México estaba sentado en el lugar habitual. Tenía sus pies sobre la pequeña mesa con su nombre que se encontraba frente a el y mantenía sus brazos cruzados. Masticaba chicle. Puede que haya cambiado físicamente, pero sigue siendo el mismo pequeño Mexicano que todos conocen. Su vecino jaló su silla y se sentó a su lado.

—Hey, Mexico, so... What do you say about dating me? (Hey, México, entonces... ¿Qué piensas sobre salir conmigo?)

El Mexicano rodó los ojos y lo ignoró. El de gafas pareció no entender, pues se acercó más al tricolor.

—C'mon (Vamos) —lo tomó del mentón haciendo que su rostro girase a verlo.

—¡Ya, pinche gringo puto! ¡Sacate a la verga! —lo empujó alejándolo de el—. Suficiente tengo con soportar tu asqueroso muro.

—Oh, yeah, the wall (Oh, si, el muro) —se volvió a acercar—. I want to make a deal with you, if you date me, the wall is going to be free, and if you don't... (Quiero hacer un trato contigo, si sales contigo, el muro será gratis, y si no...)

México lo golpeó en la cara. Su rostro se veía rojo por la ira que corría por sus venas. El Estadounidense iba a responder el golpe, cuando ONU entró en la sala.

—Buenos días a todos —con las nuevas tecnologías, no tenía que hablar en todos los idiomas, pues se usaban micrófonos traductores—. Los he citado hoy porque... Estados Unidos, ¿todo bien por ahí?

—Huh? Oh, yeah! I just was sharing time with my friend (¿Huh? ¡Oh, si! Sólo compartía tiempo con mi amigo) —pasó un brazo por detrás de los hombros del Mexicanos apretando fuerte su hombro en señal de que no hiciera nada.

—¡Me alegra ver que se llevan bien! Bueno, hoy los cité aquí por dos noticias. La más importante, URSS falleció hace muy poco tiempo —el lugar se llenó de alboroto—. Calmense, todo estará bien. Daremos un minuto de silencio por el fallecimiento del comunista.

La sala se inundó de silencio. México no podía creerlo, URSS, a quien años atrás había conocido, había fallecido. Tal vez no había sido la mejor persona, pero no merecía morir.

—Hey, darling, may I have a kiss? (Hey, cariño, ¿me puedes dar un beso?)

—¡Ew, alejate de mi!

—¡México! ¡Te exijo respeto! —el mencionado se acomodo mejor en su lugar—. Bueno, a continuación un par de palabras para...

—Hey, Mexi, just one, please (Hey, Mexi, sólo uno, por favor)

El Mexicano negó con la cabeza. Se dedicó única y completamente a escuchar lo que decía la organización ignorando por completo cualquier comentario de su vecino. Pero no pudo evadirlo por siempre.

—Wey, ya parale. Si tanto me quieres, ¿por qué me nunca me lo dijiste?

—Is that a yes? (¿Eso es un sí?)

—No, yo sólo te veo como vecino, amigo, compa... No te veo como algo más, wey.

—I see (Ya veo)

ONU terminó de dar sus palabras, la sala se inundó en un profundo silencio. Se escuchó un suspiro.

—Bueno, y ahora aquí están los representantes de los territorios del soviético, los hijos de URSS —se escucharon exclamaciones de sorpresa. De detrás de una puerta salieron los cinco hijos de la unión—. Ellos son Rusia, Prusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajistán.

—Russia... (Rusia...) —Estados Unidos notó al hijo del soviético y pronunció su nombre con una pizca de molestia.

México no podía creer lo que veían sus ojos, aquella nación. Nunca creyó que lo volvería a ver, lágrimas en sus ojos luchaban por salir. Volteó a otro lado, le dolía saber que estaba ahí, frente a el, y ni siquiera lo saludaba. Era cierto que habían bastantes países ahí, pero eso le importó poco al Mexicano.

La junta continuó, y al llegar al final, México se levantó de su lugar, pero al intentar irse, una mano sujetó su muñeca.

—Dejame en paz.

Lo tomaron del mentón y lo hicieron voltear, la gorda capitalista. Sintió una presión en sus labios, y vio el rostro de su vecino bastante cerca. Lo estaba besando. Se apartó rápidamente.

—If I can't date you, would you let me taste your lips? (Si no puedo salir contigo, ¿puedo probar tus labios?) —se volvió a acercar.

—No, no mames, pinche gringo culero. Alejate de mi —México se apartó.

Al empujarlo de nuevo, pudo ver a cierto chico de Ushanka verlos. Los había visto besarse. Se fue tan silenciosamente como había llegado ante la mirada atónita de su... ¿Pareja? ¿Aún seguían siendolo?