que él tenía era difícil, ellos ahora tenían riendas de su destino, y pensaban liberar al esqueleto de aquel mortífero camino que solo lo dañaría más. Y lo estaban consiguiendo ¡Ni los años encerrado en un cuarto habían sido suficientes para eliminar la rebeldía y el temperamento del experimento! Era inaceptable, incluso ya no vestía como debía vestir. Ahora el morado, verde y azul eran los dueños de la vida del de pupilas heterocromáticas parciales, sus gustos habían cambiado, su manera de ser igual. Y eso era algo que le aborrecía.

        Y ahí estaba X!Gaster escuchando desde la sala mientras leía un periódico una melodíosa serenata de violín con total calma, X!Chara también lo oía y le gustaba, la música sabía apaciguar hasta la bestia más rebelde y para Øverwrite aquello era música para sus inxistentes oídos. Terminó su rutina de tocar el violín a esas horas, limpió el arco del violín con la cera que le dieron para luego guardarlo, miró su reloj de pared y se dio cuenta que ya se estaba haciendo tarde, rápidamente se fué a cambiar, se puso a buscar en su armario alguna prenda que ponerse pero luego recordó las ropas que la dinosaurio morado, Susie, le había regalado en su cumpleaños. La sacó y se puso aquella chaqueta manga corta color lavanda, debajo de esta había una franela manga larga color turquesa y violeta con patrones al estilo militar, unos jeans negros y zapatos rojos. Se puso su collar y pañoleta rosada. Se acercó al espejo que tenía en su cuarto para ver su reflejo, su nueva apariencia le gustaba mucho, era más colorida y más vivaz.

         <<No te ves nada mal.>> Todas las voces de sus fragmentos dijeron con total acuerdo entre ellas, sonrió y fue por su bolso de mano de larga correa café oscuro, se la puso y salió de su cuarto, bajó las escaleras para luego hacerle una reverencia a su tutor y creador murmurando un "buenos días". Se dirigió a la salida para luego darle cinco al albino. Sabía que su hermano mayor ya estaba fuera de la vivienda desde muy temprano, así que posiblemente regresaría con él a casa, cerró la puerta tras él mientras veía como el frío otoñal y la brisa hacían mover los árboles cercanos a su hogar, fue por la vereda mientras veía como sus flores de otoño crecían listas para soportar las bajas temperaturas. Mientras el de ropas negras lo observaba desde la ventana tomando una taza de chocolate caliente con el ceño fruncido. Su leal asistente estaba al lado suyo leyendo anteriores apuntes sobre el experimento número 12 con detenimiento.

—Admítelo X!Gaster, a no todas las aves se les puede cortar las alas y tenerlas de adorno.—habló con una sonrisa burlona X!Chara quién se dirigía a la cocina a prepararse un capuchino.

       El ególatra frunció el ceño aún más gruñendo entre dientes, vio su mano y la veía distorsionada, era como si estaba aferrándose a aquella fantasía que X!Gaster tuvo hace ya unos 6 años aproximadamente, sonrió levemente mientras cerraba sus cuencas.— <<Je... Pues esta águila tiene su domador, y es hora de darle su primera tarea...>>

<<Mira lo que me hiciste hacer>>

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         Las casas, edificios y mercados estaban adornados con decoraciones dignas de la ocasión, el Halloween era una fiesta especial ya que ese día, la familia real descubrió la magia que brotaba en su interior y aquel descubrimiento fue compartido a todos en lo que antes había sido un pequeño pueblo. Alphys, Mettaton, Chara, Frisk, Asriel, Astell y Øverwrite estaban paseando por las tiendas provandose distintos disfraces para la fiesta de aquella noche, la cabra pequeña había elegido su vestuario el cual era según los libros una diosa de la muerte en alguna cultura llamada: La Catrina. Mientras la lagarto amarilla se iba a vestir de un científico, la robot iba a vestirse... Bueno de ella misma con todo el glamour del mundo. La peli castaño claro y muda no sabía que ponerse, mientras que Asriel y Chara irían vestidos de gala. Aún no estaba decidido que se pondría el esqueleto, pero estaban seguros que lo sabrían más tarde. Alphys vio su reloj de mano y notó que habían pasado casi todo el santo día buscando algún disfraz para Øverwrite quien todavía no se decidía entre el de Isaac Foster de Satsuriko No Tenshi o Jeff The Killer el Creepypasta.  La lagarto amarilla por alguna extraña razón sentía que algo muy malo iba a pasar esa noche, y no, no me refiero a que le van a gastar algún truco "inocente" a quien se astenga a darles su dulce recompensa, sino algo más profundo.

—¿Alphys que opinas?—la voz de Mettaton la sacó de sus pensamientos mientras que veía al esqueleto vestido de aquel maníaco de Zack el Degollador (Isaac Foster) con una máscara blanca con una sonrisa rojiza.

—Ehh... Se ve bien. Seguro que logrará asustar a alguien hoy.—habló con miedo oculto la de lentes.

        Pagaron por las vestimentas y se largaron de m tienda, notaron lo tarde que era ¡Ni siquiera almorzar pudieron! Bueno en realidad sí, se compraron un mini lunch en un pequeño restaurante y se lo comieron en el bulevar, todos se fueron a sus respectivos hogares emocionados por la noche, Øverwrite al llegar a casa lo primero que hizo fue irse directo a su cuarto y dejar las compras encima de su cama, luego salió de su cuarto para ir a la cocina a tomar agua, dio un suspiro mientras limpiaba ya vacío el vaso de cristal y lo ponía a secar , luego fue a preparar el almuerzo para llevárselo a su hermano ya que hoy iba a trabajar doble turno patrullando e instruyendo a los novatos a Guardias Reales, puso su almuerzo el cual consistía en unas chuletas de cerdo con arroz, ensalada y papas al vapor, con un jugo de naranja. Rápidamente se teletransportó a donde estaba su hermano y le dejó el almuerzo. Para luego regresar a casa usando la misma técnica. Al llegar vio a X!Alphys en medio de la sala con su cara seria y serena que le miraba fijamente. “Lord X!Gaster quiere hablar contigo” fue lo que escuchó en un murmuro de la científica monocromática, siguió a la misma al sótano para ir a la habitación de la derecha, donde yacia el de ropajes negros mirando la ventana con las manos tras la espalda. El esqueleto cerró la puerta detrás suyo con una mirada llena de seriedad, se puso detrás del mayor firme como soldado, X!Gaster soltó un suspiro y habló:

—¿Sabes para que fuiste creado, no es así Øverwrite?—escuchó un sonido gutural de afirmación—Me alegro que lo sepas, así no tengo que contarte todo un monólogo completo.—se volteó poniendo su vista al mencionado esqueleto Øverwrite— Iré al grano: Sé que me tienes respeto, y que está vez me escucharás y acatarás cada orden que te dicte, ¿Verdad?

—Sí mi señor...—dijo para hacer una reverencia.

—... Quiero que elimines a todos los de Little Old Garden esta misma noche.

         Al escuchar aquello quedó en shock ¿De verdad le estaba pidiendo hacer tal cosa? ¿Acaso estaba loco? ¿Por qué quería que precisamente él acabara con aquellas inocentes personas? Sus voces regresaron a discutir sobre si hacerlo o no, un pánico interno lo envolvió por completo miraba a todos lados mientras sus supuestos labios empezaban a temblar, mientras el de ropajes negros lo miraba con el ceño fruncido, pero luego suavizó sus facciones al saber que todavía podía imponer orden sobre el de pupilas heterocromáticas parciales, se pintó en su rostro una sonrisa llena de malicia mientras veía como el menor trataba de articular alguna respuesta para negarse ante aquella petición, pero obviamente estaba la espalda contra la pared y el cuchillo de doble filo. Puso su mano bajo el mentón del joven esqueleto para elevarlo y hacer que lo mirara fijamente a las cuencas sin borrar su sonrisa. Se acercó al oído inexistente del esqueleto y le susurró: <<Si no lo haces tú, lo haré yo y no te gustará ¿Entiendes?>> El joven asintió para luego sentir como la mano del mayor era retirada de su mentón y se retiró fuera de la habitación dejando al esqueleto sin habla... Y sin opciones.

<<No me gusta tu crimen perfecto
Ni la manera en la que te ríes cuando mientes.>>

<<Mira lo que me hiciste hacer.>>

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        Terminaba de ponerse la chaqueta del icónico personaje del anime de Satsuriko No Tenshi mientras se veía en el espejo, vio su reloj de pared cuya hora eran las 7:00 p.m , ya varios niños deberían estar afuera de sus casas pidiendo dulces o truco, se sentía mal por lo que haría, destruiría su único y preciado hogar, de verdad se preguntaba si el pintor volvería y lo ayudaría a salir de aquel enrollo, ni modo. Suspiró mientras bajaba las escaleras con la mirada baja al piso, X!Chara se le acercó para verlo pero como el esqueleto era terco rechazó el consuelo del albino y se dirigió a la puerta, al abrirla se encontró con sus amigos diciendo el clásico “¡Dulce o Truco!” con total alegría con sus trajes para la ocasión, empezaron a reírse, internamente el esqueleto estaba llorando, se hizo a un lado para que el albino le diera dulces a sus amigos mientras Øverwrite los veía.

—¡Vamos Øverwrite el tiempo aguarda y los dulces escasearan! Run boy run! —exclamó Mettaton vestida de ella misma empezando a patinar mientras la lagarto amarillo le seguía el paso junto con el esqueleto que les seguía de lejos.

      Mientras caminaba suspiraba con pesadez y tristeza, todos los recuerdos que eran sobre sus amigos, las personas que consideraba su propia familia... Y ahora tenía que acabar con las vidas de aquellos inocentes y sobretodo de las personas que más amaba, por un momento todo el panorama cambió a una solitaria Snowdin , el polvo bañaba la nieve, la sangre manchaba las casas y veía a tres esqueletos tan iguales pero tan diferente, el rojo en cada uno de ellos era identificable mientras sentía como unos tentáculos le abrazaban y le daban un chuchillo rojizo mientras sentía que el ser de tentáculos le sonreía ladinamente. Su realidad volvió a ser la misma, se encontraba entre una multitud todos celebraban con emoción vestidos con distintos trajes, miró su mano que tenía el mismo cuchillo de la misma ilusión de hace un momento, no había salida, no tenía alternativas. Se puso la máscara que complementaba la vestimenta y alzó su mano al aire para que apareciera un enorme GB negro con ojos rosado y pupilas negras con un corazón rosa invertido en la frente, el cual disparó a la multitud. Gritos de horror se hicieron escuchar mientras cada ciudadano caía como mosca ante los huesos afilados negros con rosado opaco que caían del cielo como aves rapaces.

<<Dijiste que el arma era mía>>

      El reloj corría mientras que en lo alto de un edificio, el ególatra veía como su creación acababa con las vidas inferiores de aquellas personas que estaban allí en el centro de la ciudad, nadie podía escapar nadie, el polvo y los cadáveres de humanos era el complemento de aquel cuadro de caos y destrucción, veía como los tentáculos de su individuo perfecto destrozaban sin piedad a sus víctimas, ni siquiera los Guardias Reales de mayor rango podían darle frente al esqueleto, mientras en alguna parte de la ciudad, los pocos sobrevivientes se refugiaban en la alcaldía, algunos heridos, otros sin partes del cuerpo, mientras algunos guardias estaban cuidando de ellos, él/la hermafrodita Demetra estaba angustiada al igual que el humano de cabello castaño, ambos sabían quién era el causante de aquella destrucción, Astell se había separado de sus padres durante todo el complot y estaba asustada, se aferraba a las ropas del humano con fuerza.

—Kris... No creo que-...

—Llévate a Astell lejos de aquí. Que ella al menos se salve...—dijo el humano con seriedad.

      La/El mestizo asintió y tomó a la niña en brazos mientras que le decía que todo estaría bien, que había una solución pero que por ahora harían un pequeño paseo, abrió un portal a su Multiverso de origen, Stability en la Au de Mafiaswap y se resguardaron allí, el portal se cerró apenas entraron. Susie era cabeza dura al igual que Undyne y no iban a dejar que todo se fuera al carajo sin antes luchar y eso iban a hacer. Mientras tanto, Øverwrite luchaba contra Mettaton mientras que Alphys miraba todo desde lejos temerosa, los cañones lazers de la robot no lograban darle al esqueleto, este clavó su pie en el pavimento y este de la nada salió cerca del rostro de la robot. Mettaton no tuvo de otra que usar su modo NEO. En cuanto lo activó la batalla fue más difícil para el fragmentado quien este esquivaba con dificultad los ataques.

      <<¡Coño usa una sartén retrasado mental!>>—La voz de Dust resonó en su mente en cuanto fue lanzado contra  una tienda de electrodomésticos. Mettaton no entendía el porqué el esqueleto estaba haciendo las cosas que hacía, y cuando intentó aclarar todo, este le dio un cuchillazo por su mejilla de metal, tan profundo cortó que ahora brotaba aceite a todo dar, apuntó su cañón lazer a la tienda con el objetivo de al menos dejar inconsciente a su amigo para que los Guardias lo capturaran con éxito, sin embargo una sartén voló hacia su pecho atravesandole el mismo, y cuando fijó su mirada a su objetivo el cual ahora tenía una revolver en sus manos y este le disparó a la cara, destrozando la misma. Cayendo al suelo con un ruido sordo. Øverwrite invocó otro cuchillo mientras se acercaba a la lagarto con el objetivo de matarla a ella también. Pero unas lanzas de luz fueron lanzandas al centro de sus manos. Gritó del dolor mientras tenía sus manos clavadas al suelo.

      ¡Eran Undyne y Susie! ¡Almas llenas de valentía! Les podrás decir corran pero su terquedad les decían “¡No sé rindan! Aún no damos nuestro último aliento” el esqueleto gruñó mientras con fuerza se quitaba las lanzas de sus manos las cuales dejaron unos agujeros. Se levantó y tomó una de las lanzas, maniobró con ella para lanzarse al ataque, bloqueaba los ataques de la dinosaurio y la chica pez con destreza, fue empujado por una patada de la última mencionada, su arma fue anteriormente arrebatada de sus huesudas manos, gruñó e invocó un arco y flecha rojiza, para luego lanzarla contra la dinosaurio, Susie usaba su hacha para cortar a la mitad las flechas, mientras Undyne atacaba de frente al esqueleto.

—¡Øverwrite debes detener-...!—sintió como algo filoso se incrustaba en su pecho, miró al esqueleto el cual sentía como una mueca de tristeza se formaba tras esa máscara, sonrió tristemente y le acarició la cabeza.—Tranquilo, Øverwrite... Gracias por darme una ... Digna pelea.

     Y así la guerrera Undyne la Undying murió derritiéndose, Susie se lanzó contra el esqueleto el cual esquivaba sus ataques con destreza hasta que por fin le cortó la cabeza, y se fue alejando de ahí mientras su máscara se hacía añicos ¿Y Alphys? Bueno, lo único que queda de ella ahora es polvo y sangre entre huesos afilados.

<<Mira lo que me hiciste hacer>>

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       Decir que Øverwrite encontró el escondite de los ciudadanos y que lo destruyó es cosa sabida, Kris había dejado las instalaciones un segundo antes de que la alcaldía hiciera explosión, y ahora el fragmentado están yendo a la casa de los Dreemur, por última vez, Chara, Frisk, Asriel y Asgore le dieron pelea, fue difícil al principio intentar acabar con ellos, pero a cada cerdo le llega su sábado, mató a las humanas, y a las cabras hombres, curioso fue que ellos al igual que Undyne le dijeron lo mismo solo que en vez de decir “digna pelea” fue “por ser parte de nuestra familia”, miró la casa y abrió la puerta, buscaba a la cabra humanoide femenina por toda la casa, su máscara estaba rota y por eso ya no la cargaba consigo, sus ropas quedaron casi destrozadas y sus manos con agujeros que tuvo que vendar con las telas de su chaqueta. Tenía sangre y polvo en sus manos, su mirada estaba perdida, ya no podía más. Ya no quería más. Salió de la casa al patio trasero y allí estaba ella, vestida con un vestido morado con mangas largas blancas, no cargaba zapatos o sandalias. Andaba deslcaza Øverwrite suspiró mientras con su tentáculo tomaba un cuchillo de la cocina y lo empuñó en mano, se dirigió a la salida ocultando el arma blanca tras su espalda.

—Mi niño... Se ve que estuviste ocupado.—dijo viéndolo mientras se le acercaba, quedando frente al esqueleto.

       Øverwrite no dijo nada, solo la miró, y le clavó el cuchillo en el pecho, pensaba que ella le iba a lanzar una bola de fuego o algo similar... Pero lo único que recibió fue un abrazo fuerte, eso hizo reaccionar al esqueleto ¿Como una mujer tan pura podía perdonar los pecados de un esqueleto como él? ¿Por qué? Le quitó el cuchillo lanzandolo al suelo con fuerza para luego seguir con el abrazo llorando, la sangre brotaba de la herida a montones pero eso no le importaba al esqueleto, ni a la propia Toriel, quién con su pata acariciaba su cabeza con cariño y dulzura, y entonces cayó en cuenta que estaba perdiendo a su familia... Todo lo que pasó, todo lo que hizo fue por la conveniencia de X!Gaster, sentía como el polvo de la persona ajena que estaba ahí con él empezaba a caer al suelo, elevó su mirada llena de lágrimas para solo encontrarse con la dulce mirada de una madre a su hijo. La cabra le dio un último beso en la frente al esqueleto con todo el amor que sentía por él, por el amor de madre.

—Te perdono... Mi niño...

       Y así se volvió polvo la única mujer que le quiso como un hijo, miró sus manos ensangrentadas y empezó a lagrimear hasta quebrar en llanto. A cada persona que amó en polvo se convirtió, el ególatra, ese hijo de puta apareció a su lado poniendo una mano en el hombro del joven, mientras sonría con sastifacción al saber que su experimento número 12 sí era obediente después de ponerle ciertos castigos y advertencias. Esa noche las linternas de calabaza siguieron encendidas hasta que las velas se volvieran nada, ya no había dulce o truco, ya que no quedaba nadie quien hiciera tal cosa, edificios que duraron 6 años en edificarse fueron destruidos en una noche, el reloj enorme de la plaza marcó las 12 con ese inconfundible sonido del "Ding Dong" al tener ambas agujas en el mismo número. Kris con heridas logró llegar a casa, mientras el llanto del esqueleto se hizo oír durante el resto de la noche. Mientras que aquellas voces de los fragmentos del alma del esqueleto se callaron. Mientras el esqueleto no dejaba de culparse y odiarse así mismo. ¿Ahora quién entenderá su dolor?

<<Mira lo que me hiciste hacer>>

<<Mira lo que me hiciste hacer>>

<<Mira lo que me hiciste hacer>>

<<Mira lo que me hicistes hacer>>

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