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Las flores pigmentadas de distintos tonos, disfrutaban de los rayos del sol que hacían brillar sus matices y también de la brisa mañanera que hacía danzar sus verdosas hojas y sus suaves pétalos.
El tiempo habían pasado y los pilares se había separado del cazador de cabellera pelirroja, quien había partido a su nueva misión junto a su hermana.
Desde ese entonces los hermanos Kamado no se habían vuelto a encontrar con ninguno de los dos pilares, aunque claro está, aún seguían en contacto a través de cartas enviadas por sus cuervos. En especial con la Pilar de Astros.
Durante las misiones que el joven Kamado había cumplido, había hecho dos nuevos compañeros que lo siguieron y se unieron en su camino.
Uno era rubio como los tonos que se pintan en el cielo cuando un rayo caía y el otro tenía el cabello de notó oscuro con las puntas azules. Ambos eran de personalidad completamente opuestas.
Pero sin dudas se habían vuelto buenos amigos de Tanjirou.
—Ehh, me alegro que estén bien —dijo la joven de cabellos oscuros y ojos perlados mientras sonreía.
Y su haori de tonalidades oscuras y bordados de constelaciones se movía con el viento al igual que sus cabellos.
Kuroi se encontraba parada en una de las ramas de un gran árbol, mientras en su mano sostenía la carta que el niño le había enviado.
Dejó de leer dicha carta al sentir una presencia aparecer cerca suyo, no tuvo que voltear pues sabía con exactitud de quién se trataba.
—¿Quien es Kamaboko Ganpachiro? —habló el otro pilar a leer una parte de la carta.
La cazadora no pudo evitar sonreír al oír la suave voz de su pareja y reír al oír también su pregunta.
—No lo se —respondió divertida por las cosas que el joven Tanjirou le había contado en aquella carta, narrando sus misiones y describiendo a las nuevas personas que había conocido durante su viaje.
—Pero me alegro que se encuentren bien —volvió a hablar Seiza sin borrar la tierna sonrisa que pintaba sus rosados labios.
Sin decir nada el Pilar de Agua rodeó su cuerpo con uno de sus brazos y con delicadeza dejó un casto beso entre los mechones oscuros que formaban su flequillo.
La muchacha solo se dispuso a cerrar sus ojos y disfrutas de aquellas escasas pero dulces muestras de cariño que el joven Tomioka le daba debes en cuando.
—Debemos volver a la sede y reportar nuestra misión —murmuró Giyu con calma, mientras observaba como el sol se encontraba en lo alto y el cuervo que pertenecía al Tanjirou volaba cerca de ellos esperando la respuesta de la Pilar de Astros.
Y así ambos pilares desaparecieron de lugar, dejando tan solo la brisa fresca y el luz de los rayos de sol.
Que seguían embelleciendo en armonía aquel lugar.
Ya pasando varios días.
En otro parte se podía escucharse la voces de tres jóvenes cazadores que se encontraban corriendo uno detrás del otro.
—El orgullo...
La voz del joven cazador de ojos carmín, sonaba en medio del bosque en que él y sus dos compañeros se encontraban corriendo dirigiéndose al lugar de su nueva misión.
El monte Natagumo.
—Es saber cuál es tu posición —continuó hablando mientras corría y levantaba la mirada buscando a su cuervo kasugai, esperando a que vuelva con una carta de la cazadora a la que había enviado hace unos días una carta—. Y comportarse de forma que no seas una deshonra para ella.
Mientras seguía hablando, pudo notar a su cuervo aparecer entre los árboles y desencer hacia él.
Tanjirou se había detenido y con una sonrisa acepto el papel doblado que el cuervo llevaba atado en una de sus patas.
Mientras que los otros dos chicos también se detenían y curiosos observaban lo que contenía escrito el papel.
—¿Que es eso? —habló Inosuke mientras observaba lo que para él, eran nada más que garabatos dibujados en un papel.
Zenitsu en cambió leyó algunos párrafos comprendiendo que se traba de alguien conocido del joven pelirrojo y soltó un suspiro al saber que no se trataba de alguna nueva misión peligrosa.
—Es una carta de Seiza-chan —respondió con una cálida sonrisa, mientras sentía como su hermana se removía en la caja de madera al oír el nombre de la Pilar—. Nos desea buena suerte en nuestra nueva misión —dijo alegre.
Tanjirou guardó la carta en uno de los bolsillos de su haori y decidió volver a correr siendo seguido por lo demás.
—¿Y quién rayos es esa Ketiza? —volvió a preguntar el joven con cabeza de jabalí.
El mayor de los hermanos Kamado frunció las cejas al oír como la llamaba.
—¡Su nombre es Seiza, Seiza..! —le reprochó mientras volvía a observar en frente—. No la llames de esa forma.
El chico jabalí sintió una de sus venas sobresalir y volvió a hablar con su común personalidad explosiva.
—¿Por qué debería hacerlo? —habló mientras corría detrás de ellos dos—. ¿Quien es esa, por qué nos desea buena suerte al igual que esa vieja? —seguia preguntando.
—Pues.. —intentó responder Tanjirou pero el cazador que tenía dos nichirin volvió a interrumpirlo.
—No tienen nada que ver con nosotros —habló Inosuke mientras los tres seguían corriendo por el camino en medio del bosque de árboles altos—. Ellas no entienden su posición...
El Kamado al oír como se dirigía hacia ellas, en especial a la Pilar no evitó enojarse.
Y sin decir nada más.
—¡Hmp! —hizo un sonido de disgusto por las palabras de su compañero.
Aceleró el paso disponiéndose a ignorar al joven con cabeza de jabalí.
—¡Aceleró! —dijo sorprendido el rubio, mientras veía al pelirrojo alejarse con rapidez al igual que el de mechones negros con puntas azules, quien gritaba que no perdería contra él.
Dejando de nuevo último.
—¡Espérenme!...
Al pobre y temeroso Zenitsu.
Había pasado las horas y la tarde se encontraba a punto de terminar, dando por finalizado el día.
El sol se encontraba dando sus últimos rayos de luz mientras se ocultaba en medio de las montañas.
—¡Esperen, por favor!.
Y los tres cazadores por fin llegaban a su destino.
—¿Qué sucede, Zenitsu? —preguntó Tanjirou al oírlo tan serio, pero al voltearlo a ver lo encontró en el suelo abrazando sus piernas.
El rubio se encontraba llorando y temblando mientras les decía el miedo que tenía.
—¡Nos acercamos al destino y tengo miedo! —se quejó mientras seguía llorando.
Mientras que los otros dos solo podían verlo tirado en el suelo.
—No te sientes ahí, eres repulsivo —habló con desagrado el joven cazador con cabeza de jabalí, mientras ponía sus manos en su cintura y lo observaba.
Y recibía el gritó del rubio, quien apuntando hacia el monte repleto de vegetación seguía quejándose.
—Sentarse ahí no servirá de nada —habló está vez el pelirrojo luego de darle una mirada al lugar en donde debían ir para cumplir su misión.
Para luego volver a quedarse callado mientras oía a aquellos dos discutir.
Pero un procupante olor llegó a su ofalto sacudiendo por completo su cuerpo y descomponiendo el gesto de su rostro. Haciéndolo voltear a la entrada del monte Natagumo.
—¿Eh? ¿Qué pasa? —habló Zenitsu al notar el cambio en su compañero y lo serio que se había puesto.
Pero Tanjirou ni siquiera volteó a verlo, pues aún tenía su mirada hacía donde aquel olor se sentía.
—¿Qué es este olor? —murmuró mientras sin esperar más comenzaba a correr dejando a sus dos compañeros atrás y acercándose más a la entrada del monte.
Mientras que, Inosuke lo seguía al instante y Zenitsu gritaba asustado también empezando a seguirlos.
—¡No me dejen solo!.
Y lo que no sabían era que aquellas misiones que antes habían cumplido.
—Ayuda.. por favor... —susurró con dolor un cazador que habían encontrado echado en el suelo todo lastimado y sosteniendo su katana, mientras que ellos se acercaban a él preguntándole como estaba.
No eran nada comparada con la que tenían ahora.
—¿Que ocurrió? —habló Tanjirou intentando acercarse al cazador herido.
Pero antes de lograrlo el cuerpo de este había sido estirado de nuevo hacia las profundidades del bosque, mientras tan solo podía oírlo gritar por ayuda.
Y sentir una vez más..
El aquel olor retorcido y siniestro que lo había estremecido...
Nota de la Autora:
¡O por Dios!... ¡Al fin pude escribir algo!
Luego casi un mes o quizás más —no tengo ni idea, he estado hasta el cuello de exámenes— me disculpo por tardar en cumplir mi palabra, pero aquí está un nuevo capítulo de Astros.
Como no quería que fuera necesario leer el capítulo anterior lo escribí narrando esta vez las acciones de Tanjirou, pues ya estamos entrando al último arco del anime —que por cierto, ya falta poco para que se estrene su segunda temporada—.
En fin espero que disfruten del capítulo y gracias por leer!
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