Capítulo XXI: It's mine (*)

Lucy Montgomery-Gray

Uno 

Dos 

Tres

Deseche el cartucho de la beretta entre mis manos antes de tomar el siguiente cartucho de la mesita junto a mi para volver a cargarla y volver a disparar en el blanco de tiro hasta que las balas tambien se me agotaron. Me quite los tapones de los oídos y retire los lentes de seguridad mientras veía el tablero parchado 

Tenía que practicar mi puntería cada tanto tiempo, hoy fue el día, y no estuvo tan mal. Mire el reloj en mi muñeca dándome cuenta que ya debía de irme, teníamos un operativo en un barrio de Queens donde alguien nos había dado informes para desmantelar un burdel infantil

—Muy bien, equipo, estas son las instrucciones— el jefe nos había citado enmedio de toda la oficina para darnos las instrucciones— debemos detener a John Turner, importante, los quiero a todos vivos y debemos tener mucho cuidado, hay niños desde los 4 años, no podemos permitir que ninguno salga herido, ¿entendido?

—Si, señor— respondimos al unísono los oficiales y detectives que éramos como veinte

—Nos vamos en quince minutos.

Me cambié para el operativo, mis jeans por un pantalón táctico negro, una camiseta de mangas negra, arriba mi chaleco antibalas y trencé mi cabello para que no me estorbará. Mi placa estaba enganchada en mi cinturón junto a mi arma

El barrio era horrible, uno de los más pobres del distrito, cuando al fin ubicamos la bodega donde estaban la banda que debíamos arrestar, en mi caso debía quedarme dentro del auto hasta que los oficiales entrarán primero y asegurar que el perímetro era seguro para el arresto 

—El pez mordió el anzuelo— Lydia, mi compañera estaba a mi lado en el auto esperando esa confirmación para poder actuar

—Es la señal— le dije una vez vi más movimiento en las salida de la bodega

Muchos policías sacaban a esas niñas que parecían en horribles condiciones y que lloraban sin parar, pero el verdadero alivio vino cuando vi a mi jefe, el general Jones, arrastrando al hombre de traje barato y canas que según las fotos, era el autor intelectual de todo este desastre

—John Turner, está bajo arresto por trata de personas, corrupción a menores, privación ilegal de la libertad, todo lo que diga puede y será usado en su contra en un juicio. Tiene derecho a un abogado, si no puede pagarlo, se le asignará uno 

El operativo fue todo un éxito, las personas involucradas fueron detenidas y nadie escapó, lo mejor fue el rescate de las víctimas, más de treinta niñas de entre 5 años hasta los 18 años. 

En la oficina todo estaba plagado de reporteros, una de las más grandes organizaciones fueron desmanteladas, así que era algo que volvía loca a los medios 

Por mi parte, apenas llegue, me cambie el chaleco y me puse mi saco negro, era una de las que iba a interrogar al líder, por lo cual cuando entre a la sala de interrogaciones, tuve que dejar mi arma y mi placa

De solo ver a ese hombre me daban nauseas, veo criminales a diario, se leerlos muy bien, pero los violadores no merecían ni un gramo de respeto, y no me detenía en admitir que les tenía resentimiento especial, no había nada más desagradable que ellos

—¿Vas a decir algo?— me senté en la silla al otro lado de la mesa de mi querido criminal 

—No diré nada sin un abogado presente— me dio una sonrisa burlona

—Un mafioso disfrazado de abogado no te va salvar, imbécil— le aseguré mientras le daba un golpe con mi palma a la mesa de metal— te esperan muchos años en la prisión, así que si yo fuera tu, empezaria a hablar

—Ay, preciosa. que linda se ve jugando a la detective, cuando debería estar en la cocina donde pertenecen las mujeres— no me contuve y le di un golpe en la mandíbula que le puso la cara colorada. Se supone que no debo hacer esto, pero ser una de las favoritas del jefe tiene sus ventajas— me está agrediendo

—¿A quién crees que le importe las agresiones a una rata como tú?— recargue la espalda contra la silla mientras me cruzaba de brazos con burla

—A mi abogado. Más tardaron en atraparme que yo en salir

—¿Eso crees?— me reí — no vas a salir, no vas a tener tranquilidad después de haberles destruido la vida a esas niñas que vendiste

—¿Traumas de la infancia con tu padre, linda?

Hijo de perra, mis traumas son solo mios.

Vale, la cachetada no fue nada, la sangre me hirvió, así hice como que caminaba a la puerta, al verlo distraído me volvi a ir encima tomándolo del cuello para levantarlo de la silla bruscamente y estrellar su espalda contra la mesa de metal

—Perra.— gruñó con dificultad ante mi golpe

—No hay nada que odie más que un asqueroso pedofilo como tú.

—Montgomery, derechos humanos— mi jefe entro, por lo que me tuve que conformar con soltar un bufido y soltar a la rata entre las manos 

—Todo suyo, jefe— me retiré, ahora era trabajo de mi jefe 

Pero apenas tuve un pie fuera de la sala, las náuseas que sentía, dejaron de ser literales y tuve que correr al baño por las arcadas que me dieron que hicieron que tirara el desayuno en el inodoro

Aun sudando frío, volví con un pañuelo en la boca limpiando el agua de mi cara despues de lavarme 

Mi jefe me ordenó que coordinara todo con las víctimas en el hospital, todos sabían que mi esposo trabajaba ahí, así que estaba acostumbrada a esto por la familiaridad que tenía

Fue horrible estar en urgencias acompañando a las víctimas, como tenían que explicar entre llanto todo lo que les hicieron, y detalles que haría que los doctores dedujeran si esos abusos tendrían consecuencias como ETS, o embarazos no deseados

—¿Cuando fue su último periodo?— sostenía la mano de Alana, una niña de 14 años mientras que una de las doctoras le preguntaba eso, la pequeña no dejaba de llorar

—No, no lo recuerdo— repitió la pequeña con la cara bañada de lágrimas— debe haber venido hace un par de días, cuando paso esa tormenta eléctrica hace diez días, desde ahi nada

Mierda

A mi tambien... Y nada...

La doctora al mando de urgencias, me dijo que se llevaría a la niña para hacerle estudios, por lo que me pidió que esperara, pero no planeaba hacerlo, no porque no me importaba la niña, sino porque ahora tenía que salir de dudas yo también

No, esto no podía ser posible. Sintiendo unas inmensas náuseas, me di la vuelta para correr hacía obstetricia, la mayoría de las doctoras aquí saben quien soy, no seria dificil que me atendieran rápido 

(...)

—Diría que tiene 3 semanas de gestación— eche la cabeza hacía atrás, tenía una bata blanca y las piernas alzadas en los estribos de la camilla mientras que Amanda, la misma que descubrió los latidos de mi primer embarazo, me miraba con una pizca de lástima, ahora había descubierto latidos de nuevo— supongo que esto no estaba en sus planes, ¿quiere hablar de sus opciones?

—No...— susurre recargando mis antebrazos contra mi frente— no puede ser, tengo una bebé de cuatro meses, ¿cómo fue posible?

—¿Hace cuánto dejó la lactancia?— ella se levantó de la silla desechando los guantes mientras que yo bajaba las piernas y me cubría 

—Casi un mes— respondí cerrando los ojos y soltando una leve maldición— mierda...

—Manejaré todo con la discreción que usted desee— levanté la vista por su mirada de lastima— en serio 

—Gracias, Amanda 

Me dejo sola para que me cambiara, mientras que me ponía mi uniforme de vuelta, no pude evitar el miedo, un miedo diferente a la primera vez cuando iba a tener a mi Mallory

No, mi hijo no puede ser de...

Yo estaba lactando, según mis conocimientos basicos en medicina, es imposible que quedara embarazada cuando me acosté con Richie...

¿Como le iba a decir esto a Eddie? Estaba casi segura que era de mi esposo, pero una pequeña duda estaba en mi cabeza, él dijo que no le molesto, pero una cosa era algo de una noche, y otra era tener un hijo de alguien que no fuera él 

Tuve que volver con Alana, que estuvo más tranquila después de que la atendieron y le dijeron que no había nada fuera de lo habitual, solo era cosa de tratamiento psicológico, y pude dejarla más tranquila después de que sus padres llegaron a su lado muy felices de haberla recuperado y prometiendo que nada le pasaría ahora que ya estaba con ellos 

Con eso me fui a buscar a mi esposo a la recepción, tenía un miedo gigantesco y necesito hablar con Eddie

—Hola...— titubee un poco recargando los brazos en la barra

—¿Si?— no reconocí a la enfermera, me miró de arriba a abajo deteniéndose con una mueca al verme temblando

—¿Está el doctor Kaspbrak?

—¿Quien lo busca?— su mirada despectiva me hizo dar dos pasos atrás, pero recuperé la compostura y mi ceja se frunció 

—Su esposa— murmuré sacando el mismo tono brusco que ella

—¿Su esposa?— casi se carcajeo en mi cara 

—Mayra, deja el protocolo— Kate, la enfermera que si reconocía me dio una sonrisa— detective Montgomery, el doctor Kaspbrak acaba de salir de cirugía, puede buscarlo en el piso 6

—Gracias— le sonreí solo a Kate, a Mayra la mire de arriba abajo junto como ella me miró a mi 

Tome el elevador aun sintiendo que el corazón se me saldría por la boca, no sabía cómo decírselo sin pensar que me va a odiar y a pedir el divorcio por esa estupidez que acepte estando medio borracha

Eddie estaba recargado en la recepción llenando papeles, llevaba su uniforme azul marino, su cofia cubría su cabello y parecía cansado, pero cuando noto mi presencia, de inmediato se giró a mí sonriendo a pesar de sus ojeras

—Hola, amor— Eddie no termino de saludarme cuando le pase las manos por las costillas para abrazarlo, recargue la mejilla en su hombro sintiéndome pequeña— ¿que tienes? ¿estás bien? ¿no te paso nada en el operativo, verdad?

—No, todo está bien— me despegue un poco para mirarlo con una leve sonrisa— solo quería verte 

—Tengo que llenar un expediente y salgo en un momento— hizo un ademán señalando la barra de la recepción, lo solté— mamá dijo que quería visitar un rato a Mallory, ¿te molesta?

—No, está bien— que Sonia cuidara a la niña me daria tiempo y la oportunidad que pudiera hablar bien con él

—Bueno, le diré que pase por ella a la guardería— la guardería estaba dentro del hospital, así que estaba bien

—Si quieres ve a jefatura de residencia— Eddie me dio un último beso en la frente 

Él era jefe de residentes, así que tenía una oficina para él solo, entre ahí aun sintiendo náuseas, iba a vomitar de nuevo, pero cuando me acerque al cubo, las náuseas se me fueron, pero aun así me quedé un par de segundos con la cara hacía el cubo por cualquier cosa

—¿Rojita?— Eddie llegó a los minutos, se extrañó al verme con la cara a medio cubo— ¿que tienes? ¿quieres que te revisen?

—Hay algo que te tengo que decir— me enderece, Eddie me sostuvo por la espalda llevándome a al sillón en la oficina y ayudándome a sentar, solté una gran respiración preparándome para lo que iba a decir— me esta matando si no lo digo 

—Puedes decirme lo que sea— Eddie me sostuvo las manos dándome un beso en mi dorso que me encogió el corazón 

—Creo...— negué, estaba segura— estoy embarazada.

La primera vez que dije eso, Eddie de inmediato saltó emocionado, pero ahora, por más que dijera que no, su expresión era extraña, sabía lo mismo que yo, solo que lo mío era una pequeña sospecha que podía cambiar todo en nuestra relación, pero no sabía que tan grande era esa sospecha para Eddie

—Y tengo miedo... porque tengo tres semanas— sentía que me faltaba el aire y los ojos se me cristalizaban

—Rojita...

—Estoy segura que es tuyo, en serio— le tomé las manos mientras unas pequeñas lagrimas se me escapaban por los ojos— no es de él, te lo juro 

—¡¿Que?!— el grito en la puerta nos hizo saltar 

Mi suegra estaba ahí 

Tenía cargando a Mallory, pero cuando su mirada cayó sobre mí, vi como su expresión cambiaba y se acercaba a grandes pasos hacía a mí que me hicieron sentir pequeña

—¡Maldita zorra!— me dio una bofetada que me giró la cara y que en cualquier otra ocasión, no me hubiera hecho nada, pero ahora no pude evitar llorar— ¡siempre supe que eras una prostituta que solo sabía abrir las piernas!

—¡Madre!— Eddie se puso entre su madre y le quitó a nuestra hija que lloraba sin control— ¡no vuelvas a tocar a Lucy!

—¡¿No estás viendo?!— Sonia me apuntó con repulsión— ¡está facilona te va a cargar un bastardo que no es tuyo!

—No es cierto— Eddie arrullaba a Mallory que no dejaba de llorar— no sé qué oíste, pero eso no es cierto. Lucy jamás me engañaría 

—Hijo, estás tan ciego— nos miraba a ambos sin poder creerlo— está prostituta te tiene hipnotizado y ahora vas a terminar reconociendo al bastardo de su amante

—¡No le diga bastardo a mi bebé!— no sabía como sentirme con respecto a mi embarazo, pero esa palabra la odiaba y no iba a permitir que esa mujer dijera eso de mi bebé— ¡esto es algo que a usted no le importa!

No me importa quien de los dos sea el padre, es mío, mi hijo. Lo iba a amar solo por el hecho de ser mío, y así como protejo a Mallory de su abuela, tambien lo haria con el nuevo bicho que tengo en el estómago, los dos son míos.

—Mamá, lo mejor es que te vayas— Eddie apuntó a la puerta— si quieres ver a la niña, yo te llamo 

Ella no se veía nada contenta, intercalo miradas entre los tres, se acercó a Mallory desordenándole el cabello, a mi me dio una mirada de asco y a Eddie una de lastima antes de que se fuera

—Puta.— pero antes de cerrar la puerta, me dijo eso

—Mi amor...— Eddie se giró con nuestra hija en brazos 

—No....— me cubrí mi cara repleta de lágrimas— tiene razón...

—No tiene razón— Eddie sostuvo a Mallory en su regazo que se tranquilizaba lentamente antes de pasarme el brazo por el hombros 

—Es que hay una pequeñísima posibilidad de que...

—No me importa— me tomó el mentón obligándome a mirarla— tu eres mi esposa, es mi hijo, amo todo lo que tiene que ver contigo. No vuelvas a decir que no lo es, yo también sé que es mi hijo — me pasó la mano por el estómago acariciándolo como la primera vez cuando le di la noticia que seríamos padres— te amo, no me importa nada, vamos a ser padres otra vez, le vamos a dar un hermanito a Mallory

Mi niña pareció entender, porque a pesar de que acababa de llorar, de repente empezó a reírse como si nos entendiera, alzó los brazos para que la alzara, así lo hice mientras le sostenía la cabecita llenandole la cara de besos 

—Vas a ser la mejor hermana mayor del mundo— y Mallory, se soltó a reír haciendo mi corazón encogerse de alegría 

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Meme de Lucy dándole la noticia a Richie: 

-Ellis

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