Capítulo 16
―¿Qué haces aquí? ¿Y Jeongyeon? ―la japonesa entró sin dejar a la otra decir otra palabra, así que sólo la dejó pasar, entrelazando sus brazos.
Apenas iba a volver a hablar hasta que la alfa habló, parándose recta, quitándose su saco.
―Enséñame a bailar diferentes ritmos.... ayer bailé con Jeongyeonnie y eso la puso muy feliz, quiero que siga feliz ―alzó sus cejas repetidas veces, sonriendo, saltando a abrazarla mientras chillaba, haciendo a su hermana menor alzar sus cejas.
Arqueó sus cejas.
― ¡Mi hermanita está enamorada! Jamás creí verte así de enamorada, tus novias de la universidad siquiera querías presentarlas a mí, pero ahora con Jeongyeonnie, es lo más lindo, las amo tanto, estoy tan feliz que tú cuando te presenté a Jihyo.
―Estoy muy feliz, solecito, porque ella se está abriendo más conmigo, está sonriendo más, ella, estoy feliz porque sé que conmigo lo es ―Sana asiente repetidas veces, sacando una pequeña radio e inserta un disco, haciendo a la profesora correr su vista a ello.
―¡Entonces a bailar, nena!
―¿Ooootra fiesta? ―Chaeyoung sonríe, mordiendo sus labios, Felix la abraza por los hombros, y Bangchan carcajea, haciendo a Jeongyeon verlos de forma curiosa mientras tomaba de su jugo ―¿Qué pasó?
―Nada, Jeongyeonnie ― pero todos sabían que sonrieron por lo mismo. Por Jeongyeon. Ella misma sólo alzó sus hombros pero los demás se acercaron a abrazarla, entre ellos tres, haciendo a la otra reír.
De todos modos, el abrazo era diferente a los abrazos de Mina. ¿Eran lo mismo? Básicamente. Pero los abrazos de Mina son cálidos, son suaves, la forma en la que la acaricia y la abraza, más, con sus feromonas. Sus brazos suaves, esos brazos que la enredan al dormir. La pelicorta sonríe más fuerte, aceptando a los otros.
Volvió a hablar.
―¿Pero de verdad otra fiesta? ―el pelinegro asintió, sacando su celular.
―Si quieres esta vez lleva a Mina, ve los pros y los contras.
―Pros, no encuentro ninguno, de seguro bailarán toda la noche, pero contras, tendrás a Dahyun con su típico 'Soy Dahyun pero llámame Dubu' o a Tzuyu recortándola y más 'ahí' por lo que dijo la otra vez ―no lo esperó, pero apenas escucho esas contras frunció su ceño.
¿Pasaría eso? Jeongyeon rascó sus brazos, y los comenzó a abrazar, pero Felix apenas notó que volvió a abrazarse habló de forma rápida, sosteniendo esa mano, fingiendo que estaba jugando.
―Pero obvio que estaba bromeando, aparte, Chaeng le podrá dar un zape a Dubu si sólo intenta acercarse a su alfa ―ahora rió, asintiendo, pero sólo volvió a un rostro neutro.
Hasta en la noche, cuando se volteó de espaldas y su alfa la abrazó, acarició sus brazos que la enredaron. Abultó sus labios.
―Unnie, ¿Qué opinas de las fiestas de Bangchan? ―escuchó como la otra pensaba, diciendo algún 'mmm' mientras se acercaba, pero no tanto. Sólo suspiró.
―No sé si es la edad...
―Tú y yo nos llevamos cuatro años, no es nada, unnie.
―Sí, pero con Bangchan me llevo cinco años ―la pelicorta dejó el silencio para que volviera a hablar ―La música, me puedo acostumbrar a ello, pero la gente, están en algo más, están estudiando, están planeando su futuro todavía, yo ya tengo lo mío ―Jeongyeon asintió, volteando a verla.
―El próximo sábado ven a una fiesta de él conmigo, él te invitó y si nos gustaría que vayas. ―¿Le incomodarían las preguntas? ¿Le incomodaría? Jeongyeon volteó a verla y acarició su mejilla, haciendo a la alfa tomarla y oler esa mano repetidas veces, sonriendo.
―No te he dicho pero me gusta mucho tu olor, Jeongyeonnie ―¿Debería decirle? La omega sólo sonrió, acercándose más, sintiendo las piernas, acariciándolas.
―La verdad unnie, yo... tu olor es menta, y... el olor de alfas seductores y seguros es menta, por lo que, me hacía dudar de yo como tu omega ―la otra se acerca a besar su frente, sólo entrelazó más sus piernas.
'Gracias por hablar eso', eso quería decir, pero no pudo decir nada más porque su omega comenzó a acariciar más su mejilla y ella la abrazó más por la cintura, sonriendo, viéndola fija, viendo cómo sus ojos se comenzaban a cerrar, y cayó dormida profundamente.
Quería saber del pasado de su omega, más que nada, pero antes de todo, quería que la otra se lo dijera a su tiempo, sin apresurarla ni presionarla, sin hacerla sentir insegura. Mina se acercó a besar su frente y cubrió más su hombro con la cobija, haciéndola sonreír dormitando.
Su omega.
Mina se preguntó, mientras acariciaba su cintura, ¿por qué se sentiría así?, pero todo a su tiempo. Si iba a preguntar, debía ser de poco a poco. Sólo sonrió, poco a poco ella misma comenzó a dormitar.
―¿Cómo? ―Jeongyeon preguntó, volteando a ver a la alfa que tenía una pequeña radio en su mano, pero se acercó, acariciando la mano que acariciaba la suya.
―Música. Podemos poner música, he notado que te pone muy alegre y me pone feliz verte así, es lo mejor del mundo ―Jeongyeon sonrió con dientes, jalando de nuevo la mano de Mina a la cocina entre la pequeña isla, después de apagar la flama. Sonrió.
La música suave, vió en el celular de la otra una canción de Coldplay, y juntó más su cuerpo con el de su alfa.
Una melodía dulce, una voz suave, no como la del otro día, pero no se quejaba. En esta ocasión podía sentir el calor en su cuerpo, sentía las caricias en su cintura y una mano en la suya. Sus cuerpos moverse, sus pequeñas risas cuando perdían el ritmo pero volvían a incorporarse al instante.
Prisionera de su propio cuerpo, sin hacerse caso, Jeongyeon se acurrucó en el hombro de Mina, suspirando, inhalando su olor, acercándose más a su calor.
Jeongyeon sintió su corazón latir, sintió que iba a salir casi saltando, y Dios, lo iba a hacer. Su mirada subió a ver a su alfa, pero la encontró viéndola. Ambas se sobresaltaron, pero de todos modos ninguna se apartó.
Apenas acabó la música, Jeongyeon se iba a apartar para intentar ocultar su sonrojo pero la mano de Mina apretó en su cintura, haciéndola quedarse donde estaba. La siguió mirando, y no controló, pero su vista viajó a sus labios.
Tragó saliva, pero escuchó a la alfa hablar.
―Siempre cuidaré de ti.
―Lo sé, y yo confío ti, Mina unnie.
El corazón latir fuerte en su pecho, sentir sus narices rozarse, el aliento de la otra chocar contra el suyo. Jeongyeon agarró aire y se paró de puntillas, logrando apenas rozar sus labios. Apenas se iba a separar de ella, avergonzada y apenada, la mano en su cintura volvió a apretar, una mano en su mandíbula la acercó, y ahora, la japonesa se acercó, juntando sus labios.
Jeongyeon entrelazó sus brazos en la nuca de la mayor, parándose un poco más de puntillas.
Quería aferrarse por siempre a su alfa.
Awww siempre me derrito con esta escena ;-;
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