Capítulo XI: Bloody Angel (*)
Tipo de narrador: Tercera persona
Uno por uno de los perdedores fueron bajando por la cuerda hacía un pequeño callejón que contenía el pozo que los llevaría a la guarida de Eso
A excepción de Mike
Un golpe seco en su nuca lo dejo algo desorientado a la vez que lo jalaba lejos del pozo, solo alcanzo a ver la silueta de Henry Bowers que estaba lleno de sangre
—¿Mike? ¿Mike? ¿Mike?— el mencionado el llamado de Eddie, Richie, Stan y Bill
Bowers se asomó por el pozo con el rostro ensangrentado mientras reía a ver a los chicos atrapados mientras le quitaba la cuerda
Mike logro retrocedió al ver al chico con sangre en su rostro
—¿No escuchaste lo que te dije? Debiste alejarte de Derry— el rubio caminó lentamente al ver al chico retroceder en el suelo— tus padres no huyeron, y ve lo que les paso, aun me pone triste pasar por esas cenizas, triste... ya que no lo hice yo mismo
La rabia se encendió en su ser en segundos, tomó la pistola de clavos con las que su abuelo asesinaba a las ovejas buscado la oportunidad de defenderse, aunque parecía tener más fuerza y llevarle la ventaja, tomó de vuelta la pistola apuntándola en la frente del moreno antes de este lograra jalarla para quitársela de encima, a la vez que tomaba una piedra del suelo
Henry estaba buscando golpear a Mike con la piedra cuando algo o más bien alguien le rodeó la garganta con una cadena, la cadena tiró de él jalandolo y permitiendo que Mike se lo quitará de encima
Lucy Gray sostenía la cadena
La rabia volvió a ella cuando recordó como Henry ordenó a sus amigos sostenerla, cómo la amenazó con darle de comer una bala y como rompió su ropa para buscar tocarla sin su consentimiento
La pelirroja termino sentada sobre su estómago con una pierna de cada lado mientras ejercía presión sobre sus hombros y miraba con una sonrisa al verlo retorcerse como vil gusano, Mike veía la escena petrificado porque Lucy era mucho más pequeña y delgada que él y aun así no le ganaba, pero lo que no contaba era la rabia que tenía la niña, rabia que le hizo arrebatarle la navaja que llevaba en su otra mano
—Cumplo mis promesas, Henry— le aseguro mientras tiraba de su cabello y ponía la navaja contra su cuello
<<Mira mi cara... Será lo último que veas antes de que mueras>>
La amenaza latente estaba en el aire, y por los ojos que le brillaban en amarillo, eso dejaría de ser una advertencia muy pronto
Y dicho esto, tomó con más fuerza la navaja antes de cortar la garganta de Henry Bowers de lado a lado
La cara de la niña no dejó distinguir dónde empezaba su cabello y terminaba su rostro, ya que estaba empapada de sangre. Se pasó las manos de la cara por el nauseabundo olor de la sangre que no quería en su persona, miró a Mike que la veía con los ojos abiertos de par en par
—¿Estás bien?— la voz de Lucy salió con ese aire de niña pequeña que hacía mucho más difícil de creer que había terminado de asesinar a alguien
Mike no podía decir nada.
—Él me tocó— los ojos de Lucy se cristalizaron mientras le decía eso a Mike— me iba a hacer daño. Se lo merecía
—Si— Mike pudo salir del shock y le dio una mirada de lastima— lo merecía. Gracias Lucy
La niña limpio su mano de sangre para ofrecersela al moreno, la cual aceptó para que lo ayudara a levantarse
Mike no podía sentirse más extraño, Lucy siempre le dió ese aire de ternura e inocencia, pero ahora la había visto tomar una vida
Una vida para salvarlo a él
Y eso jamás lo olvidaría, jamás olvidaría que Lucy Gray manchó sus manos de sangre para salvarlo
—Mike...— oyeron los llamados de sus amigos
—Estoy bien— Mike se asomó por el pozo haciendo que todos soltaran una respiración de alivio
—Estamos bien— sin embargo las caras de sorpresa volvieron al ver a Lucy manchada de sangre sosteniendo sus manos en el borde del pozo, que aunque no lo pareciera, fue como sentir una presencia de un ángel
Un ángel sangriento.
—Stanley...— un leve susurro se escuchó en el fondo del túnel, mientras que Lucy y Mike bajaban por la cuerda
Cuando Stan giró, se encontró lejos de sus amigos y solo veía los tubos y charcos de agua a su alrededor, mientras que Lucy se reunía con Richie y Eddie en un gran abrazo, claro, después de que Eddie tomará su camisa para limpiar la sangre que su chica tenía en la cara
—¿Dónde está Stanley?— Lucy fue la primera en notar la ausencia del de rulos ya que también oía el susurro espeluznante que decía su nombre
—¡Stanley! ¡Stanley! ¡Stan!— el resto la imitó también llamando al judío a gritos
Lucy tomó la delantera en el recorrido, por desgracia o ventaja, ella conocía el lugar a la perfección, los llevó hasta una compuerta donde habían varios tubos entre conectados y mucha agua estancada, al acercarse por completo, vio a su amigo debajo de lo que parecía una extraña mujer desfigurada qué le mordía su pequeño rostro con sus colmillos
—¡Suéltalo, maldito hijo de puta!— Lucy tomó un tubo de acero del suelo pegándole a la criatura con una fuerza que no parecía el de una niña de 14 años
El gruñido de la mujer desfigurada le dio en la cara desordenando su cabello y haciéndola entrecerrar los ojos, pero no hizo que bajara el mentón con determinación
Solo basto ver la mirada furiosa de la niña, para que la mujer desfigurada soltara al judío y se alejara de espaldas ocultándose tras una pared, para unos segundos después asomarse con la forma del payaso que le helo la sangre a los chicos, mientras que a ella le hizo tomar con más fuerza el tubo por si se atrevía a volverse a lanzar a uno de sus chicos
—¡Stan!— los seis presentes se acercaron al de rulos que estaba completamente petrificado y lloraba desconsolado
—¡Me abandonaron, me dejaron solo, no son mis amigos! ¡Me obligaron a entrar a Neibolt!— gritaba el judío completamente desconsolado
—Somos tus amigos— lo trataron de consolar abrazandolo y diciendo que todo estaría bien
No, definitivamente Lucy ya no le creía a su padre, el dolor de sus amigos no iba a ocurrir otra vez. Ver llorar a Stan y ver como lo atacó fue demasiado, él dijo que era la última vez, pero ya no le creía nada, y si él quería que las cosas se volvieran en su contra, que así sea.
—Escúchenme bien— la pelirroja se soltó del abrazo de— antes de tocarlos a ustedes, me mata a mi.
—Lucy...— ni siquiera Eddie o Richie lograron detenerla ya que tomó el tubo de acero corriendo hacía una dirección contraria
—¡Lucy! ¡Lucy! ¡Lucy!— Ben, Richie, Eddie y Mike la llamaron ante la locura que estaba haciendo
Una locura para ellos, no para ella
Porque para ella, eso era una muestra de amor. Y no hay amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos
Para su desgracia, Bill salió corriendo al mismo tiempo que ella, siguiendo el que parecía ser su hermano, y al estar en su etapa de negacion, creia que ese niño de verdad era su hermano
Pero al llegar a la montaña de juguetes, Lucy no pudo evitar ahogar un sollozo al ver a Beverly flotando, bajo el efecto de sus luces de la muerte
Una vez su padre le intentó mostrar sus luces de la muerte, eso como un castigo después de que ayudara a escapar a una niña de cuatro años porque le tuvo lastima. Su castigo fue ver muertes a través de sus luces de la muerte. Eso la dejo tan afectada que jamás intentó rebelarse contra su padre de nuevo
No hasta ahora
No le importaba que también a ella la hiciera ver luces de la muerte por toda la eternidad, se aseguraría de que sus siete amigos volvieran a sus casas hoy.
Estuvo tan absorta en sus pensamientos que menos noto cuando Mike, Ben, Richie y Eddie llegaron hasta su lado, donde quedaron igual de petrificados al ver a Beverly flotando
—¡Beverly!— gritó Ben al verla flotando
—¿Cómo es que está flotando?— Richie miraba anonadado a la pelirroja de cabello mas corto en el aire
Entre Ben y Mike bajaron a Beverly pero aún seguía con los ojos blancos y parecía medio muerta
—¡Bev!— trato de mover a Beverly pero ella no reaccionaba— Beverly! Porque no despierta? Que le sucede?— Ben ya estaba entrando en pánico y la abrazó
Eddie no pudo evitar mirar a Lucy, ni siquiera podía pensar en algo que no fuera que ella tenia la culpa del estado de Beverly, indirectamente
Ben tomó a Beverly de las mejillas y le dio un beso, pero ella seguía sin reaccionar.
Ella tomó una bocanada de aire y despertó.
—En enero brasas...— susurro Beverly viendo a Ben.
—Mi corazón también arde por ti— completó Ben.
—¡Santa madre!— exclamó Richie emocionado atrayendo a todos en un abrazo grupal
—No veo a Bill....— Beverly busco con la mirada al ultimo que les faltaba
Denbrough miraba con la respiración acelerada al ver al niño que persiguió, ya sin el impermeable, reconoció su silueta y sus cabellos
—Georgie...— el mencionado salió de entre las sombras
—¿Por qué tardaste tanto?— esa voz infantil llamó la atención de los perdedores, se acercaron del otro lado de la montaña de juguetes
Una vez más, Lucy tuvo ganas de arrancar su estómago, al mirar pequeño que la atormentaba ahí, solo que sin un brazo. Era la forma de recordarle donde había terminado
—Te-te estuve buscando todo este tiempo— Bill miraba a su hermano con los ojos cristalizados
—No podía encontrar la salida— todos miraban confundidos y un poco enternecidos la escena de los hermanos Denbrough, menos la pelirroja de cabello más largo— dijo que iba a devolverme mi bote. Billy, debiste ver como floto
—¿Era rápida?
—Era más rápido que yo
—Ella, Georgie. Le dices a los botes ella
—Llévame a casa, Billy
Nadie sabía que decir ante esa reunión de hermanos, claro, solo la pelirroja que se sentía asqueada por jugar de esa manera con su mente
—Quiero irme— el pequeño sollozo lentamente— te extraño, quiero estar con mamá y papá
—No tienes idea de cuanto quiero que te vayas conmigo— mientras que Billy se acercaba, Lucy también, armada con su tubo por si se atrevía a tocarlo— con mamá y papá, te extraño mucho
—Te quiero, Billy
—También te quiero— el mayor de los hermanos Denbrough tomó una respiración seguido de empuñar la pistola de clavos en la frente del pequeño— pero no eres Georgie
El silencio reinó por unos segundos, a excepción de Bill y Lucy, algunos aún tenían esa leve duda de si ese niño era el verdadero Georgie
Dudas que se desvanecieron al ver al niño retorcerse hasta transformarse en el payaso que sonrió sádicamente al chico con la pistola de clavos
—¡Matalo! ¡Matalo! ¡Matalo!— los gritos de los siete perdedores restantes hacían eco en el lugar esperando que Bill actuará y disparará para acabar con eso de una vez por todas
—No pueden matarlo....— susurro Lucy, por más que ella fuera la que mas sintiera ganas de matarlo en ese momento
El payaso les dio una sonrisa amplia al oír las verdades de su princesa
—¡No está cargada!— Mike gritó como advertencia
El cráneo del payaso soltó un extraño líquido negro a la vez que empezaba a retorcerse, distracción que fue aprovechada por Lucy, que jalo a Bill poniéndolo a sus espaldas junto al resto de sus amigos
—¡Papá, ya basta!— gruñó la de ojos azules mientras se ponía frente a sus amigos con la seguridad que no pasaría encima de ella
—¡¿Papá?!
El silencio después de esa pregunta y afirmación que hizo que los chicos restantes se les detuviera el corazón y dejaran de respirar, para que así solo quedara la respiración de Lucy Gray que estaba dispuesta a todo con tal de salvarlos. Aunque a partir de este momento, algunos de ellos, ya no.
—Quítate de enmedio, Lucy— gruñó el payaso molestó.
—¡No!— Lucy ya no se detuvo para dejar en vista su verdadero ser y sus ojos cambiaron a un color amarillo brillante que denotaba que estaba furiosa con su progenitor
Eso tomó la decisión que no sabía que lo condenaría.
Su garra se alzó contra Lucy para aventarla contra la montaña de juguetes esperando que con eso se quedara quieta y dejará de estar de entrometida.
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—Ellis
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