—¿Celos?
El asintió.
— Mitsuya Takashi... ¿Celoso por mí?
Nuevamente asintió.
Las pupilas de ambos cada vez más dilatadas.
Las ganas de besarse creciendo con cada pausa de sus respiraciones, que empezaba a entrecortarse.
Y entonces, no supo qué o qué, pero Yuzuha se dejó impulsar por el deseo, tomando del cuello a Takashi, uniendo sus labios con los de él. Sintiéndose necesitada de él.
Mitsuya está empezando a sentirse en el cielo.
No se podían mentir a sí mismos, entre ellos existía atracción.
Tan concentrados que no escucharon la puerta abrirse detrás de ellos.
—Yu... zu... ha.
Apenas si podía hablar la castaña de puntas rosadas al ver la escena frente a ella. Sus labios entreabiertos y sus ojos abiertos de par en par.
Nerviosa pasó saliva por su garganta.
Yoko se sintió un poco abochornada y cohibida, boqueando y queriendo interrumpirlos. Impactada, era exactamente la palabra que describe a Yoko en ese momento exacto.
Pero también, de pronto, con un ápice de culpa, sintió muchos deseos de besar a alguien con esa intensidad de su amiga y Mitsuya.
Y es que ella, hacía muchísimo tiempo que no experimentaba el estar con una persona.
Takashi había tomado ahora a Yuzuha de los glúteos y ella pasó a enredar sus piernas en la cintura de él. Se aferró a la espalda tan bien trabajaba del chico, y extasiada le empezó a bajar los tirantes del pantalón que estaban sobre sus hombros.
Cuando la cosa comenzó a ponerse incómoda para Yoko y constatando que esos ni en cuenta de ella, salió y volvió a entrar a la habitación. Esta vez carraspeando para detener la escena. Porque, al final, su amiga estaba besando a un chico con novia y podría ser fatal luego eso para ella y sus pensamientos.
— Cof,cof — Fingió toser para llamar más fuerte su atención.
Inmediatamente ambos se soltaron del agarre como si quemaran y observaron a la castaña de ojos azul cielo frente a ella asombrados.
— ¡Yoko! — Exclamaron al mismo tiempo.
— ¿Cuánto tiempo llevas ahí?
— Pues.....lo suficiente para saber el color de tus bragas Yuzuha.
Las mejillas de la castaña tomaron un color rojo carmesí y el ardor se apoderó de sus orejas y cuello.
—Debo irme — dijo Takashi rápidamente. — Tengo visita de mi padre al rato — suelta en automático una mentira para intentar sobrellevar la bochornosa situación. — Y debo alistarme, amm… Nos vemos en la semana para el proyecto del maestro de sociología Yuzuha.
La castaña asintió, completamente apenada sin querer ahora verlo. Mitsuya entonces avanzó hacia la puerta. Cuando llegó a esta, miró de nuevo a Yuzuha, pero ella seguía con su cabeza baja. Y tras suspirar, se marchó.
—¿Qué acabo de mirar? —preguntó de golpe, sin poder contenerlo.
Yuzuha avanzó hacia su cama.
—No preguntes.
—Yuzuha, pensé que se odiaban a muerte.
—Y así es.
—Parece que no.
— Yoko, no indagues por favor, pero no porque sea mamona o algo por el estilo, no indagues porque no tengo respuestas sobre el hecho ocurrido. — soltó con su voz exaltada.
—Yuzuha... Sólo quiero saber algo ¿te gusta o algo así?
Esa pregunta provocó nerviosismo dentro de ella, los latidos de su corazón eran tan rítmicos y bombardearon tan rápido que casi podía sentir que saldrían de sus oídos. El sudor se hizo presente en sus manos y su mirada, dio más respuestas de las que ella podría decir algún día.
—No, no me gusta y quítate esa idea. Fue… simple morbo. Tú no viste nada y se acabó.
Yoko suspiró.
—Está bien Yuzuha, sólo te digo que lo que vi.... No puedes engañar a alguien que lo vio desde otra perspectiva. Además, que él tiene novia y si te gusta, no quiero que te lastime.
El corazón de Yuzuha se arrugó ante lo ultimó.
—Mira si a esas vamos a ver cuéntame lo del otro día, el domingo que te quise preguntar qué te sucedía y no quisiste, si me dices la verdad, yo te cuento lo mío.
—A mira nada más.
—Trato por trato, confesión por confesión. — le dice Yuzuha con descaro.
Yoko suspiro fuertemente y se debilitó ante la mirada penetrante de su amiga.
— El otro día que mandaron a detención a Kazutora, mire como se beso con Aly. Ya sé, ella es nuestra amiga, bueno.... Más tuya que mía, pero…Sí, me gusta, él me gusta.
—Lo sabía — la señalo Yuzuha, haciendo que su amiga se sonrojara.
—Sí, siempre has tenido razón. Me gusta mucho, no lo puedo evitar, y mira cómo anda detrás de ella. Tú quizás no lo has notado porque no andas viendo que hace él, pero con lo poco que yo he presenciado, Kazutora siente algo por ella, y.... — los ojos de Yoko se humedecieron un poco — No más me toca ver de lejos.
Yuzuha se levantó y fue a abrazarla.
—Tenía mis dudas sobre Allíson, sobre si le gustaba. Pero si dices que le correspondió el beso a Kazutora…
—Ay, Yuzuha, realmente me gusta y no se qu hacer —gimoteo Yoko y ella le acarició la espalda.
Cuando Izumi logró calmarse, se separó y la miró.
— Ahora, platícame tú ¿Qué acaba de suceder con Mitsuya?
De nuevo esa pregunta que incluso hasta provoco que Yuzuha flaquear sus piernas.
— No sé qué sucede en realidad, Yoko — ladea la cabeza y su expresión es como si estuviera viendo una encrucijada— Debes creerme.
—Pareciera todo lo contrario.
— Pues es que así es, no quiero nada de nada con él… O sea, ¡tiene novia! — Yuzuha pasó una mano por su rostro y se sintió patética y una zorra. Se había besado y toqueteado con un chico con novia dos veces. — ¡Dios, Yoko! No me juzgues.
—Tranquila, tranquila — le susurró la chica. — No lo haré… No soy nadie para hacerlo.
Ambas se sentaron en la cama.
—No es feo, Mitsuya. Todo lo contrario.
—Reconozco que él no es feo, es atractivo pero… No sé, es… confuso, él y yo siempre estamos discutiendo. Intentamos hacer las paces, pero no, siempre algo que lo arruina. Es como si el destino lo prefiriera así.
— Oye, relájate mujer, no tienes porque ponerte supersticiosa —agregó divertida ella.
—Perdón..... Yoko perdón enserio.
Entonces Yoko tomó sus manos, meneo la cabeza, y le sonrío empática.
—Tranquila, supongo ya lo averiguaras con el tiempo. Y ¿sabes? Me emociona que hayamos tenido este tipo de plática — Y se ruborizó—. Nunca había hablado sobre chicos con una amiga — Yuzuha al verla tan tierna la abrazó y ambos rieron por la efusividad.
En ese momento, se escuchó sonar el timbre característico sobre que el receso terminó.
Yoko saltó de la cama.
—¡Llegaremos tarde ha educación física!
Y Yuzuha río más fuerte al verla correr a su lado de la habitación por su uniforme.
Entonces , misma fue a por su uniforme y cuando miró un momento hacia la ventana, recordó que Mitsuya y ella habían hecho una tregua por un bien en común.
Solo, que… ¿realmente la cumplirían hasta el final?
***
>Campus Escolar
Dos alumnos de clase superior se encontraban descansando en una de las tantas mesas del campus.
— Izana. — le llamó el chico de corto cabello negro y un ojo ciego.
—¿Qué? — contestó seco el chico mientras veía su teléfono.
—Creo que esta vez te pasaste de la raya — agregó Kakucho mientras llevaba a su boca un poco de jugo de naranja.
El albino mantenía en su mano su celular y observaba detenidamente las fotos de la chica a la cual exhibió en todo el colegio.
—¿Por qué lo dices? —preguntó sin ganas y sin desclavar su mirada.
—Lo de las fotos, además, con eso pensaran que tú eres el de los anónimos.
—Ajá, pero yo no tengo nada que ver con los anónimos. Así que eso me resbala.
— ¿Y cómo es que tienes los números de todos? Es una pregunta que muchos se harán, para empezar.
Izana desclavó su mirada y la posó sobre su amigo con ceguera parcial.
— Kakucho, no tiene mucha ciencia. Los números están en la página escolar, cualquiera puede hacer eso.
Kakucho empezó a sentirse irritado, y la sangre de sus venas empezó a calentarse ante lo indiferente que se mostraba su amigo ante la bajase que había cometido contra Rebeca Imaushi.
—¿En Serio no piensas que te pasaste de.... Verga? ¿Ni siquiera tantito?
— Noup, yo le advertí.... Y conmigo nadie juega Kakucho.
—Izana, pero lo que hiciste estuvo fatal.
La expresión de Izana se oscureció.
—No me importa.... Conmigo nadie juega, Kakucho — Pinto en sus labios una sonrisa llena de descaro.
Kakucho apretó un puño sobre la mesa y se abstuvo de hacer algún comentario sobre lo que él albino dijo, agachó un poco su mirada para suspirar fuertemente y al levantarla de nuevo, se encontró con una imagen de Rebeca yendo en dirección a ellos.
Kakucho se perdió un poco en lo bonita que ella lucía con el uniforme de educación física, la inspeccionó de pies a cabeza y noto una mano empuñada con su brazo a la altura de su cintura.
—Hola, mi amor —habló Izana en un tono cínico, cuando la chica de cabello azul oscuro quedó a una distancia muy corta de él.
Rebeca elevó su brazo, extendió su mano y abofeteó el rostro del albino. Dejando a Kakucho con los ojos engrandecidos.
—Mi amor tu puta madre, pendejo. — Con expresión feroz, Rebeca levanta de nuevo su mano a punto de darle otra bofetada a Izana, pero inmediatamente el azabache la detiene tomando de su mano.
— No lo hagas — Decía mientras la miraba directamente a los ojos. Esos grandes y hermososos ojos carmesí enmarcados de espesas y largas pestañas.
—¡Suéltame Kakucho!
Únicamente él negaba con la cabeza.
—No lo haré Rebeca, Izana se pasó, pero no debes rebajarte y actuar como él esperaría.
— A ti no te humillaron pendejo — La voz de la chica comenzaba a cortarse, eran bastante notables esas ganas que tenía de derramar lágrimas y romper en llanto.
Kakucho sintió dolor al verla así.
—Sí, tienes razón. No, no lo hicieron.
—Entonces ¡No te atrevas a detenerme! ¡Izana merece esto y mucho más! — Exclamaba llena de rabia y tristeza — Pensé que…. Algún día si terminamos todo esto al menos quedamos bien, pero ya vi que eres un ardido ¡Te odio con todo mi corazón Izana! ¿Me escuchas?
El albino seguía con su rostro ladino, ahora sin siquiera hacer contacto visual con la chica.
Kakucho soltó un poco la mano de Rebe y ella quiso de nuevo irse contra Izana, pero él actuó más rápido, donde la tomó con sus fuertes brazos por la cintura. Con esa acción se marcaron las venas y músculos de sus bíceps.
Y así, se alejó con ella de ahí.
—¡Déjame Kakucho! — gritaba aun a lo lejos, mientras Izana intentaba asimilar la situación que acababa de suceder.
***
Por otro lado.
El resto de los alumnos del aula 1.1 se encontraban en clase de educación física.
El profesor los había mandado a dar treinta vueltas alrededor de la cancha.
— ¡Ánimo, Alice, no te detengas! — le gritaba Emma muy animada a la chica a su lado, buscando motivar. Aunque la chica claramente estaba que ya perdía el aliento y desfallecía ahí mismo.
—Ya no…. Ya no puedo — decía jadeando y deteniéndose.
—¡Alice!— La rubia detuvo su paso también.
La peli plateada levantó la mano.
—Profesor, ya no puedo más.
—Alice. — quiso detenerla Emma, pero ella le miró con un gesto de disculpa.
—Bien, Matsuno Alice queda fuera. Un punto menos.
— Perdón Emma, ya no puedo — decía mientras intentaba recuperar el aliento.
Emma iba a volver a insistir, cuando sintió que la tomaron de la cintura para darle media vuelta y tomar de su muñeca.
—¡Ken! — Exclamó sorprendida mientras ahora corría al paso del rubio.
—¿Cómo fue que le gritaste a Alice? Ah, sí, No te detengas — Sonrió divertido para Emma, provocando en ella una sonrisa parecida.
En ese momento, Emma se olvidó de su plan de alejarse de él.
Más atrás de ellos, Yuzuha iba bastante concentrada en no perder su ritmo ni dejar que el cansancio la detuviera en esos momentos.
— No te detengas —Una voz masculina llamó su atención, y al levantar la cabeza se dio cuenta de que se trataba del chico de ojos lavanda. — Oye…
—¿Qué?
—Estuve pensando en nuestros disfraces para el maldito proyecto de sociología.
— Hay ¿Enserio? No me digas ¿Y qué se te ocurrió? Ah, ya se…. — Tomó un poco de aire — ¿Jim Carrey en una pareja de idiotas? Porque eso es lo único que se me ocurre que pareceremos al estar frente a todos exponiendo y haciendo el estúpido numerito.
— No es mala idea, no lo había pensado.
Fastidiada Yuzuha rodó sus ojos, pero aun así una sonrisa pequeña se extendió en sus labios.
—¿Entonces… que se te ocurrió?
— En realidad, no tengo una idea en sí.
Yuzuha detuvo su ritmo y comenzó a tomar aire. Mitsuya imitó su acción.
—¿Para eso te pones por un lado de mi? Pará decirme que no tienes ni una idea. —se burló cínica de él.
— ¡Shiba! ¡Mitsuya! ¿Por qué se detienen? — Exclamó la voz autoritaria del maestro Muto.
Inmediatamente ambos comenzaron a correr.
A lo lejos la castaña pudo observar a un azabache llegar a la cancha. Se trataba de Shinichiro Sano. El chico se apoyó de la entrada y de lejos la saludó. Yuzuha correspondió al saludo, acción que no pasó desapercibido por Takashi.
—Seremos Olivia Newton y John Travolta, en "Grease".
Las palabras de ella llamaron la atención de Mitsuya.
— ¿Sandy y Danny Zuko?
— Así es, si no mal recuerdo te mire con una chaqueta de piel en la fiesta de bienvenida.
— Aja ¿Y?
— Que ya tienes una parte del traje.
— ¡Suficiente! — Gritó el maestro haciendo que todos se detuvieran — Bien clase es todo por hoy. Por cierto, si alguien ve a Rebeca y Lin, por favor, díganle que si me vuelven a faltar quedarán reprobadas.
Los alumnos comenzaban a tomar aire y agua tras todas las vueltas que el maestro les hizo dar.
—Pero no daremos un show, olvídate de eso Takashi.
—Estoy completamente de acuerdo con eso.
En eso, Yuzuha se fijó demasiado en el cabello corto del chico.
—Y más te vale que te dejes crecer un poco el cabello.
Mitsuya la miró confundida.
—¿Por qué?
Ella sonrío burlona.
—Para que te hagas el peinado de Danny. ¡Dah! obvio.
—Yuzuha — La voz masculina de Shinichiro llamó la atención de ambos.
— Shinichiro ¿Qué haces aquí? —preguntó la castaña con una sonrisa en el rostro.
— Tenemos clase libre ahorita, y quise venir al campus un momento.
—¿Y Taiju?
—Aprovechando para terminar un informe en la biblioteca.
Takashi seguía presente en toda la escena de Shinichiro y Yuzuha, pero sin algún aviso previo un peso se le colocó por encima de su cuerpo.
— ¡Mi amooor! — Sakura tomaba de espaldas a su novio y se abrazaba a él. Convirtiendo el momento bastante incómodo.
—Sakura… que gratasorpresa — dijo él intentando sonreír forzosamente y algo apático.
Yuzuha alargó sus labios y evitó mirar la escena frente a ella, desviando su mirada hacía el horizonte en el campus. En eso, pudo apreciar a lo lejos a una señora bastante guapa y voluptuosa, con un escote muy llamativo entrando a la cancha.
Inmediatamente la reconoció, era Rekka. La mamá de Yoko.
Buscó con la mirada a su amiga, quien se encontraba entablando una conversación con Hinata. Pero no pasó mucho cuando se dio cuenta que su madre había ingresado
—No…. mierda — Fueron las únicas palabras que salieron de su boca al mirar a su madre aproximarse a ella. Mientras recibía chiflidos y halagos de los alumnos, y educadamente Rekka respondía.
Yoko empezó a ruborizarse de la pena.
—Hina, nos vemos al rato — Y empezó también a caminar hacia la mujer.
— Esa mujer es tan… — comentó Sakura quién seguía trepada del cuello de su novio — Tan de clase baja, dicen que ha estado en orgías y no sé qué tanto más.
— No deberías juzgar antes de conocer—respondió Yuzuha mirándola ferozmente. Y se mordió la lengua para no soltar que como ella podía hablar así, cuando no era tan lejos de ser peor de lo que misma juzgaba.
Mitsuya y Shinichiro dirigieron su mirada a la castaña.
Sakura solo rodó sus ojos, y prosiguió a besar la mejilla de su novio.
— ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Yoko a su mamá, una vez llegó a su lado.
—Vine a pagar la cuota mensual.
—Mamá, sabes que puedes hacer transferencia y mandar captura del pago al correo administrativo.
Rekka sonrió.
—Sí, pero quise venir a mirarte mi preciosa hija. Ya que últimamente no nos hemos visto tanto. —la mujer entonces la miró con un puchero dulce.
—Bueno… ya viste que estoy bien ¿No? Ya te puedes ir.
—Pero tengo tiempo libre mi amor, pensé que podríamos platicar y me contarás como te ha ido en tus estudios.
El sonido del timbre escolar se hizo presente en el momento, llamando la atención de todos los alumnos presentes.
—Se terminó el tiempo mamá, debo ir a bañarme para mi clase de Anatomía— Sin decir algo más, la castaña de mechas rosadas se retiró del lugar.
Ante eso, la mujer mayor suspiró abatida.
Gesto que fue captado por Yuzuha.
— Shinichiro ¿Te parece si hablamos luego? —preguntó Yuzuha.
El azabache sólo asintió con una sonrisa y se retiró del lugar. En eso Sakura jaló del brazo a su novio y se lo llevó. Pero los ojos lavanda del chico no se despegaron de Yuzuha mientras caminaba.
Yuzuha entonces tomó camino hacia la hermosa mujer, que aún miraba por donde su hija se había ido.
— Hola —habló Yuzuha amable, llamando la atención de Rekka.
—Hola — Contestó con una sonrisa pintada en los labios carmesí.
—Soy Yuzuha Shiba, su hija es mi compañera de cuarto y muy buena amiga para mí.
Rekka asintió con evidente gusto.
—¡Qué alegría! me da conocer a una amiga de mi querida Yoko.
—A mí también me da gusto conocer a la mamá de mi mejor amiga.
Rekka la miró con incredulidad.
—No creo que sea de tanto gusto conocerme.
—¿Por qué lo dice?
—Bueno, a Yoko no parece estar muy de acuerdo con mi carrera y… no dudo que hasta pestes de mi te haga dicho.
— No, no, para nada. Yoko hace buenos comentarios respecto a usted se lo aseguro. — intentó ayudar Yuzuha la relación madre e hija.
Rekka respiro en alto antes de sonreír un poco, claro que no le creía a la joven, pero era tierno su gesto para cubrir a su hija.
— A mí usted me parece una mujer bastante admirable, ha llegado tan lejos…. Y es un sex símbol, todos los hombres, incluso mujeres pagarían miles de dólares por una noche con usted, eso quiere decir que es un mujeron, y no tiene nada que ver los rumores hacia usted — Yuzuha respiró para detener su repentina verborrea y finalizó con un: — Créame Yoko la quiere mucho.
Rekka tomó del hombro de Yuzuha.
—Enserio, muchas gracias, querida niña. Me alegra que Yoko haya conseguido a tan buena amiga.
Yuzuha se ruborizó.
— No tiene nada que agradecer…. Bueno debo irme a la siguiente clase. En Serio, un placer conocerla.
— Seguro. Le diré a Yoko que te invite a la casa, si ella aun no lo ha hecho.
Ambas se dedicaron una sonrisa sincera y se retiraron del lugar.
Cada quien a su rumbo.
***
— ¡Ya bájame, Kakucho! — exclamaba Rebe mientras el azabache la tenía cargada en sus hombros.
Lentamente acoto su pedido.
—¡Pero qué te pasa, eres idiota o qué! — le gritó furiosa. — ¡Mira, ahora no creo que llegue a educación física!
—Rebe. Enserio qué estoy tan molesto como tú, por lo que Izana hizo, incluso hable con él.
— Créeme nada de lo que me digas me hará sentir mejor, soy el hazme reír de todo el puto colegio ¡Mierda! — exclamó tomando lugar en el suelo. Colocando sus manos sobre su cabeza queriendo romper en llanto agónico.
Su mente estaba tan nublada que dolía. Era la primera vez que se sentía así y no sabía qué hacer con toda esa carga de emociones negativas.
Kakucho imitó su acción tomando lugar por un lado de ella.
—Lo sé, y ¿sabes? Me gustaría poder hacer algo que haga mermar tu dolor.
Rebeca se abrazó las piernas y miró a un punto cualquiera frente a ella.
—¿Por qué lo hizo Kakucho? — Y entonces lo miró, sus ojos rojos de tanto reprimir el llanto.
Él dudó en contestar, ya que se sentía en una gran encrucijada. Izana, es su mejor amigo. Pero hacía un tiempo atrás en que sentía atracción por Rebe, y no precisamente sexual.
—Yo... No lo sé.
— ¡Mentira! Tú y Evan son los que más conocen a Izana.
— Pero tampoco se abre tanto, ni me cuenta su vida personal…. Rebe, enserio, quisiera enserio poder hacer algo en estos momentos para hacerte sentir mejor.
En eso, el rostor de Draken vino a la mente de Rebe.
—Ya, yo…
Kakucho en eso cortó un poco las distancias entre ellos dos, e interrumpiendo lo que ella iba a decir. Colocando su mano en su mentón para dirigirla a ella en dirección a él.
— Te ves tan…. Frágil que me duele lo que te hicieron, eres tan transparente en estos momentos.
El comentario de Kakucho dejó a Rebe bastante consternada, entre abrió sus labios y llevó una de sus manos a sus ojos para limpiar de sus lágrimas. El azabache se perdió un poco en los labios carnosos de ella.
— Quisiera que supieras que ganas para partirle la cara a Izana no me faltaban. El imbécil jamás supo valorarte como mujer, jamás vio al mujeron que eres, y no hablo solo físicamente.
Cada vez las distancias eran más y más cortas. Hasta que Kakucho no resistió más y unió sus labios con los de Rebe. Ella quedó con los ojos abiertos y en algún estado de shock, bastante confundida. Hasta que cayó en la realidad y apartó sus labios de los de él.
— ¡Kakucho! — exclamó poniéndose de pie, abrumada.
El solo cerró sus ojos mordiendo sus labios.
Ahora él también la había cagado.
—Mierda… Rebe… yo.
La chica inspiró con fuerza.
—¡Mira! Sé que no eres una mierda como muchos aquí, así que no lo tomaré como que te quisiste aprovechar. Pero, nosotros, solo somos amigos… no confundas las cosas por favor.
Tristemente Kakucho asintió, con la cabeza inclinada hacia abajo.
—Y esto jamás pasó por favor. — Ella suspiró — Y yo… ya tengo alguien nuevo…
Aquello sorprendio a Kakucho que la miró un momento, pero terminó bajando de nuevo la mirada derrotado.
—En serio, perdóname.
Sin decir algo la peli azul se retiró del lugar dejando solo a Kakucho, el cual se encontraba bastante agónico en sus pensamientos por lo que acababa de hacer.
Pero la chica se había visto tan dolida, vulnerable, como nunca antes la había visto, que no había podido evitarlo.
Pero, supuso, que eso le daba la respuesta que necesitaba y así tratar de olvidarla.
***
~Habitación #204~
Seishu Inui
Keisuke Baji
Kazutora Hanemiya
Keisuke se encontraba poniendo su camisa para ir a su última clase de ese día. En eso, se fijó como Inupi se perfumaba y arreglaba más de la cuenta.
— Wow, sí que te gusta el de ojos de gato ¿Verdad? — comentó divertido Baji.
— ¿Eh? — Contestó nervioso sintiendo su mano temblar un poco.
— Hasta perfumadito y todo — sonrió mostrando los colmillos blanquecinos.
—Pero si siempre me voy así, no mames.
— Ay, Inui no me engañas, te conozco perfectamente ¿Quién fue el primero en darse cuenta de tus gustos? Este que está aquí. Y nunca te juzgues, más bien te ayude a admitirlo — Y sonrió sardónico — A golpes y palabras malsonantes.
Inui rodó sus ojos, recordando la paliza que Baji le dio ese día, cuando aún no quería admitir su sexualidad.
Pero estaba bien, de cierta forma. Dado a que, si bien no le gustaba aun admitirlo en voz alta y tenía desconfianza con mucha gente. No tenía problema en ser sincero con sus amigos, a quien él consideraba dignos de su confianza.
Pero, por alguna razón… No quería hablar de eso ahora con alguien.
—¿Y bien? Te gusta el chico ese, Koko. — Y sonrío chulesco. — Porque por muy cabrón y selectivo que seas, eres bien romanticón cuando ya te fijas en un muchacho ¿Si te acuerdas de Oliver?
Llamaron a la puerta del dormitorio, Seishu sintió alivio al escuchar ese llamado y Baji se aproximó para abrir. Tomó de la perilla girando de ella y cuando abrió la puerta, se encontró con una linda azabache de ojos verdes.
Al mirarse a los ojos, el sonrojo se hizo presente en las mejillas de Keisuke.
— K-Keisuke, hola — cordialmente saludó, pintando una tierna sonrisa en sus labios.
— Hola, Aly — Ladeo más su sonrisa.
Inui sonrió al detectar la escena frente a él.
Si Baji lo conocía a él, él también a Keisuke.
— ¿Qué te trajo hasta aquí?
— ¿Se encuentra Kazutora? — La sonrisa de Keisuke comenzaba a difuminarse lentamente — Lo ocupo para dos cosas.
Allison continuó hablando pero Baji parecía haberse quedado mudo.
— ¡Keisuke! — Exclamó en voz alta Seishu.
— ¿Eh? — el chico cayó en la realidad. Observando detenidamente a Allison.
— Kazutora se está bañando — contestó el rubio por Baji, quien aún parecía lelo.
—Entiendo.
—¿Lo ocupas demasiado? — Seguía Inui.
— Pues…. Es por el proyecto, le quería brindar unas ideas, pero está bien después lo busco y se las diré a él — Los ojos verdes de Allison se posaron en Baji. Y viceversa — Por cierto — Llevó sus manos a un bolsillo de su saco escolar para sacar una pequeña medicina desinflamatoria y extender para entregársela a Baji — ¿Puedes entregárselo a él? Es para sus golpes.
Keisuke no reaccionaba, es como si estuviera completamente ido. Seishu rodó sus ojos y se acercó a ellos, tomando la medicina.
—Se la entregó Allison, no te preocupes.
Ella asintió, dio su última mirada a Baji y se retiró del lugar. Inmediatamente él azabache negó con la cabeza y cerró la puerta. Al darse media vuelta y encontrarse con Inui, ante la mirada divertida y cómplice de él, él se sonrojo.
Se escucharon los pasos de Kazutora bajando las escaleras desde el baño.
—Te vino a buscar Allison — comentó Seishu cuando pasó por su lado hacia su cama.
Kazutora se ruborizó.
—¿E-enserio? ¿Y que pa–.
— ¿Por qué te trajo medicina desinflamatoria? — interrumpió Baji antes de que continuarán con su conversación.
—¿Por qué la pregunta? Obvio para mis heridas.
—¿Qué tienes tú con ella?
—¿De qué estás hablando?
—¿Tienes algo con ella?
—¿Pero por qué la intensidad repentina? —De pronto, una sonrisa dulce se extendió en sus labios. —Pero que lindo de su parte el haberme traído medicina.
Baji no dijo nada y fue a terminar de vestirse, dejando a Kazutora extrañado por su actitud.
En medio de ambos, Inui se dio cuenta de algunas cosas.
***
Senju caminaba por los pasillos para llegar a su salón de clases, a lo que vio a Chifuyu y Takemichi cerca dela entada del salón de anatomía.
—Deberías ir a hablar con Hina.
—No puedo…Está muy enojada, la conozco perfectamente.
— Alice hizo todo lo posible. Por detenerte y no bailarás con esas chicas de la facultad de administración de empresas.
—No me lo recuerdes.
Chifuyu se frustró un poco, porque a su ver, a su amigo no parecía movido en querer arreglar las cosas.
—Amigo tienes una chica bastante hermosa y que te quiere a pesar de todo, no seas pendejo cabrón. Ponte los pantalones y habla con ella.
De pronto, la mirada de Takemichi cambio a una que Chifuyu no pudo entender.
Como si se sintiera culpable y a la vez no.
—Chifuyu, yo…
Senju llegó a la entrada y sin aviso previo, se metió en medio de los amigos que charlaban debajo del marco de la puerta.
—Se dice compromiso — siseó Chifuyu, tomando a la albina de la muñeca de su mano.
— Ay perdón, no te había visto —le dijo divertida, casi retadora.
Chifuyu lamió su labio inferior ante eso y ambos no dejaron de mirarse.
—¡Senju! — Pero la voz masculina de Wakasa llamó su atención.
—W-Wakasa. — saltó Sanju.
Los ojos verdes de Matsuno se dirigieron a él.
El mayor jalo del brazo de Senju, la acercó a él y la tomó en un beso.
Chifuyu rodó sus ojos y prefirió meterse al salón de clases. En compañía de su amigo rubio.
La albina mientras su novio la besaba, miró como Chifuyu ingresaba al aula.
Wakasa se separó de su novia y le sonrío.
—¿Nos vemos en la noche?
Y Senju, tardó en responder.
***
—Gracias Koko — Hizo una reverencia una chica de preparatoria de cabellos lavanda.
—No hay de que, ya sabes cuándo necesites, solo házmelo saber.
— Por supuesto.
—Y Luna.
— ¿Dime?
— No le vayas a decir a Takashi, por favor.
Ella sonrió divertida.
— ¿Crees que soy idiota? Claro que no le diré absolutamente nada.
Koko devolvió la sonrisa y salió de la preparatoria para dirigirse a su aula.
***
~Habitación # 204~
Seishu Inui
Keisuke Baji
Kazutora Hanemiya
Kazutora volvió a su habitación corriendo, había olvidado un libro. Aunque seguro igual ya llegaba tarde más que se esforzará. Suspiró, la profesora de Anatomía era mucho más estricta y cínica, hasta seguro le pondría dos faltantes.
Pero al ingresar dentro, no se imaginó que se encontraría con un desastre en su cama.
—Pero… ¿Qué mierda es esto? — Se preguntó a sí mismo, observando sus cosas regadas, los libros rotos, la laptop que tanto le había costado a su mamá comprar destrozada.
Todas sus pertenencias hechas añicos.
***
Hinata se encontraba en su casillero sacando su libro, encontrándose debajo de este una nueva carta de su admirador secreto. Con sus suaves manos tomó de ella y sigilosamente la abrió, pero antes de leerla, recordó a su novio y aunque por su mente rondará el pensamiento de lo que decía el mensaje anónimo, dejó la carta de nuevo en su sitio.
Fuertemente suspiro y sintió que la tristeza comenzaba a invadir su interior.
— Eres un tonto Takemichi — Se dijo para sí misma mientras cerraba de su casillero y limpiaba un poco de las pocas lágrimas que salieron de sus ojos.
Le dolía enorme lo del mensaje anonimo, y más viendo que en verdad su novio aun pensara mucho la situación y no haya ido a por ella para hablar las cosas.
¿Era tan difícil de dilucidar?
—¡Tachibana! — La voz masculina de Abel llamó su atención.
— ¿A-Abel? ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en clases de bioquímica?
Entre Anatomía y Bioquímica, lo del primer semestre eran dividido.
Unos en clase con la profesora Ino, y otros en clase de laboratorio con el profesor Han.
Abel sonrío de lado.
—Tú también, Tachibana ¿No crees?
Ambos habían quedado en el mismo grupo en bioquímica.
Hina se ruborizó y suspiró.
— Si, si es cierto. Es que me entretuve con algo — Y cerró su casillero. En eso, su mirada volvió a apagarse.
Abel alzó una ceja.
—¿Te encuentras bien?
Los ojos de Hinata se posaron sobre Abel, quien constató que la mirada clara de la chica era muy tierna y cálida. De pronto, los ojos negros y profundos de Imaushi, brillaron suaves debido a la influencia de los ojos de esa chica.
Pero entonces, por el rabillo del ojo, algo captó su atención.
Por un pasillo cercano iba Izana hablando con Rindo.
—Tachibana, será mejor que te adelantes.
— ¿Eh? Pero Abel, la clase…
— Ahorita iré. Debo hacer algo antes.
Y el azabache se retiró, siguiendo con la mirada al albino.
***
Tras terminar el día de clases.
— ¿Cómo que no tienes teléfono cabrón?
Yuzuha y Yoko venían detrás de ellos y escucharon sin querer las palabras de Keisuke.
El chico de mechas rubias negó con la cabeza.
—Lo necesitas para informarte de las tareas e informes del instituto.
—Pues…Veré cómo obtendré otro. Y no solo eso, también una laptop nueva.
— ¿Qué fue lo que pasó? — Insistió Keisuke — ¿Por qué ni laptop?
Kazutora respiro en alto evitando el contacto visual con su amigo.
—Tiene algo que ver con lo del fin de semana, pero no puedo decirte más.
—¿Por qué no?
— Porqué no y punto. Debo vivir así, con toda mis cosas hechas mierda hasta poder reponerlas.
— Yuzuha esto me hace sentir mal — En voz baja le comentaba a la castaña de su amiga.
—Bueno, parece fea la cosa.
—¿Y si esto tiene que ver con el prefecto Louis??
Yoko no podía evitar darle vueltas a la situación.
—Yoko.
—¿Sí?
—¿Quiere ayudar a Kazutora, verdad?
La chica se ruborizó.
—Se que dije, pero… Se ve tan cabizbaja e inocente en estos momentos, que yo…
Yuzuha río.
— Dudo que Kazutora tenga algo de inocente — picó— Pero por el hecho de ser becado y que se lo que cuesta compras aparatos… Podríamos ayudarle.
Y solo quizás, podía darle una ayudadita a su mejor amiga a acercarse al chico.
Aun no sabía qué onda con Allíson, y en dado caso no quería que ella tampoco saliera mal en todo eso, pero suponía que algo debía pasar para definir bien las cosas.
Y cualquier cosa, ella estaría ahí para apoyar a sus dos amigas.
—¡Gracias, amiga! — Y Yoko la tomó del brazo.
La castaña negó y rio al mismo tiempo.
En eso, Yuzuha se terminó por acercar a ambos chicos.
—Enserio, perdón que me meta, pero no pude evitar escuchar ¿La escuela no te lo podría reponer? Al final, fue algo que te jugaron contra ti.
Kazutora suspiró.
—La institución no responde por las pertenecías de los alumnos. Sea como sea. Es algo que ya es problema de nosotros.
— ¿Enserio no podrás reponer nada rápido? — Inocentemente preguntó Yoko. Mientras miraba al azabache de forma dolorosa.
El chico suspiró.
—No, mi mamá desde que perdió su empresa, estamos muy cortos de dinero. Y soy becado ¿recuerdas? — le dijo, no de forma seca, más bien resignada.
Yuzuha ya había pensando en algo, pero no lo diría todavía.
— Pero Baji ¿no te podría ayudar? — dijo de nuevo Yoko.
— Eso quisiera más que otra cosa, pero ahorita tengo canceladas las tarjetas de crédito y solo me sustento con lo que mamá le da a Evan, para nosotros dos.
En eso, por el rabillo del ojo, Yuzuha captó a unas personas acercándose.
Mitsuya venía caminando en compañía de Draken y Mikey.
—Pero tienes otros amigos ricos en este gallinero… Kazutora — Yuzuha habló un poco en alto llamado la atención de los que iban caminando — Sobre todo…. El hijo del legislador más importante.
— ¿De qué hablas? — Inmediatamente preguntó Mikey.
— Le hicieron mierda todas las pertenecías a Kazutora. O sea primero se lo chingan a golpes y ahora sus cosas bueno ¿Es que aquí no hay pudor y respeto? Sin duda El profesor Hector debería dar sociología a todos los semestres. — refunfuño.
—Que mierda de situación, Kazutora — Lamento Draken.
—Pero quedaría en lo mismo, tendría luego que pagarle a estos chicos. —señalo Kazutora, y después de rato, volvía a sonreír burlón. — Sabes que son hijos de mami y papi ¿Cómo le dirán a sus padres que gastarán para ayudar a un becado?
Yuzuha entonces saltó, su plan dándole más vueltas cada vez.
—Tranquilo Draken, ya pensé que es lo que haré para ayudar a Kazutora. Tengo mente de tiburón. — dijo al final con una sonrisa burlona. Takashi esbozo una igual al escucharla.
— ¿Y qué harás? — Curioso preguntó Mitsuya, mientras miraba fijamente a la castaña.
—No es de tu incumbencia — lo picó y Takashi rodo sus ojos divertido. — Pero no te preocupes, después te enteraras.
En eso, Yuzuha guiño y tomó a su amiga para ya retirarse de ahí.
—Esa Yuzuha está loca. Me agrada demasiado — río Draken.
En eso, se fijo en dos chicas venir por el mismo pasillo.
— Me pidió perdón… Evan.
— ¿Se las aceptaste?
Emma suspiró en alto y froto su frente.
En eso, Rebeca también se fija quien está ahí y sonría ampliamente. Su rostro adquiriendo esa vida luego de haber perdido color ese día en que sus fotos desnudez se regaron por todo el colegio.
—¡Draken! — gritó la chica y corrió hacia donde él, sorprendiendo a Emma y lo demás ahí, cuando lo abrazo de forma muy pegajosa.
—¿Rebe? — soltó ella confundida
— ¡Emma! Draken y yo somos novios. — gritó, fuerte y claro.
Dejando a todos sorprendidos.
***
>Dirección<
Taiju y una chica guapa de cabello azabache y lentes, se encontraban ingresando al despachó de la directora.
La mirada de Taiju brillo con intensidad al ver lo sexy y guapa que se veía la directora concentrada en su trabajo.
La joven a su lado, suspiró incrédula al ver eso.
—¿Qué puedo hacer por ustedes jóvenes? — dijo Yume.
—El encargado del servicio comunitario no asistió hoy, pero él nos había dicho que usted tendría el listado sobre aprobación sobre los servicios, dado a que necesitaba aprobarlos primero. Así que mi compañero y yo, por la clase, vinimos por él.
Yume asintió y poso sus ojos azules en ambos jóvenes. Cuando miró a Taiju, este apenas contuvo una sonrisa pícara, pero la directora apenas y lo notó.
—Ya se lo entregó, joven Yasuda.
La directora sacó una carpeta de un montón más y se la pasó. Ambos agradecieron y se marcharon.
—A ti realmente te excita la directora — le dijo la chica a Taiju de camino.
Taiju carcajeó, sin vergüenza ni queriendo negarlo.
—Sayuri, decir eso, es poco — Y palmeo el hombro de compañera.
La chica solo rodo sus ojos.
Ese chico siempre tan escandaloso y corriente.
—Te meterás en problemas ¿no la has pensando? Es la directora de Ayome.
—¿Crees que si me metería con la directora? — Taiju la miró divertida.
Sayuri suspiró y subió el puente de sus lentes en su nariz.
—Los hombres cuando se trata de unas buenas piernas, no les importa nada.
***
~Habitación # 245~
— S-Sanzu…
Sobre la cama de Lin, ambos se encontraban retozando.
— No hables y disfruta Lin — Embestia más duro a la chica. Esta no dejaba de jadear mientras daba movimientos con sus caderas para hacer que el miembro bien dotado de Sanzu menearse dentro de ella.
— Mierda, no fui a clase de anatomía. — gimoteo la chica de pronto.
— No pienses en eso ahorita. ¡Maldición!
Sanzu tomó a la chica de la cintura y la puso boca abajo elevando un poco sus glúteos, tomándola de cabello, para empezar a soltar fuertes embestidas a ella.
— ¡Ahhhh! — Gritaba sintiendo como con ayuda de un éxtasis, concluía — Dame más.
Sanzu soltó su cabello y la tomó de la cintura, para comenzar a estocarla más rudamente. Mientras llevaba una de sus manos su clítoris para comenzar a frotar de él, saciándola.
Ella concluyó y eso provocó en Sanzu una excitación más fuerte. Tomándola de las caderas y meter y sacar su duro pene dentro de ella, para sin decirle ni una sola palabra, concluyendo dentro de ella, nuevamente.
Fuertemente suspiro y se echo a la cama intentando recuperar el aire. Lin imitó su acción.
Sanzu tomó de un cigarrillo lo prendió y llevó a su boca.
La habitación individual de Lin oliendo a sexo y sudor.
***
— ¡Izana! — La voz de Abel llamó su atención.
— A ¿Que paso renacuajo?
El azabache se lamio sus labios y empuño su mano.
— ¡Eres un hijo de tu puta madre pendejo! — Sin aviso le dio un golpe a puño cerrado en el rostro haciendo volar sus lentes de sol.
— ¿¡Qué te pasa pendejo!? — gruño el albino.
— Lo que hiciste fue una bajada ¿Quién te dijo que podías estar haciendo eso con mi hermana pendejo? ¡Ándale levántate y pelea como hombre, Imbécil ! Mi hermana tiene quien la defienda y soy yo ¡Maldita escoria de mierda!
Abel gritaba en medio del campus, todo colérico. Se había estado aguantando desde que vio las fotos.
— ¡A ver ¿Que mierda está pasando aquí? — Llegó interrumpiendo el prefecto Esteban.
***
>Dirección<
Tranquilamente la directora se encontraba en su oficina terminando sus deberes de ese día. Pero el sonido de notificación a su celular llamó mucho su atención, ya que sonó nueve veces seguidas.
Curiosamente tomó del celular y desbloqueo de él, encontrando un mensaje para abrir de él.
Al hacerlo, se encontró con nueve fotos de la señorita Imaushi Rebeca.
La guapa directora engrandeció los ojos completamente asustada e indignada por lo que sus ojos estaban viendo.
Enseguida descolgó el teléfono y marcó a la secretaria Mary.
—¡Mande a llamar a Rebeca Imaushi en este momento!
Gritó, molesta.
Si esas fotos salían fuera del colegio, el prestigio se perdería.
Y hasta su empleo.
Continuará.
Gracias a @Selfish55 que me esta ayudando mucho ✨💞😊 enserio espero y les guste y se estarán haciendo actualizaciones más seguidas en este fic ya que les traemos muchas ideas nuevas.
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