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Daniel estaba sentado en una mesa con un refresco a medio acabar mientras que Another One Bites the Dust de Queen se escuchaba por las bocinas del lugar.
Cualquiera que pasara por su lado pensaría que no estaba viendo nada en particular, pero, ese no era el caso, Daniel sí estaba viendo algo, o mejor dicho a alguien.

A unos metros de él, estaba el chico más lindo del mundo, esto en palabras de Daniel. Era Johnny Lawrence a quien veía, estaba hablando con una chica, o por lo que veía Daniel, coqueteando con ella, esto hizo que pusiera su mano en su barbilla, suspirando. Jamás llegaría a tener la atención de ese lindo chico.

Empecemos por el principio.

Daniel se había mudado a All Valley hace unos cuantos meses, entro a la escuela, hizo unos cuantos amigos, todo era perfecto, aunque le hubiese dolido tener que dejar Nueva Jersey.

A Daniel siempre le había gustado patinar, desde pequeño lo único que pedía eran patines para poder ir al parque y estar haciendo trucos, aunque siempre saliera lastimado. Es por eso que cuando le dijeron que hace unas semanas una nueva pista de patinaje sobre ruedas había abierto ahí en la ciudad, Daniel no espero más y al siguiente fin de semana fue a patinar ahí.

El lugar era enorme, con la pista abarcando casi todo el lugar, alrededor había mesas y sillones para que la gente se sentara, en la esquina estaba el lugar donde podías rentar patines y en otra un lugar donde vendían comida.
Daniel había traído sus propios patines, así que no espero más para ponérselos y entrar en la pista, había poca gente ahí, pero todos vieron a un chico castaño patinar como un profesional, dando vueltas y haciendo trucos.

Pero Daniel no había ido ahí para impresionar a todos con sus habilidades, él solo quería ir ahí a patinar y pasar un buen rato.
Después de una buena media hora, le empezó a dar sed, salió de la pista y fue hasta el lugar donde vendían comida.
Espero su turno viendo el cartel donde se mostraba todo lo que vendían.
- Hola, ¿Qué te sirvo?- dijo un chico

Daniel bajo su mirada del cartel para ordenar, pero no pudo decir nada, pues se quedó mirando al chico rubio que lo estaba atendiendo detrás de la barra. Tenia ojos azules, cabello rubio, un rostro tan lindo...
- ¿Qué te sirvo?- le volvió a preguntar
- Ehhh... si, lo siento, estaba pensando en que ordenar- se excusó sin dejar de ver esos ojos azules que lo habían cautivado- solo un refresco, por favor

El chico solo asintió y le dio la espalda para servir la bebida.
Daniel se mordió el labio viendo los movimientos del rubio, sintió su corazón latir fuertemente y mariposas en su estómago.
- Aquí tienes, son tres dólares- le dijo poniendo el refresco en la barra
Daniel pagó y le agradeció, yendo hasta una mesa cerca del lugar de comida.

"Johnny"

Había alcanzado a leer la placa que traía en su playera roja con el logo del lugar.
- Johnny- repitió en un susurro viendo discretamente al chico trabajar
Ya no patino más ese día, pues estaba más ocupado viendo al chico que lo había cautivado.

- ¡Tierra llamando a Daniel!
Daniel dejó de pensar en la primera vez que había visto a Johnny y ver quién le había hablado.
- Ali, hola- saludó a su mejor amiga
- Estabas haciéndolo otra vez- le dijo sentándose al lado suyo
- ¿De qué hablas?
Ali alzó una ceja y se cruzó de brazos.
- Ver al chico que trabaja aquí, ni siquiera pediste lo que te pedí

Daniel sacó una pequeña risa nerviosa.
- Lo siento
Ali rodó los ojos, lo que hacía el amor a las personas.
- Esta bien, pero la próxima vez recuerda que tienes que ordenar todo y no solo quedarte viendo al chico rubio del lugar de comida
- Ni siquiera se fijaría en mí- dijo volviendo a poner su mano en su barbilla viendo a Johnny limpiar la barra
- ¡Pues habla con él!- dijo bebiendo un poco del refresco de su amigo, no le había comprado el suyo después de todo
- ¿Estás loca? Ni siquiera puedo pedir una comida completa, ¿Cómo quieres que le hablé?

Ali se acabó el refresco y vio a su amigo desesperado.
- Lo piensas demasiado, es solo un chico, Daniel
- Pero es EL chico- dijo enfatizando la palabra, suspiró- me gusta mucho, Ali, y no quiero decirle algo estupido porque sino ya ni siquiera podría ir con él por la vergüenza

La canción terminó y Don't stop me now, también de Queen, se empezó a escuchar.
- Ven, vamos a patinar, así dejas de pensar un rato- le ofreció Ali parándose de su asiento
Daniel asintió, yendo con ella hasta la pista.
Jamás se había sentido así por alguien, y no quería arruinarlo, es por eso que era tan precavido, aunque en serio quería conocer más a ese chico.
Cerró sus ojos y respiró profundo, enfocando su mente en patinar y nada más. Después pensaría en algo para poder hablar con Johnny.

Johnny estaba recargado en la barra viendo a la gente patinar en la pista, pero más específicamente a un chico castaño.
Hace un tiempo había notado que casi todos los fines de semana ese chico iba al lugar y siempre venía a su puesto a pedir algo de beber.

Después de un rato Johnny siempre buscaba al chico para ver si había ido, nunca hablaban, él solo pedía su orden y Johnny se la entregaba.
Le parecía un chico tan lindo, sus ojos, esa sonrisa que pone siempre que patina, lo lindo que se ve cuando esta concentrado patinando...
- ¡Hey, Lawrence!- le llamo el gerente del lugar- te pagó para que le des de comer a la gente, no para andar holgazaneando

Johnny solo rodó los ojos y se puso a trabajar de nuevo pero siempre viendo de reojo a ese lindo chico castaño.
























































•••

Otra pequeña historia que se me ocurrió para esta linda pareja.
Espero que les haya gustado este primer capítulo, se que es un poco corto, pero los siguientes ya serán un poco más largos, aquí quería más que nada introducir la historia.

Sin más que decir
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