Desayuno hogareño
Al llegar la mañana Maddie fue la primera en levantarse, o al menos eso creía.
Al llegar a la cocina comenzó a idear en su mente las tareas que tenía que hacer en el día. Comenzando con despertar a los chicos, que estaba completamente segura de que seguían dormidos, hacer el desayuno y luego alistarse para ir a trabajar. A Tom no quería despertarlo, le gustaba dejarlo descansar un poco más en sus días de descanso.
Apenas llegó a la cocina se topo con una sorpresa. Ahí estaba Shadow tomando café directamente de la cafetera tan despreocupado como siempre.
— Su café tiene un sabor bastante insípido, les recomiendo uno oaxaqueño.
— ¿Disculpa? — preguntó Maddie sin saber cómo sentirse al respecto
— ¿De quien es esa aterradora silla? — preguntó Shadow señalando el trono de knukcles
— Ese es mi trono — exclamó el ekidna entrando a escena tan imponente como de costumbre — Si lo quieres, tendrás que derrotarme en una batalla
— ¡No! Knukcles ¿Que dijimos sobre las batallas? No tienes que amenazar a todo el mundo a muerte — aclaro Maddie
— Y aunque estoy seguro de que te ganaría fácilmente en cinco segundos, por segunda vez, no tengo interés alguno en tu patético "trono" hecho de chatarra .
— ¡¿Cómo te atreves...?!
— ¡Ya basta los dos! — ordenó Maddie alzando ambas manos — vamos a desayunar tranquilamente. Voy a despertar a Sonic y a Tails y cuando regrese más vale que los dos estén tranquilos ¿Entendido?
Los dos solo pudieron mirarse fijamente de forma desafiante sin responder nada ante la orden de la líder del hogar.
— ¡Dije! ¡¿Entendido?!
— Como guste lady yoga, prometo tener un comportamiento honorable — juro knukcles llevandose el puño al pecho
— Si como sea — respondió Shadow siguiendo tomando de su café
Maddie respiro profundo y subió a despertar a los otros dos.
— Si resulta haber otro más de ellos la cabeza me va a explotar, amo a los animales pero ellos son adolescentes extremistas — pensó para si misma.
Luego de despertar a todos y desayunar en familia finalmente Maddie pudo irse (huir) al trabajo dejando a Tom solo con los cuatro. El cual pensó en varias maneras de pasar tiempo de calidad en familia.
— Bien, solo seremos nosotros durante las próximas 8 horas. Ustedes, yo y Ozzie. Una tarde de chicos ¿No es fascinante? — preguntó con una sonrisa
— ¡Por supuesto lord dona! Será un día de pura diversión — respondió Sonic animado
— Yo quiero tener diversión — exclamó knukcles emocionado con la idea — ¿Jugaremos base de bol?
— Es béisbol pero de hecho es mala idea, podemos ir a jugar. Pero está vez asegúrense de no lanzar la bola a otro continente — suplico Tom
— Lo prometo — respondió el pelirrojo obediente
Luego de empacar lo necesario los 6 fueron a la cancha de beisbol. El ekidna, zorro y Tom estaban en los asientos de enfrente mientras que Shadow, Sonic y Ozzie estaban atrás en la parte al aire libre del auto.
Para sorpresa del pelinegro Sonic iba sorprendentemente callado, lo cual lo intrigaba.
— ¿Y ahora que te pasa? No has dicho ni una sola frase molesta.
Sonic revivia en su mente los eventos del bosque y las palabras de Maddie del día anterior. Pero no era algo que quisiera compartir así que trato de disimular su preocupación.
— ¿Eh? Oh, no es nada. Es que me tomo unos minutos de silencio al día para ingeniarme todas esas frases y tenerlas listas en los momentos adecuados — bromeo con la sonrisa más convincente que pudo mostrar
Shadow, aún no convencido, decidió no insistir y siguió con los brazos cruzados.
— Dices que viviste toda tu vida en el laboratorio desde que llegaste a la tierra ¿No? Me imagino que estos días han sido la primera vez que ves el exterior. Es algo hermoso ¿No?
El pelinegro levanto la mirada al boscoso paisaje con los pinos, montañas y el aire fresco de un día soleado.
— Tiene su... Cierto encanto.
— ¡Oh vamos! ¡¿Solo eso?! No se cómo es que tú y knukcles no les maravilla todo esto. No hay mejor lugar en el mundo como Green Hills. Las aves, el paisaje, las personas. Todo es maravilloso. Y pensar que estuve a punto de perder todo esto hace tiempo y vivir por siempre en un mundo llegó de hongos ¡Diag! Me dan náuseas de solo recordarlo.
¿Un planeta de hongos? ¿De que estás hablando? — preguntó Shadow con cierta curiosidad mientras trataba de alejar a Ozzie que se empeñaba a ser acariciado por el erizo.
— Es una historia algo larga — dijo entre ligeras risas — pero en resumen, al llegar a este planeta tenía que mantenerme escondido y que nadie me descubriera, ya sabes, por mi poder. Pero claro que eso no duró mucho y cuando me descubrieron fue todo un problema para quedarme porque tenía la orden de garralarga de irme al planeta hongo si eso sucedía. Afortunadamente no tuve que hacer eso, hubiera sido una pena perder todo esto.
— ¿Quién es garralarga?
— Bueno ella... Era como mi madre, era la que cuidaba de mi en mi planeta. Claro hasta que... — apunto de entristecerse sacudió su cabeza — No importa.
— La perdiste... Y aún así cuando llegaste aquí no dejaste que la irá te consumiera.
— Bueno, en ese momento era solo un niño pero, como viste, creo que si tengo algunos problemillas de irá — ríe un poco con nerviosismo — pero ya trabajaré en eso. Después de todo ¿Quién no enloquece cuando pierde a su mamá?
Shadow no supo que responder, se quedó en completo silencio. No tenía ni la menor idea de que era eso. Lo único a lo que alguna vez llamo familia fue a su amiga María y al doctor, pero ninguno tenía el papel de una mamá ¿Cuál era su función en el hogar? ¿Por qué es tan doloroso perder algo así a las palabras del erizo azul? Definitivamente habían muchas cosas que no comprendía de su exterior.
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