𝟐𝟐
—¡Maldito pollo carnívoro!.
Las maldiciones salían una seguida de otra, mientras que, la albina gruñía y trataba de ocultar con su cabello aquella mancha de tonos morados y rojizos que se notaba en su pálida piel.
—Nesaan, ya me voy —la voz de su hermano menor llamó su atención, viendo como éste se encontraba dispuesto a volver a la academia de héroes luego de haber visitado a su hermana.
Pero Shiro aún no estaba dispuesta a dejarlo escapar, no antes de saber a que se refería ese extraño mensaje que le había enviado el día anterior.
—Alto ahí —lo detuvo mientras el menor la observaba con su común gesto calmado—. Aún no me has dicho que de se trataba ese mensaje.
Shouto suspiró y se quedó observando a su hermana, sabía que no había sido buena idea el haberle preguntado a ella. Quizás debió hacerlo a otra persona, como a alguna de sus compañeras o hasta una de sus dos sempai que había conocido cuando habían visitado su clase un día.
El estudiante salió de sus pensamientos mientras oía el llamado de su hermana.
—¿Y bien? —preguntó Aki cruzandose de brazos, segura de que conseguiría una respuesta, mientras observaba a su hermano a punto de hablar.
La heroína creía que le respondería a su pregunta, pero...
—¿Por qué tienes una marca similar a una mordida en tu cuello?.
No fue así...
Y así, toda la seguridad que alguna vez había tenido cayó al suelo junto a su valentía.
—Nesaan —volvió a hablar el Todoroki ahora siendo él, quien fruncía las cejas y exigía una respuesta de aquella mancha rojiza y morada que pintaba la suave piel del cuello de la albina.
Aki desvío la vista y tosió varias veces mientras le decía que ya era tarde y debía volver a la Yūei.
—Mañana tienes tu segundo día de examen para conseguir tu licencia —habló rápido mientras lo escuchaba tratando de hablar, pero ella lo volvía a interrumpir—. Ya no es necesario que respondas mi pregunta confío en ti Sho-kun.
Y así Todoroki Shouto fue sacado del departamento de su hermana, mientras oír el grito de esta diciendo que lo vería en su examen.
Los pasos de ambos estudiantes de la U.A. era lo único que se escuchaba por el largo pasillo de la instalación en donde se llevaría a cabo el examen.
El de ojos heterocromicos se encontraba con la cabeza en otro lado, recordando las palabras de su hermana de venir a verlo durante su entrenamiento. Y también aquella llamada sorpresa que había recibido de su Padre diciéndole que tenía el día libre y que también lo iría a ver.
—Espero que no se encuentre con All Might —pensó mientras que Bakugou y él estaban a punto de girar la esquina—. O con...
No pudo terminar su frase pues una voz masculina llamó su atención.
Era el estudiante de la Academia Shiketsu quien también había reprobado el examen.
—¡Hola, chicos de la U.A.!
Así Todoroki dejó sus preocupaciones de lado, no sin antes pensar por última en la persona con quién menos quería que se encuentre el héroe No.2 que pronto sería el No. 1.
Con su propia hija...
—¡Aumenta la rapidez de tus ataques!.
En otro lugar, exactamente en la parte norte de la Región de Kyushu, en la ciudad Fukuoka en donde se hallaba la agencia del héroe alado.
En dicho edificio, en el salón de entrenamiento se encontraban tanto el héroe rubio como la heroína de cabellos albinos.
—¡Si! —respondió el estudiante y aspirante a héroe.
Entrenando a su nuevo pasante Tokoyami Fumikage.
El de apariencia de ave, volvió a utilizar a su sombra Dark Shadow para intentar eliminar los picos de hielo que lo atacan constantemente.
—Bien, dejémoslo hasta aquí —habló la Todoroki deteniendo su ataque y acercándose al menor—. Bien hecho, eres muy bueno decidiendo y anticipado los movimientos de tu oponente —lo felicitó con una pequeña sonrisa.
Mientras este solo agradecía con una reverencia.
—Bien, ya es hora de que me retiré —habló está vez para el rubio cenizo, que se encontraba apartado viendo como ambos entrenaban.
Ambos héroes solían turnarse para entrenar y orientar al nueva pasante de la agencia.
—¿Irás a el entrenamiento de tu hermano? —preguntó él, acercándose con sus dos brazos detrás de su cabeza y con una despreocupada sonrisa en sus labios.
Shiro asintió con la cabeza mientras se preparaba para marcharse.
—Asi que hoy tú te encargas del papeleo —comentó con la intención de burlarse de su pareja, pero no salió como estaba esperando.
—Seguro, déjamelo a mi.
Pues Keigo había hecho objeción alguna, al contrario,el héroe alado llevaba en su rostro una bonita y brillante sonrisa, mientras la observaba con atención.
Aki frunció el ceño extrañada por su comportamiento.
—¿Por qué actúas tan extraño? —le preguntó mientras acomodaba su cabello con intención de dejarlo suelo, pues durante el entrenamiento lo había sujetado en una coleta alta.
Pero antes de poder deshacer el nudo de la goma que sujetaba sus largos cabellos albinos. Una mano sujetó la suya.
—¡Oye..! —exclamó sorprendida ante la acción del rubio cenizo.
Y otra mano fue a parar a su cintura, atrayéndola cerca del masculino cuerpo del héroe alado.
Quien no había parado de sonreír y observar un lugar exacto entre su hombro y cuello.
—No lo tapes —murmuró con la voz aterciopelada que poseía, mientras que la mano que sostenía la de la albina, descendía hasta llegar a las rosadas mejillas de Shiro.
Quien agradecía en su mente que Tokoyami ya se hubiera retirado del lugar hace ya unos minutos.
Pues no quería causar al pobre menor algún trauma por culpa de aquel pájaro carnívoro.
—Keigo... —se preparó para replicar a su compañero mientras lo miraba de forma acusadora.
Pero toda queja o incluso pensamientos en su cabeza había sido destruidas.
—O tendré que morderte de nuevo...
Por aquella palabras del peligroso depredador
—Ahhh, lo logré —murmuró luego de un suspiro, mientras sus orbes plateados se posaban en el grupo de estudiantes que se encontraban en el medio del centro deportivo—. Llegue antes de que empezara.
Aki suspiró aliviada por haber llegado a tiempo, agradeció haber adelantado el entrenamiento con Tokoyami y así poder retirarse una hora antes de que comenzara el examen de licencia.
—El entrenamiento de hoy se hará en este centro deportivo —escuchó la voz del encargado del examen—. Soy Mera, estoy encantado de estar aquí.
La heroína decidió sentarse en uno de los últimos lugares, queriendo no llamar mucho la atención.
Pero no contaba con encontrarse con viejos conocidos.
—¿No sentamos adelante? —una voz conocida llamó su atención haciéndola voltear.
Mientras escuchaba a All Might responder, su mirada plateada se había quedado congelada en el tercer héroe que veía con ellos.
—Tsk... —no evitó en chasquear la lengua y fruncir las cejas al notar la presencia de su padre.
Trató de ignorar a los tres héroes veteranos pero, eso fue imposible luego de escuchar el adsurdo grito de su progenitor.
—¡Shouto! —gritó Endeavor con fuerza, mientras observaba al menor de sus hijos desde arriba—. ¡Tú no tropezaras aquí, muéstrales de que estás hecho!.
Luego de aquel grito los murmuros empezaron a aparecer.
—Es Endeavor...el héroe No.2, no, el No. 1.
—El que está a su lado es ... —habló otro estudiante al reconocer al anterior Símbolo de la Paz.
—¡All Might!.
El nombrado nervioso volteó hacia el pelirrojo con intención de quejarse por haber llamado mucho la atención.
—No interrumpan el inicio del examen...
Pero guardó silencio al oír la femenina voz a una distancia de ellos.
Tanto ambos rubios como el Todoroki voltearon al instante, encontrándose con la heroína invernal sentada.
—Shiro-shōnen —habló el héroe rubio mientras comenzaba a preocuparse por la situación que podría darse al estar ambos Todoroki en el mismo lugar.
Pero antes de volver a hablar, los alumnos volvieron a murmurar sorprendidos al notar a la heroína también en el lugar.
—¡También se encuentra la nueva héroe No. 3! ¡Shiro!.
—La Winter Heroine...¿También está aquí?..
Así siguieron hasta ser callados por el encargado del examen quien se propuso a empezar con su explicación.
Mientras que arriba en las gradas la tención aún seguía latente.
—All Might-san —lo saludo con educación la menor mientras que escuchaba las frases en inglés que el otro rubio soltaba sobre ella.
—¡The Ice queen is here, my former student! —la saludo Present Mic con una sonrisa y una pose de rock—. ¿Qué haces aquí, Ice queen?.
Aki sonrió divertida por el apodo que se le ocurría a su antiguo maestro, estaba acostumbrada pues la había llamado de aquella forma desde su estadía en la Yūei.
—Tiempo si verlo Present Mic-san —correspondió al saludo mientras éste se acercaba a ella y despeinada su cabellera con una sonrisa.
—¡Asi es, yeahh!...
Aquella plática tan natural no había sido desapercibido del hombre de kosei de fuego, quien observaba algo que desde hace más de una década no había visto, ni lograba recordar.
La sonrisa de su propia hija..
—¿Qué haces aquí? —salió de los labios de Enji de una forma acusadora, sin que él pudiera detenerlo.
Aquella frase fue lo que eliminó todo rastro de sonrisa y calidez en la joven heroína, quien sin mucha importancia se digno a observar a su padre.
—Estoy aquí por Shouto —se digno en responder mientras que tanto color turquesa como plateado no se despegaban entre si—. ¿Hay algún problema?.
Enji observó a su hija fijamente durante unos segundos, mientras que, sin poder evitarlo en su mente, aquel delicado rostro se volvía el de una pequeña niña de tan solo 7 u 8 años, con una larga cabellera, que hacía contraste con la pálida piel manchada con algunos moretones y con aquellos enormes ojos color plata.
Ojos que lo observaban con la misma intensidad y los mismo sentimientos que ahora.
Odio y decepción.
—No... —murmuró el héroe de flama mientras aún no podía sacarse aquella imagen de su mente, pero sin haber cambiado el gesto serio de su rostro—. No lo hay...
Fue lo único que respondió Endeavor antes de voltearse y bajar las escaleras para sentarse más cerca de donde se llevaba a cabo el entrenamiento.
—....
Aquella extraña respuesta había desencajado totalmente a la joven albina, quien sentía aún sus cejas más fruncidas por el enojo que estaba sintiendo al no comprender las acciones de su padre.
—Shiro-shōnen —la llamó Toshinori captando la incomodidad de la menor, quien había salido de su trance al oirlo—. ¿Te encuentras bien?.
Aki suspiró cerrando sus ojos luego del oír al antiguo Símbolo de la Paz preocupado por ella, asintiendo le regaló una diminuta sonrisa a ambos héroes rubios que no dejaban de observarla.
—No se preocupen All Might-san, Present Mic-san —habló con la común tranquilidad que la caracterizaba—. No pasa nada —respondió para no preocuparlos, mientras se despedía y volvía a su lugar alejada de ambos héroes.
Alejada de el hombre que alguna vez reconoció como su padre...
Y quien justo ahora, luego de muchos años.
Al parecer había decido tener un cambio de actitud hacia ella.
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