Capítulo IX: Will you teach me to love? (*)

Lucy Montgomery-Gray

Este mes ha sido horrible

La mala noticia es que papá me quito mi bicicleta por meterme en lo que no me importa, la próxima vez le haré ver una tortuga para vengarme.

Pero mi bicicleta no era lo peor

Tengo mucha hambre 

Desde ese día en la casa con los chicos, había dejado de comer, tanto la comida para humanos como los humanos que mi padre devoraba, solo me iba al río a tomar agua

Mi garganta está seca, me siento debil y me costaba ver

—Princesa, tienes que comer 

—No quiero nada de ti.

Papá me veía molesto, me había tratado de convencer de comer a una niña que mató, pero además de que olía amarga, no quería comer nada que viniera de él, seguía molesta con él

—Tarde o temprano comerás, princesa— me acarició la mejilla antes de tocar mis dientes

Mis dientes seguían igual de afilados, tenía hambre y necesitaba carne.

No quiero comer carne.

Mire a mi papá enojada para que me soltara, cuando lo hizo, le gruñí enseñando mis dientes afilados. Al menos con eso me dejo sola y se fue a quien sabe donde

Mire mi brazo un segundo antes de enterrar mis dientes en el sacándome sangre que me pareció lo más apetitoso que había probado en mucho tiempo y me hizo chuparla por un par de segundos

Quiero más

No podía seguir así, necesito comer

La sangre me dió la fuerza para salir, así que después de pasarme los dedos por el cabello, me fui de mi casa dispuesta a buscar comida

Esperaba encontrar algún animal, no era lo mismo y hubiera preferido robar algo de los humanos, pero por la forma mis dientes sabía que no iba a ser suficiente y en vez de robar algo de fruta, terminaría devorando al señor del puesto y no quería matar a nadie

Prefería comer algún animal, no quiero matar personas

—Ay, ahí está mi pastelito de cereza— reconocí esa voz, cuando me gire comprobé que era Richie— guau, Lucy, te ves terrible

—Richie, tengo hambre— ni siquiera sabía porque le decía eso

No esperaba que me acompañará a cazar, pero es en lo único que puedo pensar

—Ay, pastelito— Richie se bajó de su bicicleta antes de sostenerme de mi costado para llevarme a su lado— tranquila, te llevo a comer

Me preguntaba a dónde me llevaría, pero solo podía pensar en el hambre, y mucho más porque de repente Richie desprendía un olor que me hizo relajarme y sentir mejor

Me llevó hasta una casa bonita que era color café, abrió la puerta y me llevó hasta una mesa para sentarme en una silla. Me dijo que volvia en un momento

—¿Richard, eres tu?— una señora de cabello rubio y que llevaba una tela extraña que cubría su cintura hasta las piernas se quedó quieta al ver— ¿Quién eres tú?

—Lucy Gray— extendí mi mano como se supone que se saluda, la señora me regreso el gesto algo dudosa pero con una pequeña sonrisa— ¿usted?

—Maggie Tozier— le sonreí porque llevaba el mismo apelido de Richie 

—Mamá— Richie regresó corriendo— por favor, es Lucy, mi amiga, la invite a comer

—Oh, claro— la señora me sonrió amable— ponte cómoda, querida, en un momento les sirvo

No entendí qué pasaba, pero lo que sea que me fuera a dar la mamá de Richie, olía muy rico

Y cuando me dió la comida, mi estómago gruñó más

Me dió una bolitas café que tenían algo rojo con un olor que me hizo suspirar por lo bien que olía y unos ligas amarillas que también tenían esa misma cosa roja

—¿Richie, que es?— tome esa bolita café que parecía carne pero mucho más blanda

—Spaghetti y albóndigas— me dijo mientras me pasaba un objeto puntiagudo con tres picos— te va a gustar, come

Con esa cosa puntiaguda, pique la carne la cual era muy blanda, la lleve a mi boca y cuando empecé a masticar, una ola de sabor explotó en mi boca que me hizo sonreír

Era carne, pero está carne no era amarga ni me hacía sentir culpable

Metí el resto de la carne redonda a mi boca con mucha velocidad, mis dientes eran rápidos y en unos segundos ya había acabado de comer, luego fui por los ligas con salsa que se enredaban en el objeto puntiagudo y que era más blando que la carne. Comí en menos de dos minutos

—¿Quieres más linda?— la mamá de Richie apareció con un cuenco que tenía la carne redonda

—Si— me dió más que también me comí en tiempo récord

Fue la mejor comida de mi vida

—Wow— Richie me miró al ver el cuenco vacío y al ver como chupaba mis dedos que tenían salsa— si tenías hambre debiste comer

—Wow— imite sus palabras— ¿Cómo no se me ocurrió eso?

—Juntarte conmigo ya te está haciendo efecto— Richie sonrió— ¿quieres cepillarte?

—¿Cepillarme?— mi cabello estaba bien

—Después de comer, te debes cepillar los dientes— explico— bueno, aunque tú eres extraña, nunca hueles a nada, es como si fueras una muñequita

—¿Por qué debería de oler?— no entendía porque debía de oler, ni que fuera una presa

—Todos olemos a algo— Richie me miraba dudoso— en fin, ven, tengo un cepillo nuevo, te enseño cómo cepillar tus dientes

Richie me llevó arriba, al baño, me dió un tubito de plástico con unas cerdas en la punta y me puso frente a un espejo. Puso un líquido espeso sobre el tubito mientras me enseñaba cómo pasarlo por mis dientes

Pensé que vería mis dientes afilados, pero estos habían vuelto a la normalidad, así que Richie no se asustó, y con mis dientes normales, queria decir que estaria bien

La sustancia del cepillo olía rico, pero en mi boca era extraña, sacaba espuma blanca y picaba mi lengua, aún así, sentí mi boca con otro sabor después de enjugarme con agua, se sentía fresca y me gustaba la sensación 

—En serio que si eres una marciana— Richie rio mientras me sacaba de su baño

—Me gusto lavarme los dientes— me senté en un mueble grande en medio de su habitación que se hundió y que me hizo reír— que linda

—¿Nunca tuviste una cama?— moví la cabeza en señal que no— ¿En dónde duermes?

—En el piso— respondí como si nada

—Ay pastelito— Richie me quito el pelo de la frente poniéndolo tras mi oreja— Cuando nos casemos, te compro una king size para ti solita

—¿Cazar?— no le entendí nada, ¿no se supone que las personas normales no buscaba su comida en el bosque?

—Este es otro tipo de caza— Richie me tomo la mejilla tocándome con sus dedos— que ambos me gustaría hacer contigo, pastelito

Richie se iba acercando cada vez más, su frente se pegó con la mía hasta que se acercó por completo y su boca tocó la mía

Sentí como respiraba contra mi boca y como tocaba mis labios, la sensación era algo extraña, pero lo empuje cuando me tocó la nuca con la mano, ya que no me gustaba que me tocaran el cuello

—¿Qué es eso?— arrugué las cejas mientras que Richie me seguía tocando la mejilla

—Fue un beso, Lucy— me explico mientras sonreía— ¿Qué dices?

—No sé— me encogí de hombros— ¿Que significa un beso ahí? Solo he dado besos en la mejilla

—Que te quiero, pastelito— se volvió a acercar pero ahora haciendo que su nariz se pegara a la mía, eso me gusto mas, tanto que empecé a reír

—¿Me quieres?

—Si

—¿Que harías porque me quieres?

—Lo que sea

—¿Matarías por mí?— Richie me soltó, mi pregunta lo había asustado

—Si estuvieras en peligro, claro que lo haría— me respondió luego de unos segundos donde solo vio al suelo

—No estás muy seguro, es porque no lo harías— entrecerré los ojos, estaba mintiendo— yo si mataría por ti, Richie

—Lucy...

—Y ni siquiera tendrías que pedírmelo.

Richie estaba asustado por lo que le dije, pero no pude evitarlo. Querer es proteger, de lo que sea o por lo que sea, y eso es lo que yo haría por mis amigos, mataria por ellos sin dudarlo y sin que tuvieran que pedirlo

Pero no todos entendían lo que significaba querer para mí. 

Me despedí de Richie al ver que no me miraba como lo hacía y que me empezó a llamar por mi nombre y no pastelito. Me había acostumbrado tanto a que me dijera pastelito que ahora quería que siempre lo dijera 

 Le agradecí la comida a la mamá de Richie, la cual me dijo que siempre que quisiera era bienvenida. Ella me caía mejor que la mamá de Eddie

Y con ese pensamiento, me fui a la casa de Eddie, claro, me oculté en un arbusto esperando que su madre se fuera

También quería disculparme con Eddie por que estoy segura que por mi culpa le hicieron exámenes para descartar sida.

No se que es sida y porque le tienen tanto miedo, pero a Eddie le asustaba hasta si tocaba polvo, y su madre parecía ser igual con el polvo y las bacterias 

No sabía como entrar sin asustar a Eddie, así que lo único que se me ocurrió fue aventar piedras pequeñas a la puerta, al menos funcionó, ya que abrió la puerta 

—¿Qué haces?— preguntó en la entrada de su casa

—Baja— Eddie hizo una cara pensativa— Por favor— dije juntando las manos

Eddie me miró antes de bajar los escalones de su casa hasta donde estaba, rei porque se veía muy lindo con el cabello despeinado 

—¿A qué viniste?— miró a sus lados como si esperara a alguien más

—Vine a verte— le sonreí— no me has querido ver, te extraño 

—Yo también te extraño, Lucy 

Nos sentamos en el pasto de su jardín, el cual tenía muchos animalitos pequeños, encontré un pequeño bicho con las alas rojas y puntitos negros que recorría mi dedo

—Mira, se puede llamar Susy— dije viendo al pequeño animalito 

—Te puede morder— Eddie miro a Susy que seguía paseándose por mi dedo

—Susy no lo haría, es muy linda, las dos tenemos algo rojo— rei ya que Susy decidió abrir sus alas y voló fuera de mi vista 

—Lucy, por favor, hablemos de lo que viste el día de la casa en Neibolt— preguntó eso de lo que no quería hablar— ¿Eres amiga de ese payaso? ¿por eso no te hizo nada? lo enfrentaste dos veces y llegaste sin un rasguño 

—No, no es mi amigo— trate de no hablar pero el se merece la verdad— Vivo con él— dije cerrando los ojos.

—¿Por que vives con ese asesino de niños?— me miró como si estuviera loca

—Porque ese asesino de niños— trague en seco—Es mi padre.

—¿Que?— me miró confundido-

—Él es mi padre— cerré los ojos y deje escapar una lágrima— Soy hija de Eso— lo llamé como ellos lo decían, por más que se me hiciera extraño

—Lucy, fue suficiente de bromas

—No sé que es una broma, Eddie. Yo digo la verdad— arrugué las cejas— el payaso que te atacó el día de la casa en Neibolt es mi padre, su nombre es Robert Gray, mi madre era Lauren Montgomery, ella era drogadicta y tenía esquizofrenia, él es un asesino que se alimenta de miedo, y yo— solté un bufido— el producto de esa horrible combinación

—¿Qué eres exactamente? — Eddie se alejó un poco de mi— ¿un demonio? ¿Algún ser sin nombre? ¿Qué eres?

—Se podría decir que soy humana— me encogí de hombros. Papá decía que no habia nada mas debil que un humano y que yo no era una, pero era la única manera de hacerle entender a Eddie— no una normal, mis ojos cambian de color y tengo demasiada fuerza cuando me enojo, además que nunca me enfermo como cualquier humano, de resto, soy tan igual como tú. Mira— en el suelo había una pequeña roca, la froté contra mi brazo haciendo un pequeño corte donde brotó sangre un par de segundos para que casi al instante comenzó a sanar y solo dejó una cicatriz casi impredecible en mi piel— sangro, cómo cualquier humano

—¿Él te envió? — Eddie se levantó ligeramente de la banqueta— ¿por eso viniste? ¿Me vas a llevar como él para terminar de matarme?

—No, oye— alcance a tomar su mano, sus movimientos ya eran a la defensiva— tal vez no creas pero yo siempre había sido leal con mi padre, jamás lo hubiera desafiado, pero luego él te quiso hacer daño— tomé su otra mano— no iba a permitir que te hiciera daño a ti. Tal vez no lo sientas pero te he protegido mucho más de lo que te imaginas, porque te quiero

—¿Tú? ¿Me quieres? — me pregunto algo sorprendido, asentí con una ligera sonrisa.

Richie dijo que los besos se daban cuando las personas se quieren, y yo quería a Eddie

Tomé la cara de Eddie para tocar sus labios con los míos, la acción le sorprendió, pero aun asi me paso los brazos por las costillas deteniéndose en mi espalda, me daba besos pequeños que me hicieron reir mientras no dejaba de abrazarlo

—No sé mucho el significado de querer— entrelace los dedos de mis manos con los suyos sin despegar su frente de la mía— y tal vez te parece algo raro, pero ¿Me enseñarías a querer?

—Si— tomó ligeramente mis cachetes volviendo a pegar nuestros labios, una pequeña risita se me escapó a medio beso y Eddie terminó por darme un último beso en la frente

Sin embargo nuestro momento fue arruinado y rotundamente.

Un auto se paró a nuestro lado y la señora Kaspbrak bajo de él.

-—¡Eddie!— gritó— ¿Que haces besando a esta zorra?— me señaló y me separo de Eddie

—Mamá no le hables a Lucy así— dijo tratando de que su madre lo soltara.

—Eso es lo que es, es una zorra igual o peor que Beverly Marsh— me limité a solo esconder las manos en el bolsillo de mi pantalón— No te quiero cerca de mi hijo

⟨⟨Obligueme⟩⟩

—No le grites— dijo y se acercó un poco a mi pero su mamá lo tomó de la camisa para que no fuera a mí

—No te quiero cerca de esa zorra, te puede contagiar alguna de las tantas infecciones que seguro tiene— me apuntó completamente asqueada

—Solo fue un beso, señora K— no quería que ella me odiara, pero era la verdad— me lave los dientes por primera vez antes, se lo juro

- —Vamos al hospital en este momento— arrastró a Eddie hasta su auto y lo subió a la fuerza— Si te vuelves a acercar a mi hijo lo lamentarás— dijo apuntándome

Mi padre me respalda así que no tengo miedo y menos de la mamá de Eddie.

Mi suegra arrancó su auto y se fue a toda velocidad.

—¿Te dijo zorra?— oí una voz tenebrosa por lo que salte un poco pero solo era papá en forma de payaso y la boca llena de sangre

—Me asustaste— dije con una mano en mi pecho— Dime que no es sangre de humano— dije al ver la sangre en su boca

—No, es sangre de una oveja— rodé los ojos y papá se limpio la boca ligeramente— Pero no has respondido mi pregunta. ¿La loca te dijo zorra?

—Estaba enojada, no importa— baje la cabeza, no quería que la mamá de Eddie me odiara

—Te dijo— asentí— Luego le daré un susto— no pude evitar reír

—Sigo enojada contigo— le recordé 

—Ya no tienes colmillos, eso quiere decir que comiste— él sonrió orgulloso— ¿a quien mataste, princesa?

—A nadie— sonreí orgullosa de mi misma— comí spaguechi y albondijas— no lo dije bien, tenía que aprender

—Cada día eres más humana

—No me insultes

—¿Quieres ir a casa princesa?— sonreí al notar cómo cambiaba la voz 

—Sip— respondí alegre 

—Sube— le hice caso y me subí en su espalda y él empezó a correr conmigo en su espalda y no pude evitar reír.

--------------------------------

—Ellis

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top