•○°-Capitulo 14-°○•
[Narrador/a POV]
El sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas, llenando la casa de una cálida luz. El ambiente estaba lleno de ruido, risas y sonidos típicos de un día relajado. En la cocina, Blue estaba completamente absorto en su nueva “obra maestra culinaria”, aunque el desastre de utensilios y especias que lo rodeaba decía lo contrario.
Second estaba sentado junto a la ventana, con la mirada concentrada en una libreta donde trazaba líneas y formas. Su lápiz se movía con fluidez, como si estuviera atrapado en un mundo propio.
En la sala, Purple, Yellow y Red estaban inmersos en una feroz partida de Uno. Los gritos y risas ocasionales llenaban la casa.
—¡Toma eso, Red! —exclamó Purple, colocando un “+4” con una sonrisa maliciosa.
—¿Por qué siempre yo? —se quejó Red, mientras buscaba cuatro cartas más para añadir a su creciente mano.
Yellow solo sonrió, tranquilo, como si ya supiera que iba a ganar, mientras Purple disfrutaba del caos que creaba.
En un rincón más tranquilo, Orange estaba sentado en un sillón con un libro entre las manos. Su expresión seria y concentrada contrastaba con el alboroto que ocurría a su alrededor. Parecía ajeno al ruido, como si nada pudiera distraerlo de su lectura.
En el piso superior, Victim comenzaba a despertar. Se sentó en la cama y se frotó los ojos, aún medio adormilado. Al mirar por la ventana, pudo escuchar las voces y risas provenientes de abajo. Era el tipo de bullicio que siempre lo hacía sentir en casa.
Bajó las escaleras mientras bostezaba y, al llegar a la sala, una sonrisa se dibujó en su rostro al ver la escena que se desarrollaba. Cada uno de sus amigos parecía estar haciendo algo completamente distinto, pero había una armonía en ese caos que lo hacía sentir cómodo.
Sin embargo, mientras observaba más detenidamente, Victim notó algo extraño. Miró alrededor, pero no encontró a Chosen ni a Dark.
Frunció el ceño ligeramente, curioso. No era común que ninguno de los dos se mantuviera al margen cuando la casa estaba tan animada.
Se acercó a la sala, aún intentando despejarse del todo.
—¿Alguien ha visto a Chosen o a Dark? —preguntó, interrumpiendo brevemente la partida de Uno.
—No desde ayer —respondió Purple sin apartar la vista de las cartas, su tono despreocupado.
—Creo que salieron temprano —agregó Blue desde la cocina, mientras intentaba apagar el fuego que había comenzado a brotar de una sartén—. No dijeron a dónde iban.
Victim cruzó los brazos, pensativo. Dark y Chosen eran impredecibles, pero solían estar siempre cerca. Una sensación incómoda se instaló en su pecho. Algo no se sentía del todo bien, pero decidió no alarmar a nadie aún.
—Bueno, supongo que volverán pronto —murmuró para sí mismo, tratando de convencerse.
Aún así, no podía sacudirse la sensación de que algo estaba ocurriendo.
---
Green entró a la casa como un torbellino de energía, su sonrisa era tan amplia que parecía iluminar el espacio aún más que el sol de la mañana. Saludó a todos con un gesto despreocupado, antes de acercarse a Victim y darle una palmadita en la espalda.
—Seguro que Dark y Chosen se fueron a hacer las "paces" a su manera —comentó Green con un tono juguetón, haciendo comillas con los dedos al mencionar “paces”.
Victim frunció el ceño, con una mueca de asco evidente en su rostro.
—Gracias por la imagen, Green —murmuró Victim, rodando los ojos—. Pero no necesitaba pensar en eso.
Green soltó una risa, divertida por la reacción de Victim, mientras el resto se limitaba a ignorar el comentario. Aunque no era difícil imaginar que Dark y Chosen habían decidido tomarse un tiempo para ellos mismos, lo que provocaba especulaciones variadas.
Second levantó la vista de su libreta y observó a Victim con curiosidad.
—¿Y ustedes? —preguntó, refiriéndose a Victim y Orange—. ¿Qué hicieron mientras no estábamos?
Victim estaba a punto de responder, pero Purple, con su habitual entusiasmo, se adelantó.
—¡Orange y Victim tuvieron una cita romántica! —exclamó Purple, dejando caer sus cartas de Uno sobre la mesa como si fuera la noticia más importante del día.
Un silencio breve se extendió en la habitación antes de que todos miraran a Orange con expresiones picarescas. Incluso Yellow y Red, que hasta ahora estaban absortos en el juego, dejaron de prestar atención a las cartas y se unieron a las miradas curiosas.
Orange, sin embargo, no mostró ninguna reacción. Seguía leyendo su libro como si no hubiera escuchado absolutamente nada, sus ojos fijos en la página y su expresión inmutable.
Victim, por otro lado, sintió el calor subiendo a sus mejillas.
—¡No fue una cita! —protestó rápidamente, alzando las manos como si intentara defenderse—. Solo... salimos a pasar el rato. Eso es todo.
Pero las risas de los demás no ayudaron a calmarlo.
—Claro, claro, “pasar el rato” —dijo Green, levantando las cejas de forma exagerada mientras se cruzaba de brazos, evidentemente disfrutando del momento.
Blue, que había dejado por un momento su desastre culinario, sonrió ligeramente desde la cocina.
—Pues suena como algo que sí haría Victim —comentó con tono neutral, aunque había un atisbo de burla en su voz.
Victim suspiró, derrotado, mientras trataba de no mirar a Orange, quien seguía ignorando por completo el revuelo.
Purple, por supuesto, no pudo resistirse a añadir más leña al fuego.
—¡Vamos, Orange! Di algo. ¿Fue o no fue una cita? —dijo con una gran sonrisa, sus ojos brillando de picardía.
Orange, finalmente, levantó la mirada de su libro. Observó a Purple durante un segundo, luego a los demás, antes de volver a fijarse en sus páginas.
—No tengo comentarios —dijo con calma, pasando de página sin alterar su expresión.
Esto provocó una explosión de risas entre los demás, excepto Victim, que enterró la cara entre las manos.
—¡Por favor, cambien de tema! —pidió Victim, claramente avergonzado, aunque no pudo evitar sonreír ligeramente al ver a todos tan animados.
---
Las risas y bromas seguían llenando la casa, pero Victim ya no lo soportaba más. Se levantó de golpe, sus manos cerrándose en puños a los costados.
—¡Ya basta! —dijo con un tono firme y molesto, mirando a todos en la sala—. No fue una cita, ¿de acuerdo? ¡Y no es gracioso que sigan burlándose!
El silencio se extendió por un momento. Algunos intentaron contener las sonrisas, pero Victim no les dio oportunidad de responder. Salió de la casa, cerrando la puerta con fuerza detrás de él.
Orange, quien había levantado ligeramente la mirada de su libro al escuchar la puerta, no dijo nada. Observó en silencio cómo Victim se alejaba por la ventana. Su expresión permaneció serena, casi indiferente, mientras volvía a bajar la vista a su lectura.
---
Victim caminó rápidamente, aún sintiendo la frustración burbujear en su pecho. Cada paso que daba lo alejaba más del bullicio de la casa y lo acercaba al lugar donde sabía que encontraría algo de paz. Finalmente llegó a un claro en el bosque, donde Freedom y Hangman estaban descansando. Freedom estaba sentado en una roca, jugueteando con unas ramas, mientras Hangman se mantenía colgado de un árbol, como siempre.
—¡Hey, Victim! —lo saludó Freedom con una sonrisa relajada—. ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿Ya no aguantaste a los demás?
Hangman inclinó la cabeza hacia un lado, curioso, pero no dijo nada, observando con interés.
Victim se dejó caer en el suelo junto a ellos, soltando un largo suspiro mientras apoyaba la cabeza en sus manos.
—Esos idiotas no saben cuándo parar —dijo finalmente, su tono cargado de frustración.
Freedom se inclinó un poco hacia adelante, con una ceja levantada.
—¿Qué pasó? ¿Te molestaron otra vez?
Victim asintió, apartando las manos de su rostro.
—Estaban diciendo que yo... que yo tuve una cita con Orange. ¡Y no fue una cita! —dijo, alzando la voz en las últimas palabras—. Solo salimos a divertirnos un rato, pero todos lo hicieron ver como algo más.
Freedom sonrió ligeramente, pero al ver la expresión seria de Victim, su tono se volvió más calmado.
—¿Y Orange? ¿No dijo nada?
Victim negó con la cabeza, su frustración volviendo a aparecer.
—Nada. Se quedó ahí, leyendo su libro como si no importara. Ni siquiera intentó defenderme o aclarar las cosas.
Hangman finalmente habló, su tono bajo y tranquilo.
—¿Y por qué te importa tanto?
Victim lo miró, algo sorprendido por la pregunta directa. Hangman balanceó ligeramente su cuerpo en la rama, esperando una respuesta.
—Porque... porque es injusto —respondió Victim, después de un momento—. No fue una cita, y no quiero que ellos piensen algo que no es.
Freedom lo miró con atención, apoyando un codo en su rodilla mientras lo analizaba.
—¿O tal vez sí te importa lo que ellos piensen porque... bueno, tal vez sí significó algo para ti?
Victim abrió la boca para responder, pero las palabras se atoraron en su garganta. Desvió la mirada, sintiendo un extraño calor en el pecho que no supo cómo interpretar.
—No lo sé... —murmuró finalmente, sintiendo que el tema comenzaba a confundirlo más de lo que lo ayudaba.
Freedom dio un golpecito amistoso en el hombro de Victim, rompiendo un poco la tensión.
—Bueno, sea lo que sea, puedes quedarte aquí el tiempo que necesites. Los demás son unos pesados a veces, pero ya sabes cómo son. Eventualmente se olvidarán de todo y volverán a hacer locuras.
Victim asintió, agradecido por el apoyo, aunque la confusión en su interior seguía presente.
---
Freedom, al notar que Victim seguía un poco tenso, decidió cambiar el tema para aliviar la atmósfera. Sonrió de manera traviesa, sabiendo exactamente qué hacer.
—¿Qué tal si vamos por un helado? Yo invito —dijo, levantándose con entusiasmo.
Victim lo miró de inmediato, una chispa de emoción brillando en sus ojos. Sabía que un helado podría ayudar a calmar sus nervios. No era algo que esperara, pero en ese momento sonaba como el mejor plan.
—¡Eso suena genial! —respondió, sonriendo por primera vez desde que había salido de la casa.
Hangman, que hasta ese momento había estado disfrutando de su vista desde lo alto del árbol, al escuchar la palabra "helado", se emocionó demasiado. Perdió el equilibrio y, sin previo aviso, cayó del árbol con un estrépito.
—¡Ahh! —gritó Hangman mientras caía, aterrizando en el suelo con un sonido sordo.
Victim y Freedom se quedaron mirando por un momento, sorprendidos pero luego rompiendo en carcajadas al ver cómo Hangman se levantaba de inmediato, restregándose la cabeza.
—¡Todo bien, todo bien! —dijo Hangman, levantándose como si nada hubiera pasado, con una sonrisa traviesa—. Eso fue... parte del plan, claro.
—Claro, claro... —rió Freedom—. ¿Estás bien, o el helado te hizo perder la cabeza?
Victim, aún sonriendo por la escena, asintió y empezó a caminar hacia Freedom.
—Bueno, ¿dónde vamos a conseguir ese helado?
—¡Sígueme! —respondió Freedom, señalando con el pulgar hacia el camino—. Hay una tienda cerca, no tan lejos de aquí.
Hangman, dándose un toque en la cabeza por el accidente, se apresuró a unirse a ellos. Los tres comenzaron a caminar juntos, sus risas llenando el aire mientras se alejaban de la tranquila zona del bosque hacia la pequeña tienda de helados.
---
[Continuará...♡]
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top