ᴄᴀᴛᴏʀᴄᴇ


—¿Acaso soy la única que está sintiendo algo aquí?

—Puede que así sea. Date cuenta Chaeyoung.

Estaba exahusta y pareciera que el peso de aquellas palabras me estaba ahogando, sí, ahí estaba la maldita culpa que había llegado a mi ser.

Me sentía completamente mal, con el recuerdo latente de la mirada tan triste que Chaeyoung nos había dirigido a Taehyung y a mí durante el poco tiempo que pasamos en aquella fiesta.

Tenía razón en estar molesta y odiarnos a muerte a ambos.

Un pequeño toque en la puerta me alertó y me hizo saber que no podría tener el tiempo suficiente con mis pensamientos otra vez.

Que alivio.

—¿Puedo pasar?

—Claro. ¡Adelante!—traté de sonar animada.

Mamá sólo me miró con una ceja alzada, pero no dijo nada.

Había regresado a vivir con ella después de no darle muchas vueltas al asunto, siendo por puro instinto. Cada vez que me sentía en peligro lo único que tenía que hacer era ir a los brazos de mamá y ella lo afrontaría sin esperar un por qué de mi forma de actuar. Por ello me encontraba hace unos meses o días (ya no lo sabía) en la puerta de su casa, con mi motocicleta en casa de una amiga y con el equipaje necesario como para dejar a Chaeyoung sin mi horrenda molestia en el departamento.

—Ese muchacho es muy amable, me alegro tanto por ti.—mamá habló en un intento de alivianar el ambiente, ya podía ver las oscuras nubes de humo embargar mi cabeza con rapidez—Mi pequeña Jisoo al fin irá a un baile de verdad.—se abanicó el rostro con una expresión dramática en la voz.

Claro, lo había olvidado.

Mi cara debió demostrar mi torpeza, pues ni siquiera pude hablar cuando ya estaba dándome su típica mirada de reproche.

—¿Cómo fuiste a olvidar algo tan importante? ¡¿En qué mundo vives Kim Jisoo?!—quise contestar que en un mundo de miseria por culpa de un jodido error, pero no pude.

Aquellas palabras no salían de mi boca.

—Sólo soy un poco torpe y despistada. ¿Okay?

—Umm, es lo que espero. ¡Ese tal Kim Taehyung te espera abajo! Debes escoger tu vestido ya o alguien puede robarte el lugar—me guiñó el ojo.

Dios, como si no lo supiera ya.

Suspiré y de pronto la ventana se me hizo más interesante que mi progenitora. Estaba agradecida con Taehyung por al menos querer acompañarme a ese tonto baile de graduación, después de que por mi culpa su mejor amiga estaba dolida por una supuesta traición.

Que vida tan de novela.

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