𝟎𝟐 ☘

Te haré el favor de combatir contra ti.


La pelinegra volteó al oír la arrogante voz de un miembro de la nobleza, tenía el pelo avellana claro, algo largo. Sonreía con arrogancia mientras observaba al chico de Hage, quien estaba recostado en una de las paredes.

Yuno sin decir ninguna palabra se dirigió al centro de batalla, siendo seguido por su contrario. Muchas personas empezaron a murmurar sobre ellos.

Es Salim, ¿de la familia noble Hapshass? dijo un aspirante, al verlos caminar al centro.

Salim rió con arrogancia, mientras observaba el grimorio de cuatro hojas de Yuno.

Te mostraré la diferencia de posición y de poder entre nobleza y plebe habló con aires de grandeza—. Y por supuesto de fortuna.

El pelinegra tan solo lo observó con frialdad mientras ambos se posicionaban para combatir.

Kuro observó interesada la futura pelea, sin dudas sería interesante.

Te mostraré una técnica de la nobleza como regalo de despedida dijo el muchacho abriendo su grimorio de tonos azulados, mientras Yuno también lo hacia—. ¡Salim, Raijingurei no Kama!➀ dijo activando una técnica de su magia de rayo.

Una esfera de electricidad se empezó a formar en medio del lugar, causando asombro a casi todos los aspirantes a caballero mágico. Aquella esfera comenzaba a crecer de forma rápida, podía sentirse en el lugar una gran concentración mágica. Todo el lugar era iluminando por aquella técnica.

Kuro suspiró al observar semejante pérdida de mana, aquel chico noble no tenía un buen control y utilizaba mucha energía en aquella técnica sin ser necesario. Observó al joven de tranquila compostura, serio sin ser intimidado por dicha técnica.

Pagaré el viaje de vuelta a tu aldea habló Salim con arrogancia para luego mandarle su ataque.

Todos observaban atentos, algunos pensando que sería el fin del plebeyo.

Yuno tan sólo suspiró y dio su primer movimiento.

Kaze no mahō: ¡Torunēdotoreon!➁ —dijo el propietario del grimorio de cuatro hojas.

Al instante un enorme tornado se formó en el lugar, a la mayoría se le erizó la piel al sentir semejante poder mágico. Algunos se cubrían con los brazos al sentir la fuertes ráfagas de aire que aquel tornado lanzaba a todas partes.

Kuro vio fascinada aquella técnica, sintiendo una ganas de luchar también. Sonrió de forma diminutiva al notar su parectesco con Julius, al parecer su personalidad se le había pegado.

El tornado había incrementado su tamaño para luego elevar al muchacho de la nobleza por los aires, quien empezó a gritar al recibir el ataque. El lugar se volvío un choque entre electricidad y viento durante unos minutos.

Hasta que el tornado empezó a reducirse y desaparecer dejándo caer al suelo el cuerpo inconsciente del chico de cabello avellana. Mientras que Yuno no se había movido de su lugar en ningun momento.

¡Derrotó a Salim en tan sólo un instante! dijo un muchacho sorprendido mientras más comentarios le siguieron.

El joven de Hage se alejó del centro de batalla con calma, mientras era la atención del momento.

¡Impresionante! gritó Asta, haciendo que la chica de cabello negro diera un brinco, pues se encontraba al lado suyo—. ¡Oh, perdón...! volteó a verla y se encontró con la encapuchada, aquello le causó curiosidad—. Es que verlo convatir me dio ganas de hacerlo de nuevo.

Kuro tan solo suspiró y miró al frente para ver la siguiente batalla.

Tu combate también fue impresionante habló con voz neutra, ganando la atención de enano.

¡¿Eso crees?! volvió a gritar sin importarle llamar la atención de los demás por sus gritos—. ¡Gracias por eso, soy Asta del pueblo de Hage! se presentó con una sonrisa.

La muchacha lo miró por unos segundos, no estaba acostumbrada a socializar con personas que no fueran de la iglesia. Suspiró y decidió presentarse también.

Kuro de la ciudad de Nairn dijo observandolo con tranquilidad.

Desde lejos Yuno observaba a su rival charlar de forma animada con la extraña, quien también había visto balancear sus piernas durante la prueba de vuelo en escoba. Sentía curiosidad, pues no podía ver su rostro, ni sabía el tipo de magia que utilizaba.

Kuro volteó la mirada al notar los pasos de unos tacones acercarse a ella. Notó la precencia de una muchacha de pelirrojos cabellos y mirada azulada. Se notaba desde lejos que pertenecía también a la nobleza, además de la mirada juzgadora que les lanzaba a Asta y a ella.

Sin dudas los plebeyos son unos mal educados rió con burla llevando su largo y brillante cabello hacia atras—. No deberían gritar, ni siquiera deberían traer su asquerosa precencia en estos lugares. Deberían volver al pobre pueblo de que han venido su sonrisa superior no se borraba y aquello causaba enojo en los dos plebeyos

Asta estaba a punto de gritarle, pero la pelinegra fue más rápida, tapandole la boca con la mano, luego suspiró cerrando los ojos con cansancio.

Conocía a la arrogante gente noble, y recordaba perfectamente su trato hacia las personas de baja economía o como ellos amaban llamarlos. Los plebejos.

No es bien visto en una dama decir semejantes bulgaridades habló con suma tranquilidad sin voltear siquiera a verla—. ¿Qué no te enseñaron que decir groserías esta mal?.

La pelirroja sintió su sangre hervir al ver la sonrisa burlona en los labios de la pelinegra. Se acercó a su rostro y la retó a un combate, la joven de Nairn tan solo se encogió de hombros enfureciendola más, y se encaminó al centro del coliseo. Bajo la atenta mirada de los capitanes y aspirantes.

¿Peleará contra la señorita Jania, de la noble familia Vickton? dijo con sorpresa una muchacha, reconociendo a la chica de la nobleza.

Al parecer se llamaba Jania, cosa que la pelinegra no le dio importancia.

Haré que te tragues tus palabras, sucia pueblerina dijo con arrogancia y abrió su grimorio de color carmín, lista para atacar

Kuro hizo lo mismo con su grimorio, haciéndolo flotar frente a ella abriéndola en una de las páginas.

¡Tu puedes Kuro-san, has que esa señorita muerda el polvo! gritó Asta con mucha energía, ancioso por ver a la pelinegra en acción.

La joven suspiró con una sonrisa de lado, por qué se había relacionado con un pequeño tan energético y griton.

Yuno quedó pensando en el nombre de la chica, sintiéndose satisfecho de por fin saber algo de ella. También se encontraba curioso sobre que sucedería en aquella batalla.

Lo lamentarás sonrió la pelirroja y se propuso en atacar—. Dō no mahō: Dō burēdo dijo activando su magia de cobre, y creando unas cuchillas al rededor suyo-. Estas perdida..

Y en un segundo mando sus filosas cuchillas hacia ella. Todos veían con temor aquel potente ataque, en cambio la pelinegra tan solo se sacó su capucha dejando ver sus hebras azabaches y su rostro, mientras un brillo y aura carmesí rodeaba a su grimorio.

Erebus no mahō: Royal Nightmare➃ —dijo viendo fijamente a la muchacha de la nobleza, sus ojos de sangre brillaban con frialdad, causándole escalofríos.

De repente las cuchillas de cobre cayeron al piso, haciendo un estruendoso sonido para después volverse arena de cobre. Nadie comprendía que sucedía hasta que oyeron el desgarrador grito de la muchacha noble, aquel grito les puso los vellos de punta. La vieron tendida en el suelo sujetando su cabeza, mientras lágrimas salían se sus ojos.

¡Basta, por favor....detente! gritaba con pavor viendo la nada—. ¡No te acerques....ayuda!

Kuro la observaba con sus ojos rojos, mientras su semblante se encontraba neutro. Decidió deshacer su hechizo luego de ver a la pelirroja caer inconsciente. Todos guardaron silencio al ver la escalofriante escena, hasta que empezaron a murmurar sobre los orbes de la chica.

Has visto sus ojos, son escalofriantes susurraba con temor una joven aspirante, al igual que muchos más.

Ella solo suspiró y se encaminó hacia una esquina alajada, ya acostumbrada a los susurros y temores de la gente hacia sus no tan normales ojos. Pero se detuvo por un grito que sin duda hizo que el ambiente se tranquilizara.

¡Eso fue genial Kuro-san! dijo Asta corriendo mientras daba algunos saltos hacia ella—. ¡Tú hechizo fue sorprendente, no lo comprendí muy bien. Pero la dejaste inconsciente en un segundo! dijo con sus ojos verdosos brillando con suma energía.

Aquello le causó un revolvimiento en su interior a la de ojos rojos, no había imaginado que haya alguien, además del Rey Mago que dijera esas palabras. No pudo evitar sonreír y colocar una mano en la cabellera grisácea del chico.

Muchas gracias...enano dijo con diversión, oyendo las quejas del chico por cómo lo había llamado.

Mientras yuno tan solo veía con un poco de asombro a la muchacha, su magia sin duda era imprecionante, aunque no comprendiera del todo el tipo de magia que utilizaba. Además sus ojos carmesines tenían un brillo que le causaba un más curiosidad.

Mientras un capitán observaba a la niña con atención.

Así que si has venido, el viejo no mintió después de todo pensó sonriendo de lado, dejando libre el humo de su cigarro sin despejar la vista de aquella pequeña.

Así concluye el examen, avancen al frente cuando digamos sus números habló Willian con calma.

Luego los capitanes de los Leones Camesines y las Rosas Azules explicaron como se llevaría acabo la selección.

Kuro había quedado en medio de los dos llamativos muchachos de Hage, se encontraba nerviosa por encontrarse allí. Tan sólo pudo suspirar mientras observaba como cada aspirante era llamado por su número, tambien lamentaba haber llegado tarde pues su número sobrepasaba los 100.

Es increíble pensó la pelinegra de brazos cruzados mientras sonreía de lado, con su mirada puesta en el alto muchacho de Hage.

¿En cerio, la levantaron todos? escucho a un joven decir.

Pues así era, luego de algunas horas había llegado el turno del número 164, es decir de Yuno. Al estar frente a los capitanes, luego de unos minutos, todos los capitanes habían levantado la mano, todos querían a ese muchacho en su orden.

¡Es increíble, todos, ese es mi rival! gritó Asta con entusiasmos y los puños cerrados.

Yuno observaba a los capitanes analizando a que orden unirse.

Tomaré el mejor camino para llegar a Rey Mago pensó el joven observando a un capitán en específico—. Me uniré al Amanecer Dorado.

Todos se sorprendieron, por su decisión.

Kuro suspiró, ya lo suponía, no era algo extraño que eligiera a la mejor orden de todas.

Luego llegó el turno del pequeño de cabello grisáceo, nadie había levantado la mano, luego de eso llegaron las burlas hacia su falta de poder mágico. Kuro frunció el ceño, lo cual intimido a algunos, pues al no tener la capucha puesta sus orbes carmesínes estaban a la vista.

Dejó de prestarles atención al notar una incontable cantidad de poder mágico, que hizo temblar el lugar. El capitán de los Toros Negros había bajado de un salto de aquella plataforma en donde se encontraban los demás capitanes. Comenzó a hablarle al muchacho, sobre que esperaba, que el camino sería difícil para alguien que no contaba con poder mágico.

Pues la magia regía el mundo, sin uno no poseía control sobre alguna, nunca llegaría lejos.

Asta apretó sus puños volviendolas blancas, se sentía impotente por no haber logrado su objetivo, más creía que sólo se trababa de una pequeña dificultad que no lo detendría. Pues el aún no se rendía.

Aunque no entre a ninguna orden hoy, por mucho que torpiece hablaba con total seguridad de sus palabras—. Y sin importar que digan los demás levantó la mirada con decisión hacia el Capitán Yami—. ¡Me convertiré en Rey Mago algún día!.

La pelinegra sonrió con diversión, aquel enano era una caja de sorpresas.

Eres muy divertido dijo el hombre con una sonrisa mientras lo apuntaba y luego levantaba su mano, causando sorpresa a todos—. Únete a nuestra orden.

Aquello causó aún más revuelo, el niño gritó con entusiasmo al ser aceptado, la pelinegra notó la mirada del capitán en ella, pero lo ignoró. No tenía tiempo que perder.

Ahora, el número 166 habló el anunciante del examen.

Kuro al oír su número se encaminó al centro, para levantar la mirada a los capitanes. No tardó mucho para que siete de los capitanes levantarán las manos.

Siete de nueve capitanes, la quieren dijo uno con asombró.

Yami aún se encontraba en el suelo, con la mano de nuevo arriba y su punzante mirada en la niña. Asta al ver el aura negra que emana aquel capitán sudo en frío.

Elijo al Amanecer Dorado habló luego de unos minutos la muchacha, produciendo asombro en los demás—. Me uniré a esa orden.

El capitán de los Toros Negros gruñó al oírlo. No a gusto por la decisión de la aspirante a caballero mágico.

Yuno sonrió de lado, con una pequeña emoción de ser compañero de la misteriosa chica de ojos carmesínes.

Suspiró por décima vez, había sido un día agotador, tan solo anhelaba volver a la iglesia de Nairn para lanzarse en su adorada cama. Pero luego recordó que debería ir a la sede del Amanecer Dorado. Gruñó por aquel pensamiento, cerrando sus ojos aún sin haberse colocado la capucha.

Volteó la mirada viendo llegar al también nuevo miembro de aquella orden, y de seguro su nuevo compañero. El pelinegro se detuvo frente a ella a unos cuantos pasos, observándola con intensidad.

Kuro sintió nerviosismo por un instante pero lo cubrió.

Kuro de la ciudad de Nairn, espero que nos llevemos bien se presentó lo más amable que podía mientras aún se observaban.

El chico de Hage quedó unos minutos sin hablar, causando aún más incomodidad en la muchacha. Quien estaba a punto de voltear a seguir con su camino.

Yuno su calmada voz la hizo detenerse y voltear, encontrándose con la dorada mirada del joven—. Mi nombre es Yuno dijo para luego avanzar y rebasarla, caminando hacia el capitán de la orden a que ahora pertenecían.

Kuro suspiró con una diminuta sonrisa pintada en sus labios, para luego caminar detrás suyo con calma.

Ahora pertenecía a una orden, y tenía un papel en el Reino. Además de conocer a dos personas interesantes.

No había sido un mal día después de todo.

Nota de la Autora:

Segundo capítulo, que lo disfruten.

Salim, Raijingurei no Kama: Salim, el Dios del Rayo Naciente.

Kaze no mahō: Torunēdotoreon: Magia de Viento: Tornado Torreón.

Dō no mahō: Dō burēdo: Magia de Cobre: Cuchillas de Cobre.

Erebus no mahō: Royal Nightmare: Magia de Erebus: Pesadilla Real.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top