𝟏𝟐 ☾
—Hoy empiezan los examen prácticos.
Esa fue la frase que daba terror a todos los alumnos aspirantes a héroes de la Academia U. A.
La clase 1-A se encontraban con los nervios de punta, aquel sería el último examen del año. Y la decisiva para pasar al siguiente año.
—Como verán el examen práctico abarca el 60% de la puntuación —explicaba Aizawa de forma monótona—. Así que para los que han rendido la parte teórica de forma no tan buena —dijo observando a algunos alumnos con su ojos rojos, lo que significaba la activación de su kosei—. Tendrán una buena oportunidad para salvar el año.
La albina notó a algunos compañeros juntar sus manos y ponerse a orar, mientras que otros agachaban la cabeza ya rindiendose.
—Ahora vayan por sus trajes de héroes, y diríjanse al Territorio Beta —dijo el héroe profesional—. Al estar todos allí les diré de que trata la prueba. Pueden retirarse
—¡Que emoción!. ¡Que emoción! —decía de forma repetida Nejire mientras se colocaba su traje sin dejar de dar pequeños saltitos—. ¿De qué crees que tratará?. ¿Será rescate y captura?. ¿O batallas de Kosei? —dijo observando a Tsuki cambiarse su uniforme por su traje—. ¡Ahh, que curiosidad!.
La albina tan solo sonrió divertida por la actitud curiosa de su amiga, luego tomó su capa de color azul marino para colocarsela y así terminar de ponerse su traje.
—No lo se Nejire-chan, creo...que quizás sea algo como el examen de admisión —respondió Futōmeina mientras ayudaba a su compañera con su largo cabello color cielo—. Segundo he oído, fue con villanos falsos.
—¿Tú no estuviste en el examen Tsuki-chan? —la tierna estudiante llevó su cabeza hacia atrás para poder verla con sus enormes ojos celestes.
La de cabellos corto hasta los hombros negó.
—Ingrese a la Yūei por recomendación —explicó el motivo con simpleza.
—¿Por recomendación? —preguntó con sorpresa—. ¿Quién fue el héroe que te recomendó?.
—Fue...—guardo silencio un tiempo y luego una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios—. Fue mi padre, Eraserhead —dijo de forma cálida sin borrar aquella sonrisa.
Al hablar en tono normal algunos alumnos habían oído aquello, sorprendiendose de tan impactante noticia. Pues nunca se habían imaginado que la Luna fuera hija del amargado profesor.
Aunque sí los veías bien, te podías imaginar a la luna con la noche. Padre e hija.
—Aizawa-sensei ehh —sonrió Hado con ternura y ella le correspondió.
—Mirio... —Amajiki lo busca en los vestidores mientras tenía su capa blanca en sus manos, al ya no encontrarlo decidió salir aún sin vestirse completamente.
Salió del probador y siguió buscando al rubio que al parecer se lo había tragado la tierra.
—¿Habrá ido con Tsuki-chan? —se detuvo al darse cuanta de su pensamiento, sintió su cara volverse rojo—. Que....no debo pensar eso,....y si es así...no debe importarme. Si ellos están... —no terminó aquella idea que lo hacía sentir desanimado, pues sintió un estirón de su traje.
Volteó y se topó con una brillante mirada muy cerca de su rostro. La muchacha y el joven al darse cuenta de la cercanía, de un salto la eliminaron.
Con sus rostros ardiendo y la pulsación aumentada apartaron la mirada avergonzados.
—Lo....siento Tamaki-kun —habló Futōmeina en tratamudeos.
El nombrado la observó, hace cuanto ya no la oía ponerse nerviosa, se dio cuenta de que no había compartido tiempo con ella desde hace algunos días. Pues su Sol estaba cada vez más presente en su vida.
Aquello lo hizo sentir desanimado, pues no había dado tiempo para sus amigos.
—¿Tamaki...te encuentras bien? —volvió a hablar la albina ya logrando disminuir el sonrojo de sus mejillas.
El de tímida actitud la observó con detenimiento, sus mejillas pinceladas de un claro rosa que la hacían ver más tierna, sus ojos que brillaban por los pequeños reflejos de la luz, pequeña nariz recta y curiosa. Su cabello blanquecino con mechones grises callendo como cascada de plata sobre sus hombros. Y por último sus labios aterciopelados y camesines. Que parecían tan delicados que...
—¡Tamaki!..
El estudiante abrió los ojos de sorpresa sufriendo un pequeño ataque de susto al oír su nombre de forma brusca.
—Si... —fue lo único que logró decir, pues sus ataque de nerviosismo aumentaron considerablemente al recordar la forma detallada en que había descrito a la albina en sus pensamientos.
—¿Te...encuentras bien? —volvió a repetir esta vez con gesto de preocupación en su rostro.
—Si...lo...lo estoy —dijo controlandose y viéndola de reojo—. ¿Has visto a Mirio?. Lo he estado...buscando desde hace rato.
—Lo he visto...hace unos minutos —respondió ella, pero calló al notar que el chico aún no terminaba de prepararse para el examen.
Acercándose un poco más a él, quizás causándole otro ataque de corazón al pobre chico. Sujetó la capa del futuro héroe en sus manos y luego levantó la mirada para verlo a los ojos, pues la altura entre ambos era muy diferente.
—¿Te...te ayudo? —dijo con una cálida sonrisa mientras sostenía la prenda por la parte de la capucha blanca, esperando la aprobación del otro.
—De...de acuerdo —soltó en un bajo susurró y se agachó unos cuantos centímetros para que ella pudiera alcanzarlo con facilidad.
Tamaki no pudo evitar sonreír de manera diminuta, al presenciar un pequeño puchero en la albina, quien sin darse cuenta había hecho un gesto de reproche al verlo agacharse para que ella pudiera llegar a su altura.
—Que tierna... —pensó al verla tan concentrada en sujetar de forma adecuada su capa y colocarsela.
Aquel pensamiento no fue hecho inconsciente, sino claramente por el joven de cabello alborotado.
—Mirio-kun fue al Territorio Beta —escuchó a la albina hablar mientras le colocaba por su cabeza la capa blanca—. Nejire y yo nos encontramos con él por el camino —dijo y liberó sus mechones oscuros de su capucha para acomodar mejor la capa—. Dijo que tu no habías salido, así que me pidió esperarte.
—No...no debiste hacerlo, por...mi culpa puedes llegar tarde —susurró con aun aura deprimente, pero aquel estado desapareció en su totalidad al verla arreglar su traje, es decir su capa en sus hombros, luego sentir sus manos en su pelo para arreglarlo y cubrirlo con su capucha—Yo...
—Ya terminamos... —dijo ella ignorando lo dicho anteriormente por su amigo, ya terminando de acomodar el collar tipo bufanda que cuenta con una máscara plateada en el frente, luego notó en la mano de Tamaki una máscara de color púrpura, se la quitó y sonrió—. No me molesta hacerlo Tamaki-kun....me gusta pasar tiempo contigo —dijo con una sonrisa pero al darse cuenta empezó a temblar y a tarmudear—. Yo...q..quie...quiero decir...con..ustedes —dijo ya roja pero calló al ver la dulce sonrisa en los labios del muchacho.
Tamaki agarró su capucha tratando de cubrir su sonrojo que aumentó al ver la brillante mirada de Futōmeina posada solamente en él. Tan solo le quedó corresponder aquella sonrisa y terminar de colocarle aquella máscara.
—Oficialmente estas listo —dijo Tsuki observando ya al joven héroe con su traje perfectamente puesto.
Se sonrojó y volteó el rostro para ocultar su sonrojo de joven.
—Mmm.. —Tamaki la observó con timidez y extrañes.
Sin dudas aquella Luna era adorable.
—Bien al fin llegan todos —dijo el tutor del primero años de aspirantes a héroes, mientras se encontraba en medio del lugar con las manos en sus bolsillos—. Presten atención.
Todos se encontraban con los nervios de punta, cuestionando se de que trataría aquel examen. Batallas de grupos, rescate de desastres naturales, villanos contra héroes.
—Será un combate entre Profesores contra estudiantes...
Todos guardaron silencio, con el corazón saliendo casi por sus bocas.
—¡Ehhh!
La mayoría de los alumnos exclamaron en forma de queja, temor o quizás estuciasmo. En caso de cierto rubio así era.
—Silencio —activando su Kosei de anulación los hizo callar al instante—. Como han oído, el examen final tratara de un bombate entre nosotros.
De repente de las enormes puertas que llevaban al lugar se pudo divisar varias siluetas, los héroes profesionales y también docentes habían llegado para llevar acado el examen.
—¡Esto será divertido! —un pequeño y abrazable animalito levanto sus patitas con estuciasmo.
El director Nezu estaba presente, aquello fue un golpe más para los pobres estudiantes de primer año. Lucharían contra los docentes de la Yūei.
—Bien les diré de que trata el examen, si será una batalla pero no directamente —dijo Aizawa mientras acomodaba las cintas que utilizaba como bufanda—. El tema es hallar un objeto importarte, los héroes en este caso ustedes, deberán inflitrarse en la guarida de los villanos —extendió una mano señalando a sus compañeros de trabajo—. Y deberán recuperar los objetos robados y si es posible capturar a los villanos —explicó con una sonrisa en sus labios de forma siniestra—. De no haberlo hecho en el tiempo determinado, serán reprobados, si son capturados en su totalidad también serán reprobados. Y deberán volver a las clases durante las vacaciones.
—Ahh...S..Sensei —levantó la mano una estudiante de cabello negro largo hasta las caderas— ¿Seremos todos nosotros contra todos...ustedes? —preguntó con temor a la respuesta.
—No será del todo de esa forma —habló Eraserhead con tranquilidad—. Algunos de los profesores deberán permanecer en el salón de monitoreo, para supervisar el examen —explicó haciendo que la mayoría suspiré de alivio—. Midnight, Cementoss, No. 13, Present Mic y yo —dijo sin borrar su sonrisa divertida—. Haremos el papel de villano en esta prueba.
Futōmeina se encontraba pensativa y algo nerviosa, conocía a sus profesores desde pequeña, al ser hija de Aizawa, pero nunca los había visto en acción.
—El director Nezu y los demás profesores estarán evaluando sus rendimientos en los distintos temas que se tomarán en cuenta dentro del examen —finalizó en explicar el de largos y desordenados cabellos negros.
—¿Temas...?—susurro Tamaki pensativo tratando de comprender cuáles serían aquellos puntos claves que deberán tener en cuenta durante el examen.
—También lo notaste, ¿no? —susurró Togata con seriedad al estar a punto de empezar el examen final de curso—. ¿Qué querrá decir?
—Es sencillo, muy fácil del ver —una arrogante voz disfrazada de dulce se escuchó a un lado.
Taiyō sonrió a ambos y se engancho del brazo de Tamaki de forma cariñosa. El joven sintió su cuerpo arder y desvío la mirada, observó a Nejire cruzarse de brazos y inflar sus mejillas, y a la de cortos cabellos blancos suspirar y acariciar su cabellos con una pequeña sonrisa algo apagada.
El ardor de su cuerpo disminuyó y fue remplazado por una cálida vibración que sacudió su interior.
—Aizawa-sensei habló sobre las casualidades que cada uno posee —la voz de la rubia lo sacó de sus pensamientos y volteó a ver sus ojos dorados—. ¡Debemos hacer sobresalir nuestros Kosei!.
—Ya veo —dijo Mirio viendo a sus dos amigas llegar con ellos, al estar cerca suyo desordeno los albinos cabellos de la Luna, quien río por su acción—. Tsuki-chan. ¿De qué crees que trate lo que ha dicho Aizawa-sensei?.
Ella lo pensó un momento, sintió la mirada de todos en ella, más aún la de cierto tímido chico.
—Creo...que habla en hacer sobresalir varios puntos —dijo ella para mirarlos.
—Se los dije —la rubia sonrió con superioridad a su prima.
—Pero no sólo puntos individuales —ignoró a su prima y siguió explicando, aquello produjo gracia a Nejire quien tapó sus labios con una de sus manos tratando de dicimular—. Creo...que trata más en unión, trabajo en equipo —explicó—. De haberse centrado en nuestras singularidades de forma el examen no se trataría de todos los alumnos contra los maestros.
El rubio tenía sus ojos azules brillando al oír a su amiga desenvolverse cada día más y demostrar lo buena que también era. La abrazó de sorpresa mientras asentía dándole la razón.
—¡Eres genial Tsuki-chan! —alagó sin borrar su sonrisa contagiando a la Luna.
Nejire estaba que explotaba de felicidad, más por su amiga, bien de acuerdo en realidad no era aquella la razón de su felicidad, bueno no en su totalidad.
Más bien lo que la hacía sentir entuciamo, era la afilada mirada de los, en ese momento, no tan tímidos orbes oscuros de Amajiki. Quien no quitaba la mirada de ambos amigos.
La Luna y el Sol cada día se unían más...
Y Nejire había descubierto que aquello a la otra Luna no le agradaba.
La curiosa muchacha había notado, los celos de la Luna.
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