✏ Capítulo 25 ✉

¿Sabes lo frustrante que es sacar una nota esperando una carta de otra persona para que luego solo sea tu propia letra devolviéndote la mirada? Es un asco. Supongo que estarás enfermo, lo cual no creo que sea muy bueno para ti, pero piensa dónde me ha dejado a mí eso. Siento que no te encuentres bien. Espero que te mejores pronto.

Eh... Va, eso se parece más a una tortuga deforme o algo así, pero se supone que es un plato de sopa. Eso que parece la cabeza de la tortuga es una cuchara.
¿Lo ves ya? ¿No?
No volveré a intentar dibujar nada. Mis disculpas por hacerte pasar por esto cuando acabas de recuperarte de una enfermedad. Vale, una pregunta:
¿Qué música escuchas cuando estás enfermo? ¿Es diferente a la que escuchas normalmente?
Yo me pongo música sensible cuando estoy enfermo. No sé por qué, porque no me gusta ese tipo de música cuando estoy bien. A lo mejor es que me ayuda a regodearme un poco más en la miseria. Tenemos que pensar algunas canciones sensibles para que las escuchen nuestros fans cuando estén enfermos. Algo en plan...
Pensabas que me iba a sacar una letra de la manga, ¿verdad?
He aprendido la lección. No lo haré. ¿Qué tal te va en casa?

Cerré los ojos.

No iba a contestar.

No iba a hacerlo.

Las cartas eran de Tae Hyung.

Él me odiaba.

Y yo lo odiaba a él.

Doblé la carta y la puse en su sitio.

Si dejaba de escribir, él acabaría parando.

También tenía que dejar de leerlas.

Debía hacerlo.

No era justo dejar de escribir las cartas, pero seguir leyéndolas.

Leerlas, a pesar de que sabía quién las había escrito, seguía emocionándome.

Seguía haciéndome asentir con la cabeza cuando estaba de acuerdo y sonreír cuando me hacían gracia.

No quería sentirme identificado con Kim.

No quería que me hiciera gracia.

Yo conocía su otra faceta y no me importaba por qué se comportaba como lo hacía en público.

Ya era bastante mayor para no tratar a la gente como si fuera basura, independientemente de cómo lo hubieran tratado a él su padre y su padrastro.

Y yo ya era bastante mayor para ser honesto y decirle que no podía seguir escribiéndole.

Saqué las dos cartas que había debajo de la mesa, las dejé caer en mi mochila y me quedé mirando el folio en blanco que tenía delante.

No quería ser malo.

No quería humillarlo ni nada, aunque eso fuera precisamente lo que a él le gustaba hacerme a mí.

Yo no iba a caer tan bajo.

No estaba enfermo, pero gracias de todas maneras por el cuenco tortuguil. Lo has dibujado tan mal que casi cruza la línea que lo convertiría de nuevo en arte. Casi. He tenido un par de días malos.

Los ojos me escocían por las lágrimas mientras escribía la última frase.

Quería decirle todo lo que había pasado.

Quería decirle:

«Primero me enteré de que tú eras tú, luego mi hermano me rompió la única cosa que me habría ayudado a sobrellevar ese hecho, y luego mi mejor amigo y yo tuvimos la pelea más terrible por la que hemos pasado hasta la fecha, así que ni siquiera él puede ayudarme a superar todo esto», pero no podía.

Me pregunté qué consejos me daría para lo de mi hermano, para lo de SeokJin.

Era Kim Tae Hyung:

Él tenía millones de amigos.

Refuerzos para los refuerzos.

Jin era mi único amigo...

Me he peleado con mi mejor amigo. Además, mi hermano pequeño ha roto una cosa que era muy importante para mí. Algo que no puedo sustituir. Y estaba tan enfadado que, cuando ha intentado abrazarme esta mañana para pedirme perdón, le he dado la espalda. Y me odio por ello, pero sigo enfadado.

Esta vez se me cayó una lágrima y me la sequé rápidamente.

Seguía sintiéndome culpable por haberle dado la espalda a Yugyeom aquella mañana.

Parecía que estaba muy triste, y yo no podía dejar a un lado mi enfado para consolarlo.

Y yo no creía que eso fuera mi deber, aunque era obvio que mi madre sí, a juzgar por la mirada que me lanzó.

Ese niño se salía siempre con la suya.

Quizá le hiciera falta aprender que no todo se puede arreglar con un abrazo.

¿Ven?

Ahí estaba de nuevo, intentando justificarme por cómo me había comportado aquella mañana.

Pero luego pienso:

Solo es una cosa, ¿no?

Y mi hermano es una persona.

Una cosa no es más importante que una persona...

Y tú, Kim Tae Hyung, no eres más importante que mi amistad.

Y te odio todavía más por interponerte entre nosotros.

Eso es lo que debería haber escrito.

Pero no lo hice.

Terminé con:

Pero bueno, no estaba enfermo.

Esa no era la nota que había decidido escribir.

Se suponía que la nota que había decidido escribir iba a incluir las palabras:

«Ya no voy a escribirte más»

Esta no las incluía por ninguna parte.

¿Por qué la estaba doblando y metiendo en su sitio, entonces?

Solo necesitaba una más.

La última carta.

Luego acabaría con ello oficialmente.

Al menos eso fue lo que me dije en ese momento...

[🥀]

Debía hablar con SeokJin.

Podíamos arreglarlo; solo teníamos que hablar más detenidamente sobre ello.

Me había ido demasiado pronto el día anterior y no había reconocido mi responsabilidad en nada.

Me di cuenta de ello al salir de Química.

Solo necesitaba decirle a Jin que sentía haber causado su ruptura con Kim porque por entonces era demasiado inmaduro como para lidiar con él (y quizá siguiera siéndolo) y que él tenía derecho a no querer que yo le escribiera.

Esperaba que admitirlo lo arreglara todo.

Solo que Jin no estaba esperando en el lugar donde nos sentábamos a comer normalmente.

Tampoco me respondía a los mensajes.

No le encontraba por ninguna parte.

Lo más seguro era que me estuviese dando espacio.

Me acerqué a un puesto de comida.

Iba a comprar algo y a buscar un lugar tranquilo en la biblioteca para comer y pensar.

Kai estaba apoyado contra un árbol a mi derecha, así que doblé por la izquierda y tomé el camino largo.

Me daba la sensación de que Jong-In solo había salido conmigo para hacerle algún favor a SeokJin.

Para alejarme de «la alternativa»

Yo no necesitaba que salieran conmigo por pena.

Había tres colas en el puesto de los sándwiches y yo escogí la menos adecuada.

Al principio no lo sabía, pero, después de unos minutos, Tae Hyung, Mingyu y compañía se pusieron en la fila justo detrás de mí.

Quería irme, pero habría sido demasiado obvio...

Y de débiles.

Saqué el móvil e hice como que estaba leyendo mensajes.

Escuché una voz detrás de mí.

— Bonitos shorts.

Era Mingyu.

Sabía que se refería a los míos.

Eran unos vaqueros que había recortado y a los que había cosido unos parches.

No quería girarme y reconocer que estaba hablando de mí, pero, cuando Kim se rió, un torrente de furia me hizo darme la vuelta.

Tae Hyung había rodeado a Gyu con el brazo, no como otras veces en las que los había visto juntos y era él quien que se arrimaba al idiota ese.

Me pregunté qué había cambiado.

Lo miré fijamente a los ojos, como si hubiera sido él quien había hecho el comentario, y dije:

— Perdona, ¿qué has dicho? No hablo el idioma de los imbéciles.

Ni se inmutó, solo ladeó la cabeza y dijo:

— Y yo que pensaba que lo dominabas.

No debería haberme dolido.

Estaba acostumbrado.

Había oído cosas mucho peores.

Pero me dolió, sí, y no quería que se diera cuenta.

Me salí de la fila sin saber muy bien adónde iba y vi a Yoongi sentado con sus amigos, escuchando música.

Presente, pero a la vez no.

Caminé hacia él con determinación.

Cuando lo tuve delante, le tiré del cable de los auriculares.

Se le cayeron al regazo y me miró, sorprendido.

— ¿Quieres que hagamos algo? —le solté.

— ¿Qué? ¿Ahora?

— No. El viernes... Este viernes. Pasado mañana. Hay un concierto en la sala light de Gangnam. Va a tocar un grupo nuevo. ¿Quieres venir conmigo?

Ya me estaban entrando los nervios, anulando toda la valentía que me había impulsado a ir hasta allí.

Todos los amigos de Yoongi se habían quedado callados y me estaban mirando.

Él me estaba mirando.

— Sí, claro —dijo.

— ¿Sí?

— Sí, voy contigo. ¿Quedamos allí a las ocho?

— Vale, el viernes a las ocho.

Conseguí no soltar ningún gritito de alegría ni saltar de emoción mientras me alejaba de él.

[🥀]
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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆

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