𝟎𝟑

El día se encontraba brillante, con el sol en lo alto dando caricias al día con sus cálidos rayos de luz, mientras la brisa danzaba con las flores primaverales del mes de abril.

-¿Y Mirio?.

Ya había pasado el turno de las mañana y ahora los estudiantes de la U.A. se dirigían a la cafetería para poder recobrar energías y así, seguir con sus clases de turno tarde, especialmente los del departamento de héroes.

-¡Ohh! ¡Yo..yo sé! -habló la joven Hado alzando una mano para que se lo preguntara a ella.

Futōmeina, quien había hecho la pregunta sonrió divertida y le repitió la pregunta mientras que, el joven de orejas puntiagudas también esperaba curioso por la respuesta.

Pues al salir de clases, el joven rubio había salido disparado solo llegando a despedirse de la peliceleste pues sus otros dos amigos no llegaron a escucharlo.

-¡Dijo que ya había quedado con alguien más para almorzar! -respondió con emoción por saber la respuesta.

Esa frase había sorprendido a la pareja, mientras se preguntaban con quien había quedado, los tres amigos decidieron dirigirse a la cafetería para almorzar

-¿Aizawa-sensei llevará a la clase 1-A a la U.S.J? -preguntó la curiosa joven de orbes celestes como el claro cielo, mientras ella y sus dos amigos se encontraban disfrutando de su almuerzo.

La Luna solo pudo asentir mientras daba un bocado a su comida.

-¡Ahhh, me acuerdo nuestro primer año! -murmuró Nejire con una sonrisa-. Ahí fue cuando conocimos a Hajirai-chan -dijo lo último con una gran sonrisa, al ver el rostro avergonzado de la albina, justo lo que significa aquella palabra.

-¡Ne..Nejire, dijiste que no...volverías a llamarme así! -se quejó aún más avergonzada al ver como su novio volteaba el rostro y con un brazo se cubría el rostro tratando de ocultar su sonrojo.

Pero lo que no sabía, era que Tamaki había hecho tal acción, para ocultar lo nervioso que se había puesto al ver lo linda que se veía la pequeña Luna con las mejillas sonrojadas y la mirada avergonzada.

-¡Pero si te queda bien Fumei-chan! -rió su mejor amiga mientras la abrazaba escuchando como la de ojos de luna se quejaba y ocultaba su rostro entre sus brazos.

Quizás si había cambiado durante los dos años que habían estado juntos, pero eso no le quitaba la timidez.

-¿All Might-sensei, también irá? -preguntó está vez Amajiki a su pareja luego de que su amiga dejará de llamarle por ese apodo.

-Eso dijo mi papá -respondió ella también curiosa.

No sabía porque tenía un leve sabor amargo en su garganta, como si algo malo sucedería en un corto tiempo.

-A pesar de que el Símbolo de la Paz se ha unido como profesor al comienzo del año, aún no he podido verlo -habló Nejire captando la atención de la albina, quien decidió ignorar aquella extraña sensación y seguir con la conversación con sus amigos.

Ojala no lo hubiera hecho.

-Solo sé que ha tenido una clase con los del primer año -respondió con calma.

Mientras oía las quejas de su mejor amiga diciendo que también quería tener clases con el Héroe No. 1.

Pasando así la hora del almuerzo.

-¡Se encuentran en la parte este!.

En medio del Territorio Beta de la Yūei, la clase 3-A se encontraba en medio de su clase con su docente encargado, el héroe vaquero Snipe.

-¡Metal, Poison ustedes detengan a los villanos de la parte sur! -habló el presidente de la clase mientras sus orbes de atardecer brillaban al estar utilizando su kosei-. Los villanos se encuentran esparcidos, la mayor cantidad en la parte oeste, la mayoría los interceptara.

Decía mientras los demás se empezaban a mover sin siquiera dudarlo.

Uteki había mejorado mucho luego de su pasantía con No. 13, volviéndose especializado para los rescates y guía de personas.

-¡World Watcher! -habló su amigo cantaño llamándolo por su nombre de héroe-. ¡Los rehenes!.

Kotaro se acercó corriendo seguido por algunos compañeros de kosei no buenos para batalla pero si para rescates y sanación.

-Llevenlos a la instalación que hemos preparado -habló mientras los demás asentía y con cuidado llevaban a los heridos-. Esto cada vez es más complicado -suspiró en la última frase.

El castaño lo observó, comprendiendo sus palabras.

Aquel entrenamiento era sumamente cercano a una situación real de un ataque villano y captura de rehenes.

-El tercer año no es nada sencillo -habló Visión divertido mientras observaba la sería actitud de su amigo de infancia.

Era sorprendente como en los dos años había crecido como héroe, convirtiéndose en alguien capaz de actuar y pensar un plan para la protección de los demás, se había vuelto meticuloso y un buen líder cuando era necesario.

Llegando a ganar la confianza de todos sus compañeros de clase.

-Kyōfū -lo llamó, notando como aquellos orbes de tonos naranjas como el cálido atardecer se posaban en el con curiosidad.

Ocasionando que un pequeño recuerdo llegará a la mente del castaño, mientras esté sonreía y negaba con la cabeza.

Sin dudas...

-No es nada, iré a ayudar a los demás -dijo y con una divertida sonrisa que lo caracterizaba se alejó de su mejor amigo.

Ya no era aquel pequeño niño de grandes gafas que siempre estaba temeroso del mundo.

-¡Nejire-chan, Eclipse-san los escombros! -habló una compañera mientras veía como los que actuaban de villanos destruían algunos edificios para detener a los héroes.

-¡Nosotros nos encargamos! -contestó Tsuki mientras corría por los techos de los edificios viendo como su mejor amiga volaba cerca suyo-. ¡Ahora Nejire-chan! -exclamó mientras llegaba al final de uno de los techos .

La nombrada sonrió y elevándose extendió sus dos brazos mientras dejaba abiertas las manos.

-¡Entendido Fumei-chan! -dijo con una sonrisa mientras su Kosei comenzaba a manifestarse también en sus manos-. ¡45%! -dijo y la energía en forma de espiral salió de sus palmas, chocando contra los enormes pedazos de concreto.

-¡Todo tuyo Fumei-chan! -exclamó.

Al ver los escombros ya más pequeños seguían cayendo, la albina no dudó en utilizar su kosei y rodear todos los pedazos para evitar que se estrellen contra el suelo.

La energía lunar que absorbía de la luna, Tsuki podía modificar su forma y utilizarla para su conveniencia, desde crear un potente ataque, como rodear objetos con ella y moverlos como quiera mientras estén cubiertos por dicha energía

-Todo listo -murmuró mientras se encontraba deshaciéndose de los escombros pero un grito de uno de sus compañeros la alertó

-¡Futōmeina-san, cuidado!.

Pero ya había sido tarde, pues el edificio en donde la albina se encontraba había sido derrumbado por unos villanos.

Al estar aún ocupada levitando los escombros para que no caigan sobre sus compañeros, la aspirante a heroína no pudo reaccionar a tiempo y tan solo pudo caer del lugar.

-¡Tsuki-chan! -gritó su rubio amigo, quien se encontraba lejos ocupándose de otros enemigos.

Nejire al ver a su amiga en apuros se dispuso en ir hacia a ella y sostenerla.

Pero alguien se le había adelantado.

La luna que había tratado de pensar como amortiguar su caída, dejó esos pensamientos de lado al sentir como un brazo la pegaba a un fuerte cuerpo y la sostenía.

-¡Takami! -habló al verlo junto a ella y ver como la joven Noche había ido a su ayuda, mientras que, con ayuda de su Kosei convertía su brazo libre en un tentáculo para sostenerse de alumbrado público hasta quedar a una corta distancia del suelo.

Había tenido suerte en haber llegado a tiempo y que la albina se encontrara no tan alto, para si poder ayudarla.

En el momento en que ambos tocaron el suelo el joven había desactivado su Kosei.

Y había rodeado con ambos brazos a su querida novia.

-¿Tamaki? -habló sorprendida por tal acción, ya que el joven era muy tímido para ese tipo de afecto.

Pero lo que no sabía era que la Noche había tenido un pequeño temor de volver a fallar.

Y no poder ayudarla como hace dos años no lo había hecho.

-¿Estás bien? -preguntó Amajiki apartándose de la albina, mientras que un sonrojo cubría poco a poco su rostro.

Pero esta vez, si había hecho.

Tsuki sonrió con calidez mientras le afirmaba que estaba bien con la cabeza, mientras se separaba no sin antes depositar un rápido beso en la mejilla del pelinegro, quien estuvo a punto de dejar de funcionar.

Si no hubiera sido interrumpido por uno de sus compañeros.

-Muy romántico y todo, pero necesitamos ayuda en esta parte Tamaki-san, Futōmeina-san -dijo divertido mientras la mayoría reía por el color tomate que había cubierto los rostros de los nombrados hasta sus orejas.

Mientras que, la pareja avergonzada seguía con la clase de ese día.

Sin notar que una mirada tan dorada como los rayos del sol había presenciado todo ese acto de cariño.

-¡Ahhh, estoy agotada! -se quejó la joven Hado mientras se estiraba y seguía caminando hacia la salida de la academia juntos sus amigos.

El rubio río dándole la razón.

-El tercer año es mucho más abrumador que los anteriores -sonrió un poco, mientras llevaba una mano a su nuca y soltaba un suspiro.

-Ahora que te escucho hablar -habló rápido Nejire, mientras se acercaba a su amigo con una mirada curiosa que significa peligro para él-. ¿Con quien estuviste en la hora del almuerzo?. Ne..ne ¿era esa chica? -comenzó a soltar un montón de preguntas mientras que, ponía cada vez más nervioso al rubio.

-Yo...¡No se de qué estás hablando! -la esquivó y siguió caminando mientras su amiga lo seguía divertida por las expresiones que el de ojos azules ponía.

Mientras que, detrás de ellos la Noche y la Luna caminan con calma, con el lazo de sus manos unidas.

-¿Me acompañaras a la estación? -preguntó Tsuki a su pareja con una tímida sonrisa.

Mientras sentía como este entrelazaba de una forma sutil sus dedos.

-Po..por supuesto -respondió Tamaki con la timidez que lo caracterizaba.

Mientras ambos se regalaban una cálida sonrisa y miradas.

Pero todo aquel momento de tono rosa se evaporaba por alguien llamando a la albina.

-Tsuki-chan, espera un momento little moon -la llamó su tío acercándose a ambos con pasos algo apresurados y sin su común actitud energética.

La nombrada observó extaña al héroe sónico y separándose de Amajiki se acercó a él con curiosidad.

-¿Que sucede Hizashi-san? -lo llamó por su nombre, notando como esté sonreía un poco.

-Veras ... -murmuró el rubio buscando las palabras correctas para no asustarla.

Tsuki frunció el ceño algo preocupada por la actitud de su tío, y empezando a sospechar que tenía algo que ver con su padre.

-Hizashi-san... -no pudo terminar de hablar pues el rubio la interrumpió.

-Tu padre ...se encuentra en el hospital en éste momento -dijo nervioso por la reacción de la joven estudiante-. Se encuentra herido por haber enfrentado a un grupo de villanos que atacó la U. S. J.

Esa palabras fueron lo suficiente para acabar con todo su brillo.

Y dejar en la oscuridad.

A la pequeña Luna.

Nota de la Autora:
Hola, disculpen la tardanza!.

¡Al fin pude publicar el especial de 1K de votos, gracias por eso!.

¡Espero que disfruten del capítulo y gracias por leer!

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