𝑺𝒆𝒏𝒔𝒂𝒕𝒆𝒛 𝒚 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 (𝑬𝒑í𝒍𝒐𝒈𝒐)
Advertencias: Ninguna.
“Mi corazón es y siempre será tuyo”
-Sensatez y Sentimientos (Jane Austen).
~•~
Dos días habían pasado desde la catástrofe, el gobierno dijo que la extraña luz era un pequeño experimento mal controlado y no había dejado heridos.
La agencia demostró su inocencia ante la división de poderes sobrenaturales y todo Japón gracias a la información recolectada por Jane y Tachihara, lo cual les aseguraba que su credibilidad se contagiará en todo el mundo, empezando por los gobiernos.
Jane caminaba, no, corría a la oficina del jefe. No había tenido descanso desde su regreso y con el aislamiento de los antes infectados debía restaurar negocios completos ella sola.
—Buenas tardes— observó a Kōyō despedirse del jefe, y a Verlaine recoger algunos documentos para su salida del país—. Que placentera es su visita, Verlaine-san. Esperemos que pueda quedarse mucho más.
—No eres tan buena mentirosa. Te veo después, Jane Austen— el rubio pasó a su lado sin apenas mirarla.
—Kōyō-san, le ofrezco una disculpa por lo que hice.
—Tranquila, no te guardo rencor, pero quiero extender está plática cuando tengas tiempo— sonrió casi burlona—. Bueno, me retiro jefe, la organización no se levantará sola.
—Tan comprometida con nosotros, debería ser ilegal— dijo Mori, quien esperó hasta que su oficina estuviera vacía para tener privacidad.
Al verlo ponerse de pie y caminar hasta ella mientras se quitaba los guantes para botarlos en su escritorio cerró los ojos esperando lo peor—. No me voy a hincar para pedir perdón por amenazarte— prácticamente ya temblaba.
—No lo esperaba, porque nunca estuve tan orgulloso de tí, demostraste valor— su mano bajó hasta su mejilla—. Lo que dije, era verdad; Debí criarte con más humanidad y paciencia, pero los hombres como yo marchitamos incluso a las flores delicadas.
La menor abrió los ojos encontrando los orbes amatista resplandecer—. Mori-san…
—Como tu jefe te felicito por tus hazañas, pero como tu padre debo admitir que no me agrada que te arriesgues así— sus dedos paseaban por su barbilla—. Si vas a morir, hazlo después de mí, es el orden natural de la vida.
La azabache no dijo nada, solo lo miraba mientras él le sonreía.
—Tenemos que perfeccionar algunas cosas, pero en la situación actual tú eres mi única opción para el puesto cuando me vaya— se alejó un paso solo para volver a despeinar su cabello—. Soy parte de tí tanto como tú lo eres en mí.
—No quiero ser como tú, ni quiero ser el jefe— replicó la joven con los ojos llorosos.
—No hay mayor problema con lo primero, no eres como yo— giró sobre sus talones para buscar un sobre en su escritorio—. De momento tengo un trabajo para tí.
—Quiero pedirte algo antes de hacerlo.
—Parece que eres una niña cruel que lloriquea hasta obtener lo que quiere, que adorable— comentó sarcástico—. Te escucho, linda.
.
.
.
Recibió todas las miradas y notó cierta presencia cercana a la ventana, Dazai la miraba como si fuera un niño pequeño, pero no sé acercó.
El joven de cabellos bicolor era guiado por la que conocía como Kyoka mostrándole su puesto de trabajo (en caso de conseguirlo).
—Buenas tardes, vengo a ver a Fukuzawa-san.
Kunikida frunció el ceño, pero Ranpo contestó—. Naomi-chan, llévala con el presidente.
La de uniforme siguió sus órdenes y la guió hasta la oficina del fondo.
—Ponte cómoda— dijo cerrando la puerta y señalando una silla frente a su escritorio.
—Los miembros que no pueden ser seleccionados son Yosano Akiko y Dazai Osamu, los demás no tienen restricciones— soltó con ese tono indiferente.
El de ropas verdes asintió—. Dazai no se ha negado a ser arrastrado por ustedes.
—Pero él no volverá a la mafia, fue una petición personal.
El teléfono de Jane sonó, y con su dedo deslizó aceptando la llamada—. Estoy con el presidente de la agencia, si, aún no decide quién irá…
—Yo iré— respondió Yukichi—. Estaré en la Port Mafia.
—¿Cómo dice?— la más baja abrió la boca formando una pequeña"o".
—Iré yo, o nadie irá— se mantuvo firme.
—Sería un problema si el equilibrio de los horarios se ve afectado— Mori se quejó.
—¿Solo por eso no lo aceptas?.
—Es veterano en batallas, tiene mucha experiencia y una habilidad para regular poderes, es un tipo de ventaja, pero priorizo la ciudad— resopló—. Quiero otro agente.
—Solo yo— repitió Fukuzawa.
—Entonces deben entregar algo más, pues ustedes nos buscaron en tiempos de necesidad— sonaba irritado.
—Tu subordinada fue sanada con los poderes de Yosano, y eso es exclusivo de la agencia, también nos deben algo— explicó Fukuzawa.
—¿Qué tal su nuevo recluta? Ni siquiera es parte de la agencia— explicó la menor.
—No quiero que se desperdicie el permiso que Natsume-sensei consiguió con tanto esmero…la esencia de la agencia es hacer lo correcto y eso es que mis subordinados, o las personas que pidan ayuda deben ser protegidos principalmente por mí.
—Que honor tan intachable— dijo Ōgai—. Jane, tira los muros de su agencia y hazlos polvo a todos.
“No pides mucho” pensó con sarcasmo pues habían muchos usuarios de habilidades en ese lugar, y estaba Dazai—. La agencia tiene un archivo que nos interesa, podríamos solicitarlo y después aplastarlos en un enfrentamiento lleno de sangre.
—El caso de corrupción que investigaban…bueno, no le llega al precio original, esperaba un tigre como mínimo.
"Los documentos confidenciales que involucran una red de corrupción gubernamental, no son nada comparado con la habilidad del niño tigre, o del chico de las ilusiones" la joven no podía estar más disgustada que ahora.
—Es un caso muy delicado— pero estaba dispuesto a ceder—. Espero que les saquen provecho.
—Nos veremos en el campo de batalla, Fukuzawa-dono y realmente lamentarás no haber salvado siquiera a un agente estando en nuestras manos—Mori colgó al borde del cólera.
—Dazai le dijo exactamente qué decir. Ni siquiera el detective de gafas piensa con tanta malicia como él— recibió los papeles que el de cabellos grises le estiró.
—Así es, aún eres libre de hacerles una invitación independiente— contestó el mayor.
La de ojos verdes se puso de pie tomando sus cosas—. Fue un gusto volver a verlo, Fukuzawa-san.
Austen abrió la puerta encontrando a los agentes discutiendo qué harían “Nadie irá” decía Ranpo casi irritado “En todo caso lo justo es que vaya yo, la agencias es más importantes” discutió el mayor de los Tanizaki.
—La visita se va— dijo Naomi aplaudiendo.
—Yo la llevo hasta la puerta— Dazai corrió abriendo la puerta para dejarla pasar.
Toda la agencia estaba un poco impactada por su cambio de actitud a una menos holgazana.
—¿Creen que a Dazai-san le gusta esa mujer? ¿A ella le gustará también?— Atsushi recargó su peso sobre el escritorio.
—¿Qué te hace pensar que una mujer así de hermosa le haría caso a Dazai?— respondió Kunikida—. Además, según la información que hay sobre ella es que es una criminal sin sentimientos. Lo mejor será mantenerla lejos de ese idiota.
—Vuelvan al trabajo, los asuntos de los hermanos no nos importan— exclamó Ranpo girando en su silla.
Apenas salieron de la oficina Jane tomó la mano de Dazai, y en respuesta está castaño le dió un suave apretón.
—Por tu culpa perdimos una habilidad que pudo ser beneficiosa— se quejó la más baja.
—Esperaba que pelearás un poco por Atsushi, aunque ¿No me querías de vuelta en la organización?— preguntó el castaño girando al ascensor, pero Jane tiró de él para ir por las escaleras.
—No te quiero ahí si tú no quieres volver—su respiración se volvió lenta—. ¿Has encontrado un propósito?.
—No. He pensado en lo mucho que llevamos sin hablar de eso— sonrió bajando la mirada al suelo.
—No es necesario si no quieres hacerlo— la de ojos verdes detuvo su paso, al estar en el descanso de la escalera pudo girar sobre sus talones sin cortar el contacto—. Estar aquí te hace mejor, luces más saludable que antes. Me alegra mucho.
—Algo así, pero aún prefiero perderme en el alcohol— ahorra él la arrastraba a ella.
La más baja negó, así que se acercó a él y le dió una especie de abrazo, que Dazai correspondió con un beso en su cabeza.
—Consigue una reducción de condena para…
—Para el payaso, ya lo sé— formó un puchero—. Que horror, sientes aprecio por él.
—Solo pagaré mi deuda; él me ayudó llevando el veneno y avisando quién era el responsable. Sin Nikolai, probablemente estaríamos muertos.
—Mi amada flor de loto es tan sensible, una especie en extinción— la soltó solo para hacerla girar varias veces—. Es una lástima que ya no te preocupes por mí.
—Te lo dije, si me necesitas llámame y yo iré cuando tenga tiempo para ayudarte— reafirmó su promesa de hace años—. Nos vemos después.
La vió avanzar hasta la puerta y girar el pomo, pero sus piernas se movieron solas y de un momento a otro sostenía su antebrazo con firmeza.
—Gracias, Jane— no eran las palabras que pensaba decir, pero la de ojos esmeralda entendió el mensaje.
Sonrió deslumbrando al suicida, era la expresión más sincera que vió nunca—. Yo también te quiero, Osamu.
Ella era la flor más hermosa que coincidió con él. Sinceramente conoció la belleza en los pequeños gestos de Jane, sus cuidados eran lo más cercano a la decencia que nuevamente vió reflejada en Oda con más humanidad y el verdadero significado de bondad.
Pero ya no eran niños; Dazai no la torturaría más, ni Jane a él. Por eso mismo podía dejarla ir para continuar con sus vidas.
“Era bonita cuando lloraba, pero las sonrisas le quedan mejor” pensó antes de subir a la cafetería y olvidarse de sus obligaciones, pues no tenía ánimos ni de buscar a su compañera suicida.
—¡Akutagawa!— chilló Jane.
La joven trató de alcanzarlo apenas salió de rehabilitación por sus débiles pulmones, pero el más alto sostuvo su cadera con Rashomon. Ambos se encontraron en un pasillo de la mafia.
—Desagradable…ya cumpliste tu parte— dijo con un tono serio.
Jane recordó lo que mencionó "Te daré un abrazo cuando vuelvas". Asintió siendo soltada, mala idea.
—Tonto niño inmaduro— tiro de su camisa para verlo cara a cara—. Por tu culpa se dificultó nuestro trabajo, pudiste llamar y acabar con eso ahí mismo, pero eres tan orgulloso.
El de puntas blancas no dijo nada. Ella tenía razón, de haberle avisado en el barco la mafia se habría encargado de su rescate y la mente maestra no habría escalado tanto.
Lo soltó después de su "regaño" junto a un gruñido.
—De todas formas me asuste porque si vencieron a alguien tan fuerte, nosotros no teníamos oportunidad— no era un comentario sarcástico—. Estoy feliz de tenerte de vuelta, Ryu-chan.
—Es útil que estés viva, tal como esperaba— siguió su camino por el frío pasillo mientras Jane lo miraba sorprendida.
“Que raro es, nada le cuesta decir gracias, yo tambien estoy feliz por verte” repitió en su mente antes de seguir vagando hasta llegar a una bodega donde estaba el resto de lagarto negro.
—Tachihara dijo que quería decirnos algo importante— murmuró Gin.
—Es que yo…bueno, no he sido sincero— sentía un nudo en la garganta.
—Tachihara me dijo que le parecías muy bonita aún con la máscara— lo interrumpió Jane—. Deja de jugar, tenemos trabajo y poco personal.
El pelirrojo se puso a sudar mientras Gin ardía de la vergüenza, Hirotsu reprimió una risa antes de seguir a su jefa para revisar el cargamento de armas.
—¿Por qué no me dejaste decirles?— cuestionó a la primera oportunidad de privacidad.
—Al final nos perteneces, creí que te unirías a los otros dos perros en busca de reconstruir su equipo— carraspeó sutilmente—. Si eres parte del equipo, no debes dar explicaciones.
Jane nunca le dijo lo ocurrido con Teruko. Temía que Tachihara desarrollará odio por la muerte de su antigua compañera. Gracias a Verlaine no hubo un testimonio de Fukuchi que esclareciera la situación del aeropuerto, y Atsushi nunca habló de ello.
—Gracias, jefa— el menor frunció los labios evitando formar un puchero.
—De nada. No hables de cosas que te incomoden— acarició su cabello revolviendo algunos mechones rojizos—. Gin y tú son buenos niños.
—Eres agradable, extraña pero tienes clase— sus palabras destilaban admiración pura—. Aunque no me trates como si fueras mi madre…
—Tampoco seas tan confiado conmigo, te arrancaré el corazón.
—¿Te sientes mejor?— preguntó la muchacha frenando el auto frente al departamento de Chuuya.
Por la naturaleza de la habilidad de Chuuya, lo aislaron en una sala privada sin visitas hasta comprobar que no estaba infectado y había recuperado todas sus facultades. La joven manejaba un auto de la organización.
—Si, estoy bien— miró por la ventana algo confundido del paradero—. Te vas a quedar conmigo ¿Cierto?.
—Si, solo quería que estuvieras cómodo— la menor soltó una risa—. ¿Estás tan desesperado?.
—Cierra la maldita boca— gruñó Chuuya sintiendo las orejas arder.
—Quizá debería irme y dejarte descansar…
—No, por favor— sonó más necesitado de lo que esperaba.
—Te prepararé la cena y después puedes dormir hasta mañana, convencí a Mori-san de darles un día libre antes de volver al trabajo. Eran mis clausuras.
“Quiero la ubicación exacta de la tumba de Keiko, que los heridos se tomen el tiempo necesario y que Dazai jamás vuelva a la Mafia contra su voluntad”.
.
.
.
"¿No sé supone que debía descansar?" Pensó el pelinaranja mientras secaba sus manos, pues la menor lo hizo lavar los trastes después de la cena.
—Sabes que no estoy a favor de los roles de género machistas— dijo la joven.
—¿Ahora lees mentes, mocosa?— respondió divertido.
—No, pero estás pensando muy alto, mocoso— replicó Jane.
Al final el joven sirvió dos copas de vino, sabiendo que él las bebería ambas. Austen descansaba en el sofá de la sala sin muchos ánimos de jugar, solo tenía esa expresión somnolienta.
A Chuuya casi se le parte el corazón por verla ahí, tan hermosa y enajenada del mundo. Se quedó desde la puerta observando como sus preciosos ojos esmeralda contaban las líneas del techo solo para contemplar nada.
Austen regresó su vista al hombre y sonrió. Si ella le hubiera dicho que era el mismo dios, Nakahara sería su devoto más fiel. Pero ella era piadosa, lo suficiente para dejarlo respirar.
Si Jane quería algo, él se lo daría, sin importar el sacrificio que implicará. Podía tomar todo de él, quebrarlo y acomodarlo como quisiera, porque Chuuya la amaba tanto que lo permitiría.
Solo su toque lo hacía sentir una calidez abrasadora, con ella podía ser tan vulnerable sin necesidad de tener miedo frente al peligro. Jane era la vida misma que inundaba sus pulmones y viajaba por sus venas reanimando su corazón solo para terminar a su merced.
—¿Qué ocurre?— preguntó recargándose en sus antebrazos para verlo mejor.
—Dame un minuto, no te muevas— el de gargantilla dejó las copas en la mesa y corrió a su habitación.
La muchacha arqueó las cejas y decidió incorporarse para quedarse sentada— ¿Necesitas ayuda?.
—¡No te muevas!— repitió desde su cuarto con la poca paciencia que ella le hacía guardar.
Jane esperó unos segundos. Movió sus pies de lado a lado un tanto desesperada por ver lo que le daría, porque no era un secreto que Chuuya escondía algo.
—¿Recuerdas que hace unos días quería platicar algo contigo?— se hincó para quedar frente a ella.
“Quisiera hablar de algo, es importante. Es algo…bueno, es demasiado íntimo” fueron las palabras exactas que usó.
—Si, cuéntame— una tenue sonrisa se plasmó sabiendo lo que avecinaba esa posición.
—Me dí cuenta de lo mucho que necesitaba verte reír cuando ya no estabas y lo desdichado que me sentí sin tus chistes malos y…de verdad era como estar muerto en vida sin tí— jadeó levemente al sentir los dedos de Jane pasar por su oreja—. Mi corazón es y siempre será tuyo.
Mostró un anillo con un zafiro incrustado. Esperaba ver una reacción más eufórica, pero la mujer se mantenía etérea.
—¿Quieres que me quedé el resto de mi vida junto a tí?— preguntó la de ojos verdes.
"¿No estoy siendo claro, o le gusta verme sufrir?" Pensó—. Es justamente lo que te estoy pidiendo, pero si no quieres presiones…
—Podemos ser lo que quieras, esposos, novios, amantes, amigos…lo que necesites— se acercó lo suficiente para dejar besos por toda su cara—. No necesito un regalo tan caro…
La mano izquierda de Nakahara terminó en la muñeca de Jane—. Quiero que lo tengas.
—Si eso te hace feliz— estiró su mano y el objeto fue puesto con tanta delicadeza en su dedo anular, al finalizar acarició su cabello—. Eres hermoso…una persona bellísima en todo sentido.
—Vete a la mierda, me vas a matar— el joven ocultó su cara entre los muslos de la mujer.
—¿Por qué?.
—Sé que eres demasiado piadosa para burlarte de mí…sabes lo mucho que te amo, así que por favor deja de meterte en mi cabeza de esa forma.
Hasta él se sorprendió de su nulo pudor, alzando la cara encontrando una expresión avergonzada. La cara de la joven era un tomate, algo tan extraño como lindo.
—¡Yo también te amo!— apretó sus piernas alrededor de su torso—. Te amo, Chuuya.
—Casi nunca me llamas por mi nombre, hazlo, me encanta— sintió el bochorno por la posición en la que estaba.
Ambos se pertenecían, y eso lo mantenía fuera de sí mismo, débil al contacto, y casi hambriento de cada suspiro de Jane.
Ese era su lugar favorito en todo el mundo. Los brazos de Jane, sentir su respiración hasta volverse irregular, quedarse entre sus pensamientos y colgar finamente de sus labios. Encontraba calma aún con la sangre hirviendo por pura lujuria.
Era un sitio donde podría pasar el resto de sus días en total felicidad. Un poco de sensatez quedaba al final del día, forzandolo a no asfixiarla con sus sentimientos tan egoístas de ser solo de él. Porque la adoraba.
—¿Podemos quedarnos así siempre?— interrogó el de ojos azules.
—Claro, toda la eternidad si pudiera— besó su sien antes de bajar hasta su mejilla—. Dejemos que las acciones hablen más.
—Ahora tratas de obligarme a dar el siguiente paso, que audaz, maldita— susurró al mismo tiempo que Jane acariciaba sus orejas con delicadeza.
—Pero si ya hemos tenido sexo antes, y no es como si te obligará…
—¡Me refiero a mudarnos juntos! ¡Maldita sinvergüenza!— es bastó para alejarlo haciendo que cayera de espaldas.
—Claro, podemos empezar la siguiente semana.
Fragmento perdido.
—Esto es muy ostentoso— dijo Jane observando un nicho con decoraciones talladas en oro—. Mori-san no sabe cuando dejar de gastar los fondos.
El guardia confirmó que un hombre visitaba cada dos meses solo para revisar que estuviera presentable, en caso de que Jane tuviera el valor de ir.
—Primero debería comenzar con una disculpa. Lamento no haberte visitado antes, pero odio los hospitales y cementerios— buscó un banco cercano para sentarse pues tenía mucho que decir—. La idea de soltarte fue aterradora.
El nudo en su garganta crecía, por lo que debía darse prisa.
—Cinco años no soy toda una vida, pero fueron una vida completamente distinta a la que tengo ahora, no es exactamente la más envidiable, pero fue buena gracias a tí. Coincidir con alguien verdaderamente amable es tan raro, casi como tú.
Suspiró desviando la mirada por el largo pasillo.
—Me voy a mudar con Chuuya, quien es encantador, e irremediablemente amoroso y algo gruñón…
Pensó que el niño le habría dado una respuesta irónica “Y convenientemente guapo y rico”.
—A muy pocas personas quiero de verdad, y de pocos tengo un buen concepto. Cuanto más conozco del mundo más me desagrada y el tiempo me confirma la inconsistencia del carácter humano, pero de verdad me gusta estar con él por amor…pero si es absurdamente rico y guapo.
Soltó un suspiro inescesariamente largo.
—Te pido que abandones mis pesadillas, porque sería una lástima perturbar el sueño de Chuuya. Volveré cuando pueda y seguiré con está plática. Adiós, hermano.
Notas de la autora:
Jesucristo, no hay nadie más cursi que yo.
Ame escribir esté fanfic, aunque no comparto todos los ideales que se muestran aquí, realmente amo está idea del romance que te dobla los pies dejándote ser vulnerable.
Obviamente está idea fue alimentada por mucho tiempo gracias a Jane Austen y sus personajes masculinos que me hacen morir de ternura hasta el punto de ser mi autora favorita en cuanto a dramas. Una vez que empiezas a leerla, la amas.
Luego voy a poner algún extra pero es una sorpresa. Gracias por leer, los tqm.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top