04 ⚔

𝙲𝚒𝚎𝚕𝚘

El cielo, era como un lienzo infinito, que se transformaba en un espectáculo de colores. Las nubes, siendo los trazos que empezaban a ser coloreados por cálidos matices, como rosa, naranja y rojo, siendo el artista el sol, quién finalizaba su reinado diurno y se despedía, deslizándose hacia el oeste, dejando tras de sí una estela dorada y otras de sus maravillosas obras de atardecer.

El viento, era un cómplice silencioso, que acariciaba las copas de los árboles y susurraba cuentos a las hojas antes de que estás vayan a dormir. En el horizonte, el mar se fundía con el cielo, y las olas, con sus últimos suspiros se despedían al chocar con las rocas, fundiéndose contra la arena dorada.

Así, en ese instante mágico, el mundo se detenía para admirar la belleza efímera del crepúsculo.

Anakya estaba observando dicho espectáculo que solo duraba poco.

Hasta voltear y que sus ojos de un día sin nubes, se encontrarán con unos de tonos bosque.

Amigos de infancia estaban de nuevo uno frente al otro, tras casi 4 años separados.

Yo...

Hablaron al mismo tiempo y callaron de nuevo.

Ambos apenados desviaron sus miradas, Hiccup llevó una mano a su cabello desordenándolo. Era extraño como de niños podían hablar entre ellos hasta por los codos, sobre cualquier tema que se les ocurriera. Y ahora se encontraban sin saber que decir.

Eres tú —murmuró el vikingo luego de un momento de silencio—. No....no me esperaba esto.

Anakya sonrió al oírlo y asintió dándole la razón, ninguno había pensado encontrarse de esa forma.

Un gruñido detrás los hizo voltear, Haddock sonrió y acarició la cabeza de su fiel amigo, quien miraba con curiosidad a la pelirroja.

—Chimuelo, ¿recuerdas que la persona de quien te hablé? —sonrió a su amigo, quien lo miraba atentó y olfateaba curioso a la muchacha.

Anakya sonrió sin poder evitarlo al oírlo, viendo al dragón con atención y ternura.

Es ella —susurró Hiccup y miró a su vieja amiga—. Ella es Anakya, una querida amiga de la infancia.

El furia la olfateó, mientras la nombrada se acercaba con cuidado con una mirada brillante y dulce sonrisa.

Es un gusto bonito —susurró al acariciarlo, riendo ante su ronroneo cayendo encantada con el furia—. Por Loki, eres una ternura.

Hiccup observó la interacción de ambos, sonriendo ante el entusiasmo de la pelirroja y el gusto de Chimuelo al recibir mimos. Escuchó el jadeo sorpresivo de la Valdr al ver a su fiel compañero sonreír sin dientes.

Anakya lo observó fascinada.

¡Tiene dientes retráctiles! —dijo viendo al dragón y luego al vikingo.

Quién asintió extrañado.

Si, ¿no sabías eso? —preguntó confuso, después de todo, la había visto montar otro furia nocturna hace tan solo unas horas.

Anakya se levantó y caminó hacia Nox quien había estado alejado observándolos con seriedad.

¿Por qué nunca me mostraste que podías hacer eso? —dijo agarrando el osico del dragón queriendo abrir su boca, más este gruñía la empujaba sutilmente—. Oh vamos dragón testarudo.

Nox gruñó fingiendo enojo y se volteó ignorándola.

Mientras la vikinga trataba de llamar su atención, el jinete y el otro furia observaban atentos dicha interacción.

¿Acaso el amargado dragón está celoso? —dijo burlona la vikinga, logrando llamar la atención del furia, quién gruñó en reproche.

Anakya rió y acarició su osico.

Sabes quien es mi dragón favorito —dijo, ignorando su bufido, más el dragón se dejó acariciar.

Hiccup se acercó con cautela, sus orbes esmeralda pigmentados de brillo y emoción.

No puedo creerlo, en verdad es...

Otro furia nocturna...

Terminó su frase Anakya, ambos observándose y sonriendo con emoción.

Pero...¿Cómo? —murmuró Hiccup.

Había buscado por cielo y tierra, debajo de cada roca y tronco, y nada. Nunca había encontrado nada. Todos esos años buscando más de la especie de su mejor amigo, con la esperanza de que no fuera el último y nunca tener resultados.

Habían sido tantos sus fracasos en sus búsquedas que se había hecho la idea de que Chimuelo era el último furia nocturna.

Pero en ese momento, tenía frente a él a otro dragón igual al suyo.

Y hasta parecía más grande y de más edad.

Es una larga historia —la voz de Anakya lo hizo volver en sí.

La observó con atención, notando su unión al dragón que había oído se llamaba Nox. Como sus ojos azules tenían la misma emoción que los de él cuando veía a su amigo.

¿Por qué...? —su voz salió en un susurro, sin dejar de observarla—. ¿Por qué estás aquí?.

Dejando salir la pregunta que había estado en su garganta desde que la reconoció.

Notó a Anakya suspirar, sin dejar de ver a Chimuelo, quién parecía querer acercarse al otro furia, y este le gruñía más no mostraba indicios de amenaza.

Esa...

Los azulados orbes de la pelirroja se encontraron con su verdosa mirada.

También es una larga historia...

La obra de arte hecha por sol se había desvanecido en la negrura de la noche, donde la calidez fue consumida por el frió negro de la oscuridad. La nubes cayendo en un sueño profundo, para recuperar sus energías y seguir explorando el infinito cielo al día siguiente.

Pues había llegado la hora de juego de las estrellas, vigiladas por la luna durante su reinado nocturno.

Hiccup acarició las cálidas escamas de su fiel compañero, pensando en las palabras que la vikinga, al contarle todo lo sucedido hace un año. Observó a Chimuelo y no se imaginó como hubiera sido para él si tuviera que elegir entre su hogar y su mejor amigo.

Lamento que hayas pasado por eso —murmuró sin saber muy bien que decir.

Anakya volteó a verlo y sonrió negando.

Ya fue hace un tiempo, cuando Nox y yo volamos desorientados por días, tuvimos la suerte de encontrarnos con los protectores del ala —explicó sonriendo ante la escena de los dragones.

Chimuelo por fin logrando acercarse a Nox, quien gruñía más no alejaba al dragón más jóven y juguetón.

Hemos vivido aquí desde entonces —terminó su explicación.

El berkiano observó también a los dragones, con pasos cuidadosos se acercó a ellos, Chimuelo al verlo corrió hacia él, más el castaño lo detuvo con unas suaves caricias y siguió avanzando.

Anakya notó su intención y lo siguió en caso de cualquier reacción de Nox.

Quién se tensó y gruñó al jinete.

Todo bien grandulón —susurró Hiccup extendiendo su mano y agachando la cabeza, el furia se mantuvo quieto, por lo que el vikingo siguió avanzando—. Soy Hiccup, soy amigo de Anakya...

El dragón de ojos azules observó a su jinete, la pelirroja solo sonrió con confianza y por fin Nox se calmó un poco dejando que la mano de Hiccup llegase a tocar su osico, haciéndolo sonreír y empezar a acariciarlo.

Eso es nuevo —escuchó detrás suyo el muchacho, notando a la pelirroja agacharse junto a él—. Eres el primero además de mí al que permite acercarse.

Se sonrieron entre si hasta que el furia bufó y se alejó dando por finalizado la sección de caricias.

Es un reptil amargado —dijo suspirando Anakya.

Más rió ante la llegada repentina de Chimuelo buscando caricias.

Pero tu eres una ternura —dijo rascando detrás de su orejas escuchando sus ronroneos.

Hiccup rió ante ello y negó.

No le creas tanto, puede ser muy cabeza dura algunas veces —dijo y su amigo lo miró serio.

Al notar que la claridad se había terminado con la llegada de la noche ambos decidieron volver a la aldea, los jinetes de Berk debían volver a la Orilla del Dragón.

Cuando engañamos a Patán y estuvo con picazón durante toda una semana —recordó Anakya entre risas junto a Hiccup quien asintió contento de que lo recordara.

Se lo merecía por molestarlos —dijo entre risas el castaño.

Ambos notaron la aldea cerca, los demás jinetes preparándose para su viaje.

En serio es sorprendente como cambiaron las cosas —dijo observando a los demás jinetes.

Hiccup observó a sus compañeros, deteniendo su andar y llevando su mirada en su amiga.

Anakya lo notó y volteó a verlo curiosa.

Ven con nosotros...

Escuchó murmurar al jinete, quien la observó fijamente llevando una mano a su nuca y sonriendo tímido, sus orbes verdosos con cierto brillo.

Ven a la Orilla del Dragón con...nosotros....conmigo...

Anakya lo observó atenta, con una leve sorpresa por aquella invitación, observó a sus dragones llegar detrás de ellos. Chimuelo observando con emoción queriendo jugar con Nox y este tratando de ignorarlo.

¡Hiccup, hay que marcharnos antes de que sea muy tarde! —escucharon la voz de Astrid ya terminando de preparar a Tormenta.

El nombrado solo asintió y volvió a prestar atención a la pelirroja.

¿Vendrás? —dijo curioso—.

Anakya lo pensó, observó a los demás jinetes junto a sus dragones.

No negaría que sentía emoción, y curiosidad.

Observó de nuevo aquellos ojos que una vez prometieron ser su tierra en momentos de calma.

Pu...puedo enseñarte más sobre los dragones, mostrarte nuevas especies....contarte las cosas que descubrí sobre los furias nocturnas...o intercambiar conocimientos sobre ellos...—dijo tratando de hablar con fluidez aunque también se notaba nervioso, sin dejar de revolver sus hebras castañas—. Estoy seguro que tú también debes conocer nuevas....

Anakya sonrió al verlo de esa forma, recordando al pequeño que se sonrojaba y desviaba la mirada cuando se ponía nervioso.

—Lo haré...

Interrumpió el discurso de Hiccup, quien no había dejado de murmurar razones por las cuales podía aceptar ir.

El berkiano se detuvo y lo observó por un momento para luego sonreír.

¡Estupendo! —celebró y agarró su mano para ir hacia los demás.

Entonces, ¿Eres Anakya?.

Dijo Brutacio luego de que Hiccup les pusiera al tanto de todo.

La nombrada observó a los gemelos frunciendo las cejas, mientras preparaba a Nox para el viaje, habiendo su reina aceptado que fuera con los jinetes de dragones, según ella para fortalecer el lazo entre ellos.

Pense que me habían reconocido antes —dijo viendo a Hiccup negar con la cabeza ante las ocurrencias de los dos rubios.

Los Thorston llevaron su mano a su mentón pensativos. Hasta que el gemelo chasqueo los dedos.

¡Aha! —dijeron ambos como si hubieran descubierto la verdad sobre la vida.

Todos se quedaron viéndolos.

¡Entonces no secuestraste a Chimuelo, sino que era tu propio dragón! —dijo Brutacio apuntando al dragón que estaba junto a Hiccup.

¡Otro furia nocturna! —terminó la frase Brutilda y ambos chocaron sus cascos y miraron a todos esperando su emoción y sorpresa.

Pero solo recibieron suspiros cansados y silencio.

Anakya sonrió divertida negando ante sus ocurrencias.

Bien, volvamos a casa —ordenó el líder de los jinetes, observando a Anakya por última vez.

Así los dragones emprendieron vuelo, siguiendo el camino de Patán, al huir.

Y los gemelos eliminaban el agradable silencio, explicando su descubrimiento creyendo que nadie había sido tan "inteligente" como para entenderlos.

Gracias por la comida.

Anakya agradeció a Heather quien se había encargado de la cena, la pelinegra le sonrió igual.

Todos estaban en la cabaña principal cenando gracias a las grandiosas habilidades de la berserker.

Entonces, nos encontramos de nuevo —dijo Patán recostando su cabeza en su mano observando coqueto a la pelirroja.

Anakya alzó una ceja ante aquello y simplemente asintió.

También fue una sorpresa verlos —observó a la mayoría—. Pero me dió gusto.

La mayoría le devolvió la sonrisa pero de nuevo Patán acaparó su visión.

Si si, lindo reencuentro, pero estoy seguro que soy al que más has extrañado —dijo sonriendo recostandose en Colmillo intentando parecer genial, pero su dragón lo empujó tirandolo al suelo.

Mientras el Jorgenson discutía con su dragón.

Los demás siguieron con la conversación.

Es bueno verte luego de mucho tiempo Anakya —dijo Patapez, quien luego chilló emocionado al ver a Nox—. Y junto a otro furia nocturna, oh, estoy emocionado por este descubrimiento.

Empezó a dejarse llevar comentando sobre sus cartas de información sobre dragones, empezando a mostrarlas, mientras Anakya trataba de llevarle el paso. Hasta que Hiccup intervino.

Increible Patapez, pero ahora será mejor que vayamos a descansar —dijo sujetando a su amiga por los hombros para alejarla un poco del rubio—. Ha sido un día agotador y mañana debemos arreglar la base.

Los gemelos se quejaron al oír la palabra "trabajo".

Ahora decidamos dónde se quedará Anakya —dijo pensativo, observó a Astrid quien había estado muy callada—. Astrid podría..lo pensó pero recordó que la rubia ya compartía cabaña con Heather.

Hiccup negó con la cabeza, luego miro a los gemelos, estos discutiendo por quién dormiría con una tal "Mimzy" que parecía ser un arma.

Negó de nuevo y luego miro a Patán quien levantó la mano ofreciéndose, pero lo descartó pal instante ignorando sus quejas.

Anakya sonrió apenada sin querer causar tantos problemas.

Descuida Hiccup, Nox y yo podemos quedarnos aquí por ahora, un buen fuego y techo son suficientes —dijo mirándolo.

Hiccup quiso negarse pero ante la mirada azulada de la vikinga solo pudo suspirar.

De acuerdo, pero avisa si necesitas cualquier cosa —pidió colocando una mano en su hombro.

Ella sonrió aceptando y así dió por terminado el día, siendo mañana su primer día en la Orilla del Dragón

Luego de pocos días en que Anakya llegó, las cosas iban bien.

Pero no todos pensaban así...

Es que no lo entiendo.

Hiccup se encontraba en la cabaña principal caminando de un lado a otro pensativo.

¿Hiccup, que sucede? —dijo llegando Patapez viéndolo con curiosidad.

Detrás de él llegaron los demás jinetes, quien también observaron al castaño.

Que suerte que han llegado debemos hablar de algo importante —dijo serio—. Es sobre Anakya.

Aquello confundió más a los demás jóvenes.

¿Que sucede con ella? —pregunto Heather, notando que la nombrada no se encontraba entre ellos, ni Nox y tampoco Chimuelo.

Hiccup avanzó hacia la mesada y luego de unos segundos volteó.

No muestra deseos de quedarse —dijo suspirando frustrado, sus amigos solo podían verlo caminar de un lado a otro.

Espera, ¿qué?.

Murmuró Astrid ya cansándose de verlo caminar de un lado a otro. El castaño volvió a repetir sus palabras como si fuera un gran problema.

Ha estado días aquí y nunca ha mostrado deseos de quedarse o curiosidad por la Orilla del Dragón —dijo cruzando sus brazos—. Hay que cambiar de plan.

Murmuró para sí, su principal objetivo de mostrarle a su amiga lo increíble que eran los jinetes de dragones y que tuviera ganas de quedarse no estaba funcionando.

¿Teníamos un plan? —preguntó nervioso Patapez a los demás viendo si no era el único que no sabía de eso, más al ver a todos negar suspiró calmado

Hiccup llegó hasta la mesada y sacó un pergamino

Oficialmente no, pero ahora sí, haremos lo mismo que hicimos para convencer a Heather de quedarse —dijo seguro trazando en el pergamino.

¿A mí qué?...  dijo confusa la nombrada.

¡¿Cuál es el plan?! —interrumpió Ingerman nervioso, cambiando de tema para que la dueña de Cizalladura no los descubriera.

Hiccup sonrió al terminar de trazar en el pergamino y les hizo una seña para que se acercarán, lo cual hicieron curiosos.

Le mostraremos lo genial que es ser un jinete ...

—¿Misión Furia? —dijo Brutacio frunciendo las cejas no de acuerdo con el nombre.

Hiccup lo miró.

¿Qué?, suena bien —intentó defender el nombre del plan, pero al ver a casi todos negar, bufó —¡Bien!, ¿sugerencias?.

Los jinetes lo pensaron.

Misión nuevo jinete...

—¡Misión futura esposa!..

Todos voltearon a ver a Patán, quien sonreía ante su sugerencia.

Sí, el primero será, ¿todos a favor? —dijo Hiccup ignorando lo dicho por Patán, quien se mostró ofendido.

Todos votaron por el primero, haciendo suspirar al castaño antes de cambiar el nombre.

Bien..

—¿Cada uno entendió su parte no?.

Hiccup miro a sus amigos viéndolos asentir a todos menos a los gemelos, suspirando decidió volver a repetirlo.

—Patapez, tú le mostraras a Anakya lo mejor de los dragones .

El rubio asintió acariciando a su dragón

Le mostraré mis tarjetas informáticas sobre dragones —dijo emocionado.

Aburrido... —lo interrumpió Patán empujándolo.

Haddock lo observó y suspiró.

Patán tu..

—Le mostraré lo genial que soy lo se...

De nuevo lo interrumpió, mientras mostraba sus músculos con orgullo.

Si lo que digas ... —lo dejó ser Hiccup, mientras negaba con la cabeza esperando que solo no interviniera con el plan—. Gemelos, le mostrarán lo genial que es este lugar, Anakya también sigue al dios Loki, pueden hacer algo de sus locuras de seguro la divierte —dijo recordando.

Los Thorston se miraron al instante y sonrieron.

¿Sabes lo que significa hermano? —dijo Brutilda.

¡Por Loki! —dijeron chocando sus cascos y saliendo corriendo a buscar "cosas" que necesitarían.

Hiccup lo miró ir y luego volteó hacia las ultimas.

Astrid y Heather, ustedes pueden mostrarle el lugar de entrenamiento, son las mejores en el manejo de las armas —sonrió—. A Anakya también le gusta, solía practicar con la espada antes.

Heather observó a su amiga, quién estaba en silencio, la había notado extraña desde unos días.

Dejanos eso a nosotras Hiccup —respondió la pelinegra mientras ambas se iban.

Hiccup suspiró y observó de nuevo sus garabatos.

¿Tú que harás? —escuchó a Patapez quien se había quedado.

Él lo observó por unos segundo y luego sonrió.

Chimuelo y yo nos encargaremos de mostrarle lo mejor de todo.

Enrolló el pergamino y lo guardo con cuidado.

El cielo...

Patapez lo observó curioso, notando un nuevo brillo en sus ojos esmeralda, y la sonrisa que pintaba sus labios. Quería preguntar más decidió no hacerlo.

Hablando de eso ¿Y Chimuelo? —preguntó no era común verlos a ambos separados.

Hiccup rió un poco y levantó sus hombros despreocupado. Caminó hacia la salida seguido de el rubio. Ambos dirigiendo su mirada una parte en concreto donde se escuchaba una cantarina risa y leves gruñidos, viendo a dos furias nocturnas y una vikinga pasar el rato.

Esta junto a Anakya y Nox, la estuvo distrayendo mientras nos reuníamos.

Patapez observó curioso como Chimuelo disfrutaba de las atenciones de la vikinga y seguía a Nox por todos lados.

Se han acercado más de lo que pensé —murmuró.

Hiccup tenía sus ojos puestos en aquella escena, un suspiro escapó de sus labios y asintió levemente.

Si..así es.

Sin notar la leve alteración que tuvo los latidos de su corazón.

Al ver que su mejor amigo.

Había aceptado a su cielo..

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