ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 2
Denji jadeó al ver a ese nuevo individuo frente a él, gruñiendo de dolor y molestia para sí mismo, después de la repentina amputación de una de sus extremidades y la amenaza lanzada por...
"Ryumen Sukuna... te haré pagar por esto..." amenazó el rubio apretando los dientes con furia, dejó de sostenerse el brazo, como si no le doliese, la verdad es que por la adrenalina y el latente deseo de hacer pagar al pelirosa parado a tan solo metros de él le podía mucho más que el simple dolor.
La sangre goteaba de aquél corte limpio, manchando y haciendo un gran charco rojo al lado del chico. Sukuna rió por la escena, a su parecer divertida y decidió que era momento de aclarar quién era el que imponía las condiciones en ese preciso momento.
"Mucho cuidado con tus palabras, mocoso. Dices que me harás pagar, pero el precio por tu insolencia fué mínima sola y llanamente porque así lo quise; deberías sentirte honrado por no haberte matado en cuanto la primera palabra con tono irrespetuoso salió de tu sucia boca, ya que estás frente a un Rey" declaró con soberbia. Desplegó sus brazos a ambos lados con fuerza, para dejarse ver en la gloria que él creía merecer.
Denji rió ante las palabras y procedió a responder. "¿Rey de qué?" preguntó algo sarcástico.
"Rey de todo" contestó sin dudar, pasando poco a poco a una sonrisa desquiciada en rostro justo antes de continuar. "Y ahora mismo, con toda la autoridad que tal título conlleva, estás condenado..." Sukuna llevó un dedo a su cuello con lentitud, y cruzó de lado su cuello con absoluta paciencia, disfrutando cada segundo de todo aquello.
"A muerte" rió con éxtasis, retorciéndose en el proceso.
Denji retrocedió un poco y llevó con rapidez su mano sana a la cuerda en su pecho. "Entonces que así sea. Claro, si es que puedes. Hagamos de esto un juego de la muerte, ¡Pedazo de mierda!" rugió de la misma manera el rubio a la vez que con rapidez tiró de la cuerda, de él surgió en tan solo segundos la terrible y aterradora forma que lo caracterizaba.
Sierras con revoluciones a todo lo que daban en su cabeza y brazos no se hicieron esperar, y con ellas, una promesa de guerra y sangre por parte del Chainsaw Man. "Tú... estás muerto" amenazó con una sierra hacía la Maldición, que rió con burla y diversión por ello.
Sukuna se trono con tranquilidad su cuello y nudillos, preparándose para la diversión, SU diversión. Una vez terminada su preparación, miró sádicamente al Motosierra, oh, lo iba a disfrutar hasta el más mísero momento.
Caminó poco a poco hacía el Chainsaw Man, el mounstruo le imitó, como si de un espejo se tratase, caminaron uno de frente al otro en total sincronía mientras poco a poco la luz del bosque iba haciéndose cada vez menor, la tarde llevaba a su cúspide, y con ella, se empezaba a asomar la noche. Frío, desolado, oscuro y tenebroso era el escenario en el momento en que ambos se pararon a menos de un metro del otro, el deseo de sangre era palpable en el ambiente, las formas de vida cercanas al lugar huyeron en segundos, no queriendo quedar en fuego cruzado.
Solo había diversión en los ojos del Rey, Denji en esa forma no tenía un rostro que analizar en primer lugar, pero no debería ser muy diferente al de Sukuna. Siempre impaciente, tanto que fué el primero en romper el hielo, balanceando su sierra derecha sierra erraticamente hacía al Maldición, que desapareció de lugar, antes de siquiera pensar a dónde había ido, sintió como era tomado del hombro con suavidad, pero firmeza a la vez. Se paralizó, sabiendo quien era.
"¿Sabes algo? tenemos suerte de tener mucho espacio por aquí, incluso mucho más tú, ya que yo conozco muy bien la zona. ¿Qué te parece sí..." Sukuna rió con malicia mientras apretaba su agarre sobre el hombro del Motosierra. "... vamos de paseo?" culminó, antes de que Denji pensará en lo que quiso decir, salió volando estrepitosamente por una fuerza bestial.
Chocó con un árbol, y con otro, y otro más, perdió la cuenta de cuántos árboles se llevó por delante y atravesó con su maldita espalda, su columna debía estar hecha añicos por segunda vez en el día. Finalmente uno de los árboles paró su vuelo en seco y cayó al suelo, dolorido por la turbulencia y el reciente aterrizaje forzoso sufrido.
"¡Maldición! ¡Eso si que dolió! Ese tipo... en fuerza es totalmente diferente al rosadito de antes" pensó mientras se recomponía poco a poco, o eso quiso hacer, pero un rápido golpe dirijido sin miedo o duda hacía su rostro lo obligó a blandir ambas sierras para cortar la mano entrante.
Llegó a hacerlo, cortándole la mano a Sukuna a la mitad, no pensó en tomar distancia alguna, había conseguido dañarlo y era su oportunidad...
Pero se dicha oportunidad se quebró como cristal, al igual que una de sus costillas parecía hacerlo cuando una patada lateral por parte del Rey de las Maldiciones le fué propinada. La potencia de esta lo hizo caer a unos metros del lugar, arrasando con todo en el camino.
Denji no supo que pasó, le cortó la mano, y aún así... ¿Este ni siquiera dudo? ¿Ni por un segundo? ¿Qué sucedió? ¿Acaso no sentía dolor?
Sukuna sin poder ver su rostro, supo que estaba confundido y sonrió con descaro. Pensó en orientarlo un poco mientras lo miraba tirado a metros de él, alzó su mano amputada casualmente en modo de saludo, de esta en un abrir y cerrar de ojos creció una mano nueva, como sí nada nunca hubiera pasado, al igual que momentos atrás.
"Mocoso, nada de lo que hagas me podrá hacer daño; puedes cortarme, puedes quemarme, ahogarme, incluso puedes hacer algo tan estúpido como intentar envenenarme. Nada funcionará, ahora solo eres la presa, MI presa. Así que como buena oveja, solo puedes esperar pacientemente el momento en el que llegará el lobo para desgarrarte miembro a miembro. Desafortunadamente para tí..." se preparó en milésimas para atacar en milésimas de segundo, como si de un cazador se tratase, listo para saltar sobre su presa. Denji con una urgencia poco habitual en él, cruzó las sierras frente a su persona, le daba mala espina todo.
Sukuna le dió la sonrisa más agresiva que podía, tan filosa como sus propias intenciones. Sus ojos rojos como la propia sangre brillaban con peligrosidad y deseos de sangre. Denji se tensó de inmediato.
"... aquí el lobo, soy yo" terminó sonriendo peligrosamente.
El rubio solo calló y se preparó para lo que sea. Pero de algo estaba más que seguro, ahí mismo, en ese lugar, estaba por correr sangre, y quería que está fuera de sola y llanamente del Demonio o lo que sea que fuese que tenía en frente.
Las palabras sobraban a partir de ahí, ambos dejaban hablar a sus propias auras y almas que pedían a gritos acción aún cuando sus bocas no soltaron un solo sonido más allá de un leve gruñido de satisfacción; ambos deseaban eso, ambos lo querían, pero no serían ambos quienes se alzaran las manos al final en victoria, solo una podía hacerlo, y el otro, tenía que caer y morir, como dictaba toda lucha a muerte, a manos de su oponente. Y aún sabiendo todo el riesgo que aquello conllevaba, afrontaban el encuentro con diversión y deseo, deseo de...
Guerra.
Sukuna está vez fue el que acortó la distancia existente entre ellos en un abrir y cerrar de ojos; lanzó una patada mortalmente fuerte mientras sonreía como maníaco hacía la zona abdominal de Demonio. Sin embargo, la imagen de la mitad de su pierna volando por los aires y cayendo a unos metros de distancia fué lo siguiente en pasar, todo producto de la sierra derecha de Motosierra, amputandole la extremidad desde algo más arriba de la rodilla.
"Tch, maldito mocoso molesto" pensó el Rey de las Maldiciones ante el corte. Durante ese pensamiento sintió como su otra pierna era cortada, haciéndolo caer de rodillas frente a Denji, que soltó una breve risa de demente observando como ahora ese desgraciado rosadito estaba a su total merced.
No dudo, no pensó, ni tampoco tardó, su cuerpo y mente actuaron por instinto cuando en tan solo medio segundo cortó la cabeza del Rey, haciendo que está caída a sus pies y un placentero chorro de sangre saliese despedido por todos lados, bañando las proximidades de un tono rojizo muy tenebroso; esta también cayó sobre él, sin dudar abrió la boca ligeramente y bebió de esta, como si se tratase de una fuente pública o un rociador, si que necesitaba de aquél líquido en ese momento, ya comenzaba a sentir la fatiga de usar el Motosierra por un tiempo tan prolongado, era como recargar baterías.
Como a poco hizo retroceder su forma Demoníaca, al ver que su camisa blanco habitual de trabajo había quedado como un trapo con manchas rojas por doquier, se la arrancó, ya era totalmente inservible a su parecer. Observó a sus pies, dónde aún estaba la cabeza pelirosa de quién acaba de ejecutar.
"Puede que la use como una especie de trofeo, según dijo era un Rey..." meditó llevándose una mano a la barbilla en su análisis, de un momento a otro soltó una risa despreocupada. "Bahh, ni mierda haré algo como eso, mejor se la doy de comer al gato de Power o a las ratas. Sep, haré justamente eso" decidió, hablando en voz alta.
"Estás más que muerto, mocoso"
"Cállate, estoy ocupado agarrando este pedazo de... ¿Comida?" Denji tembló por un momento, creyó haber visto como la boca de la cabeza se movía un poco. ¿Acaso estaba alucinando?
Como respuesta inmediata, recibió un fuerte golpe en el estómago, tan poderoso que casi lo hace escupir todos los órganos de una vez. Salió volando y se estrelló con violencia en un árbol, enterrandose en el proceso; adolorido se tomó cabeza de la cuál comenzaba a sangrar a borbotones, creyó sentir la parte posterior de su cráneo hecho trizas. Se levantó con dificultad debido a lo enterrado que estaba, y ahí lo vio.
El cuerpo antes sin piernas y decapitado que estaba en un charco de su propia sangre, ahora estaba parado con una pierna en alto en su dirección, claramente era quién lo había golpeado. Aún no tenía cabeza, este bajo la pierna muy lentamente fué en busca de la misma, tomándola y colocándola con calma en su lugar correspondiente, todo bajo la mirada de Denji que veía todo con estupefacción, sin saber como reaccionar; definitivamente había visto cosas raras, pero eso ya era ridículo.
Sukuna, ya con su torre de control en su lugar y sus extremidades en orden. Miró al rubio con unos ojos totalmente distintos a como lo había hecho poco antes. Estos ardían furia y Denji vio en fuego en ellos, trato de recomponerse lo más rápido que pudo y volver a prepararse para pelear.
El Rey solo pudo endurecer más su semblante con cada movimiento del chico. "Mocoso de mierda arrogante. Acabas de hacerme ponerme de rodillas... ¿Ante tí? ¿Una basura? ¿Tienes alguna miserable idea de lo que acabas de hacer, escoria?" preguntó autoritariamente Sukuna, toda la diversión en su habla y pensamientos habían desaparecido por completo.
Denji rió por como le hablo, parece que le tocó el orgullo, indagaria más en la herida. "Pues vaya Rey más patético estás hecho, imbécil. Este don nadie de aquí te ha puesto a pulir en el suelo con tus rodillas y te ha ejecutado como si fueras un sucio animal. Oh, ¿Acaso no era eso justamente lo que habías dictado para mí? Rey~" se burló con toda la mala vibra que pudo.
Todo ello causo un efecto contrario a lo que buscaba llegar el Caza Demonios, ya que la expresión de diversión en el rostro de Sukuna volvió a presentarse. Denji quiso pensar que se lo tomó mucho mejor de lo que había pensado en un principio, pero sabía que eso no podía ser. En tan poco tiempo, la soberbia con la que hablaba de sí mismo el denominado Rey era máxima. Podía ser un idiota en demasiados aspectos, ni siquiera sabía cuanto era 2+2, pero no era estúpido, ese hombre delante de él, justo en ese momento, estaba...
Totalmente loco.
Lo mirada con ansiedad y casi desesperación, una mirada mucho más intensa que antes, podía sentirla; poderosa, pesaba sobre sus hombros, podía ver la total locura reflejada en los ojos de este desde el momento en que terminó de burlarse.
Por primera vez en su vida, se sintió intimidado por alguien o algo, algo pavor comenzó a recorrer todos sus sentidos y su mano ubicada en la cuerda en su pecho le tembló ligeramente por un segundo.
Sukuna se pasó la mano por el cabello y comenzó a caminar casualmente hacía él, sin perder su sonrisa, parecía incluso queriendo ser amistoso.
Pero Denji dió un paso atrás, no era bueno, no era para nada bueno todo aquello. La noche había caído y casi no dejaba ver nada, y aún así, aquellos ojos rojos, como si el propio satanás lo estuviese mirando se dejaron ver como dos faros en medio de esa tan oscura Noche Sin Luna.
Denji comenzó a retroceder, no se dió cuenta hasta que fué demasiado tarde que su caminar hacía atrás se vió interrumpido por el árbol en que antes había impactado. Sudó al darse cuenta de ello, más aún, cuando escucho una rama crujir frente a él, ahí estaba.
Trató rápidamente de jalar de la cuerda en su pecho, pero sintió Sukuna tomaba ese brazo y cómo se lo despegaba desde la altura del hombro, iba a gritar, pero su boca fue tapada por la mano de la Maldición, tomándolo y alzandolo en el aire, lo lanzó un momento para luego poder sostenerlo del cuello y apretar el agarre lo más que pudo.
"¿Qué sucede? saca esa Motosierra de una vez. Anda, te voy a esperar" motivó Sukuna burlesco, sabiendo que no podía a hacer tal cosa.
Denji rió con dolor por la broma, la sangre su brazo faltante brotó cayó al suelo a su lado; de la nada, el rubio escupió la cara de Sukuna, cayendole aquella pegajosa saliva en la mejilla al pelirosa. Este se quedó algo tranquilo, demasiado para el gusto de Denji, eso solo hacía aumentar su sospecha de las cosas solo iban de mal en peor, no ayudó mucho el hecho de que le escupiera la cara, pero no pudo evitar hacer tal cosa teniéndolo al alcance. Rió al ver como este lo miraba con clara irritación.
"¿Sabes algo chico?" comenzó Sukuna. El tono usado por el pelirosa llegó a tenzarlo de inmediato, por primera vez desde que ese creciente sentimiento de pavor lo azotó, dirigió su mirada hacia los ojos rojos como la sangre del pelirosa. El Rey sonrió gustoso por la atención recibida y decidió continuar.
"Sabes que antes de dije que esto no era nada personal contra ti, ¿Verdad?" preguntó con extraña calma, su agarre en el cuello de Denji contra todo pronóstico se apaciguó.
Esa fué una pregunta realmente estúpida para el Humano-Demonio, por lo que contestó con el tono que siempre utiliza con todos y todo. "Claramente lo recuerdo, pedazo de mierda afeminad-"
Apenas esa respuesta salió de su boca, recibió un puñetazo en la mandíbula que casi le arranca todos los dientes por parte de un Sukuna que se dejaba llevar por la locura, esa sensación de éxtasis tan increíble lo dominaba por completo en ese momento. No dejó que Denji saliera volando y lo mantuvo en lo alto sin dejarlo tocar el suelo, aunque le saco de sitio la mandíbula, lo tomó de esta misma sin una pizca de cuidado y lo obligó a verlo a sus brillantes ojos rojos.
"Para tu mala suerte, mocoso. Desde este momento, es totalmente personal. Así que..." volvió a golpearlo con toda la fuerza que tenía, con la intención de acomodarle la mandíbula, rió locamente por el pensamiento de que en verdad fuera a funcionar. "Trata de aguantar todo lo que puedas mientras trato de fastisfacerme, perro callejero. Morir no está permitido. Jeje, JAJAHAHAHAHA" culminó totalmente fuera de sí.
Otro golpe fué suficiente para que su agarre no pudiese contener su propia fuerza, por lo que Denji inevitablemente salió despedido violentamente hacía la oscuridad del bosque.
La sangre salió despedida por todos lados debido a ese tercer impacto, decorando lo que para Sukuna era el ambiente perfecto para el lugar dónde tenía asegurada...
La mayor de las diversiones.
El Rey de las Maldiciones llegó a escuchar como este se llevaba árboles, troncos y ramas quebrándose y partiendose a medida de que Denji se las llevaba por delante en su violento viaje. Momentos después, ese clase de sonidos naturales fueron totalmente reducidos a nada cuándo el estruendo provocado por el despertar del Chainsaw Man inundaba todo el bosque y las proximidades de este, retumbando hasta el más profundo rincón del mismo.
La batalla, debía continuar.
Continuará...
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