✏ Capítulo 13 ✉
Antes, Química era la clase que se me hacía cuesta arriba.
Ahora era la clase a la que no podía esperar para ir.
El lunes parecía extenderse hasta el infinito.
Matemáticas no fue nada menos que una tortura; Redacción, que era mi clase favorita de todos los tiempos, me resultó lenta, y en Lengua, la señorita Gong decidió que debíamos dedicar toda la hora a leer Romeo y Julieta en voz alta imitando el acento inglés.
Unos pocos estudiantes de teatro fueron los únicos que hicieron la cosa medio entretenida.
El resto la destrozamos.
Quedaban dos clases más para poder leer la nueva nota de aquel día.
Durante la cuarta hora, trabajé como ayudante de oficina; un puesto muy codiciado que por lo general solo ocupaban los alumnos de último curso.
Consistía básicamente en tareas que no servían para mucho, pero que me mantenían ocupado, y en no hacer deberes.
No era la más noble de las optativas, pero una clase libre era una clase libre, y ayudar a la señora Chang no estaba tan mal.
Me estaba dirigiendo hacia la oficina por los pasillos llenos de gente cuando vi a Yoongi delante de mí.
Era varios centímetros más alto que todos los que estaban a su alrededor.
Dobló la esquina al final del pasillo.
Yo la doblé también.
Era el momento de decirle algo...
Lo que fuera.
En cuanto tomé la decisión, mi corazón empezó a latir más deprisa.
«No pasa nada —me dije— Tú solo di hola, asegúrate de que sabe que existes»
No sería tan difícil.
«Hola», era una palabra inofensiva.
Yoongi empujó la puerta que había a su derecha para abrirla, y yo casi entré detrás de él, hasta que se cerró y vi el símbolo azul de un hombre sobre su superficie.
Casi me planto en el baño.
Por lo visto, ahora era un acosador.
Volví sobre mis pasos y me topé con SeokJin, lo cual fue un alivio.
Necesitaba una charla terapéutica o, al menos, un sermón acerca de por qué seguir a los chicos en silencio daba muy mal aspecto.
Solo que Jin no iba solo.
Había un chico junto a él:
Jong-In.
SeokJin me sonrió entusiasmado.
Suspiré.
¿En serio íbamos a rodar una segunda toma?
Mi mejor amigo no sabía rendirse.
— ¡Kookie! —dijo Jin con voz de falsa inocencia— Mira a quién me he encontrado.
— Hola —dije yo.
— Buenas —contestó Kai con las manos en los bolsillos— ¿Qué tal?
— Bastante bien. ¿Pudiste limpiar todo el pis del calcetín?
— Lo tiré.
— Ah. Es otra solución.
Un poco demasiado drástica, en mi opinión, pero quizás oliese peor de lo que yo había imaginado.
Miré a SeokJin.
Tenía una sonrisa en la cara, como si estuviera siendo testigo de la escena más adorable que había visto en su vida.
Mi mejor amigo era un Cupido terrible.
Yo esperaba que no hubiera puesto toda su ilusión en dedicarse a ello profesionalmente.
— No pretendía darle una patada, por cierto —añadió Jong-In, mirando al suelo— Al conejo, digo. Es que... No me lo esperaba.
Sonreí.
— Mi hermano se sentirá mejor cuando se lo diga. Aunque quizá deberías evitarlo durante un tiempo. A mi hermano, digo. Ah, y al conejo, supongo.
Ni que Kai quisiera volver a pisar mi casa de locos en su vida.
— Es broma —aclaró Jin.
— Sí. Eso.
Seguro que había sonado cruel.
Me alegré de que mi amigo entendiera mi sentido del humor para que pudiera traducirme.
— Y... Bueno, lo del trabajo de Química —dijo Jong-In, volviéndose hacia SeokJin.
Me di cuenta de que probablemente habían empezado hablando de eso y Jin había conseguido así que él chico lo siguiera hasta donde estábamos.
— Puedo ayudarte con él. Koo y yo quedamos en la biblioteca los miércoles después de clase para estudiar Química —dijo SeokJin.
Desde luego que no nos quedábamos.
— ¿Por qué no vienes esta semana? —añadió.
— Vale.
Kai sonrió un poco y yo me relajé.
A lo mejor solo era tímido y se sentía incómodo.
Podía entenderlo y ponerme en el lugar del pobre chavo.
Podíamos ser amigos.
Quizá su verdadera personalidad afloraría después de algunas conversaciones más.
— El señor Lee va a acabar conmigo.
— Conmigo también —dije— ¿Van juntos a Química?
Miré a Jong-In y luego a SeokJin.
— No —dijo Jin— Yo la tengo a cuarta hora y Kai, a segunda.
— Yo, a sexta —dije, casi para mí mismo.
Cada uno estábamos en una de las tres clases de Química de tercero.
Las tres únicas que había.
Así que mi misterioso amigo por correspondencia estaba en alguna de las suyas.
Uno de ellos tenía que saber exactamente quién se sentaba en mi sitio.
Lo único que tenía que hacer era abrir la boca y preguntar...
Y arruinarme la clase de Química para siempre.
Aquello era lo único que había estado esperando con ganas durante la última semana y media.
No iba a estropearlo con mi curiosidad.
Ya le había dicho a SeokJin que no quería saber quién era mi amigo por correspondencia.
Y era verdad.
Entonces sonó el segundo timbre.
Kai, SeokJin y yo nos marchamos en direcciones distintas.
Sonreí mientras me apresuraba para llegar a la oficina central.
Ya quedaba menos para la clase de Química.
[🥀]
Ya no tenía que mirar debajo de la mesa para encontrar la nota.
Mi mano fue directa hacia ella.
Me había hecho un experto en abrirla sin hacer ruido y colocarla bajo mi única hoja de papel.
Dudaba que Eun Woo supiera qué estaba haciendo.
Contuve la respiración y leí:
La cuarta canción también es mi favorita. Y la octava de Blue también es increíble. Tenías razón, no es para nada deprimente (no lo digo solo porque el guitarrista cool de mi nueva banda imaginaria diga que es al que más le gusta). Por cierto, no toco la guitarra, así que nadie intentará robarte los solos. Entonces es oficial, ¿no? Ahora necesitamos un nombre para el grupo. Algo empalagoso, como Rainbows & Roses. Y luego, el tono de todas nuestras canciones sería de ira. Eso crearía un buen contraste. Yo tengo mucho material para eso ahora mismo: Un padrastro terrible, una madre distante y un padre ausente. Está de miedo, ¿eh? Mira, a ver si se me ocurre un buen primer verso...
Los padres (una pausa en la letra para que hagas un dramático solo de guitarra) son (pausa para un solo de batería) un rollo.
Hum... Bueno, a lo mejor tampoco debería ser el letrista. Mis habilidades musicales no valen para un grupo. ¿Dónde me deja eso? Puedo quedarme en el fondo y bailar. Ah, otra cosa, si el señor Lee me atrapa escribiéndote esta carta, me comprometo a metérmela en la boca y a tragármela. Espero poder contar con que tú harías lo mismo.
Sonreí.
Después de tanta expectación durante el fin de semana y de haber estado esperándola durante toda la mañana, me preocupaba que la carta pudiera decepcionarme.
No lo hizo.
Era adorable, graciosa y un poco triste.
Ojalá hubiera algo que pudiera hacer para que se sintiera mejor sobre la parte triste.
Saqué un folio en blanco, porque ahora estábamos contándonos cosas más personales y no quería que nadie se encontrara una conversación larga debajo de la mesa.
Si alguien nos descubría, cuanto menos material tuviera, mejor.
¿Ya hemos llegado al nivel de compromiso de tragar papel por el otro? Creo que vas un poco rápido para mí. Y sí, habría que trabajar tus letras un poco más. ¿Cuáles son esas otras habilidades musicales que has mencionado? A lo mejor podemos apaoyarnos con ellas. Ese material viene de lujo para escribir letras. Nos saldrá una canción estupenda. Sacar provecho de tus desgracias es genial, ¿verdad? Pero, en serio, lo siento. No sé si puedo ayudar mucho, pero no dudes en desahogarte conmigo. Se me da bien escuchar. Especialmente en las cartas, porque no me queda otra. ¿Quieres escuchar una desgracia? Mi mejor amigo llevó a un chico a mi casa, como organizándome una cita, y él básicamente huyó despavorido. Así de loca está mi familia. ¿Acaso la tuya ha logrado semejante hazaña? Lo dudo.
No estaba seguro de que restarle importancia a la situación fuera lo mejor, pero parecía ser el tipo de persona que apreciaba el humor.
Y quitarme de encima la frustración del fin de semana me sentó bien.
No podía desahogarme con SeokJin, porque sabía que me diría que no pasaba nada y que nadie pensaba que mi familia estuviera loca, aunque yo estaba seguro de que sí.
Doblé la carta y la puse con cuidado en su sitio.
Ahora tenía que esperar veinticuatro horas para recibir la respuesta.
Aquello era mucho menos gratificante que mandar mensajes por el móvil.
No, no es verdad.
Algo tenían el secretismo, la anticipación y la posibilidad de que nos pillaran que lo hacía mucho más emocionante que los mensajes.
[🥀]
Al día siguiente, estaba igual de emocionado cuando saqué su respuesta de debajo de la mesa.
No, no puedo decir que mi familia haya conseguido nunca que alguien huya despavorido. Para eso tendrían que estar implicados de verdad en algún aspecto de mi vida. Mis padres se divorciaron hace siete años y mi padre se fue de casa. Se fue para alejarse de mi madre y de mí. Si ella no hubiera mencionado un par de veces adónde se había mudado, yo no tendría ni idea. Además, puede que esté saliendo con una chica cuatro años mayor que yo, y solo lo sé porque mi madre lo gritó mientras hablaba por teléfono hace cosa de un año. Creo que ella volvió a casarse para fastidiar a mi padre, porque no hay forma humana de que le guste el cretino con el que se ha casado. Es imposible de impresionar. Todo tiene que ser más y mejor y perfecto para él. ¿Qué tal el desahogo? Recuerda:
Tú me lo has pedido. Aunque no sé si me trago eso de que «se te da bien escuchar porque es una carta» Técnicamente, puedes saltártelo, ir directamente al final y fingir que lo has leído. ¿Es eso lo que has hecho? Mira, voy a darte unas palabras clave para que puedas inventarte una respuesta:
Zona de amortiguamiento que abarca cinco estados, hombre asaltacunas, matrimonio sin amor (parecen letras de canciones. Mira, voy mejorando. Vuelvo a ser candidato a letrista). Iba a llamarlo solo «asaltacunas», pero quería dejar claro que era mi padre, no mi madre. ¿Hay alguna palabra para designar a los hombres de más de cincuenta años que salen con chicas que son prácticamente adolescentes?
Me tapé la sonrisa para que Eun Woo no se diera cuenta.
Mi amigo por correspondencia tenía la habilidad de hacer que hasta las cosas más tristes sonaran graciosas.
Levanté la vista hacia el señor Lee.
Tenía que prestar atención durante cinco minutos antes de poder contestar.
Era mi método para guardar el secreto:
Escuchar, escribir, escuchar, escribir...
Creo que se llaman «pervertidos». Y lo siento. Ojalá fuera algo más que una persona que sabe escuchar y que lee las cartas enteras en lugar de solo las partes importantes. Ojalá tuviera algún consejo increíble que darte sobre cómo las dificultades te hacen más fuerte, te forjan el carácter o algo así, pero sé que eso no ayuda. Así que, si quieres algún consejo, tendrás que buscarte a otra pintamesas. Yo solo haré el tonto contigo. Me sorprende que hayas conservado el sentido del humor después de todo eso. No has dejado que te amargue ni que te enfurezca. ¿O sí? ¿Vas por ahí dándoles puñetazos a las taquillas o patadas a los animalitos? ¿O escribiendo canciones en tono de ira (en serio)? Así es como empezamos a hablar de esto, ¿no?
¡Vamos a aprovechar las injusticias que sufres para escribir unas canciones geniales!
Vale, pues la primera se puede titular "Abandonado" A ver si se me ocurre cómo podemos meter las palabras «hombre asaltacunas» en ella.
Esperaba que le pareciera bien que yo también intentara bromear con sus desgracias, porque, antes de escribir la última frase, me había quedado mirando el título de la canción durante unos minutos.
Abandonado.
El título que representaba a su padre abandonándolo sin mirar atrás.
Se me formó un nudo en el estómago y tuve que deshacerlo.
Doblé la carta y la metí debajo de la mesa.
[🥀]
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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆
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