❝Si tomas una flor en tu mano❞

En medio de aquella oscura noche en la edad de piedra.

En donde tan solo las luces cálidas de las estrellas eran las encargadas de evitar que las penumbras consumieran el mundo.

—Andromeda —la voz de la joven de cabello castaño y orbes naranjas se escuchó en esa vasta noche pincelada de luceros luminosos.

En cambio el joven situado junto ella, en aquel observatorio en donde ambos disfrutaban de la vista, tan solo dejó salir una risa burlesca.

—Ku-ku-ku, no bromees —habló mientras observaba aquellos astros—. Alpheratz con magnitud aparente +2,06, es la estrella más brillante de la constelación de Andrómeda.

La joven botánica reprochó tras haber perdido otro juego de preguntas, mientras el joven Ishigami no paraba de sonreír

Para luego dejar sus orbes rojizos en el objeto que más captaba la atención en aquella oscura noche.

❝Y realmente le prestas atención❞

La luna.

—Epiphyllum oxypetalum —habló en un susurro mientras unos fragmentos de un recuerdo de hace más de 3700 años abarcaba su mente.

Kinsei dejó su mirada puestas en el por unos segundos para luego también elevarlos al hermoso y brillante satélite natural de la tierra que en esa noche se encontra en su fase de luna llena.

—Una especie de planta fanerógama —comenzó con la descripción de aquella plata—. Su nombre común "Novia de la noche" o "Flor Luna".

Mientras la joven seguían describiendo con emoción aquel tipo de flor, no había notado la rojiza mirada del chico sobre ella.

—Solo florece 2 veces al año y sólo ...—susurró lo último con una diminuta sonrisa pero fue interrumpida por el joven científico que no había dejado de mirarla.

—Solo florece en inicio de luna llena —dijo logrando que la castaña lo observara, mientras él soltaba una corta risa—. Ku-ku-ku, su dependencia es exagerada —expresó desviado la mirada nuevamente hacia el cielo, mientras su sueño de niño se hacía presente dando pequeño pincelados de luz en sus ojos.

Pues no importaba cuanto tardase, estaba seguro que lo cumpliría.

—Ku-ku-ku, cuando vaya al espacio y ponga un pie en la Luna —habló mientras se levantaba y extendía un brazo hacia el interminable cielo—. Comprenderás lo que siente una Epiphyllum oxypetalum al florecer —dijo está vez volteando a verla causando sorpresa en la joven científica especializada en la rama de la botanica.

Quien no pudo evitar.

—Es seguro al 10 mil millones por ciento.

Creer al 10 mil millones por ciento en sus palabras.

—¡Si! —correspondió con una cálida sonrisa.

Mientras que ella se convertía en aquella flor.

Que dependeria siempre.

De la luz que su Luna le brindaría.

❝Te darás cuenta que se convierte en tu mundo por un momento.❞