02 ; a c c i d e n t
02 ; ACCIDENT
" ...hasta ahora todos parecen simples bolsas de sangre andantes. Lo normal "
Selene D'Angelo se encontraba caminando por las calles del centro de Beacon Hills. Según su hermano mayor, necesitaban revisar el perímetro. Asegurarse de que fuera seguro para ellos. Y al no poder salir ambos porque debían de cuidar a Luke, hicieron lo que un par de adultos vampiros con más de 700 años harían: jugar piedra, papel y tijeras. Evidentemente, la castaña perdió, por eso ella había salido.
Observaba a todas las personas a su alrededor. Humanos. Solo simples humanos metidos en sus propios problemas. Su teléfono comenzó a vibrar –Nada. –habló rápidamente siguiendo su camino.
–¿En serio? ¿Segura de que no hay ningún lobo por ahí? Hablamos de su territorio, S.
Ella hizo una mueca al ser empujada, su sed de sangre hizo que la siguiera, también estaba enfadada –Eso lo tengo bien claro pero hasta ahora todos parecen simples bolsas de sangre andantes. Lo normal.
Sean del otro lado de la línea, cerró su puerta para que nadie entrará –Uy, ¿quien será el/la desafortunada que terminará enterrada por el bosque? –bromeó.
–Una rubia oxigenada. –soltó sin dejar de seguirla.
–Deja de seguirla. –ordenó, sin embargo no lo obedeció –Selene D'Angelo, habló en serio. –se detuvo frente a un establecimiento de tatuajes y rodó los ojos –Si tienes hambre, ven y bebe de las bolsas. Contrólate.
–¿En serio haremos esto por teléfono? No eres el mejor para hablar de controlar sus impulsos, anciano.
El mayor vampiro gruño con frustración, la terquedad era de familia –Concentrate en buscar a los seres sobrenaturales ahora, ¿quieres?
Antes de que ella hablara su olfato logró captar algo dentro del lugar de tatuajes. Su vista se dirigió a dos jóvenes amigos, al parecer, de la misma edad que ella aparentaba. Observó al moreno fijamente –Es el. Es el hombre lobo. –soltó sin pensar y cuando el nombrado pareció haberla escuchado, volteo hacia ella pero no encontró nada más que gente pasando.
La mayor vampiro había usado su velocidad vampiríca para llegar a su auto –¿Solo uno? –colgó la llamada y arrancó el auto.
–Adolescente, 17 o 18 años, creo que es omega. No se ve que tenga mucho tiempo siendo hombre lobo. Fue mordido. –el castaño silbó.
–Fascinante análisis. ¿Como estas tan Segura que fue mordido?
–Se estaba haciendo un tatuaje. Cualquiera que sea inteligente sabe que la tinta no funciona en un hombre lobo. Novato. –se burló.
–Punto para ti. Uno no es problema, si no contamos a los Hale, por supuesto.
–No son problema. Jamás lo han sido. Solo seguir ese estúpido trato de "no alimentarse de humanos" patético, en mi opinión. –tomó una bolsa de sangre y comenzó a beberla.
–Bueno, arreglado esto, ¿inscribiste a Luke en la escuela?
–Si, y a nosotros también. –su sonrisa se borró completamente.
–No volveré a ir a una escuela, Selene. Ya he ido a muchas.
–Iremos de todos modos, empezamos el lunes. –sentenció y salió rápidamente antes de que el vaso se estrellara en su cara.
–Hija de perra.
Mientras los hermanos discutían, en una carretera se encontraba un auto con dos personas adentro hablando sobre sus citas.
–No es una cita. Es salir en grupo. –dijo la rubio-fresa tratando de convencer a su amiga.
–¿Ellos saben que en una salida en grupo? –preguntó la peli negra mirando a su mejor amiga –Ya te lo dije, no estoy lista para volver a empezar.
–¿Estuviste en Francia y no saliste con nadie los cuatro meses? –preguntó algo asombrada, es decir, ¿quien va a Francia por meses y no liga?
–¿Tú si? –curioseó– Bueno, después de...
–No digas su nombre. –interrumpió la piloto.
–¿Él está bien? ¿Al final todo salió bien? –cuestionó con interés.
–Los doctores pusieron cara de idiotas cuando apareció con vida pero lo superarán y si, Derek le enseñó lo básico de los hombres lobos: como no matar personas en luna llena. Si, eso.
–¿Entonces hablaron?
–Eh, no desde que se fue a Londres.
–Más bien, desde que su padre lo envió a Londres. –corrigió la mayor.
–Como sea, se fue. Y en serio, ¿un hombre lobo americano en Londres? –la miro– Como si eso no fuera a ser un desastre.
–Entonces, ¿ya lo superaste? –volvió a preguntar la peli negra.
–¿Pero saldría en una cita doble doble de no ser así? –respondió algo harta. La mayor soltó una risa –Si, es una cita doble. No una orgía. Sobrevivirás. –aseguró la menor con una sonrisa.
El auto se detuvo en el semáforo en cuanto dio luz roja y un jeep azul se paró justo a su lado.
–Oh por Dios. Oh por Dios –exclamó tratando de esconder su rostro al distinguir a su ex-novio en el auto continuo –No puedo verlo, no ahora. Lydia, ¡avanza ahora!
–Pero el semáforo. –replicó.
–¡Hola! –Lydia arrancó el auto escuchando el grito del chico a lo lejos.
–¿Estás bien? –preguntó preocupada mirando a su amiga.
–Lydia detente, tengo que regresar y hablar con él. –y la nombrada detuvo el auto. Ambas voltearon para descubrir que...
–Se detuvieron.
–¿Por qué se detuvieron? –cuestionó la peli negra.
–Son Stiles y Scott, ¿en serio quieres aplicar la lógica a esos dos?
–Quizás deberíamos volver. –las palabras fueron calladas cuando un venado se estrelló contra el vidrio delantero haciendo que quedara hecho añicos. Las dos gritaron para luego bajar rápidamente del auto.
–¿Están bien? –cuestionó Scott acercándose a Allison.
–¿Estás herida? –siguió Stiles acercándose a Lydia.
–Salió de la nada. –balbuceó la rubio fresa –Corrió hacía nosotros.
–¿Estás bien? –volvió a cuestionar el hombre lobo a su ex-novia.
–Estoy bien.
–¡Pues yo no estoy bien! –reclamó– ¡Estoy totalmente asustada. ¿Cómo diablos fue que corrió hacia nosotras? Vi sus ojos justo antes de que nos golpeara –siguió– Fue como si... como si estuviera loco.
–Estaba asustado. –corrigió el chico tocando al venado –De hecho, aterrado.
Los cuatro amigos se miraron entre sí. No había acabado, apenas empezaban los problemas.
Lejos de ellos en el bosque, un par de ojos rojos con venas negras alrededor de estos observaron toda la escena y Scott al sentir una mirada sobre ellos volteó buscando al dueño pero antes de que pudiera verlos, habían desaparecido. Otra vez.
Sin embargo, la, aún, no reconocida banshee tuvo un presentimiento de muerte. Las voces hablaban y aunque ella no las pudiera entender solo significaba una cosa: muerte.
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