ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 3
Por detrás de un árbol, ocultos lo mejor que podían mientras jadeaban con gran necesidad de aire en sus pulmones. Aki y Power habían conseguido salir de aquél sitio dónde el pelinegro analizó con rapidez que estaban en absoluta desventaja.
La noche había caído, muy tétrica, ni siquiera había una luna que iluminase aquél sitio, era como si estuviesen sido trasladados a otro mundo totalmente distinto. El bosque parecía envolverlos en aquella oscuridad que llegaba a ser desesperante, al aire tuvo un cambio abrupto desde hace unos minutos, la temperatura se redujo vários grados en consecuencia.
La sensación de peligro era abundante, aún cuando el bosque estaba en total silencio, llevaba a ser ensordecedor, desesperante y lleno de incertidumbre. Aki sudó por ese cúmulo de sensaciones, el estirar la mano y ver poco más de dos metros de distancia, para que luego más allá, solo hubiera una oscuridad que parecía llamarlo, querer envolverlo y nunca más dejarlo ir; creyó sentir miedo, no era estúpido, sabía que era exactamente lo que sentía.
Se recostó en el árbol y se dejó caer poco a poco hasta sentarse. Power a su lado no lo dejó poder llegar a sentarse del todo, ya que lo tomo del brazo, con la intención de levantarlo. "¡Aki, levanta! ¡Vamos a acabar con ellos!" motivó, pero este solo ladeó la cabeza negativamente y deshizo el agarre de esta con algo de brusquedad, finalmente sentándose en la fría tierra. Todo bajo un semblante que pasaba con rapidez a enojo por parte de una Power que quería pelear, para arreglar todo ahí mismo. "¡Aki, cobarde! ¡Levántate de una maldita vez y vamos a-"
"Cállate de una vez y siéntate" demandó Aki con frialdad y firmeza, ni él ni la situación estaban para tonterías de niña pequeña y malcriada de Power. La rubia al parecer había entendido ese mensaje que estaba entre líneas y extrañamente hizo caso sin protestar; solo se sentó a lado del pelinegro en silencio.
Este lentamente encendió un cigarrillo y lo llevó a su boca, quería calmarse, inhalar y exhalar el cálido humo que llenaba sus pulmones lo llenaba de aquella calma tan necesitada por él. "Power, no puedes con ese tipo, y lo sabes. Así que no insistas y solo recuerda cuando lo enfrentaste" le dijo mirando hacía el cielo, en el cuál no había mucho que admirar, solamente todo era oscuridad.
La rubia, calló y recordó lo que pasó hace minutos, rápidamente llegando a la conclusión de que, para su molestia, Aki tenía razón. Iba perdiendo, claramente el pelinegro al que enfrentó la superaba en destreza, habilidad con armas, velocidad, fuerza, no se había sentido tan incómoda nunca peleando con alguien como lo había hecho contra ese tipo. La impotencia solo surgió ante esos pensamientos y apretó sus puños en consecuencia, sangrando un poco.
"¿Y entonces? ¿Qué se supone que haremos ahora? ¿Quedarnos aquí escondidos como unas sucias ratas aterradas?" preguntó con enfado al tranquilo Aki, que en ese pequeño lapso de tiempo ya se había acabado el cigarrillo que hace muy poco había encendido. Rápidamente lo tomó y lo apagó contra la fría tierra.
"Déjame pensar" contestó mientras sacaba otro cigarrillo y lo encendía rápidamente, no queriendo perder tiempo. Tenía que pensar en una solución rápido y la situación era muy complicada para ellos.
Estaban en un bosque que no conocían y la noche estaba en su punto cumbre, por ende la visibilidad era casi nula, ver más allá de 5 metros de distancia era todo un desafío, ya que apartir de ahí solo había oscuridad, envolvente y desesperante oscuridad.
En un análisis rápido, llego a una conclusión simple. Ellos no podrían escapar de esta situación. La única manera de salir de ahí era pelear contra sus perseguidores y matarlos, de lo contrario solo estarían siendo ratas en un laberinto sin salida.
Se levantó con algo de brusquedad y lanzó el cigarrillo al suelo, para acto seguido pisarlo. Su actitud y mirada ahora solo derrochaban determinación. Se preparó para hablar ante la mirada de una extrañada Power por las acciones ante realizadas.
"Power, porque vamos a matarlos" hablo con severidad.
Ante la actitud, Power se levantó de golpe y sonrió ampliamente, creyó que Aki era un cobarde, acababa de comprobarle que no podía estar más equivocada. Apretó sus puños, pero esta vez por emoción y locura que antes trataba de contener. "¡Bien! ¡De eso estoy hablando! ¡Vamos por ellos ahora mismo maldita se-" en seguida Aki le puso un dedo en la boca y le lanzó una mirada de muerte, ella entendió y cerró la boca totalmente.
"Bien. Para empezar, haremos lo siguiente. No seremos nosotros los que iremos por ellos, sino al revés. Puede que esta oscuridad sirva como ventaja a la hora de una emboscada, no importa si conocen el bosque, no sirve de nada cuando no saben en dónde están parados. ¿Estamos?" preguntó Aki para saber si está había entendido.
Power se mordió la lengua para no gritarle que hacer eso era de un completo cobarde, que los mataría ella misma de frente y sin rodeos. Asintió de mala gana ante la pregunta del pelinegro, al cuál no le pudo importar menos, de todas maneras si se negaba lo harían de esa manera.
Aki explicó detenidamente, sabiendo que su compañera era tan inteligente como una piedra, el como llevarían a cabo aquella jugada que esperaba fuera el jaque mate en aquel juego de la muerte que estaba planeando. Tenían que hacer que jugar usando la noche a su favor, hacer de una desventaja una gran ventaja para sus pretensiones.
Los minutos junto con la vasta explicación fueron pasando con relativa rapidez, de vez en cuando este ayudándose con la iluminación que le otorgaba su pequeña antorcha llamaba cigarrillo, dibujaba pequeños esquemas para marcar la estrategia a seguir; simple, claramente improvisada, pero debía funcionar, tenía que funcionar, no solo por su bien, sino por el de...
"Denji" susurró al terminar la explicación. Miró en una dirección indefinida hacía la pura oscuridad. Power le imitó y frunció un poco el ceño, durante esos minutos, habían estado escuchando como el como árboles eran cortados e inevitablemente caían al suelo, provocando muchos estruendos, rompiendo toda la calma que había esa noche en mil pedazos.
Escucharon el motor de una motosierra acelerar, y luego desaparecer por completo unas tres veces, en cada una de ellas creyeron que Denji había terminado con lo suyo, pero claramente no era el caso, si lo hubiera hecho no tendría la necesidad que gastar sangre innecesariamente utilizando su Demonio una y otra vez. Algo muy extraño estaba pasando, incluso el aire se había vuelto mucho más frio de lo normal, todo más tétrico, era inexplicable la sensación de desesperación que había caído en el lugar tan solo minutos.
Por ello, no solo era importante para ellos enfrentar a sus oponentes y salir de ahí con vida; Denji también entraba en la ecuación, si algo malo en verdad pasaba, lo suyo era deshacerse de sus perseguidores e ir a apoyar a Denji en seguida. Ir ahora mismo sabiendo que sus enemigos podrían seguirlos, solo estaría complicando aún más las cosas y dándoles la ventaja de acabarlos a todos a la vez, era como cerrar la puerta de su propia jaula y algo que sería poco inteligente de su parte.
Tantas cosas habían y estaban pasando, que se les olvidó que todo debía ser un simple trabajo de caza de un demonio, como cualquier otro, pero en tan solo minutos después de entrar al bosque todo se inundó en caos hasta llegar al punto en el que estaban; ellos habían huido a duras penas, casi asesinan a Power y si tardaban en salir de ahí no dudaba que después de la rubia él fuera el próximo en la lista.
No sabían que era de Denji, seguramente estaba peleando por todos los sonidos y al caos a lo lejos, sin embargo, no podían asegurarse de su estado actual, era un total enigma y eso era lo que más irritaba a Aki.
Todos esos pensamientos fueron alejados de golpe cuando de repente Power se levantó del suelo y miró en la dirección apuesta a la que suponían estaba Denji; su rostro mostró total molestia en cuanto llevó su mirada a la pura oscuridad por la que habían llegado a ese lugar. "Ahí vienen, esos bastardos" apretó los dientes en un gran intento por no gritar un insulto y revelar así su posición.
Aki rápidamente votó el cigarro y lo piso contra el frío suelo, apagandolo en el proceso y así quedar en total oscuridad, justo como quería. "Power, ya sabes que hacer. Acabaremos con esto justo aquí" dijo Aki alejándose poco a poco del árbol en el que estaban cargando con unas cosas encima, tenía que preparar el ambiente lo más rápido que podía; siguió su camino, hundiéndose y mezclándose con la oscuridad al apenas caminar unos metros de distancia.
"Tch, eso ya lo sé. Lárgate de aquí de una vez, estorbas" bufó la rubia a la vez que se cortaba la muñeca, sangre comenzó a correr por su brazo y de ella creó una daga. Rió muy por lo bajo con latente locura, estuvo esperando ese momento desde el mismo instante en que escapó; creó otra daga con rapidez y usó sus armas para escalar el árbol, tomar su lugar y esperar a que la locura que tanto ansiaba comenzase de una buena vez.
"Están muertos, no, están mucho más que muertos. Pagarán, pagarán muy caro lo de hace rato. Cuándo les ponga las manos encima... yo..." tembló un poco por la emoción y su sonrisa se acentuó aún más. Cuernos y dientes afilados con una ligera pero peligrosa sonrisa reflejaban las intenciones de la Humano-Demonio, la palabra venganza se repetía una y otra vez en su mente en un tono ligero y lento, pero para nada amigable y lleno de malas intenciones, mentalizandola cada vez más.
En que esa noche, sería SU noche. En la que haría teñir todos los alrededores de sangre, pero no necesariamente de ella. Esa noche, les iba a enseñar, el porqué ella era...
El Demonio de Sangre.
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"¿Puedes caminar por tí misma?" preguntó deteniendo el paso.
"Puedo hacerlo, me siento mucho mejor que antes" poco a poco, fué desprendiéndose del agarre de su compañero, que le hacía una leve sombra con el brazo en caso de que perdiese el equilibrio y volviese a caer; para suerte de ambos, eso no llegó a suceder y la chica se sintió a gusto con su pierna apoyada en el suelo, moviendola varías veces para poder asegurarse de que se encontraba mucho mejor que antes; el dolor aún estaba, pero podía manejarlo, algo como eso no la iba a detener de ninguna de las maneras.
"Estoy mejor que nunca" afirmó la chica positivamente con una leve sonrisa.
"Eso está perfecto, Kugisaki. Solo trata de no ser muy ruda contigo misma, esto no es un juego"
"Entiendo entiendo Fushiguro. Esto no es un juego, pero por muy paradójico que suene, nos estamos jugando la vida, es ridículamente gracioso todo esto" bromeó la chica castaña retomando el paso a lado de su compañero pelinegro.
Habían estado caminando a paso muy lento por unos cuentos minutos debido a la herida sufrida por Nobara trás su rodilla, sin embargo, Fushiguro no quiso perder el tiempo y paró unos momentos para invocar a sus Lobos de Jade; con ellos, las probabilidades de dar con sus enemigos aumentaban, así como las posibilidades de verse envueltos en una emboscada disminuían considerablemente, ser emboscado cuando estaba cargando con una Nobara incapaz de defenderse apropiadamente en ese estado no era algo muy alentador.
Fué un gran alivió cuando la chica pudo mantenerse en pie por sí misma y no mostrar demasiadas complicaciones, les facilitaba las cosas a ambos, ya que enfrentar a sus enemigos en el estado de hace unos momentos, habría sido como tener que pelear con una mano atada a la espalda.
Nobara miró con interés y una ligera sonrisa a uno de los dos lobos invocados, al que tenía el pelaje tan blanco como la propia nieve, siendo visible incluso en la oscuridad, este se le acercó y se dejó acariciar por un momento por el cálido tacto que la mano de esta le ofrecía.
"Parece que no han dado con nada todavía" dijo Nobara sin despegar su mano de la cabeza del canino, dándole pequeños toques juguetones. Fushiguro suspiró por ello.
"No lo han hecho porque han estado muy cerca de nosotros. Mi prioridad a sido protegernos de cualquier emboscada; siempre han estado rondando poco más allá de lo que la oscuridad deja ver" explicó señalando al otro lobo con pelaje oscuro, que había salido casi de la nada y se había posicionado de su lado.
"Tch, todo por mi culpa" pensó la chica con molestia. No era estúpida, sabía que la razón de evitar una emboscada era primordialmente para cuidarla a ella, que era incapaz de defenderse, hasta ahora...
"Entonces es mejor recuperar el tiempo y terreno perdido hasta ahora, pongamosle una marcha más a esto, Fushiguro" dijo Nobara con decisión, levantándose y tomando su martillo de la cintura.
Fushiguro estaba pensando lo mismo en ese momento, por lo que no respondió y simplemente despidió a ambos caninos del lugar para ampliar la zona de rastreo. "Tenemos que acabar con esto rápido, Itadori nos espera" dijo calmo el pelinegro mientras comenzaba a caminar, la chica asintió y le siguió muy de cerca.
Por supuesto que aún tenían a su compañero en mente, la preocupación la tenían muy viva en sus pensamientos cada minuto, cada segundo que pasaba; las palabras con algo de resignación por parte del pelirosa no les dió muy buena espina, verlo con ese animo y con una extremidad menos, les daba...
Pánico, lo quisieron ocultar siendo optimistas momentos después, incluso llegaron a creer con toda seguridad que todo estaría bien, que él nunca perdería.
Pero todo cayó junto con la puesta de sol y la noche misma, en cuanto escucharon todo tipo de ruidos para nada normales emerger a una distancia considerable del sitio en el que se encontraban, pero de una misma dirección, por aquella dónde habían dejado a Itadori y... a ese mounstruo.
Por ello, con la decisión que debían, querían acabar con aquello e ir a por su compañero cuanto antes.
Pero Fushiguro sabía que algo, realmente andaba mal. Esperaba que no estuviera pasando lo que su mente creía en ese momento, pero ese tipo de sensación de pesadez y malicia en el ambiente lo había vivido en carne propia hace dos semanas, cuando Itadori fué poseído por Sukuna. En ese momento, sentía exactamente las mismas sensaciones que aquella vez, el frío en el ambiente era distinto al de cualquier noche, era como si constantemente le estuvieran suspirando en el cuello, no era algo para nada agradable.
Decidió callar toda esa preocupación y guardarla para sí mismo, no quería mortificar aún más a Nobara con ello; solo le quedaba una cosa por hacer...
Esperar lo mejor, y prepararse para lo peor.
Afirmandose bien la tierra con cada paso de daban hacía lo desconocido y preparados para lo que sea en todo momento, emprendieron su caminar por vários minutos más, siendo el silencio roto en muchas ocasiones por árboles siendo destruidos y extrañas explosiones a lejanía; la mezcla de todo ello solo hacía en un escenario tan oscuro y tétrico como aquél bosque tomase un nivel de desesperación e incertidumbre en el aire, inclusive podían llegar a escuchar con toda claridad el latir de su corazón, una sensación que difícilmente iban a olvidar.
Ese latir que tanto escuchaban les pareció detenerse un momento cuando uno de los lobos comenzó a ladrar de manera repentina a unos metros de distancia, con rapidez el segundo canino se le unió al primero; detuvieron su paso al instante y sus pulsos se dispararon, llegó el momento.
Fushiguro, habiendo alzado la guardia junto con Nobara, hizo leves señas a la oscuridad, en dónde creía estaban los lobos para que estos se acercaran a su posición, una gota de sudor comenzó a bajar por su frente. "Kugisaki, la espalda" advirtió por lo bajo.
"Entiendo" contestó Nobara, pegando su espalda con la del pelinegro. Los lobos fueron poco a poco dejándose ver mientras se acercaban a su invocador lentamente, no dejando de ladrar en ningún momento.
Cuándo ambos lograron ver a los canes, no entendieron nada de lo que estaba pasando. Estos estaban ladrando en todas direcciones, los 360° grados eran considerados una sería amenaza por el par canino. Dando vueltas alrededor de los Hechiceros a la vez que ladraban a todo lo que estaba sumido en las sombras. Fushiguro trató de buscar una explicación para aquello, creyó encontrarla, pero fué demasiado tarde para su gusto.
"Kugisaki, mantente atenta a todos los ángulos y direcciones posibles. Ya hemos caído en su trampa" le avisó con preocupación.
"¡Ahh! ¡¿Y eso qué demonios significa?!" le exigió respuestas concretas, solo consiguiendo sacar de sus casillas al pelinegro.
"¡No tenemos margen! ¡Solo has lo que te digo!" contestó dándole punto y final a la discusión a la vez que desenfundaba una espada negra de la oscuridad misma y la apuntaba con dureza a dónde creía estaba su punto débil. Hizo desaparecer a los lobos sabiendo que en esa situación no servirían de mucho, por lo que se disolvieron y mezclaron con las abundantes sombras a su alrededor.
"Maldita sea, expuse a Kugisaki y ahora estamos de lleno en un emboscada. Solo me queda tratar de solucionar esto y saber por dónde pretenden aparecer, no, ¿Siquiera pretenden aparecer? maldición, puede que esto solo sea una mera distracción y haberse largado ya. ¿Pero y si no lo es? nos movemos, tan solo un paso en falso y estamos muertos. ¿Qué hago? ¿Qué deberí-" su furioso pensar fue interrumpido cuando sus reflejos actuaron por si solos apenas algo se acercó a él con clara mala intención, balanceando su espada y cortando al objeto por la mitad.
"¡Oye! ¡¿Qué fué eso, Fushiguro?!"
"¡No lo sé! ¡Fué una... ¿Roca?" no le dió tiempo para pensar el porqué de tantas cosas le habían lanzado una roca, o de dónde había venido cuando una lluvia de las mismas cayó sobre ambos Hechiceros; entre la confusión y que estaban trabajando furiosamente por evitar que todos aquellos pequeños proyectiles hicieran contacto con ellos, Fushiguro sintió como parte de su estómago era cortado por algo muy afilado, algo como un...
Cuchillo.
Uno rojo para ser más preciso, le pasó rozando el torso y llegó a clavarse en la tierra, con rapidez el mismo se deshizo en un líquido del mismo color, parecía ser... "¿Sangre? ¡Lo tengo, uno de ellos podía usar su propia sangre como armas, entonces tiene que estar por..." pensó con rapidez, la dirección en la que el cuchillo fué lanzado era a unos 60° grados a su derecha, podía llegar a ver la raíz de un árbol; entonces encima de ese árbol, debía estar...
"Te teng-"
"¡Fushiguro cuidado!" le gritó Nobara y sintió como era empujado a un lado, no se dió cuenta en ningún momento de que un extraño objeto de tamaño considerable volaba hacía el en la dirección contraría a la que estaba observando hace menos de medio segundo.
Nobara se interpuso y con su martillo logró acertarle un golpe aquél objeto, haciendo que dé un ligero rebote en el suelo, sonrió satisfecha por poder defender a su amigo y compañero, parecía ser una especie de lanza cubierta por una tela, pero no le importó en lo absoluto.
Sin embargo, así como de rápido como esa sonrisa apareció en su rostro, desapareció.
Sin notarlo, mientras ambos muchachos estaban ocupados mirando el objeto que estaba a punto de impactar en uno de ellos, una tercera figura apareció de la nada a menos de un metro de ellos deslizándose por el suelo, con dos pistolas en las manos y par de ojos fríos como el hielo mirándolos con indiferencia cuando los dos Hechiceros estaban al pleno alcance de sus armas.
Fushiguro por muy poco consiguió evitar la bala que iba directo a su cabeza y pateó a Nobara en la espalda para que no fuese dañada por un imparable proyectil dirigido a su rostro. Fushiguro y Nobara producto del esquive poco estético de la muerte, cayeron alejados vários metros uno del otro.
En medio de estos, Aki tomaba con suma tranquilidad el objeto que había lanzado hace poco, lo había cubierto con su chaleco. No tardó en encender nuevamente un cigarro mientras que poco a poco desenvolvía de su chaleco la espada que siempre acostumbraba a llevar en su espalda.
No apartó la vista de Fushiguro en ningún momento, el cuál lo miraba todo indignado, con la situación y consigo mismo, no dudó en levantarse y lanzarse al ataque sin dudar en lo absoluto; Nobara tampoco perdió el tiempo y salió en búsqueda de un Caza Demonios que parecía totalmente indefenso ante el ataque de ambos.
Aki escuchó como algo caía y se paraba justo a lado, no alzó la guardia, no se extrañó, no hizo ningún gesto, porque ya sabía de quién se trataba.
Power, que había estado esperando el momento para descender y causar estragos llegó a lado de su compañero ante el inminente ataque y le dió un ligero toque de hombro con hombro.
"Maldito, todo salió justo como lo planeaste. Ahora, si me disculpas, ¡Voy a divertirme un rato!" rió antes de salir despedida con clara locura hacía la Hechicera ubicada al costado derecho de Aki.
"Yo también te deseo suerte" dijo sarcástico muy por lo bajo el pelinegro. Sacó la espada de la funda y lanzó esta última al suelo, mientras que con la mano libre sacaba una pistola de su cintura, a la espera de la inminente llegada del Hechicero.
"Todo salió a la perfección, solo falta que cada uno haga su parte, justo desde este momento" pensó. Apretó los dientes en cuanto chispas salieron despedidas del primer encuentro de espadas entre él y su oponente, de fondo llegó a escuchar como dos armas colisionaban al mismo tiempo, Power también había empezado a trabajar en cumplir con su parte, y sabía sin dudas, que trataría de hacerlo.
Cueste lo que cueste.
- Minutos antes -
"¡¿Ahh?! ¡¿Qué quieres mi sangre?! ¡No seas estúpid-"
"Te he dicho que cierres la boca, no formes un escándalo por tan poco. Necesito la sangre para que todo esto pueda funcionar, y aparte de eso, necesito que untes esa sangre en trozos de tu camisa o de cualquier trapo sucio que lleves puesto, no me interesa de que sea, los necesito y punto" afirmó rotundamente Aki mientras se acaba de limpiar y pulir sus pistolas para su correcto funcionamiento, a la espera de que la rubia cumpliera con su exigencia.
A Power no le quedó de otra que obedecer, cortándose un poco para poder extraer la sangre y también cortando pedazos de su camisa, tiñiendolos de rojo puro y entregandoselos a Aki. Este hizo lo propio y procedió a cortar algunos pedazos de su chaleco.
El pelinegro le tendió el cigarrillo que estaba fumando a esta para que le alumbrase un poco y ver mejor lo que hacía, esta por curiosidad, tomó el cigarrillo y le dió una fumada; la tos no tardó en llegar junto con ligeras lágrimas en sus ojos.
"Coff, ¿C-cómo caraj- Coff, ¿Cómo carajos puedes fumar de esto a c-cada momento? aparte de dañino asqueroso, pésimo, desagradable, mierda, mierda, y más mierda" se quejó alejando lo más que podía aquella... cosa de su cara.
"Si no te gusta no lo fumes y ya, solo alumbra lo suficiente, no quiero cortarme un tajo de piel"
"Fufu, eso no estaría tan mal~" bromeó la rubia, acercando el cigarro a un más para mejor iluminación. Al observar como Aki acomodaba todo y preparaba una especie de hamaca con su chaleco, la chica decidió preguntar.
"Oye, ¿Y para qué mierda se supone necesitas todo eso? ¿Harás un ritual gey o qué coño?" preguntó colocándose una mano en la barbilla.
"Esto es nuestra distracción, y nuestro camuflaje" aclaró haciéndole señas con la mano para que le devolviese el cigarrillo.
Power no entendió, como lo supuso, así que procedió a explicarle a qué se refería.
El pedirle a Power que le dé algunos trozos de ropa manchados con sangre, será para poder confundir a los perros, lobos, o lo que sea que poseía el enemigo; le dijo a la rubia que recordase, y ahí fué cuando está recordó haber visto como el pelinegro al que se enfrentó tenía una especie de lobos o perros, independiente de lo que fuesen, estos podrían detectarlos fácilmente por medio del olfato, confundir a los canes era como quitarle los ojos a sus enemigos; lo primero era estar en igualdad de condiciones en aquella noche, eliminar la ventaja que tenían con los caninos y crear un escenario nuevo, dónde tenían que tomar la iniciativa.
Ahí entraban las prendas de Power y de él. Power llegó a ser herida en múltiples ocupaciones, por ende, lo más seguro es que haya dejado rastros de sangre por dónde pasaron, pero eso es solo una posibilidad, no era nada seguro, pero para poder ir con más confianza, decidió pedir prendas de ella, claramente contenían su olor, junto con su sangre, que seguramente también poseía un olor característico por ser sangre de un Demonio y no sangre normal.
Con eso, y unas simples trozos de chaleco de su parte, podían usarse para despistar a las canes, ubicando esos trozos de ropa en múltiples lugares y que de esta manera, no pudieron dar con la ubicación de los verdaderos rastros, era como tener muchas marcas en un radar, pueden ser falsas, o pueden ser verdaderas, y ahí estaba la cuestión, jugar con esa posibilidad a su favor era el objetivo, creando dudas en sus perseguidores y así encontrar aperturas claras para poder hacer el siguiente movimiento.
La siguiente jugada para salir victoriosos del encuentro, era que Power evitase pelear con el pelinegro nuevamente; lo harían cambiando de oponentes, él se encargaría del pelinegro, por otro lado, Power se encargaría de la chica, que debía estar herida por su último encuentro en dónde le dejo un recuerdo de su parte. Con molestia Power aceptó, ya que Aki tenía razón, si no recibía su ayuda hace un rato seguramente habría estado muerta en minutos.
Pero antes de llegar a esa segunda parte, tenía que asegurarse de que el emparejamiento fuera el correcto antes de siquiera empezar la contienda.
Justo ahí es en dónde entraba en la ecuación él y su poder; observar un poco más allá en el futuro y adelantarse a los acontecimientos con el fin de separar al duo que seguramente estaría más único que nunca apenas darse cuenta de que estaban en plena emboscada enemiga.
El primero de tres pasos para lograr tal cosa, era usar algo realmente básico, distracción mediante objetos insignificantes e inofensivos; rocas y piedras para ser más exacto. Lanzar una de inicio para plantarles la duda de su ubicación, y luego, por medio de una 'Hamaca' improvisada con su chaleco, lanzar muchas más de estás consecutivamente, manteniéndolos ocupados.
Seguido de este, venía la segunda fase, hacerle creer, al menos a uno de ellos, que tenían la posibilidad de saber con exactitud dónde estaba el enemigo, cuando en verdad no era más que una mentira y una distracción más. Era como mostrarles un rayo de esperanza y luego que este no fuera más que un espejismo. En ese segundo paso, entraría en Power a jugar su papel, lanzandole un cuchillo a cualquiera de sus enemigos, no importaba quien, lo que en verdad importaba era que consiguiera distraerlos aún más de lo que ya estaban con las rocas.
Una vez tomada la atención de aunque sea uno de ellos, faltaba una última distracción, para asegurarse de que estaban realmente confundidos con todo.
Todo debía pasar en menos de 3 segundos, Aki apenas de terminase de lanzar la lluvia de rocas, tenía que rápidamente deshacer el trampolín improvisado hecho con su chaleco y cubrir su katana, lanzandola hacía el más distraído de los Hechiceros en ese momento; apenas terminar de lanzarla, salir a toda velocidad y deslizarse lo más rápido que podía, desenfundando ambas armas en menos de un parpadeo y con suerte, así Power después le echase la bronca, acabar con la vida de ambos sujetos ahí mismo sin tener que pasar a mayores.
Para su molestia interior, vió como ambos lograban esquivar sus disparos por muy poco. No había conseguido matarlos, pero sí separarlos.
Todo había salido perfecto, o quería pensar. No le agradaba la idea de tener que pelear, hubiese preferido matarlos a ambos un segundo antes que tener que pelear como la situación justo frente a él le estaba planteando.
Se supone que esa era la idea inicial, pelear, matarlos y e ir con Denji, así que simplemente se resignó apenas Power cayó a su lado, unas pocas palabras y ya había salido como loca a enfrentar a su oponente, en total contraste con él, ella estaba llena de emoción y deseo de sangre.
Su expresión no mostró emoción alguna, hasta el preciso momento en que todo su cuerpo vibró, producto del violento choque de su katana con la espada negra del Hechicero; frunció el ceño ligeramente por la fuerza del impacto, aquello no sería nada fácil...
- Tiempo actual -
Las chispas salían despedidas por todos lados, provocando pequeños destellos similares a fuegos artificiales en plena oscuridad, todo acompañado de la melodía salvaje del metal chocando furiosamente con el metal e incluso disparos de fondo; el olor a pólvora se hizo presente con rapidez.
Fushiguro y Aki estaban teniendo una batalla, más que de fuerza, de estrategias hasta ese momento. El Caza Demonios sin tener la técnica con la espada del Hechicero, lograba equilibrar la balanza con el arma de fuego que traía adicionalmente con él; le daba ventaja a media, larga e incluso por momentos a corta distancia, manteniendo a Fushiguro siempre alerta, no solo de la katana, si no del arma de fuego, ya que si le lograba acertar un disparo precisó en cualquier lugar de su cuerpo, podía mermar en gran medida su capacidad para pelear, y eso era algo que el Hechicero no podía permitir siendo que su compañera estaba peleando a tan solo metros de él, no podía verla por la oscuridad, pero si escucharla quejarse una y otra y maldecir una que otra vez.
Si tan solo uno de ellos de era derrotado, estaba convencido de que inevitablemente todos iban a morir.
Con ese pensamiento y la decisión abundando en su mente y mirada, se alejó unos metros del Caza Demonios luego de otro cruce de espadas poco fructífero; para él, se acabaron los juegos.
Clavó su espada en momento en el suelo y unió sus manos frente a él. "Lobos de Jade" pronunció rotundo. De la mismísima oscuridad surgieron el mismo par de lobos de hace un minuto a sus lados; gruñendo, ladrando con emoción, desesperados por cazar a su presa.
Aki vió todo esa con neutralidad, esperaba que hiciera eso en algún momento. Tenía que comprobar algo por sí mismo desde que vio las invocaciones de este por primera vez, quería ponerlas a prueba ahí mismo.
En un parpadeo dejó caer su katana al suelo y sacó otra pistola que tenía ubicada en su cintura, disparandole una ráfaga de balas a los canes y a Fushiguro; los lobos se hicieron a un lado, un leve rodeo y cargaron contra él en diferentes direcciones, el Hechicero hizo lo propio y también le atacó, pero directamente de frente.
"Los tengo" pensó. Haciendo uso de su habilidad, indagó poco más de dos segundos en el futuro, lo vio todo con claridad.
Disparó primero al lobo albino a su derecha que iba a llegar mucho más rápido a su posición, haciendo que gimiese de desapareciese apenas los proyectiles impactaron en su pecho; un ligero amago a que iba a disparar a segundo perro sirvió para que el Hechicero repensase todo y él mismo hiciese desaparecer al can.
Ante la duda de Fushiguro, Aki guardó ambas pistolas y desenfundó rápidamente un cuchillo que había estado ocultando bajo su camiseta, con la clara intención de cortarle el cuello y terminar con el encuentro, estaba a escasos centímetros de lograr su cometido.
"Acabalo, Nue" susurró Fushiguro uniendo sus manos lo más rápido que podía ante la inminente llegada del duro y frío filo del arma blanca de Aki a su garganta.
Todo se decidía en un parpadeo, quién acertase el ataque al contrario solo ganaba esa batalla, sino la guerra en general; de la espalda del Hechicero surgió aquella ave con alas eléctricas, balanceó una de estás hacía el Caza Demonios con suma rapidez, Fushiguro apostando todo a que Nue fuese más rápida que la afilada cuchillo volando hacia su cuello con claras intenciones asesinas.
Un sonido seco, cómo si algo cayese al suelo, junto con una luz azúl que alumbraba el campo de batalla se presentó, la batalla de ambos combatientes, había llegado a su fin, con un claro ganador.
O tal vez no...
Quién se alzaba victorioso, producto de la luz en el lugar, llegó a observar algo en la batalla que se libraba a tan solo pasos de su ubicación, que lo hizo entrar en pánico.
Su compañera estaba a total merced de su oponente, a punto de morir en frente de sus ojos que venían todo con desesperación creciente, hizo lo primero que se le pasó por la cabeza ante ello.
- Momentos antes -
"¡Vamos maldita sea!" rugió Power creando dos dagas de sangre y lanzándose con desesperación hacía Nobara se incorporó, tomando su martillo y clavos en mano, lista responder a los frenéticos ataques que seguramente vendrían segundos después.
Y así fue, un ligero corte en su mejilla debido al peligroso y loco ataque de la rubia le fué propinado aún cuando estaba segura que había llegado a esquivar por completo ambas armas cuando fueron balancedos hacía su humanidad.
"Tch, esta maldita loca..." pensó viendo como ambas dagas se deshacían en las manos de la rubia, cayendo al suelo y perdiendose en este. Supuso que pelearía a mano limpia, pero supuso muy mal.
"Oye, perra" llamó la demonio. Su ceño se frunció en creciente irá por como la había llamado. Se limpio la sangre que fluía de su mejilla con el pulgar antes de responder con el mismo tono de voz.
"Dime, fenómeno"
"Así que usas ese juguetito para pelear, eso es muy lindo de tu parte" fue diciendo de manera juguetona la demonio a la vez que señalaba el martillo en su mano. Con calma empezó a caminar hacia Nobara que solo alzó la guardia.
"Basura, ¿Qué estás insinuando?"
"Lo que digo, es que es patético" soltó una carcajada mientras la mirada con diversión. "Te voy a enseñar, lo que es un verdadero martillo, y como se utiliza, así que presta mucha atención; una humano de mierda como tú nunca verá algo así en su estúpida vida, además, será lo último que verás" sonrió peligrosamente con sus afilados dientes mientras se cortaba levemente las venas de la muñeca, haciendo que corra sangre hacia sus manos; la fue moldeando y poco a poco, creo algo muy sub-realista a vista de Nobara.
"P-pero que mierda" susurró ante lo que tenía la demonio en sus manos, por instinto dió un leve paso hacía atrás.
"¡Admira a mi Martillo de Sangre, puta!" gritó alzando martillo de sangre proporcional al tamaño de su cuerpo y recostandolo en su hombro con rudeza.
Power comenzó a reír de manera desquiciada, loca, aterradora; le hacía total honor al título de demonio que poseía en ese momento. Ahora lo que quería era jugar, hacer sufrir a la chica frente a ella, no lo iba a negar, estaba frustrada de que Aki no le dejase arreglar cuentas con el otro sujeto y había estado molesta, hasta el momento en que el par de Hechiceros aparecieron ante ella.
Y ahí fue en dónde pensó que ya no le importaba nada. Si no podía tomar la diversión de vengarse directamente del chico, lo haría matando a su compañera, no sin antes torturarla, un juego previo antes del acto final, la muerte.
Descargaría toda su frustración, rencor, e irá, en la humana parada frente a ella. Y por eso reía, se rió de sí misma al darse cuenta de cuán rápido cambio de parecer; incluso había olvidado que a tan solo unos metros, en la oscuridad trás de ella, Aki se estaba batiendo en un duelo contra ese patán cabellos locos. Y si lo recordaba, ya no le interesaba en lo absoluto.
Nobara, viendo como su oponente era una total desquiciada. Por muy descuidado que fuese, cerró los ojos por un momento y suspiró para sí misma, Power miró ello con leve intereses.
"Que sucede, ¿Tienes miedo? no te preocupes, cuando estés muerta no sentirás miedo nunca más" se burló.
Ante esa burla, Nobara abrió los ojos repentinamente y lanzó un clavo al aire, engullendolo con su Energía Maldita y golpeándolo hacía la demonio, que alzó un poco el martillo con simpleza ante el inútil ataque.
Pero no esperó que este explotase frente ella, quemandole parte de la mano y chamuscandole la manga de su camisa.
Ahora la que reía estericamente era Nobara, viendo como esta se quejaba con un poco de dolor por la quemadura en su brazo derecho. Entre carcajadas la Hechicera tomó la palabra. "Entonces en verdad eres una maldita loca, eso me agrada a decir verdad. Pero, ten en cuenta una cosa..." su sonrisa desapareció poco a poco, convirtiéndose en una dura expresión, digna de una chica como era ella. Los clavos en su mano izquierda brillaron en Energía Maldita y asentuaron aún más aquella ruda expresión.
"No estás, ni remotamente, más loca que yo" sentenció, acentuando sus pies en el piso y preparándose para la batalla.
Power ante esas palabras gruñó con molestia. Se recuperó de la quemadura y no dudó en segundo en saltar hacía la Hechicera, dispuesta a hacerle pagar lo de segundos antes. "¡Entonces vamos a comprobarlo, basura!" gritó, lanzando un martillazo con violencia hacia la castaña, que se alejó de este rodando por el suelo y contraatacando con dos clavos que iban directo a la cara de la Demonio.
Power se dijo que no cometería el mismo error dos veces, así que por un momento deshizo su martillo y convirtió la sangre en un escudo que la cubría casi en su totalidad. Esperó la explosión durante unos segundos, pero nunca llegó, cosa que la extraño.
El leve sonido a su espalda la hizo voltear con toda la rapidez que podía, en sus ojos se reflejó el como el martillo de Nobara estaba a centímetros de impactar contra su rostro, consiguió evitar que esto pasase, sosteniendo el antebrazo izquierdo de la Hechicera con su mano derecha.
"¡Esta maldita! ¡¿Por qué el clavo no explotó?!" pensó enfadada. Eso solo le decía que podía decidir cuáles clavos explotaban y cuáles no, aprovechó eso y mientras se concertaba en cubrirse del ataque, le dió la vuelta, apareciendo trás de ella.
"¡Pero no importa, ahora soy yo la que te tiene!" sonrió con malas intenciones a la vez que creaba a toda velocidad un cuchillo de sangre en su mano libre, trató de clavarselo.
Pero el cuchillo nunca llegó a destino, Nobara le imitó y consiguió detener el brazo de esta con su pie derecho justo antes de que la punta del cuchillo hiciese contacto con su piel; sonrió con tanta o más locura de lo que Power lo había hecho hace unos momentos.
"Me toca" dijo pícaramente. Lo próximo que sucedió fue que, con su brazo derecho aún libre, tomó a la rubia de la corbata, la acercó con toda la fuerza que tenía y le acertó un cabezazo justo en la frente, el impacto retumbó en la zona y el suelo tembló ligeramente, dejando a la Demonio casi inconsciente.
Casi, no totalmente inconsciente, por lo que Power apretó los dientes con furia y con intenciones de cobrarse ese golpe le conectó una buena patada en el estómago a la Hechicera, mandadola a volar unos metros de distancia.
La rubia sintió como la sangre poco a poco comenzó a brotarle de la frente, ese cabezazo había sido realmente fuerte, mucho más de lo que había esperado. La sangre siguió su camino hasta llega sus labios, la limpio con su propia lengua, relamiéndose la sangre de ella misma y sintiendo como el sabor a hierro llegaba a sus sentido del gusto, mandándole una señal eléctrica a su cerebro.
A ella, la había hecho sangrar, una humano...
"Imperdonable, ¡Imperdonable imperdonable! ¡IMPERDONABLE!" gritó desencajandose totalmente.
"Genial, parece que ahora sí que está más loca que yo" Nobara sudó cuando se reincorporo y vió el como con absoluta demencia, con la propia sangre de su frente la Demonio creaba una guadaña de proporcional al martillo de hace rato, pero tenía claro que el arma que portaba ahora era mucho más peligrosa que la anterior, un solo tajo bien acertado y podía ser cortada a la mitad.
Intentó prepararse para tempestad que preveía podía llevarle la rubia, pero aún así, en un destello de velocidad desenfrenada, la Demonio llegó frente a ella y lanzó un swin furioso que logró esquivar por puro reflejo, rodó por el suelo y tomó una distancia prudente.
Cuando quiso colocarse en guardia, algo le resultó extraño por alguna razón...
"¿Por qué el martillo está mucho más ligero que antes?" pensó con extrañes. Cuando lo miró, se quedo estupefacta; de dónde sostenía el mango del martillo hasta la cabeza de este, no existía. Un corte limpio cortó al martillo por completo, marginando a su parte más útil y peligrosa de la ecuación y por lo tanto, haciéndolo totalmente inofensivo. "M-maldición" tartamudeo al darse cuenta de que ahora no podía hacer mucho.
"¡Te dije que ese era un juguetito inofensivo, estúpida!" le gritó Power acercándose poco a poco, cuán cazador acorralando a su presa y cortándole las vías de escape. Nobara soltó el mango de manera totalmente inútil en ese momento alzó la guardia con sus propios puños, iba a pelear de una u otra manera; ante ello la rubia sonrió aún más.
"¿De verdad crees que voy a pelear contigo de esa manera? esto no es una pelea justa, no me interesa nada de eso; no hay códigos, no sé qué son ni me interesa saberlo, solo estoy aquí para divertirme a costa de tu vida. Jeje, ¡JAJAJAJAJAJA!" con ello se lanzó nuevamente con su guadaña.
Sin tener nada para defenderse o resistirse, Nobara consiguió esquivar algunos cortes, sin embargo, no pudiendo evitar eternamente la ráfaga de locos ataques por parte de Power, fue cortada en ambos brazos con ligeros cortes, pero uno de ellos, limpio y profundo en su pierna derecha la hizo caer al suelo, quedando totalmente expuesta a la Demonio.
Apenas la tuvo a su alcance, le acertó una patada directo en la cara que casi le saca los dientes a la Hechicera, la demonio deshizo la guadaña, no viendo la necesidad de usarla cuándo la tenía totalmente indefensa ante ella. "¿Qué sucede? ¿Acaso te dolió? pobrecita~" le acarició el cabello castaño con extraña delicadeza, Nobara al ver el gesto le escupió la cara; Power no tardo en convertir esa delicada caricia en un empujón con toda su fuerza que hizo estrellar la cara de Nobara en el suelo, la sangre comenzó a gotear poco a poco de la boca y naríz de la Hechicera.
"M-maldición, a e-este paso yo..." Nobara intentó pensar, pensar que fué roto junto con la fina piel de su frente al ser azotada contra el suelo una segunda vez; había comenzado a caer en los brazos de la inconsciencia.
"¡Hey, no te duermas, ni se te ocurra hacerlo aún!" exigió la rubia dandole bofetadas, las cuales parecían no tener mucho éxito. Arta por que sus intentos de mantener despierta a su presa no tuvieran frutos, decidió ponerle fin al asunto.
Tomó a Nobara del cabello y tiró hacia atrás, dejando ver plenamente su garganta, no tardó en crear a una daga de sangre y llevarla poco a poco a dónde creía estaba la carótida de la indefensa chica. "Si tanto quieres dormir, pues adelante, te deseo dulces sueños..." le susurró al oído con un aliento tan frío como el hielo.
Nobara, ante el fuerte toque de la muerte llamando a su puerta, volvió en sí misma, pero era demasiado tarde para evitar que su garganta fuese cortada de costa a costa, apretó los dientes y cerro los ojos con total frustración, moriría de forma patética, de la peor forma posible...
"Me hubiera gustado al menos despedirme de ellos..." pensó resignada, sintiendo como el filo de la daga se ubicaba justo en medio de su cuello, cerró los ojos esperando su juicio.
"¡Detente!" escuchó una voz realmente familiar, creyó estar muerta, una luz azúl comenzó a alumbrar sus párpados por lo que pensó que ya estaba muerta, y por ende, abrió los ojos.
Un rayo de esperanza, no...
Varios rayos de esperanza, literalmente, bailaron a metros de ella, iluminando con pequeños chispazos eléctricos el lugar en su totalidad.
Frente a ella y a unos escasos 5 metros de distancia, Fushiguro tenía al otro tipo pelinegro exactamente en la misma posición en que la tenían a ella, la diferencia era que del cuerpo del indefenso hombre salían ligeros destellos eléctricos, por lo que casi a cada segundo el dolor se reflejaba en su expresión. Nue yacía ubicada a lado del Hechicero a la vez que sus alas también soltaban destellos azules de corriente viva y pura.
Fushiguro mantenía firmemente su espada negra sobre el cuello del chico, a poco distancia se veía como dos armas de fue habían sido cortadas a la mitad, el Hechicero pelinegro había hecho todo aquello, el había...
Ganado.
Power miró el como tenían a Aki con frustración y molestia, rápidamente le gritó que como era posible que se dejase derrotar tan patéticamente, este rodó los ojos con indiferencia.
"Perfecto, ahora que mi plan falló, estamos más que muertos..." pensó Aki observando la situación, aunque viéndola mejor, no estaba tan seguro de que así fuera.
Power volvió a lo suyo, hace momentos estaba tratando de matar a la chica castaña, por lo que rápidamente se pondría manos a la obra a terminar lo que había empezado.
"Hey, dije, detente" exigió Fushiguro rotundamente, también haciendo que su espada tocase el cuello del muchacho frente a él. Power se detuvo y lo miró por un momento sin mucho interés.
"¿A qué esperas? matalo, no me interesa" por un momento esas palabras sacaron totalmente de sitio a Fushiguro, eso no podía ser cierto. Por otro lado, Aki sabía que diría algo así, no reaccionó demasiado.
"De verdad lo haré, suelta a Kugisaki, ahora" demandó con más fuerza que antes. Una leve, casi imperceptible gota de sudor bajo por la frente de la rubia.
"¡Mierda! ¡mierda mierda mierda! ¡Maldito pelos locos no se la creyó! ¡La psicología inversa era mi único recurso! ¡¿Ahora que hago?!" pensó desesperadamente mientras por fuera trataba de intentar parecer lo más calmada posible.
Sin embargo, Nobara llegó a darse cuenta de la duda en esta, por ende, de la mentira. "¡Está mintiendo, Fushiguro! ¡Matalo! ¡Matalo ahora!" le gritó a su compañero lo comprendió al instante. "¿Pero esta es estúpida? si mato a este de aquí, la matan a ella, ¿Qué no lo entiende?" se preguntó internamente.
"¡Tú cállate basura!" regaño Power rozando el cuello de esta con la daga, dejando ver un poco de sangre.
"¡Oye, detente de una maldita vez!" advirtió Fushiguro haciendo lo propio con Aki, pegando cada vez más la hoja negra de su espada contra la piel del cazador.
Power sudó aún más al ver como la sangre también comenzaba a brotar del cuello de Aki, la verdad no era muy buena pensando, era una estúpida realmente, mientras menos pensaba las cosas, mejor actuaba y se sentía consigo misma; por lo que...
Decidió seguir sus estúpidos instintos de Demonio y hacer lo más estúpido que había hecho en su vida...
"¡A LA MIERDA TODO!" gritó y perdió cualquier tipo de razonamiento. Alzó la daga para clavarla justo en el pecho de la chica y acabar con todo ahí mismo sin medir las consecuencias que vendrían después.
Al ver aquello, Fushiguro decidió seguir el ojo por ojo, también alzó su espada con fuerza para acabar con la vida de Aki, quién cerró los ojos, esperando que los brazos de la muerte lo abracen y llevasen. "Estaré ahí en breve, Himeno..." pensó, dando una leve sonrisa, al menos algo bueno saldría de todo aquello, de toda esa locura.
Sin embargo, justo antes de que los armas de Fushiguro y Power hicieran plenitud de contacto con los corazones de Aki y Nobara, ambos se detuvieron en seco, incapaz de ignorar el fenómeno que estaba pasando; el ambiente, por ende, sus sentidos fueron llenados por un inmenso estruendo acompañado de temblores, todo teniendo originandose en el bosque que cubría la espalda del Hechicero y Aki.
Fushiguro miró levemente por sobre su hombro con una gota de sudor bajando por su frente, ligeros destellos rojizos en la llana oscuridad se reflejaron en sus retinas y en menos de un segundo, todos los árboles a su espalda fueron atravesados por un proyectil de tamaño considerable envuelto en fuego.
Fue tan rápido que no pensó nada más en salir de la trayectoria, no importandole soltar a su rehén en el proceso, lo mismo pasó con Power, que no dudó en salir del camino, Nobara como pudo saltó y se apartó lo suficiente para evitar ser embestida, aunque aquello con tan parecido a un meteorito le había pasado realmente cerca; era tardar un poco más y seguramente no la habría contado.
Una zanja de llamas brillantes y a muy altas temperaturas dividió a ambos bandos, cada uno había aprovechado la distracción para reagruparse con su par y observar que era lo que estaba pasando.
Ambos dúos de Hechiceros y Caza Demonios observaron extrañes como el objeto en llamas que había sido lanzado empezaba a moverse erraticamente en el suelo y comenzaba a...
¿Gritar de dolor?
"No puede ser" susurró Aki dándose cuenta de que, o más bien, de quién eran esos gritos.
Power abrió los ojos de manera muy exagerada cuándo vió las llamas se iban apagando, revelando una cabellera rubia toda chamuscada por la alta temperatura. "¿D-Denji?" tartamudeo.
Ese objeto, no era nada más que Denji siendo enviado a volar, atravesando casi medio bosque en el proceso, ardiendo en llamas. Este levantó como pudo, tenía una mini sierra saliendole de la frente, tan pequeña, tan inofensiva, reflejaba el desgaste de sangre que había tenido el rubio durante su batalla.
No le interesó quienes estaban ahí, ni quienes lo veían así que con la poca fuerza que le quedaba intentó volver a transformarse, tirando levemente de la cuerda en su pecho.
Pero era inútil, no importaba cuándo veces tiraba de la cuerda, nada sucedía; no tenía casi sangre y eso demostraba su incapacidad de volver a convertirse en el Motosierra y pelear. Sin embargo, con desesperación, siguió, siguió y siguió tirando de está, sin efecto alguno.
Fushiguro y Nobara veían esto con polos realmente opuestos en cuestión de pensamientos.
La chica se alegró, pensando que Itadori lo había conseguido y le había dado la paliza de su vida al rubio; se volteó hacia el pelinegro, extrañes vino a ella cuando la expresión de este mostraba de todo menos alivio.
"Oye, Fushiguro, ¿Qué te pasa?" le preguntó tocándole el hombro, pero este no respondió, perdido en sus propios pensamientos.
"N-no, algo anda mal. Itadori no sería capaz de hacerle eso a alguien fuese quién fuese. Solo ÉL podría..." sudó ante ese terrible pensamientos, esperando a que de alguna manera estuviese equivocado, que solo sean cosas de él.
Para su total desgracia, no lo estaban en lo absoluto...
Los pasos, potentes y firmes, como queriendo llamar la atención de todo aquel que estuviese cerca, comenzaron a retumbar en el ambiente, por el lugar dónde Denji había salido volando.
Con una sonrisa más que loca, Ryumen Sukuna se dejó ver en toda gloria entre medio de la oscuridad, como si fuera un sol en medio de la noche, transitando un largo camino de llamas con toda la calma y tranquilidad del mundo para llegar al lugar.
"O-oye, ¿Quién es ese?" preguntó vacilante Nobara su compañero, que se quedo en shock al ver como todas sus sospechas era acertadas. Comenzó a sudar en grandes cantidades al ver como el Rey mirada de manera analítica todo el lugar, más aún cuando posó su mirada en momento en él y su compañera, el como Sukuna sonrió con malicia cuándo los observó lo lleno de pánico total.
Aki sintió como la propia muerte posaba los ojos sobre él cuando entró en la intimidante mirada del pelirosa; Power a su vez tembló con tan solo una sonrisa llena de malas intenciones por parte del Rey, que rápidamente se apresuró en mirar a Denji y sonreírle burlesco.
Al haber analizado el lugar, la Maldición más antigua y poderosa se la historia lo tuvo claro, había llegado a un lugar muy interesante...
llegó a contar cuatro presas a parte de la que ya tenía en sus garras; era avaricioso, como todo un Rey, tomaría toda la recompensa para si mismo y la disfrutaría como creía merecerlo.
Decidió que era momento de empezar una verdadera carniceria, por lo qué...
"Mocosos, todos ustedes tienen una tremenda suerte el día de hoy, ya que..." poco a poco, con lentitud y clase, junto con una sonrisa de pura soberbia, comenzó a unir sus manos con frente a él y su mirada era extrañamente relajada.
A Fushiguro se le hizo un nudo en la garganta, sabiendo lo que este intentaba hacer. La sonrisa del Rey solo se amplió con locura y en sus ojos se volvieron tan rojos que parecían bombillas en aquella noche.
"Justo ahora, el Rey piensa mostrarles con lujo de detalles, lo que es el infierno encarnado" dijo calmo y sereno, reuniendo toda la energía maldita que podía para llevar a cabo una verdadera matanza. Solo habla satisfacción en su sonrisa al momento de culminar aquellas palabras.
"Extensión de Dominio: Templo del Ma-"
"Oye, parece que te estás divirtiendo~" escuchó juguetonamente a su espalda, a la vez que una mano de posaba tranquilamente en su hombro.
Su expresión de diversión y locura se diluyó en tan solo un segundo al saber de quién se trataba.
"Habías tardado demasiado en aparecer, maldito odioso" dijo Sukuna con molestia separando sus manos y aprentando sus puños con impotencia contenida. "Satoru Gojou" escupió, mirando por encima de su hombro, el como ese tipo peli blanco que tan pesado le caía, aquel insoportable sujeto y al que le había jurado muerte le miraba con nada más que diversión, como si todo aquello fuese un juego.
El Hechicero más fuerte, por supuesto que estaba en total disposición de responde a aquellas filosas palabras de parte del Rey.
"¿Me habías extrañado? tranquilo~. Fui a comer un rato a la ciudad, ya sabes, la comida es basura en la Preparatoria Jujutsu; satisfecho y llevando una porción para cena, apenas entrar al bosque para ir con mis muchachos, me doy cuenta que que hay una buena fiesta montada por aquí, y que no había sido invitado. Así que, con esto te pregunto..." el agarre sobre el hombro de Sukuna se intensificó y sus ojos azules como el cielo brillaron trás la fina tela negra que los cubría.
"¿Acaso has sido tú, quién ha provocado todo esto, Ryumen Sukuna?" preguntó con total autoridad, el tono juguetón se había ido por completo.
Sukuna sonrió ante la actitud de este, apretó sus puños, preparándose para cualquier cosa y procedió a contestar. "La verdad me hubiese gustado ser quién iniciara este baile sangriento, lamentablemente para mí, no fué el caso. Pero..." rió un poco antes de continuar. "No sabes cuánto me hubiese encantado ser el detonante de todo esto, alguien más se dió el lujo de hacer tal cosa, algún bastardo está moviendo los hilos de todo esto; pero seguramente a partir de ahora, todo se vuelva mucho más interesante... para mí"
Gojou alzó una ceja, poco a poco la sonrisa bromista regreso a sus facciones. "Oh, eso suena como que el gran Ryumen Sukuna estuviese dándose por vencido justo ahora, en frente de mí, sin siquiera empezar la batalla. ¿Es así el actuar adecuado que debería tener el Rey?"
"No te equivoques, llegado el momento, yo mismo seré tu verdugo; no seas impaciente, lo mejor siempre se hace esperar"
"A mí no me gusta esperar, soy muy impaciente a decir verdad, así que..." repentinamente, Gojou empujó a Sukuna y lo liberó, el Rey sin dudarlo se volteó a toda velocidad; el Hechicero dejó ver uno de sus hermosos pero peligrosos ojos alzando la tela que lo cubrían, ojos rojos y azules se encontraron por un segundo antes de que Gojou prosiguiera con lo suyo. "¿Por qué no intentas ajustar cuentas conmigo, aquí y ahora?" provocó al Rey.
Sukuna le lanzó una patada con toda la fuerza y velocidad que podía, pero en menos de un parpadeo Gojou desapareció del lugar y cortó dramáticamente la distancia que los separaba, no dándole al Rey chance alguna de defenderse, solo le bastó un leve toque con sus dedos índice y medio para ponerlo a dormir poco a poco.
Lo tomó antes de que cayese al suelo y lo recostó con cuidado en el mismo. Las marcas fueron retrocediendo gradualmente, dejando ver el rostro adormilado de su alumno en plenitud, sus facciones llenas de tranquilidad le trajeron alivio a su maestro peli blanco. "Ya todo se terminó" le susurró al pelirosa, antes de levantarse y observar el panorama por sí mismo.
Una sonrisa, junto con un saludo energético fué lo que dirigió a sus dos alumnos a la lejanía fué su ofrecimiento cuando dió visualmente con ambos.
Fushiguro suspiró con alivio apenas su maestro apareció trás Sukuna, sabiendo con certeza de que ya nada malo podría pasarles ni a él, ni a Nobara, ni a Itadori; Gojou era el mejor aliado para sus amigos, y el más peligroso de los hombres para sus enemigos, palabras como 'Perder' o 'Desesperanza' no podían ir en una misma oración con el nombre Satoru Gojou, eso jamás.
Nobara a su lado alzaba los brazos como loca, llena de alegría por la aparición de aquel hombre que era más que un maestro, un hermano mayor para todos ellos, naturalmente el hermano mayor cuidaba de sus hermanos más pequeños en todo momento, exactamente lo que pasaba en el caso de ellos y Gojou.
Pero, Fushiguro al saber que ya no había peligro alguno, cambió el chip, y con su mirada volviendo a la seriedad de siempre, le indicó las otras presencias a Gojou que se encontraban en el lugar, este lo entendió al momento.
Poco a poco, llevo su mirada hacia los demás sujetos que para él ese momento era desconocidos, alzó levemente la venda que cubría uno de sus ojos, dejando ver la analítica y sería mirada que contenía este. Ahí fué cuándo por primera vez, la luna comenzó a iluminar el bosque, era como si el propio cielo se abriese ante la llegada del Hechicero y le dejase ver con más claridad a aquellas personas que por el momento eran una total incógnita para él.
Ni Denji, ni Power ni Aki se habían movido de su posición desde que Gojou entró en escena, estaban como hipnotizados por la presencia del más fuerte de los Hechiceros a tan solo unos cuantos metros de ellos.
La sorpresa y la incredulidad absoluta fue lo que se pintó en el rostro lastimado del rubio cuando vió, como frente a sus ojos, aquél tipo extraño con los ojos vendados noqueaba sin ningún esfuerza a aquél desgraciado que había jugado con él y lo había hecho sufrir durante la mayor parte de su encuentro.
Y justo antes de que los Caza Demonios se dieran cuenta, Gojou se encontraba parado frente a Denji, apareciendo en un destello de velocidad innato que solo él y nadie más podía llevar a cabo.
Con una mano en el mentón y mirada más que analítica, interesada, tomo a Denji por el mentón y lo movió de lado a lado, queriendo verlo desde varios ángulos, cerciorarse de que frente a él estuviera lo que cría que era.
"¡Oye, no me toques!" se quejó Denji apartandose de este, no tenía fuerzas ni siquiera para clavarle un puñetazo, aunque no sabía si aún estando en plenitud de condiciones pudiera hacerlo.
Gojou sonrió un poco antes de hablar, había notado algo muy extraño en Denji y los demás, así que dejarlos ser no era una opción. "Lo siento amigo, pero tú" dijo señalandolo a él y luego por detrás de este, a Power y a Aki. "Y ellos, tendrán que acompañarme"
"Je, no iré a una mierda contigo. Te aseguro que ellos tampoco, así que mejor jodete tú y tus-" antes de que siguiera hablando, Gojou lo noqueó de la misma manera que hizo con Sukuna, un leve toque en la frente y a dormir.
"M-mierda" Power sudó al ver como Denji era mandado al país de los sueños así nada más. El entrecejo de Aki se contrajo, frente a alguien como él, no tenían escapatoria alguna, así que se resignó a cualquier intento o siquiera pensamiento de huída.
"Se me olvidó olvidó decirles, que este trato, no es negociable" aclaró el Hechicero más fuerte, alzando a Denji en uno de sus hombros como si fuera un vil saco de basura. Fushiguro y Nobara aparecieron a sus costados, agotando definitivamente cualquier vía de escape que pudiesen tener los dos Caza Demonios aún concientes.
Sin otra opción, Aki decidió que era mejor no poner resistencia y hacer que Power levantase las manos junto a él, en señal de rendición.
Sin embargo, antes de que hicieran tal cosa, uno voz muy conocida para ambos, resonó en el ambiente.
"Aki, Power, no tienen que hacer tal cosa. No se resignen, no teman; nunca dejaré que les pase nada, mucho menos cuándo yo estoy aquí presente" escucharon todos. Una voz femenina llegó a los oidos de todos; calma, serena, relajante, pero a la vez imponente e hipnotizante. El solo hecho de dejarse escuchar, trajo esperanza para unos, y confusión para otros en la misma medida.
Gojou llevo su mirar a su espalda, en dirección por dónde el fuego aún flameaba con menor intensidad que hace unos minutos.
Justo por dónde el Rey de las Maldiciones había hecho su entrara violenta y para nada elegante; en total contraste con este, una extraña mujer pelirroja estaba parada con clase y confianza entre aquél pequeño mar de llamas, las sombras en su figura debido al fuego solo generaban aún más incertidumbre con respecto a su repentina aparición en aquél sitio.
Siguió caminando muy lentamente hacia el grupo, y en cuanto dejó las flamas atrás, junto con parte de las sombras provocadas por la misma; se dejaron ver dos ordes, dos hermosos ojos dorados color oro puro brillando en la oscuridad, su cabello rojizo acentuaba aún más el color de esas dos perlas; todo acompañado por una sonrisa totalmente confiada, que incluso deba la sensación de ser totalmente despectiva por momentos.
Se hizo la sorprendida cuando una cabellera peli blanca entró en su campo de visión.
"Tu..." Gojou abrió los ojos en sorpresa ver también de que se trataba, para su suerte los tenía muy bien cubiertos; se recompuso tan rápido como pudo. Pero aún así, la mujer parecía haber captado ese mínimo toque de sopresa en este; recuperando la sonrisa que tenía hace tan solo un instante, volvió a hablar, y con ello, querer tomar las riendas del asunto y llevarlo un nuevo puerto.
"Pero si es el famoso Satoru Gojou. Disculpe esta necesaria intromisión, pero... ¿No cree que está siendo demasiado rudo con mis agradables trabajadores? creo se debería reconsiderar el hecho de llevarlos con usted, por el bien de todos los presentes..." habló tranquilamente.
Aunque su pregunta, no parecía ser realmente una pregunta con dos respuestas distintas; es como si solo existieran las respuestas 'Si' o 'Si'.
En vez de una pregunta corriente, parecía ser más una...
Demanda.
continuará...
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