•○°-Capitulo 20-°○•

[Narrador/a POV]

Pasaron varios días, y sin que ninguno lo notara del todo, Victim y Orange se volvieron más cercanos, más unidos en sus interacciones diarias. Victim comenzó a ser más cariñoso, a tomar más confianza al expresar su afecto sin temor a la reacción de Orange. Se aferraba a su brazo cuando caminaban juntos, apoyaba su cabeza en su hombro cuando estaban en el sofá y, a veces, simplemente lo abrazaba sin previo aviso.

Orange, aunque al inicio seguía manteniendo su actitud seria, empezó a acostumbrarse a la presencia de Victim. A veces rodaba los ojos cuando el otro se le colgaba del brazo o lo molestaba con sus bromas, pero nunca lo apartaba.

Un día, Victim habló con Second sobre su situación. Estaban en la cocina, tomando algo mientras Second jugueteaba con un cuchillo en sus manos.

—Creo que me estoy enamorando —soltó Victim, casi como si no quisiera admitirlo del todo.

Second alzó una ceja y dejó el cuchillo sobre la mesa.

—No creo —respondió al principio, pero luego vio la expresión en el rostro de Victim y suspiró—. Bueno… sí, lo creo. Se te nota.

Victim se cruzó de brazos y bufó. —¿Así de obvio soy?

Second asintió con una sonrisa burlona. —Sí. Y, para ser honesto, no sé cómo aguantas a Orange, pero oye, cada quien sus gustos.

Mientras tanto, en otro rincón de la casa, Purple decidió confrontar a Orange.

—Hey, Orange.

—¿Qué? —respondió Orange, sin levantar la mirada de su celular.

Purple cruzó los brazos y sonrió con picardía. —Dime la verdad… ¿te está gustando Victim?

Sin pensarlo demasiado, Orange soltó un tremendo "NO".

El tono en el que lo dijo fue tan exagerado, tan inmediato, que Purple casi se atragantó de la risa.

—Wow, tranquilo —se burló—. Eso sonó más a un "sí, pero no quiero admitirlo".

Orange frunció el ceño y lo miró con molestia. —No me gusta.

Purple levantó las manos en señal de rendición, pero su sonrisa seguía allí. Orange sabía que no se libraría tan fácil de esa conversación.

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Second apoyó los codos sobre la mesa, mirándolo con una ceja levantada.

—A ver, dime, ¿qué sientes cuando estás con Orange?

Victim se quedó pensativo unos segundos, luego entrecerró los ojos y sonrió de manera boba.

—Pues… como si estuviera abrazando un tronco, pero un tronco cálido y cómodo. Como cuando metes la mano en una bolsa de arroz, pero emocionalmente.

Second parpadeó. —¿Qué?

Victim continuó sin importarle la expresión confundida de su amigo.

—Es como cuando te tapas con una manta pesada en invierno y sientes que nada malo puede pasarte. O como cuando encuentras dinero en un pantalón que no usabas hace tiempo.

Second lo miró fijamente, cruzándose de brazos.

—Dijiste un montón de estupideces, pero el punto quedó claro.

Victim ladeó la cabeza. —¿Cuál punto?

Second suspiró y se masajeó el puente de la nariz. —Que sí, imbécil, estás enamorado.

Victim abrió los ojos de golpe y se quedó en silencio unos segundos. Luego, lentamente, se dejó caer sobre la mesa, cubriéndose la cara con las manos.

—Maldición…

Second soltó una risa mientras veía a Victim revolcarse sobre la mesa como si el mundo se le estuviera cayendo encima.

—¿Qué? ¿Ahora sí te diste cuenta?

Victim se incorporó bruscamente y lo miró con pánico.

—¡No puede ser! No puede ser, Second, ¿qué hago?

Second apoyó la cara en su mano, mirándolo con diversión.

—Pues no sé, podrías confesarle tus sentimientos, como haría cualquier persona normal.

Victim bufó. —¿Y qué? ¿Que me rechace con su frialdad de siempre? No, gracias.

Second se encogió de hombros. —O podrías seguir haciéndote el tonto y dejar que esto te carcoma por dentro.

Victim hizo un sonido de frustración y dejó caer su cabeza contra la mesa otra vez.

—¡Ya me está carcomiendo, Second! ¡Cada vez que lo veo quiero besarlo, pero no quiero que me mande al carajo!

Second apoyó un codo en la mesa y lo miró fijamente.

—¿Y estás seguro de que Orange no siente nada por ti?

Victim levantó la cabeza de golpe.

—Él lo niega rotundamente.

Second alzó una ceja. —Eso no significa nada.

Victim lo miró con ojos esperanzados.

—¿Crees que tenga aunque sea un poquito de interés en mí?

Second suspiró. —No lo sé, pero si sigues actuando así, te volverás loco.

Victim se dejó caer dramáticamente sobre la mesa.

—Creo que ya lo estoy…

Second rodó los ojos, divertido.

—Si tanto te tortura, ¿por qué no hablas con él directamente?

Victim se incorporó rápidamente y lo miró como si hubiera dicho la cosa más absurda del mundo.

—¿Estás loco? ¡Si le digo algo, seguro me manda a la mierda!

Second sonrió con burla. —¿Y qué prefieres? ¿Seguir babeando por él en secreto mientras te mueres por dentro?

Victim cruzó los brazos, indignado.

—¡No babeo por él!

Second lo miró con escepticismo.

—Ajá, claro. ¿Y entonces por qué te sonrojas cada vez que hablas de él?

Victim se cubrió la cara con ambas manos.

—¡Dios, ya basta!

Second soltó una carcajada.

—Mira, solo digo que si sigues así, en algún momento te vas a delatar solo.

Victim suspiró pesadamente.

—Sí, lo sé… Pero no sé cómo lidiar con esto.

Second apoyó una mano en su hombro.

—Pues empieza por dejar de huirle. A veces, Orange parece frío, pero si sigues ahí, tarde o temprano vas a descubrir qué siente realmente.

Victim lo miró con duda, pero algo en sus palabras le dio un poco de esperanza.

—¿Crees que haya una posibilidad…?

Second sonrió de lado.

—Solo hay una forma de averiguarlo.

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El sol de la tarde pintaba el cielo con tonos anaranjados y morados mientras Purple y Orange caminaban por el jardín trasero de la casa. El viento soplaba suavemente, moviendo las hojas de los árboles y haciendo que el aroma de la tierra húmeda flotara en el aire. Purple miraba de reojo a Orange, con una pequeña sonrisa en los labios, mientras el otro mantenía su expresión seria, con la mirada perdida en el horizonte.

—Sabes, sería lindo verte con alguien otra vez —comentó Purple, con un tono ligero pero con un significado profundo detrás.

Orange suspiró, sin apartar la mirada del cielo.

—No necesito a nadie —respondió seco, con esa dureza en la voz que delataba más de lo que quería admitir.

Purple rodó los ojos.

—Vamos, no te hagas el fuerte. Sé que te gusta Victim.

Orange se detuvo en seco y lo miró con el ceño fruncido.

—No me gusta Victim.

Purple alzó una ceja, divertido.

—¿Ah, no? Porque últimamente pasan demasiado tiempo juntos. Se llevan bien, se divierten… y Victim es obvio como él solo.

Orange desvió la mirada, cruzando los brazos.

—Eso no significa nada.

Purple suspiró y decidió ir más al grano.

—Mira, entiendo que aún amas a Light. Ella era increíble, lo sé. Pero, Orange, ya no está… y por más que la ames, no puedes pasar el resto de tu vida atrapado en su recuerdo.

El silencio que siguió fue denso. Orange apretó la mandíbula.

—No entiendes, Purple. No es solo que la ame… es que siento que si sigo adelante, la estoy traicionando.

Purple lo miró con compasión.

—No la traicionas por seguir adelante. Light no querría verte así, Orange. No querría verte aferrado a un pasado que no puede volver.

Orange bajó la mirada, sintiendo su pecho apretarse. No era la primera vez que alguien le decía eso, pero cada vez que escuchaba esas palabras, sentía que una parte de él se resistía con todas sus fuerzas.

Purple continuó con voz suave, pero firme:

—Victim te hace bien. Te hace sonreír de una manera que no hacías hace mucho. No digo que debas amarlo ahora mismo, pero al menos dale una oportunidad a la idea de ser feliz otra vez.

Orange cerró los ojos y dejó escapar un suspiro pesado.

—No lo sé…

Purple le dio un pequeño golpe en el brazo.

—Solo piénsalo, ¿sí? No dejes que el miedo te haga perder algo bueno.

Orange no respondió. Se quedó en silencio, mirando cómo el sol empezaba a esconderse en el horizonte. Tal vez Purple tenía razón… pero su corazón aún no estaba listo para admitirlo.

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Orange soltó un suspiro pesado, sacudiendo la cabeza como si quisiera deshacerse de los pensamientos que Purple acababa de sembrar en su mente. No quería seguir hablando de eso, no quería pensar en lo que sentía por Victim. Así que, en un intento de desviar la conversación, miró de reojo a Purple con una sonrisa burlona.

—¿Y tú? ¿Cómo te va con Second?

Purple parpadeó, sorprendido por el repentino cambio de tema.

—¿Eh?

Orange se cruzó de brazos con una expresión divertida.

—Sí, no te hagas el desentendido. Siempre están juntos, y no me digas que solo son amigos porque hasta un ciego puede ver lo que hay ahí.

Purple sintió cómo sus mejillas se calentaban y miró hacia otro lado, incómodo.

—Second y yo… es complicado.

Orange arqueó una ceja.

—¿Complicado cómo?

Purple se mordió el labio, sin saber si quería abrirse sobre el tema. Pero después de lo que le había dicho a Orange, sería algo hipócrita no hacerlo.

—A veces siento que él… no me ve de la misma forma en que yo lo veo a él —admitió en voz baja.

Orange lo miró con curiosidad.

—¿Has hablado con él sobre eso?

Purple negó con la cabeza.

—No quiero arruinar lo que tenemos ahora. Si le digo cómo me siento y no es recíproco… podría cambiar todo.

Orange asintió lentamente, comprendiendo el dilema.

—Bueno, eso es un riesgo, sí. Pero también es un riesgo quedarte callado y vivir con la incertidumbre.

Purple suspiró y pateó una piedrita en el suelo.

—Lo sé… pero aún no estoy listo para enfrentar esa respuesta.

Orange lo observó un momento antes de darle una palmada en la espalda.

—Cuando lo estés, hazlo. Second es un buen tipo, no creo que te haga daño a propósito.

Purple sonrió levemente.

—Gracias… y tú, piénsalo también. No te cierres a lo que podrías tener con Victim.

Orange bufó y miró hacia otro lado.

—No hemos terminado con eso, ¿verdad?

Purple rió.

—Para nada.

Purple miró a Orange con una expresión llena de dudas.

—No lo sé… a veces siento que Second y yo no encajamos. ¿Cómo podríamos ser compatibles?

Orange soltó una carcajada baja y se cruzó de brazos.

—¿Hablas en serio? Déjame ver si entiendo… Un líder y su ex enemigo. Un hollow head creado por un animador y una persona normal de ciudad. ¿No te parece que esas diferencias lo hacen más interesante?

Purple parpadeó, confundido por la lógica de Orange.

—¿Cómo es que eso hace que funcione?

Orange se encogió de hombros con una sonrisa confiada.

—Porque los opuestos se atraen, porque las mejores historias de amor son las que nadie espera. Mira, tú eres alguien que ha estado en la oscuridad, que ha sido visto como una amenaza, pero que ha cambiado. Second es alguien que siempre ha estado en la luz, liderando, apoyando a los demás. Juntos, se equilibran.

Purple bajó la mirada, procesando sus palabras.

—Pero somos tan diferentes…

Orange asintió.

—Y por eso funcionan. Second ve en ti algo que los demás no vieron al principio. Te aceptó, incluso cuando tú mismo dudabas de tu lugar. Y tú, sin darte cuenta, lo ayudas a ver el mundo de una forma que nunca antes había visto.

Purple sonrió levemente.

—Supongo que nunca lo había pensado así…

Orange le dio una palmada en la espalda.

—Dale una oportunidad. A veces, los romances más lindos son los que surgen en los lugares menos esperados.

Orange continuó con su explicación, notando que Purple aún tenía dudas.

—Mira, entiendo que muchos puedan pensar que tú y Green harían una buena pareja. Se ven bien juntos, tienen momentos en los que parecen conectar… pero, ¿eso realmente significa algo?

Purple frunció el ceño, cruzándose de brazos.

—¿A qué te refieres?

Orange suspiró y se encogió de hombros.

—Una pequeña muestra de cariño no demuestra nada. Muchas personas pueden tomarse de la mano, abrazarse o incluso compartir momentos cercanos sin que eso signifique que están destinados a estar juntos. Pero con Second…

Se detuvo por un momento, viendo la reacción de Purple.

—Second ha estado ahí desde el inicio. No solo te aceptó, sino que te apoyó incluso cuando los demás dudaban. Nunca te trató como un enemigo, incluso cuando tenías razones para que lo hiciera. Siempre te vio como alguien digno de confianza, alguien que merecía una oportunidad. Y aún lo hace.

Purple se quedó en silencio, reflexionando sobre sus palabras.

—Entonces, ¿tú crees que él y yo…?

Orange sonrió de lado.

—Creo que ya sabes la respuesta.

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Victim estaba tirado en el sofá, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, escuchando a Blue con una mezcla de curiosidad y escepticismo.

—Mira, enamorarse no es tan malo como crees —dijo Blue, sentándose en una silla frente a él—. De hecho, puede ser una de las mejores cosas que te pasen.

Victim suspiró y giró la cabeza hacia él.

—Sí, sí, claro. Dímelo a mí, que ya me pasó dos veces y terminé solo.

Blue levantó una ceja.

—Pero eso no significa que siempre será así. No puedes cerrar tu corazón solo porque antes no funcionó.

Victim se quedó en silencio, jugando con sus propios dedos.

—Es solo que… ¿y si pasa otra vez? ¿Y si Orange nunca me ve de esa forma?

Blue sonrió con calma.

—Bueno, ¿y si sí? No sabrás la respuesta hasta que dejes de huir de lo que sientes.

Victim hizo una mueca, claramente incómodo con la idea de abrirse completamente. Pero al mismo tiempo, una pequeña chispa de esperanza comenzaba a crecer en él.

Victim suspiró, hundiendo la cabeza en el respaldo del sofá mientras tamborileaba los dedos contra su pecho.

—No estoy huyendo —dijo al fin, aunque su tono no sonaba muy convencido.

Blue cruzó los brazos y lo miró con una expresión de obvia incredulidad.

—¿Ah, no? Entonces, ¿por qué cada vez que sientes algo fuerte por alguien empiezas a hacer bromas y a actuar como si no te importara?

Victim chasqueó la lengua y miró a otro lado.

—Porque así es más fácil. Si no me tomo en serio mis sentimientos, entonces no pueden hacerme daño.

Blue suspiró, apoyando los codos en las rodillas.

—Mira, lo entiendo. De verdad. Pero no puedes vivir toda tu vida escondiéndote detrás de las bromas. En algún momento, tienes que dejar de reír y decir lo que realmente sientes.

Victim dejó salir una risa nerviosa.

—Bueno, pero ¿cómo se supone que haga eso? ¿Voy y le digo a Orange “oye, me gustas y quiero besarte otra vez aunque me mates por ello”?

Blue rodó los ojos.

—No tienes que ser tan dramático. Pero podrías empezar por dejar de provocarlo solo para ver su reacción.

Victim parpadeó, fingiendo inocencia.

—¿Yo? ¿Provocarlo? No sé de qué hablas.

Blue lo miró fijamente.

—¿Victim?

—¿Sí?

—Eres un desastre.

Victim sonrió ampliamente.

—Lo sé, pero me veo bien haciéndolo.

Blue se llevó una mano a la cara.

—No tienes remedio.

Victim se encogió de hombros, pero su sonrisa no duró mucho. Su expresión se suavizó, y su mirada bajó al suelo.

—¿Y si nunca me toma en serio? —preguntó en voz baja.

Blue dejó el sarcasmo de lado y lo miró con sinceridad.

—Si realmente te importa, entonces debes ser honesto con él. Y si Orange aún no está listo… bueno, al menos sabrás que hiciste todo lo posible.

Victim se quedó en silencio unos segundos, asimilando sus palabras. Luego, con una sonrisa traviesa, volvió a recostarse en el sofá.

—Suena a mucho trabajo… pero supongo que puedo intentarlo.

Blue sonrió de lado.

—Buena respuesta.

Y con eso, la conversación quedó en el aire, pero dentro de Victim, algo empezaba a cambiar.

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Victim se giró hacia Blue, apoyando la cabeza en una mano mientras lo observaba con curiosidad.

—Oye, ahora que lo pienso… ¿cómo puedes estar tan tranquilo con el amor si básicamente tienes un tipo de divorcio con Green?

Blue parpadeó y luego soltó una risa seca.

—¿Divorcio? No sé si lo llamaría así, pero… sí, supongo que se siente parecido.

Victim se acomodó mejor en el sofá, con una sonrisa juguetona en los labios.

—Vamos, cuéntame. ¿Cómo lo superaste?

Blue suspiró, frotándose las sienes.

—No sé si lo “superé” del todo. Es complicado. Green y yo… teníamos algo, pero nunca fue oficial. Y cuando las cosas empezaron a desmoronarse, en lugar de hablarlo, simplemente… lo dejamos ir.

Victim lo miró con atención.

—Eso suena a que aún tienes cosas pendientes con él.

Blue soltó una risa amarga.

—Quizás. Pero a veces es mejor dejar que las cosas se enfríen antes de intentar arreglarlas.

Victim apoyó un codo en el respaldo del sofá, mirándolo fijamente.

—¿Y si Green quisiera intentarlo otra vez?

Blue dudó un momento antes de responder.

—No lo sé. Parte de mí piensa que sería un desastre, pero otra parte…

—Lo extraña —terminó Victim por él, con una sonrisa comprensiva.

Blue no respondió de inmediato. Solo miró al frente, como si procesara lo que acababa de escuchar. Luego suspiró y se encogió de hombros.

—Tal vez. Pero el orgullo es un problema grande entre nosotros. Y el orgullo no se rompe tan fácil.

Victim lo observó en silencio un momento antes de soltar una pequeña risa.

—Eres más sentimental de lo que aparentas, Blue.

Blue le lanzó una mirada de advertencia.

—Si le dices eso a alguien, lo negaré hasta la muerte.

Victim se rió, levantando las manos en señal de rendición.

—Tranquilo, tranquilo. Tu secreto está a salvo conmigo… por ahora.

La conversación quedó flotando en el aire, dejando un ambiente extraño entre ellos. No incómodo, pero sí lleno de pensamientos no dichos. Victim entendió que, al final del día, todos tenían algo que los ataba al pasado… incluso Blue, que siempre parecía tenerlo todo bajo control.

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Victim inclinó la cabeza con curiosidad, observando a Blue, que parecía perdido en sus pensamientos.

—Y dime, ¿cómo era tu relación con Green antes de que todo se volviera… raro?

Blue exhaló lentamente, apoyando la cabeza en el respaldo del sofá.

—Era… diferente. Mejor, supongo.

Victim levantó una ceja.

—Define “mejor”.

Blue sonrió con nostalgia.

—Al principio, era divertido. Green y yo siempre estábamos juntos, molestándonos mutuamente, pero en el buen sentido. No teníamos que decir mucho para entendernos. Él tenía su mundo, y yo el mío, pero de alguna forma siempre encontrábamos un punto intermedio.

Victim asintió, interesado.

—Eso suena lindo.

Blue rió entre dientes.

—Sí, lo era. Pero… Green siempre ha sido un caos andante. Y yo… bueno, siempre fui el que lo mantenía en línea, ¿sabes? Pero en algún punto, dejó de escuchar. Y yo me cansé de intentar hablar con alguien que no quería oírme.

Victim lo miró con algo de tristeza.

—¿Crees que fue culpa suya?

Blue negó con la cabeza.

—No del todo. Yo también cometí errores. Creí que él cambiaría por mí, y cuando vi que no lo hacía, me frustré. En lugar de aceptarlo como era o hablarlo de verdad, simplemente me alejé poco a poco.

Victim se quedó en silencio por un momento antes de hablar con suavidad.

—¿Y lo sigues queriendo?

Blue lo miró fijamente antes de soltar una risa amarga.

—Eso es lo peor de todo… Sí.

El ambiente se volvió pesado, cargado de emociones no resueltas. Victim suspiró y le dio un leve golpe en el brazo a Blue.

—Entonces, en lugar de evitarlo, ¿por qué no intentas hablar con él?

Blue se quedó en silencio, sin responder de inmediato. Victim entendió que, para Blue, no era tan simple como lo hacía parecer.

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Green apareció en la entrada de la sala, su postura rígida, pero los ojos fijos en Blue con una mirada que denotaba cierta tensión. Con voz tranquila pero firme, comenzó a hablar.

—La historia no es tan cierta, Blue.

Blue lo miró con algo de sorpresa, sin decir una palabra, mientras Victim se quedaba en silencio, observando cómo la situación tomaba un giro inesperado.

Green avanzó lentamente hacia el centro de la habitación, sin apartar la vista de Blue.

—Lo que realmente pasó fue que tú empezaste a alejarte. No de inmediato, pero con el tiempo, me di cuenta de que buscabas atención en otras personas, especialmente en Yellow.

Blue abrió la boca para responder, pero se quedó callado al ver la seriedad de Green. Green no le dio espacio para interrumpir y siguió hablando con calma, aunque se podía sentir el resentimiento en sus palabras.

—Pasabas más tiempo con Yellow, y cuando lo hacías, parecías olvidar por completo lo que teníamos. Ya no había confianza, Blue. Las peleas se hicieron constantes, cada cuatro días, más o menos. Yo estaba tratando de salvar algo que ya no podíamos salvar.

Victim, aunque preocupado por la intensidad del momento, no sabía si intervenir o dejar que ambos hablaran. Miró a Blue, quien seguía en silencio, sus ojos perdidos en algún punto indefinido del suelo.

Green suspiró, claramente cansado de repetir lo mismo una y otra vez.

—Yo también cometí errores, lo sé, pero no soy el único responsable de que las cosas llegaran a este punto. Ambos cambiamos, pero tú fuiste el primero en alejarte.

Un pesado silencio llenó la habitación después de sus palabras. Victim podía sentir la tensión entre ellos, aunque Blue aún no había respondido. La situación era más compleja de lo que parecía, y él no sabía si debería intervenir o dejar que los dos aclararan las cosas entre ellos.

Finalmente, Blue levantó la mirada, y con un suspiro profundo, habló en un tono bajo, pero firme.

—Tienes razón, Green. No lo puedo negar. Me alejé, pero no porque no te quisiera o porque pensara que no valías la pena. Me alejé porque me sentía… vacío. Yellow estaba allí para mí, y quizás empecé a usarlo para llenar el vacío que sentía, aunque no lo hiciera de la mejor manera. Pero no quiero que pienses que lo hice para lastimarte.

Green lo miró fijamente, aún molesto, pero algo en su postura suavizó un poco.

—No sé si eso hace las cosas más fáciles o más complicadas, Blue. Pero, si quieres, podemos intentar hablar de todo esto más tarde, sin gritar ni recriminarnos.

Blue asintió lentamente, aunque el dolor en su mirada era evidente.

—Sí, eso suena bien.

Victim, quien había estado observando en silencio, finalmente se animó a hablar.

—Creo que ambos tienen mucho que sanar. Pero lo importante es que estén dispuestos a hacerlo. No pueden seguir cargando con todo este peso entre los dos.

Green miró a Victim y luego volvió su mirada a Blue.

—Eso es lo que estoy tratando de hacer, Victim. Pero no puedo hacerlo solo.

Blue bajó la mirada, sabiendo que había muchas cosas que todavía no había dicho ni admitido. Pero ahora, con la presión de tener que enfrentar las realidades de su relación con Green, entendió que tal vez la única forma de sanar era ser honesto consigo mismo y con él.

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El silencio llenó la habitación por unos momentos, cada uno procesando lo que acababa de suceder. Victim observaba a ambos, sintiendo la pesada carga en el aire. Sabía que el camino hacia la reconciliación no sería fácil, pero por lo menos, había un pequeño paso hacia la comprensión mutua.

Green dio un paso atrás, como si la tensión se deshiciera un poco. No parecía completamente convencido, pero al menos no estaba tan furioso como antes.

—Quizás... quizás estamos más cerca de lo que pensaba —dijo Green en un tono más suave, aunque con un dejo de incertidumbre.

Blue, que había estado mirando al suelo todo este tiempo, levantó la vista y le dio una mirada que denotaba arrepentimiento, pero también una ligera chispa de esperanza.

—Quizás tengas razón, Green. Tal vez podamos intentarlo de nuevo, pero con más honestidad. Sin esconder cosas o fingir que todo está bien cuando no lo está.

Green asintió lentamente. Se acercó a Blue y, por primera vez en mucho tiempo, parecía dispuesto a ceder, aunque las heridas todavía estuvieran frescas.

—Eso me gustaría, Blue. Pero no esperes que todo se solucione de un día para otro. Necesito tiempo para sanar, y tú también. No podemos presionar demasiado.

Blue sonrió débilmente, entendiendo perfectamente lo que Green quería decir. Sabía que el proceso de reconstruir su confianza sería largo, pero al menos ahora, ambos estaban dispuestos a intentarlo.

Victim observaba todo en silencio, un poco sorprendido de cómo las cosas estaban tomando un giro tan inesperado. Aunque no conocía todos los detalles de la relación entre Green y Blue, podía sentir que ambos tenían algo genuino el uno por el otro.

—Sé que no es fácil, pero creo que si realmente quieren salvar esto, ambos van a tener que ser pacientes. La sanación lleva tiempo —comentó Victim, casi en un susurro.

Green le dirigió una mirada agradecida, como si en parte, lo hubiera escuchado en un nivel más profundo.

—Gracias, Victim. Te lo agradezco. Tal vez tienes razón. Y aunque no sé si todo se arreglará pronto, voy a intentarlo.

Blue asintió, un poco más relajado, pero aún con una sombra de tristeza en sus ojos.

—Sí... lo intentaré.

El aire, aunque cargado de emociones complicadas, había empezado a despejarse un poco. Aunque no todo estaba resuelto, Blue y Green habían dado el primer paso hacia algo que parecía un futuro incierto, pero al menos uno donde la honestidad y el entendimiento mutuo tendrían un lugar.

Victim sonrió suavemente. A veces, el amor no se trataba de encontrar la perfección, sino de estar dispuesto a luchar por lo que valía la pena, a pesar de los errores cometidos.

De alguna manera, en ese pequeño rincón de la sala, las piezas del rompecabezas empezaban a encajar. Quizás no todo estaría bien al instante, pero ahora, había algo más que solo heridas abiertas. Había esperanza, aunque frágil.

Victim se levantó lentamente, mirando a Blue y Green con una leve sonrisa en el rostro.

—Creo que debería dejarles un momento. Ustedes dos tienen mucho que hablar, y yo... debo darles espacio.

Con una leve inclinación de cabeza, Victim se dirigió hacia la puerta. Al pasar junto a ellos, se detuvo un momento.

—Recuerden, chicos, que a veces las cosas se arreglan cuando menos lo esperamos. Solo no dejen que el miedo los detenga.

Sin esperar respuesta, Victim salió, dejando a Blue y Green solos, pero con un poco más de claridad entre ellos. El futuro aún era incierto, pero lo que era seguro es que ya no estaban caminando en la misma oscuridad que antes.

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Era una tarde tranquila cuando Victim salió de la casa, todavía con la mente ocupada con la conversación que acababa de tener con Green y Blue. Mientras caminaba, se encontraba pensando en lo que había dicho Green sobre dar tiempo al tiempo. No podía evitar preguntarse si, en su propia vida, las relaciones podrían sanar de esa forma.

Al salir por la puerta, de repente, se chocó con Orange, como si la vida quisiera darle una señal. Ambos tropezaron brevemente, y Victim se rió, un tanto nervioso, mientras se reincorporaba.

—¡Vaya, perdón, Orange! —dijo, sonrojado por la sorpresa.

Orange soltó una ligera risa al ver cómo se había tambaleado Victim, pero luego le dedicó una sonrisa tranquila.

—No pasa nada, Victim —respondió con tono relajado, aún con una sonrisa en su rostro.

Purple, quien había estado esperando en el fondo, observó cómo se desarrollaba la pequeña escena con curiosidad. Al ver que Victim y Orange se habían recompuesto, se acercó a ellos con su energía característica, una mezcla entre diversión y travesura.

—¿Qué tal si vamos al parque? —propuso Purple, su entusiasmo palpable.

Victim no dudó en aceptar. A pesar de todo lo que había estado sucediendo últimamente en su vida, necesitaba un respiro, y una tarde en el parque con Orange y Purple sonaba como la distracción perfecta.

—¡Claro! ¡Vamos! —respondió con una sonrisa, aliviado por el cambio de ambiente.

Orange, aunque un tanto reacio al principio, también aceptó, sin muchas ganas de decir que no a la idea de pasar el rato con su hijo y Victim. A fin de cuentas, siempre había sido relajado en esos momentos, y salir a disfrutar de la compañía de Purple y Victim no sonaba tan mal.

El camino hacia el parque estuvo lleno de conversaciones ligeras, risas y chistes entre Purple y Victim, mientras Orange se mantenía un tanto en silencio, observando la interacción entre ambos.

Cuando llegaron, el parque estaba lleno de familias y niños corriendo de un lado a otro, pero la atmósfera tranquila les dio la oportunidad de relajarse. Victim y Purple rápidamente empezaron a hacer tonterías, jugando a saltar alrededor de los bancos, imitándose unos a otros y riendo por cualquier cosa tonta. Orange, desde su posición, los observaba con una mezcla de diversión y una ligera inquietud.

No podía evitar pensar en cómo se veían Victim y Purple juntos. Había algo en la manera en que Victim interactuaba con Purple, en la forma en que se reían juntos, que le hacía imaginar que podrían ser... una familia. Esa idea, aunque tan lejana, se hizo presente en su mente. Podía visualizarse a sí mismo junto a Victim, formando una familia, con Purple como su hijo. Pero esa imagen fue tan fugaz, tan irreal, que rápidamente se sintió incómodo por haberla tenido.

Orange intentó apartar esos pensamientos de su cabeza, sonrojándose un poco al imaginar lo que eso significaría. Sabía que todavía había un largo camino para superar el dolor de Light. Aun así, la imagen seguía rondando en su mente, y él no pudo evitar sentirse confundido por las emociones que estaban comenzando a surgir. La idea de ser una familia con Victim, de ver a Purple creciendo bajo su techo, parecía tan... natural. Pero también sabía que no era el momento para esos pensamientos.

—Oye, Orange, ¿te pasa algo? —preguntó Victim, notando el cambio en la actitud de Orange. Victim había estado bromeando con Purple, pero se dio cuenta de que Orange no estaba tan presente como antes.

Orange sonrió, aunque la incomodidad aún persistía en su pecho.

—Nada, solo... pensaba en algunas cosas —respondió evasivo, sin querer entrar en detalles.

Purple, que había estado jugando con una pelota cerca, se acercó rápidamente, todavía lleno de energía.

—¡Vamos, papá! ¡Juega conmigo y Victim! —exclamó con entusiasmo, jalando de la mano a Orange.

Orange miró a Purple, luego a Victim, y finalmente aceptó el desafío, sonriendo. Sabía que Purple solo quería divertirse, y no quería ser el que estropeara el momento.

Jugaron por un buen rato, con Victim y Purple peleándose por la pelota, mientras Orange miraba con una sonrisa. Poco a poco, la inquietud que había sentido antes se disipó, y la escena frente a él comenzó a sentirse más natural. Sin embargo, una parte de él no podía dejar de imaginar qué pasaría si realmente compartieran una vida juntos. ¿Sería capaz de dejar ir el pasado y abrirse al futuro con Victim?

Al final de la tarde, mientras caminaban de regreso a casa, Victim y Purple seguían bromeando y riendo entre sí. Orange, aunque más relajado que antes, aún no podía sacudirse esa sensación extraña de incertidumbre.

Sabía que estaba bien disfrutar de ese momento. Pero el futuro... el futuro seguía siendo incierto.

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Los meses pasaron con una calma engañosa. La relación entre Victim y Orange había cambiado sutilmente, con pequeños gestos y momentos que los acercaban cada vez más. Purple, como siempre, animaba la atmósfera con su energía, y el resto del grupo —Red, Yellow, Green, Blue, Second— ya habían notado lo obvio: algo estaba pasando entre Victim y Orange.

Sin embargo, aquel día trajo consigo una interrupción inesperada.

Cuando la puerta se abrió, revelando la figura de Smith, la sala entera quedó en silencio. Victim, quien estaba sentado en el sofá conversando con Purple, se quedó inmóvil por un segundo antes de levantarse.

—Smith... —murmuró sorprendido.

Los demás no dijeron nada, pero sus miradas hablaban por sí solas. Red entrecerró los ojos con curiosidad, Yellow cruzó los brazos en una postura analítica, Green y Blue intercambiaron miradas, Purple miró de reojo a Victim con una mezcla de sorpresa y picardía, y Second simplemente observó, como si ya supiera lo que estaba a punto de ocurrir.

El único que no reaccionó de manera evidente fue Orange. Permaneció serio, con los brazos cruzados y una expresión que no mostraba ni enojo ni sorpresa. Solo observaba.

Smith dio un paso adelante, clavando su mirada en Victim.

—Podemos hablar a solas... por favor.

La tensión en el aire era casi tangible. Victim dudó por un momento, sintiéndose observado por todos, pero al final asintió.

—Claro... vamos afuera.

Salieron juntos, dejando a los demás en la sala, donde las miradas se cruzaban con diferentes significados. Purple se inclinó hacia Orange con una sonrisa juguetona.

—Te ves muy serio, papá.

Orange le dirigió una breve mirada antes de responder con un seco:

—Cállate.

Mientras tanto, afuera, Smith y Victim caminaban por el jardín hasta alejarse lo suficiente. Smith se veía un poco más relajado ahora que estaban solos.

—Victim, he estado pensando mucho en esto. En nosotros —comenzó, metiendo las manos en los bolsillos—. Antes pasábamos más tiempo juntos, y siento que eso ha cambiado. Quiero pasar más rato contigo otra vez.

Victim parpadeó, sin estar seguro de cómo responder.

—Smith… yo…

Smith suspiró.

—No estoy pidiendo nada raro, solo… extraño cómo solíamos ser.

Victim miró hacia un lado, recordando los tiempos en que Smith y él compartían más momentos juntos. Pero ahora, las cosas eran diferentes. Había cambiado, había crecido… y había Orange.

Dentro de la casa, Orange continuaba en su lugar, con la misma expresión seria de antes.

Pero por dentro, algo en él se removía con incomodidad.

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Smith observó a Victim con una mirada que mostraba una mezcla de nostalgia y esperanza.

—Sé que también lo deseas, Victim. Volver a ser como antes, pasar tiempo juntos, como solíamos hacerlo. —dijo, su voz suave, casi implorante.

Victim se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de Smith. La verdad era que había algo en él que aún sentía esa vieja conexión, algo que no había desaparecido por completo. Smith había sido importante en su vida, y parte de él todavía añoraba los momentos compartidos.

Miró a Smith con una expresión pensativa antes de responder.

—Tal vez… tal vez sea bueno. Volver a ser amigos de nuevo no suena tan malo… —dijo, sin saber realmente cómo se sentía.

Smith, al ver que Victim aceptaba, sonrió con una leve satisfacción. En un impulso, lo abrazó con cariño, como si todo lo que había sucedido no fuera más que un mal recuerdo. La calidez de su abrazo envolvió a Victim, y por un momento, todo parecía normal otra vez.

Victim no pudo evitar tensarse un poco al principio, pero luego permitió que la situación fluyera. A pesar de todo lo que había cambiado, el abrazo se sentía reconfortante de alguna manera. Como si no hubiera pasado el tiempo entre ellos.

Sin embargo, algo dentro de él seguía inquieto. La imagen de Orange apareció en su mente, y la idea de estar tan cerca de Smith lo hizo sentir culpable, confuso.

Smith lo soltó finalmente, pero sus manos aún descansaban en los hombros de Victim, como si no quisiera dejar ir la oportunidad de reparar lo que había quedado roto entre ellos.

—Entonces, ¿pasamos más tiempo juntos como antes? —preguntó Smith, su voz cargada de emoción.

Victim respiró profundamente, mirando a Smith con una mezcla de aprecio y duda.

—Claro… pero, necesitamos tiempo. —respondió, intentando ser honesto consigo mismo. No podía permitir que las viejas costumbres lo arrastraran tan fácilmente.

Al mismo tiempo, en la casa, Orange no podía quitarse la sensación de incomodidad. Había visto el abrazo, y aunque no dijo nada, la sensación en su pecho era indescriptible. Parte de él se sintió celoso, aunque no entendía por qué.

Purple observaba a su padre con atención y, sin decir una palabra, se acercó a él. Sabía que algo no estaba bien.

—Papá, ¿estás bien? —preguntó en voz baja.

Orange lo miró, y aunque no quería admitirlo, la tensión seguía ahí.

—Sí, estoy bien. Solo… no me gusta ver a Victim tan cerca de Smith.

Purple lo observó en silencio por un momento, asintiendo lentamente.

—Tal vez necesitas dejarlo ir, papá. Victim tiene que tomar sus propias decisiones.

Orange desvió la mirada hacia el exterior, donde veía la figura de Victim y Smith aún conversando, pero algo en él ya sabía que las cosas no serían fáciles.

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[Continuará...♡]



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