𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝙸

Todo en su vida era tan miserable, creció con el odio de sus padres, nunca ha recibido una muestra de afecto de parte de ellos, la única persona en su familia y en su vida que le daba cariño fue su hermana mayor, Fuyumi.

Fuyumi tuvo que hacer de madre para su hermano menor, pero no le molestaba, era hermoso querer y cuidar de él.

Con el paso del tiempo, su relación con su hermana iba muy bien, pero de pronto unos hombres vinieron a su casa y sus padres la entregaron, no supo lo que ocurrió con su querida hermana.

Pero cuando se enteró, todo el mundo se derrumbó debajo del chico, su hermana había sido entregada como sacrificio al Rey de las Maldiciones, Ryomen Sukuna.

Sabía que cierto tiempo elegían a una mujer para que sea el siguiente sacrificio y sea entregada al espíritu maldito. Y cuando una mujer es entregada a él, jamás volverá a ser vista por los humanos.

No tenía otra opción que seguir con su miserable vida él solo.

El tiempo pasaba, ________ había cumplido 10 años, pero en vez de vivir su niñez como los niños de su edad, sus padres lo obligaron a trabajar para llevar algo de comer en su hogar, y así lo hizo por 5 años más, pero por más que haga, por la comida que traiga, la cantidad de dinero que logre ganar, sus padres nunca lo agradecían o valoraban lo que su hijo hacía.

-Mamá, Papá, ya llegué -dijo _________ mientras secaba su rostro con una toalla-

-Al fin llegas -su madre se acercó a él- Dónde estabas? Tardaste 2 horas más en llegar, tu padre anda enojado por tu culpa -

-Recién terminaba de trabajar... -sacó unas monedas de bronce- Esta vez la paga estuvo muy bien, esto alcanzará para más de una sema---

Fue interrumpido debido a que su madre le dio una cachetada.

Su mejilla ardió, estaba tan roja y de seguro la mano de su mamá dejó su marca ahí.

-Cállate! Tu papá te está esperando! -dijo la mujer enojada-

De verdad era un infierno en el que vivía.

Creen que eso era malo? Eso no es nada con lo que vivirá el protagonista.

De nuevo las cosas iban de mal en peor.

Una noche regresando de trabajar, se encontraban los mismos hombres que se llevaron a su hermana hace años estaban en su casa, no sabía que hacían aquí, su hermana era la única mujer joven en su familia y de las pocas que habían en el pueblo.

-Es él? -Los hombres miraron al chico, a simple vista se lo veía muy bien, tenía ciertos rasgos femeninos, así que sería un buen reemplazo de mujer-

-Sí, pueden llevárselo -dijo su padre asintiendo-

Los hombres se acercaron al chico y lo sostuvieron para llevárselo.

-Qué hacen?! Suéltenme! -decía el chico forcejeando contra ellos- Papá! Mamá! Qué están haciendo?!-

Sus padres ni lo miraron, supo que él sería el siguiente sacrificio, y sus padres lo vendieron, lo mismo que hicieron con su hermana mayor.

Estaba atado a un árbol, las sogas estaban apretando su cuerpo al árbol tanto así que sentía como le faltaba aire al respirar, incluyendo que tenía horas inhalando y exhalando el humo que provocaba el fuego en las fogatas que estaban a su alrededor.

Estaba apunto de desmayarse, ya no aguantaba más.

-Tengo... sed... -susurraba el joven respirando con dificultad- Alguien... por favor... ayúdenme...-

Su vista se volvía borrosa, ya no podía más, pero en los poco segundos que estaba consciente aún, logró divisar una silueta esbelta y musculosa viendo unos ojos rojos penetrantes e hipnotizantes.

_________ despertó de golpe al sentir como le echaban agua fría incluso golpeándolo con el recipiente en el que estaba.

Al despertar, ya no se encontraba en el bosque, era un lugar distinto, una especie de cueva del inframundo, la temperatura del lugar era bastante elevada, sentía como su cuerpo hervía ante este lugar. Se encontraba encima de una cama, y al frente suyo se encontraba el espíritu maldito, el Rey de las Maldiciones, Ryomen Sukuna.

-Lo que me faltaba, que sea un maldito mocoso -habló el espíritu maldito enfurecido-

-Y-Yo... -el joven humano aún se sentía intimidado, y como no? Era una criatura de casi 2 o 3 metros de alto, con cuatro brazos y doble cara, literalmente- R-Realmente no sé lo que usted hacía con las mujeres que le daban de sacrificio... P-Pero y-yo  intentaré hacer lo que pueda para mantenerlo satisfecho el tiempo posible para que no tenga razones de atacar mi pueblo...-

-Hmp, veré que utilidad te daré -miró al chico de pies a cabeza- Fornicar con mocosos como tú no es de mi agrado, después de todo eran para lo único que me servían las mujeres que me ofrecían -cruzó sus dos brazos inferiores- Tal vez seas mi sirviente hasta que pase un tiempo en el que me aburra de ti -sonrió, sabía que le iba a hacer la vida imposible al humano- Sígueme -acto seguido se dirigía a la salida del cuarto-

El humano un poco embobado se bajó de la cama gigantesca y se dirigía atrás del demonio, mientras recorrían los pasillos, notó que era una especie de palacio.

Había escuchado mitos que se esparcían en su pueblo, que Ryomen Sukuna vivía en un lugar inhóspito, alejado del pueblo y reinos, tal vez era en las montañas más altas, en cuevas o tal vez un mundo bajo sus pies.

Llegaron a una especie de aguas termales, pero en vez de agua, era una especie de piscina hecha por escombros y huesos llena de sangre y restos de humanos.

Se sobresaltó cuando Sukuna desató el lazo del kimono haciendo que cayera al suelo, tapó sus ojos sonrojado ante el acto de Sukuna pero luego vio como acto seguido se metía a la piscina sumergiendo su cuerpo en la sangre.

Se notaba que un baño de sangre siempre lo refrescaba, veía como mojaba su cabello y no parecía mancharlo.

-Ahh~ Realmente es refrescante -tomó un puñado con una de sus manos y notó como había un corazón humano aún palpitando, el cual explotó como si fuera una uva bebiendo de esta sangre- Que Delicia~ -luego miró al humano el cual estaba paralizado y asustado- Qué haces ahí? Ven y tállame la espalda-

-E-Eh? S-Sí -______ se acercó con miedo a él, mientras más se acercaba, más sentía como sus pies se calentaban-

Cuando llegó a estar atrás de él empezó a tallar su espalda con una toalla limpia.

Notaba como sus músculos estaban tensos y tenía algunas cicatrices en esa zona, frotó la toalla con cuidado de molestarlo.

Cayó la noche y Sukuna había salido de su reino quedando _______ sólo en ese lugar, Sukuna le asignó la misma habitación en la que estaba cuando despertó, ese sería su lugar y no saldría sin la autorización de su nuevo Amo.

_______ estaba cubierto en las sábanas manchadas de sangre humana, sollozando y pensando en todo lo que tuvo que vivir Fuyumi

No podía evitar pensar en su hermana, que le habrá hecho a ella? Por qué tenía que ser ella el siguiente sacrificio? Su vida desde que nació fue miserable, no sólo por ser de una clase social bastante baja, si no que nunca pudo tener el cariño de sus padres, ellos no sintieron nada cuando lo llevaron a la fuerza, no sabía lo que le esperaba a lado del Rey de las maldiciones, aunque sabía que no vivirá mucho a su lado.

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