•𝟚𝟜•
La época de lluvia había acaso dando paso a el final del otoño.
La hojas volvieron a su tonalidad verdosa y crecían de forma lenta y silenciosa vistiendo de nuevo las ramas de los árboles.
La brisa aún se mantenía fresca, caminando por los aires mientras arrastraba consigo un sin fin de hojas danzarinas, que luego caían al suelo. También el verde césped se movía al compás.
En la sede de los cazadores de demonios se oían los murmullos de los enemigos de los come-hombres, de todo tipo de nivel, del Mizunoto hasta el Kinoe.
Pero todo susurró o voz fue reducida al silencio, tran notar la llegada de los Pilares.
—Los Pilares....
—El Pilar Roca es intimidante —murmuró uno de los cazadores de bajo nivel con asombro por la enorme presencia de aquellos seres.
—¡Oohh la Pilar de Amor es tan linda! —dijo una muchacha con estusiasmo, mientras un grupo de jóvenes se sonrojaban al ver a la Pilar Insecto sonreir.
Mientras que la joven de ojos perla trataba de demostrar serenidad y ocultarse con disimulo detrás de haori bicolor de su pareja. Pero de igual modo no evitó ser notada.
—¡Es la nueva Pilar! —murmuró un chico de cabellos dorados mientras empezaban los murmullos de nuevo.
Seiza sintió el agarre de su mano intensificarse, por lo cual observó al Pilar de Agua, quien no demostraba ninguna emoción en su rostro. Pero de igual forma ella podía leer la diminuta acción de brindarle tranquilidad.
Volvió a suspirar eliminando el peso en sus hombros y se dedicó a permanecer serena ante las atentas miradas de los demás cazadores, después de todo era la primera vez que se presentaba como Pilar aunque haya obtenido el título hace ya casi un año.
—El día de hoy se da por iniciado la época de la etapa final de los exámenes para Cazadores de Demonios.
La refrescante voz de Oyakata-sama llegó a todos los miembros de la sede, mientras el hombre era acompañado por dos de sus hijas.
—Que vuestro tiempo de lucha sirva de enseñanza para los nuevos reclutas y les pido que los guíen en este camino lleno de penumbras que habrán decido recorrer —habló dando por terminada la reunión de los cazadores.
Pues cada año en que las pruebas para nuevos reclutas llegaba, Oyakata-sama siempre reunía a los actuales mata demonios pidiéndoles su guía y protección hacia los futuros cazadores, además de agradecer sus servicios a esta noble causa.
—Que las estrellas iluminan vuestro caminos hijos míos —murmuró antes de que los cazadores de menor rango volvieran a sus actividades y misiones de nuevo—. En cuanto a ustedes, pilares de esta organización —habló a los diez cazadores más fuertes quienes se encontraban arrodillados frente a él—. Demos por inicio, la reunión de los Pilares.
—¡Tan sólo serán un apetito más, para los demonios! —la gruesa voz del Pilar de Viento se escuchó en medio de salón—. Los cazadores de ahora son débiles.
Oyakata-sama tenía aún su sonrisa delicada en sus labios mientras que se encontraba sentado en frente de todos sus pilares.
—En estos últimos dos años los movimientos de los demonios han aumentado, y han manchado de sangre la tierra —murmuró el hombre de vista perdida mientras que en una de sus manos sostenía una flor de lycoris carmesí de hermosa complexión de pétalos alargados y sin forma fija—. Realmente es frustrante —murmuró Oyakata-sama mientras acariciaba los pétalos de aquella flor.
—La época está cambiando, los demonios se están fortaleciendo —habló Obanai mientras estaba sentado al lado de la Pilar de Astros—. Hasta nos hemos encontrado con una de las Doces Lunas. La más fuerte de las Lunas Inferiores.
Tomioka sintió el agarre de su haori que tenía la muchacha de ojos perla intensificarse, volteó a verla por unos instantes, antes de aflojar el agarre de Kuroi de su haori bicolor y entrelazar sus dedos de forma silenciosa.
Oyakata-sama sonrió ante la verdad con la que hablaba el joven de ojos heterocromicos.
—Yo creo que podemos hacer algo, por aquellos que dieron su alma en esta batalla —sonrió con delicadeza—. Creo que los Pilares aquí presentes son tan hábiles como los espadachines de la respiración original del período Sengoku.
El viento azotó las ventanas abriendolas de golpe dejando ingresar a la oscura noche y la fría brisa que danso con los mechones de los cabellos de los presentes.
Dando paso de igual modo a los encandecentes luceros que iluminaron aquella habitación y a los espadachines.
—Así que... —levantó la mirada vacía hacia ellos, mientras les ofrecía una sonrisa llena de melancolía—. Que sus fuerzas nunca desaparezcan y que ustedes Pilares de la asociación mata demonios. Iluminen el camino de la nueva época que se avecina.
Al instante en que el hombre de cabellos cortos y oscuros terminó de hablar los diez pilares realizaron una reverencia.
—Así será Oyakata-sama... Y daremos nuestras vidas si es necesario.
Sus pasos eran delicados como el susurró del viento en las hojas, silenciosos como el andar de las nubes por el cielo estrellado.
Sus ojos perla mesclandose con las estrellas de allí arriba.
Sonrió y dejó que la noche abrazara su cuerpo al estar en el jardín de la finca de Oyakata-sama.
Luego de unos minutos observó el lugar en donde casi siempre pasaba las noches en que se quedaba allí, el techo de la sede. Sin pensarlo dando un ágil salto quedó parada sobre los oscuros tejados, aún con la mirada puesta en el cielo y su haori oscuro como aquella noche moviéndose con el viento fresco.
Cerró sus ojos disfrutando del silencio y se dejó caer sentada con las piernas extendidas, sin abrir aún los párpados.
De repente su sonrisa se enzancho al oír el silencioso andar de sus pasos y casi la nula presencia de su persona.
Pero para ella era fácil sentirlo.
—¿Qué constelación puedes distinguir en esta noche? —murmuró al sentir la caricia y calidez del haori del cazador caer sobre sus hombros.
Tomioka no respondió al instante, pues antes se dejó caer también en el techo, sólo que detrás de la matademonios y en acto silencioso la rodeo con sus brazos de forma protectora. Mientras levantaba también la mirada al cielo estrellado.
—Tauro es el más vicible en esta época —murmuró notando la sonrisa de Seiza ocultar una débil risa.
El de ojos oceánicos movió la cabeza hacia atrás y esperó a que la joven se recostara en su pecho, cosa que si hizo, para luego él recostar su mentón en su hombro con gusto.
—Pasar tanto tiempo junto a mi, te ha hecho un experto en los astros —murmuró con toque de diversión en su voz la Pilar de Astros, mientras se dejaba deleitar con la calidez y pequeñas acciones de cariño de parte del joven, como en ese momento en que la tenía rodeada con sus brazos de forma cariñosa.
El viento acarició los oscuros cabellos de ambos, y también fue testigo de la sonrisa casi inexistente en los labios de Giyu.
—No me molestas serlo —murmuró con su común voz neutral aunque con un toque dulce.
Que hizo voltear a la joven hacia atrás, uniendo sus miradas.
Deleitando al Pilar de Agua, con aquellos...
—Mientras siga estando contigo...
Ojos de Estrellas...
Nota de la Autora:
Hola!.
Por fin actualización jajaja, quería adelantar el tiempo así que ya se acerca la unión de los nuevos miembros de los cazadores de demonios —el comienzo del camino de Tanjirou—. Bien eso es todo que lo disfruten.
Gracias por leer!.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top