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Pena innecesaria
Cap 1
Senku se arrepentía profundamente de su decisión. Deseaba tanto que la tierra se lo tragara.
No le quedaba orgullo, sentía como su masculinidad desaparecía, y honestamente, no sabía si burlarse de sí mismo, o llorar arrepintiéndose de su estúpida decisión,
Minutos antes, Senku estaba creando maquillaje para Kohaku como parte de su plan para infiltrar a la guerrera alfa en el harem.
Amarilis, una chica que conocieron en la isla, se convirtió en su aliada y les prometió ayudar a cambio de que liberen a su isla de las horribles manos del cabecilla.
Amarilis les dijo que era posible que eligieran a Kohaku en la selección del harem, pero sabía que no era cien por ciento seguro que lo hicieran, se notaba su preocupación, así que por esa razón se le ocurrió vestir a un hombre como mujer para tener una nueva candidata por si las moscas.
La omega probo el maquillaje y algunos vestidos a los tres hombres que estaban parados mirando sin hacer nada, empezó por Gen que era un alfa.
El vestido de Gen no era ni exagerado ni simple; era de un tono similar a la lavanda, con un cuello alto que dejaba sus brazos al descubierto, bastante elegante. Su maquillaje era discreto: un poco de sombra morada en los ojos y pintura roja en los labios.
Después de un arduo trabajo, Amarilis se sorprendió al descubrir que Gen podía imitar la voz de una mujer, el mentalista no presentaba ninguna emoción de incomodidad, pero a pesar de ello, no era la elección adecuada como candidata. Su altura considerable y los rasgos marcadamente masculinos de su rostro lo descartaban claramente.
Luego fue el turno de Soyuz. Su maquillaje consistía en un pequeño rubor en las mejillas y pintura roja en los labios. Su vestido era sencillo pero bonito, de un vibrante color naranja.
Al igual que Gen, sus brazos estaban completamente al descubierto, lo que dejaba al aire su evidente nerviosismo cada vez que lo veían vestido así. Amarilis no necesitó explicar por qué él no sería el indicado para hacerse pasar por una mujer candidata.
El siguiente fue Ginro, quien intentó escapar a toda costa, no le agradaba la idea de vestirse de mujer, Su maquillaje consistía simplemente en un toque de pintura rosa en los labios y un leve resaltado de sus pequeñas pestañas.
El vestido que llevaba era de un vibrante color amarillo con bordes rosados en la parte superior, mostrando audazmente su espalda. Un delicado collar de flores complementaba el conjunto. Amarilis consideró que podría ser la opción adecuada, y no estaba muy equivocada.
Con su cabello rubio y una figura esbelta, Ginro siendo un omega, tenía la facilidad de pasar por mujer. Además, su voz aguda y su altura similar a la de una mujer promedio contribuían a su credibilidad en el papel.
Pero después de pensarlo, recordó que faltaba una víctima, Senku Ishigami, el cual estaba dentro del laboratorio creando quien sabe qué.
Amarilis lo llamó de forma amable, pero con intensiones malévolas, Senku no tenía idea de que la mujer, buscaba a una nueva candidata para el harem.
Amarilis. - Senku me puedes ayudar en algo, importante.
Senku. - En que Amarilis?
Amarilis. - Bueno veras, pienso que necesitamos otra candidata para el harem e hice que los chicos se probaran maquillaje y vestidos para ver quien se podía hacer pasar por mujer e intentar filtrarse en el harem, por si Kohaku no es elegida.
Senku. –Es una buena hipótesis Amarilis, no es seguro al diez mil millones porciento que elegirán a Kohaku y es bueno tener otra candidata por si las moscas, pero hablando de candidatas... dónde están?
Amarilis. – Están ahí
Amarilis señalo a las tres víctimas que fueron usadas como maniquí, en sus rostros se notaba claramente su desacuerdo con la embarazosa situación.
Senku salió del laboratorio móvil y miro sorprendido a las tres víctimas, empezó a reír como un descarado burlándose de los tres, a los cuales les salió una pequeña vena en la frente.
Senku. - Jajajajajaja parecen Drack Queens
Ginro. - Cállate no somos Uruk meens, además no sé qué es eso.
Gen.- Se dice Drack Queens Ginro
Ginro. - Si eso mismo.
Soyuz. – Oigan, creo que no podre engañar a las personas con esto
Amarilis, Gen y Senku respondieron sincronizada mente ante la afirmación de Soyuz
A-G-S.- ¡Ni de chiste!
Amarilis. - Bueno el siguiente eres tu Senku.
Senku. – Espera, ¿que acabas de decir?
Amarilis. - Lo que escuchaste Senku, no he probado contigo el maquillaje ni el vestido, y talvez podrías ser una buena candidata.
Senku. - No al diez mil millones por ciento.
Amarilis. - Senku tienes que hacerlo... chicos agárrenlo.
Senku corrió desesperadamente intentando esconderse, no quería ni maquillarse ni ponerse un vestido totalmente ridículo que lo haga perder su orgullo.
Pero lamentablemente fue atrapado por los tres hombres vestidos de mujeres
Amarilis sacó un hermoso vestido que tenía guardado,
Era de un tono elegante similar al hueso, adornado con joyas azules alrededor del cuello y una cinta gris ceñida a la cintura. En el centro de esta última, brillaba una hermosa joya azul en forma de estrella.
El vestido llegaba un poco más abajo de las rodillas de Senku. Amarilis se quedó impresionada al ver lo hermoso y femenino que lucía, a pesar de ser hombre, poseías una pequeña estatura y complexión delgada.
Su rostro tenía rasgos lo suficientemente suaves y dulces como para hacer creer que era una mujer. La delicada y pequeña cintura de Senku contribuía aún más a esta apariencia femenina. Amarilis se quedó sin palabras, Senku era la elección perfecta para infiltrarse.
Otra ventaja que tenía Senku era ser un Omega, su aroma a fresas con chocolate y geranio resultaba de gran ayuda.
Amarilis decidió aplicar un maquillaje sencillo que resaltara la belleza femenina de Senku. Optó por un encantador tono rosa pastel en los ojos y los labios, junto con un ligero retoque en las pestañas. Sin embargo, Amarilis pensó que aún faltaba algo.
Exacto, su peinado. Amarilis decidió hacerle unas lindas y tiernas coletas con su cabello, sujetadas con una cinta rosada, y entonces Senku estaría listo.
Las otras tres víctimas, usadas como maniquíes, se sorprendieron al ver lo hermoso y femenino que lucía Senku de esa manera. Habían pensado y planeado todo meticulosamente; Senku era la elección perfecta para la misión de infiltración. Sin embargo, dos problemas obstaculizaban su participación.
El primer obstáculo era su voz, demasiado gruesa para una mujer. Senku necesitaba hablar para presentarse y entrar en el Harem.
El segundo problema era que Senku debía quedarse para ayudar a crear fluido para revivir y colaborar en la misión mediante la elaboración de objetos científicos.
Entonces la decisión fue tomada, Ginro sería el infiltrado junto a Kohaku.
Pero Ginro no estaba totalmente de acuerdo con esa decisión, siendo honesta no estaba de acuerdo ni un 0%
Intento convencer a todos que él no era una buena opción y que Senku lo era, en cuento el pelo de cebolla escucho su nombre salió del laboratorio móvil, y pregunto por qué él era la mejor opción.
Ginro. - Tu eres la mejor opción por tu físico, realmente parecías una mujer vestido y maquillado de esa manera, y tus feromonas con olores tan dulces y algo adictivos te ayudan mucho, yo me pongo lo bastante nervioso y podría arruinar el plan, además tengo miedo.
Ginro temblaba, él no quería, y Senku lo sabía perfectamente, el sentimiento de pena creció en su interior y se le ocurrió una idea.
Senku. - Mira Ginro sé que estas asustado, y yo podría tomar tu puesto fácilmente, si no fuera por mi voz y el simple hecho que tengo que ayudar desde el laboratorio, pero...
Ginro. - Pero?
Senku. - Si logras darme una razón buena para no quedarme aquí y ayudar científicamente, iré con todo gusto.
Ginro. - ...
Senku. - Se te acaba el tiempo Ginro, la selección será dentro de una hora.
Ginro estaba tan concentrado pensando en una buena razón para poder librarse de ir a un lugar que no quería, y lo peor ir vestido de esta manera tan ridícula.
Senku estaba seguro de que la única neurona de Ginro no lo ayudaría a pensar.
Gen.- Que te pasa Senku! Por qué le dijiste eso, sabes como de decidido es cuando quiere algo con todas sus fuerzas.
Senku. - Tranquilo no creo que se le ocurra algo.
Pasaron unos segundos hasta que Ginro empezó a hablar.
Ginro. - Que pasaría si Kohaku logra encontrar el Soyuz y lo logra abrir, como sabría que tiene que llevarse, y además podrás conocer la base del amigo o era enemigo....
Senku. - B-bueno es una buena hipótesis, y una buena razón para no quedarme aquí.
Ginro. - Entonces iras tú!
Senku. - Bueno no creo que pueda hacerme pasar por mujer por culpa de mi voz.
Ginro. – ¿Qué tal si te haces el tímido y dejas que otra persona te presente?
Senku. - ...siendo honesto es buena idea
Ginro. - Genial entonces me voy a quitar el vestido y la pintura
Gen.- Vaya suerte la tuya Senku.
Senku. – Cállate...
En el presente
Amarilis, Kohaku y Senku se dirigían hacia la elección del harem, el cual se llevaría a cabo en la aldea, mientras caminaban por el sendero que conducía al centro de la comunidad. Kohaku, con su típica expresión imperturbable, caminaba con paso firme a la cabeza del grupo. Detrás de ella, Amarilis se movía con gracia, observando a Senku de vez en cuando con una sonrisa traviesa.
Senku, por otro lado, se sentía incómodo bajo el vestido y el maquillaje, gritaba internamente arrepintiéndose de la estúpida decisión que tomo anteriormente.
Gracias a su estupidez ahora estaba usando un ridículo vestido y maquillaje, pero intentaba mantener la compostura como podía, sin embargo, Senku seria honesto el vestido era bonito.
Dentro de unos minutos lograron divisar algunas cabañas del pueblo, Senku se quería ir corriendo, él no quería hacerse pasar como una mujer, no quería hacer el ridículo, pero lamentablemente lo estaba haciendo en esos momentos.
Mientras estaba absorto en sus pensamientos, Senku logró escuchar la voz de Gen proveniente del pequeño 'arete' que llevaba puesto.
Algunos minutos antes, Senku estaba concentrado creado un dispositivo que parecía insignificante a simple vista, pero en realidad se trataba de un audífono. Lo había terminado cuando Amarilis lo llamo y ya saben lo que paso después.
Utilizando materiales como cobre, hierro y posiblemente algún aislante como madera o cerámica, Senku había fabricado los componentes esenciales del audífono.
Luego, con meticulosidad, ensambló estos componentes en un diseño que imitaba un elegante arete, asegurándose de que el dispositivo fuera funcional y cómodo de llevar.
Senku se lo puso delicadamente en su oreja para después dar instrucciones del plan.
Gen.- Cambio, Hola, ¿me escuchas Senku-chan?
Senku levantó la mano en señal de respuesta afirmativa, con los ojos brillantes de determinación o de rabia no sabía bien. Gen, observando atentamente, captó al instante el mensaje que Senku intentaba transmitirle.
Era como si las palabras no fueran necesarias entre dos mentes tan agudas y sincronizadas como las suyas. En ese momento, Gen asintió ligeramente con una sonrisa cómplice, reconociendo la genialidad detrás de la estrategia de Senku.
Todos se alinearon al ver a Ibara, el lugarteniente del cabecilla de la isla. Era un hombre repugnante y despiadado, con una barba larga hasta el pecho. Vestía una túnica blanca decorada con triángulos rojos en la parte superior y una elegante capa roja. Su presencia imponía temor y sumisión entre quienes lo rodeaban.
Acompañándolo se encontraba Mozu un hombre guerrero y Kirisame una joven alfa.
Ibara se acercó lentamente hacia las nuevas candidatas, mujeres destinadas a ser usadas como meros juguetes. Su rostro se iluminaba con una sonrisa descarada mientras evaluaba cada una de ellas con detenimiento. Las tres jóvenes al final del grupo captaron especialmente su atención; su belleza era notable, destacándose entre las demás con un aura de inocencia que despertó el interés retorcido de Ibara.
Al final de la fila se encontraban Amarilis, Kohaku y Senku. Senku pensaba en cómo cambiar su nombre a uno más femenino. Siempre había visto su nombre como masculino y ahora que estaba entrando en un nuevo papel, sentía la necesidad de adaptarlo. Reflexionó sobre varias opciones que pudieran encajar mejor con su nueva identidad y el rol que estaba a punto de asumir.
Se le ocurrió el nombre de Senka, pero después de pensarlo, no le gustó mucho que digamos, se apresuró al ver que pronto seria su turno, pensaba y pensaba, pero nada se le ocurría, cuando fue el turno de amarilis un pequeño foco se prendió en su cerebro.
Ibara. - Preséntate jovencita
Amarilis. – Me llamo Amarilis, y me encantara servir al cabecilla.
La joven actuaba de forma que parecía ser honesta, pero no lo era, odiaba tanto el servir a un hombre que ni conocía y usaba a las mujeres como un juguete.
Ibara. – Aprobada, tú la jovencita de vestido rosa, preséntate.
Kohaku. - M-me llamo K-Kohaku es todo un placer.
Se notaba la incomodidad en el rostro de Kohaku, momentos antes gen le restregó en la cara el hecho de que ella no podría actuar temida y dulce, así que la mejor opción sería una joven alegre e enérgica.
Ibara baja la mirada hacia los pechos de Kohaku y sonríe sádicamente, la guerrera se da cuenta de esto y siente el enojo que crecía dentro de ella, Ibara acerca su mano hacia los pechos de Kohaku, esta toma la mano de Ibara apunto de atacar.
Pero Mozu la detuvo, un guerrero de notable fuerza con cabello castaño. Su vestimenta imponía respeto a cualquier mujer que se cruzara en su camino: una falda que alcanzaba las rodillas, armadura en hombros y brazos, pero nada en el pecho ni torso, portando una lanza de piedra afilada capaz de atravesar la piel de cualquiera.
Mira a Kohaku la cual le mira con asombro, Mozu se disculpó poniendo la excusa de que un mosquito se encontraba en el medio de los dos.
Kirisame una joven de cabello verdoso oscuro que caía en ondas sobre sus hombros, destacando sus ojos esmeraldas que brillaban con intensidad. Llevaba puesto un collar de pequeños cristales que adornaba delicadamente su cuello.
Su vestido, adecuadamente elegante para la época, era un modelo algo transparente pero no excesivamente revelador, miro curiosa a Kohaku la cual le regreso a ver confundida.
Ibara concentró toda su atención en la última chica, una joven notablemente hermosa con rasgos dulces y radiantes. Sus labios carnosos y pestañas delicadas realzaban aún más su belleza. Llevaba un elegante arete que añadía un toque de refinamiento a su apariencia. Su vestido, precioso y bien ajustado, realzaba su figura con elegancia, haciendo resaltar su belleza natural.
Aquel viejo sin corazón sonrió con descaro, se acercó lentamente a la joven, que en realidad era hombre, Senku, el cual estaba totalmente nervioso, sabía que era su turno, e intento calmarse para parecer tranquilo.
Ibara. - Preséntate jovencita~
Senku empezó a actuar de manera tímida, estaba totalmente metido en el papel.
Senku. - M-me llamo Siena, será todo un gusto servirlos y ayudar en todo lo que pueda.
Una personalidad dulce, tierna y tímida, pensó Ibara mientras observaba a Senku. Lentamente, acercó su mano hacia el suave rostro de Senku, notando cómo dos mechones de cabello reposaban delicadamente sobre su rostro. Con suavidad, Ibara enrolló levemente el mechón entre sus dedos, sintiendo la textura sedosa y fina del cabello de Senku.
Ibara. - Ni siquiera tengo que decirlo, eres una hermosura estas completamente aprobada.
Senku se quería morir...
Después de un rato llegaron a la base enemiga, un gran árbol el cual sostenía varias cabañas donde los guardia y guerreros podían descansar, Senku se fijó en una cabaña a lo alto, perecía ser la más cuidada y arreglada, después de procesar lo que vio, supuso que ahí se encontraba el cabecilla, pero algo le pereció raro.
Sería normal que algunos guardias estuvieran ahí, protegiendo a la figura más importante de la isla.
Pero no había ninguno, nada, parecía totalmente abandonado, desolado, un pequeño escalofrió recorrió el cuerpo de Senku, no estaba seguro de que pasaba, pero sabía que no era nada bueno.
Aquellos pensamientos fueron interrumpidos por Kohaku la cual le tomo del hombro.
Kohaku. - Estas bien Senku te veías bastante perdido, ¿te golpeaste?
La guerrera puso una cara inocente pero preocupada, Senku rio ante tal expresión, a pesar de que Kohaku fuera muy ágil y fuerte, era muy infantil y enérgica.
Senku. – Kukuku Estoy bien leona, no me pegue en ningún lugar.
Kohaku. - ¡Que no soy una leona!
Senku. - Kukuku está bien gorila
Kohaku. - ¡Era mejor leona!
Kohaku grito lo suficiente mente fuerte como para poder llamar la atención de Mozu el cual se acercó para ver qué era lo que estaba pasando.
Mozu. - Que está pasando por aquí.
Kohaku. - Nada que te interese.
Mozu. - Soy un guerrero si me interesa
Kohaku. - ¡¿Qué quieres?!
Mozu. - Note que tienes una gran habilidad, me gustaría quedar algún día para poder medir fuerzas, ¿qué te parece?
Kohaku. - Me parece buena idea.
Los dos se miraron con sonrisas falsas, pero cómplices, Senku noto esto, miro a Kohaku de manera enojada, dándole a entender que no era una buena idea.
Mozu poso su mirada en Senku, que en esos momentos era Siena, a su opinión era muy bonita, mucho más que Amarilis.
Mozu. – Así que como se llama esta belleza
Senku se puso nervioso, aclaro un poco su garganta para poder recrear la voz de una mujer, Gen le avía dado algunos consejos momentos antes.
Senku. - M-me llamo Siena, señor Mozu.
Mozu. - Me sorprende las bellezas que llevaremos esta vez.
El alfa fue directa hacia donde se encontraba Kirisame, la cual le miro enojada.
Kirisame. - Tienes que dejar de hacer estupideces y empezar a trabajar.
Mozu. - No te metas en lo que hago con mi vida, entendido
Kirisame. - Tsk como si me interesara
Se notaba el enojo y disgusto de le mujer, realmente no le agradaba Mozu, para ella Mozu era solo un tipo fuerte que en lo único que pensaba era las mujeres bonitas.
Era un tipo despreciable, y asqueroso, al igual que Ibara, pero tenía que soportarlos a los dos a pesar de todo.
Ibara regresó su mirada hacia uno de los guerreros que mantenía todo en orden. Con sigilo, se acercó hasta quedar junto a él y susurró una orden en su oído. El guerrero asintió con seriedad y se puso en movimiento. Ibara se retiró silenciosamente.
Guerrero. - Muy bien, a todas las jóvenes que fueron aprobadas, por favor diríjanse a sus dormitorios.
El hombre señalo a unas grandes cabañas, las mujeres se dirigieron a estas sin antes escuchar la última orden que les daría aquel hombre.
Guerrero. - El almuerzo será dentro de poco, cámbiense y diríjanse hacia el comedor, que se encuentra de aquel lado.
Las mujeres se veían decaídas, tristes, se notaba el miedo en su rostro, todas las chicas se dirigieron hacia sus cabañas respectivas, Senku siguió a Kohaku y Amarilis, las cuales seguían las ordenes de aquel guerrero.
Todas las mujeres se cambiaban de ropa, excepto Senku, tenía miedo de ser descubierto por alguna de las mujeres, espero a que algún lugar se desocupara y quedara desolado.
Se dirigió hacia un pequeño vestidor, se alegró al no ver a alguna joven. Momentos antes, había tomado un vestido de un delicado tono verde claro. El vestido destacaba por sus mangas largas que cubrían sus brazos con elegancia, y una cinta blanca que envolvía su cintura con suavidad, el vestido le llegaba hasta las rodillas.
Senku pensó en hacerse un peinado, dejó que su cabello blanco con puntas verdes cayera hacia abajo reposando en sus hombros, y se colocó una pequeña diadema con flores improvisada sobre la cabeza, luego, se puso un collar de cristales alrededor del cuello, y ajustó su audífono en forma de arete con cuidado, estaba listo.
Salió del vestidor primitivo para observar como Kohaku y Amarilis lo esperaban en la orilla de una cama, sonrió, no supo bien el porqué, pero se sintió seguro al saber que no estaba solo en esto.
Kohaku. - Vaya por fin terminaste Senku, debemos irnos al comedor.
Amarilis. – Y debe ser rápido, la mayoría de las mujeres ya están ahí.
Senku. - Entonces que esperamos, no queremos parecer sospechosos.
Kohaku. - Tienes razón, ¡Vamos!
Senku soltó una pequeña risa que llamo a atención de las dos mujeres presentes, a Senku le dio ternura y risa al ver como su amiga se notaba emocionada y determinada, le recordó a Suika, Senku le tenía gran amor a la pequeña niña.
Se preguntó que estaría haciendo ahora junto a Gen, Ginro y Soyuz, recordó el cómo se tardó en explicarle el plan a Gen, el cual le escuchaba atentamente, se notaba intrigado por saber cómo iban con el pequeño aparato científico que Senku les dejo a cargo.
Mientras en otro lado, Gen recordaba fácilmente explicación de Senku, debía crear un pequeño carrito a motor para poder llevar y traer algunas cosas hacia donde se encontraba el equipo espía.
Soyuz vigilaba la entrada de la cueva, su deber era el de informar si alguna persona se encontraba cerca, Ginro por otro lado sostenía el pequeño plano que Senku escribió para dejar en claro algunas cosas que no alcanzo a explicar, Suika tejía un pequeño disfraz de ratón para el carrito a motor, le preocupaba el hecho de que fuera descubierto y confiscado.
Gen se concentró en crear el coche a motor, siguiendo al pie de la letra las instrucciones que Senku escribió.
Por otro lado, Senku siguió a Kohaku y Amarilis hacia el comedor, tratando de mantenerse tranquilo bajo el disfraz de mujer tímida y dulce. Aunque se sentía incómodo y fuera de lugar, se esforzaba por actuar como "Siena", la nueva candidata del harem.
Cuando llegaron al comedor, Kohaku observo como el ambiente era pesado, pudo oler las feromonas tristes de las mujeres, se sintió mal por ellas, era normal que se sintieran de esa manera.
Obligadas a ir a un sitio donde no quieren estar, algunas de ellas incluso ya tenían esposo e hijos, pero a esos hombres sin corazón ni siquiera les importaba.
Eran una escoria...
En especial ese tal Ibara, no lo conocía, pero estaba segura que era una escoria, y de las peores, Kohaku en el momento de las elecciones noto como aquel hombre se le insinúo a una joven, la cual temblaba de miedo.
No pudo escuchar lo que dijo después, pero sabía perfectamente que amenazo a la pobre muchacha, la pobre joven empezó a llorar.
Un pensamiento rápido, paso por su mente, matar a ese hombre, pero sacudió su cabeza rápidamente, debía controlar sus emociones y feromonas.
Senku toco levemente el brazo de Kohaku, la cual salió de sus pensamientos, la guerrera noto como Senku temblaba ligeramente.
Kohaku. - Senku que sucede?
Senku. – Nada en especial, solo son mis estúpidos instintos.
Kohaku. - Por qué...
Senku. - Bueno...seré honesto, algo no me da buena espina, siento que algo está mal.
Kohaku. - A que te refieres?
Senku. - Me pareció raro el hecho de que no haya ningún guardia cerca de la cabaña donde se encuentra el cabecilla.
Kohaku. - Ahora que lo dices...si es algo raro.
Senku. - Exacto!
Kohaku. – Deberíamos investigar un poco, ¿no lo crees?
Senku. - Si...
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