—¿Enserio hiciste eso?—el menor del grupo río con ganas.

Estaban todos reunidos en la sala del líder de su pequeño grupo de amigos y podría decirse que la reunión era demasiado amena, con una que otra trivalidad comentada, muchas risas, golosinas y anécdotas vergonzosas.

Sí, otro típico día viernes.

—Dios—Soobin se cubrió la cara con ambas manos y retuvo una risa que Yeonjun le estaba casi contagiando.

—Lo hice—admitió el dueño de la anécdota.— Sucede que estaba recién llegando del instituto y no había nadie en casa. Se me hizo fácil agarrar una manzana y la metí a la licuadora...

Los demás chicos estallaron en fuertes risas.

¿Enserio era tan gracioso el que hubiera metido una manzana completa en la única licuadora de su casa?

—Continúa.

—Bien. Metí la manzana a la licuadora y se descompuso. Ryujin me gritó un mes por eso y mamá casi me deja dormir con el perro, pero mi ternura y agallas, ganaron la batalla.

—¿Agallas?

El pelirosa y mayor de todos pregunto con duda, pero Yeonjun lo interrumpió antes de completar lo que quería comentar. Soobin era nuevo en su reducido grupo y no conocía lo rara y genial familia que tenía uno de los integrantes más veteranos.

—No sabes como es su hermana y madre juntas cuando están enojadas, son como el demonio mismo en persona.

—De hecho, pero cambiando un poco el tema...

Ahí iban otra vez.

—¿Cómo te fue con el hijo de tu profesor? Escuchamos por ahí que es muy reservado y no acepta tutorías porque sí.

Taehyun suspiro con fingido dramatismo y les hizo una señal para que se acercarán más, como si alguien fuera a escuchar su confesión y mañana tuviera problemas con el director de nueva cuenta.

No lo culpen, veía demasiadas películas de terror al día y su paranoia aumentaba cuando era necesario.

Todos se acercaron más a él.

—Beomgyu no me pidió ayuda o ser su tutor, fue su padre y yo sólo acepté. Después de eso, comenzamos a vernos para estudiar.

—Ajá.

—Haremos como que te creemos~.

—¡Ustedes son todo un caso!—las mejillas de Taehyun se habían sonrojado demasiado y sabía que no podría evitar las burlas de sus amigos por más que lo deseara.

Después de todo, los amigos siempre hacen eso.