Tonight, I'm fucking u
El día de compras fue un completo éxito, pero también fue un reverendo caos.
Todos preferían las esferas de un color distinto, los adornos los preferían más llamativos, otros más discretos, otros definitivamente más ostentosos. Opiniones por aquí, opiniones por allá, opiniones que estuvieron a punto de volverme loca.
Ilógico que les haya pedido recargar su paciencia al millón y yo fuera la única que perdió la enorme paciencia que debía tenerles después de la tercera tienda departamental. Creo que el motivo por el cual ellos soportaron todo el día de compras fue la emoción que ellos no pudieron contener al comprar adornos navideños, en sus caritas podía observarse la emoción como cuando uno es niño y espera el día ansioso para abrir los regalos bajo el árbol.
-Ran, que acomodes bien las luces.-Mikey regañaba al mayor.
-¿Pero cómo van? Esto está más enredado que mi español.-Levantó la serie de luces que tenía en la mano.
-¡RAN! LA ACABO DE QUITAR DEL EMPAQUE ¿Y YA LA ENREDASTE?-Rin le gritó enojado.
-No me grites pelos de pulpo.-Ran lo reprendió y todos comenzamos a reír antes la manera en como lo llamó.
-A ver, a ver, a ver.-Llamé su atención aun riendo. -No le digas pelos de pulpo a mi pelos de medusa.
Todos se soltaron a reír más fuerte mientras que Rin nos veía molesto y me enseñó el dedo medio haciéndome reír más.
-Mejor no me ayudes.-Me veía indignado.
-Ya pulpito, no aguantas nada.-Ran volvió a molestarlo.
-A ver amores míos.-Canturreé aun entre risas llamando su atención para evitar la pelea que estaba por desenvolverse con los hermanos. -Ya se estresaron, vengan, vamos a comer y después seguimos.
El piso de arriba y la sala de estar estaban ya decorados de tanto adorno navideño que realmente este edifico podría ser la casa de Santa Claus, incluso una chimenea falsa habíamos montado con cajas que forramos de papel decorado en un espacio que hicimos en la sala de estar.
-Hay que construir una chimenea.-Mikey señaló con los palillos hacía la que habíamos improvisado.
-Sí, concuerdo.-Koko le siguió el juego.
-¿Es necesario?
-Sin duda amor, vas a morir congelada cuando lleguen los terribles fríos.-Ran asentía ligeramente.
-¿Y no tenemos calefacción para eso?-Enarqué mi ceja.
-Una chimenea se vería bonita y nos daría calor.-Ahora Rin veía en dirección a donde Mikey había señalado.
-¿Y dónde piensan construirla? Tendrían que volver la cantina más chica.-Dije y ahora todos veíamos en dirección a aquel lugar.
-Pues no es mala idea.
-No.-Takeomi y yo dijimos al unísono.
-Par de borrachos.-Sanzu nos miró burlescamente.
-Ay y tú no seguramente.-Lo miré mal y soltaron una ligera risa.
Terminamos de comer entre ligeras peleas y desacuerdos sobre el comentario de Mikey, pero decidimos dejar aquellos para después pues lo que ahora importaba era terminar de decorar para las fiestas que estaban próximas.
Continuamos con las labores de arreglos navideños terminando de decorar el árbol y bueno, fue un caos total pues resultó que el que cada uno escogiera un color de esferas no fue la mejor opción ya que el negro, rosa, rojo, dorado, morado, azul, blanco y naranja no se veían para nada bonito juntos, así decidimos que para este año únicamente pondríamos las esferas rojas y blancas dejando las demás para ver cuales combinaban bien para el próximo año.
-Terminamos.-Dije dejándome caer en el sofá.
-Estoy agotado, no pensé que decorar cansara tanto.-Sanzu se acurrucó a mi lado.
-E imagínate el quitar y volver a guardar todo, es más cansado.-Me burlé y todos se quejaron acompañándonos en el sofá.
-Quedó muy bonito, jamás habíamos hecho esto.-Rin veía los alrededores.
-Oh, esperen.-Me levanté corriendo del sofá escaleras arriba.
Cuando ayer estuve buscando los dichosos adornos que no existían me topé con una caja que llamó mucho mi atención, pero ante la prisa de encontrar lo otro decidí dejarla para otro momento. No sabía como es posible que hubiera esto en casa teniendo en cuanta sus vidas, pero para mi fortuna, esto existía.
-¿Qué es eso?-Mikey preguntó muy curioso cuando me vio bajar con aquella caja en manos.
-Danielle, deja eso en su lugar.-Kaku se levantó inmediatamente intentando detenerme.
-¿Por qué? Puedo ponerlas en el árbol para que se vea más bonito.
-No es lo que creo ¿O sí?-Mikey cuestionó muy serio al pelinegro.
-¿El qué?-Rin preguntó en dirección a Mikey.
-Las fotografías que se supone debió deshacerse de ellas cuando se lo pedí.-Mikey respondió la duda del menor de los hermanos.
-Oh, a ver trae acá.-Ran se levantó emocionado.
-No pude hacerlo.-Kaku se excusó con Mikey y este sólo rodó los ojos.
Dejé la caja en el centro de la sala y comenzamos a sacar lo que había en su interior, miles de fotos de todos ellos de las cuales su mayoría eran los hermanos.
-¿Quiénes son estos dos preciosos niños rubios?-Pregunté anonadada en dirección a Ran y Rin.
Tendrían aproximadamente entre 10 y 12 años, y ambos tenían el pelo rubio y al ver sus rostros parecían unos auténticos angelitos que no romperían ni un plato y ahora rompen huesos por gusto. Al tener fotos de esa edad supongo que sus padres los cuidaron bien, pero tal vez ellos solitos se fueron por el mal camino.
-Así de preciosos podrían salir tus hijos si los tienes con nosotros.-Ran me guiñó un ojo y yo me sonrojé.
-Puede ser, pero ¿En qué momento decidieron joderse el cabello? Era un rubio precioso.-Vi con melancolía aquella foto.
-Justo en este momento, mira.-Rin me tendió una donde estaban ya mayores.
Ran tenía el cabello negro peinado en unas perfectas trenzas donde podía verse un ligero rubio al principio y al final de cada trenza. Por otro lado, Rin quien lo abrazaba tenía el cabello rubio en un corte estilo mullet con mechones celestes. Ambos se veían como los dioses que son.
-¿Eras fan de los Locos Adams, Ran?-Pregunté y todos comenzaron a carcajearse.
-Muy graciosa.
-Es broma, pero ya en serio, deberían volver a ese estilo, se les veía de maravilla.
Continuamos rebuscando entre las fotos y me topé con una de Kaku cuando era niño.
-Que belleza y mira que hermosa sonrisa.-Le enseñé la foto y él solo se sonrojo. -Y pensar que ahora eres tan serio.
-No lo soy.-Me reprendió y solté una ligera risa nasal.
-KOKONOI.-Grité y todos me voltearon a ver asustados. -PINTANTE EL CABELLO DE NEGRO YA, POR FAVOR.-Enseñé una foto donde se le ve con un uniforme blanco.
-Uy, los Black Dragons, que recuerdos.-Tomó la foto y sonrió con melancolía.
-Sea lo que sea, por favor, vuelve a ese estilo.-Pedí.
-Si es lo que quiere mi princesa, lo haré.-Dijo y sonreí orgullosa.
-Mira, cariño.-Mikey llamó mi atención. -Él es Shinichiro.-Me tendió una foto.
-Uy y ese soy yo.-Takeomi estaba a mi lado viendo la foto conmigo.
Shinichiro era un hombre muy guapo y tenía una hermosa sonrisa, Mikey se parecía mucho a él con la única diferencia de que Shinichiro sí sonreía. Por otro lado, Takeomi tenía el cabello largo, en realidad no había cambiado nada, ambos sostenían un cigarro en mano y se les veía muy cercanos.
-Shinichiro era guapo.-Admití. -Y tú sigues idéntico, amor.-Dije en dirección a Takeomi quien asintió con una sonrisa.
-Y a pesar de eso siempre fracaso con las mujeres.-Takeomi se burló.
-¿En verdad? Pues vaya tontas.-Seguí viendo la foto, no podía evitarlo, era demasiado guapo. -Deberías teñirte el cabello de negro, Mikey.
-Cuidado, nos quiere volver pelinegros a todos.-Koko dijo burlón y yo sólo reí.
-No es mi culpa que se vean tan guapos pelinegros.
-Mira, ella era Emma.-Mikey me tendió otra foto.
Era una preciosa rubia y aunque salía un poco seria en la foto, en su rostro podías ver demasiada calidez y se notaba el gran carácter que cargaba, era muy bonita, ahora entiendo porque Draken estaba enamorado de ella. A su lado, Mikey, con una sonrisa un tanto egocéntrica y un cabello rubio largo peinado en una coleta al centro dejando lo demás suelto, se ve tan distinto, pero era guapo.
-Era preciosa.-Me sinceré sonriendo a la foto. -¿Y este guapo quién es? Deberías presentármelo.
-Dice que te espera arriba en mi cuarto.-Y ante su comentario le lancé un cojín del sofá haciéndolo reír.
-No es posible, tengo que tirar esto.-Sanzu tomó una foto y la escondió en el bolsillo de su pantalón.
-A ver, quiero verla.-Pedí y él comenzó a negar. -Sabes que te voy a chantajear hasta que me la des ¿Verdad?
-Ya estoy acostumbrado, así que inténtalo.-Me retó.
-Lo mismo de siempre, sin sexo, por un año.
-No resistirías.-Sonrió orgulloso.
-Estás consiente que nos tiene a nosotros ¿No imbécil?-Koko se burló y yo comencé a asentir eufóricamente.
-Eso, lo que él dijo.-Ahora la que sonreía orgullosa era yo.
Tras una mueca de inconformidad me la dio y era un peliblanco con el uniforme de la ToMan, usaba una mascarilla color negro, se veía muy diferente a Sanzu por lo que dudé si era él, en realidad, parecía una mujer así que supuse sería su hermana.
-¿Es tu hermana?-Y en ese momento todos comenzaron a reír y Sanzu los mataba con la mirada.
-Cierren la boca imbéciles.
-¿Cómo? ¿Conoces a Senju?-Takeomi preguntó muy curioso y en ese momento los hermanos, Kaku y yo nos quedamos congelados.
-Una vez Sanzu me dijo que tenía una hermana y dijo que se parecían mucho, así que supuse que era ella.-Dije lo más segura que pude.
-Ah, pues sí se parecen, pero ese es Sanzu.-Takeomi rio.
-Ahora entiendes porque debo tirarla.
-Tú que la tiras y ya te lo advertí. Por cierto, ¿Por qué usabas mascarilla?
-Larga historia.
Ante aquella respuesta seguimos viendo las fotos y de verdad que yo moría de ternura al verlos cuando eran niños y más jóvenes, me estaba derritiendo de amor y me alegraba saber un poco más sobre su pasado pues diversas anécdotas buenas, graciosas y malas fueron contadas hasta que la noche cayó. Finalmente escogí las fotografías que más me gustaron de ellos para colocarlas en el árbol y de este modo darle un toque más familiar.
-Nos hace falta un retrato juntos.-Kaku veía el árbol.
-Tienes razón.-Ran comenzó a asentir.
-Investigaré los mejores estudios y pediré una cita.
Todos asintieron y nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones, o así fue en mi caso hasta que Rin fue por mí y me llevó en brazos hasta su habitación en donde una cosa llevó a la otra y terminamos con la calentura hasta las nubes y ambos tumbados en el suelo de su habitación desnudos.
Realmente, amo tanto estar aquí.
-Ya me voy, tengo una emergencia de chicas, adiós, los amo.-Dije corriendo a la puerta con todos los vestidos en mano.
-Hey, hey, hey.-Mikey llamó mi atención.
-Amor, llevó prisa en serio.-Mentía, pues en realidad iba para casa de Hina.
-¿Y los vestidos?-Takeomi enarcó una ceja.
-Emergencia de chicas.-Volví a decir y todos me veían confundidos.
-No llegues tarde y si lo haces sólo avísanos.-Rin dio un beso en mis labios y todos le siguieron.
Salí del lugar con más vestidos en mano que una tienda departamental y emprendí camino a casa de Hina en donde me estaría esperando para arreglarnos para hoy en la noche, teníamos bastante tiempo por lo cual me tomé mi tiempo para pasar a comprar algo de tomar y de beber mientras pasábamos el rato arreglándonos.
Cuando llegué fui recibida con los brazos abiertos y nos pusimos manos a la obra en donde Hina no decidía que vestido ponerse pues decía que todos le fascinaron y no podía decidirse por uno en específico así que lo dejó todo en mis manos y puse mi mayor empeño en arreglarla para que se viera más hermosa de lo que ya era.
Escogí un vestido negro algo atrevido gracias a los escotes de éste para que a Takemichi se le saliera el alma al verla, la maquillé para la ocasión y recogí su melena larga en una media coleta desordenada que le daba ese toque despreocupado y que sin duda le quedó de maravilla, se veía realmente de infarto.
Yo opté por un vestido azul marino bastante corto con un gran escote en la espalda, pecho y pierna, era bastante atrevido, pero lo valía pues esta noche seríamos únicamente Sanzu y yo divirtiéndonos y sabía como terminaban estas visitas a la discoteca y quería que él me deseará desde el primer instante en que me viera para volver nuestra estancia más divertida desde un principio. Peiné mi cabello en una coleta alta que dejaba toda mi espalda al descubierto y mi maquillaje fue algo parecido al de Hina.
-Tus vestidos Danielle.-Hina llamó mi atención mientras salía de la habitación.
-Ah déjalos aquí, ya luego vengo por ellos.-Sonreí y ambas salimos del lugar.
La hora de irnos había llegado así que nos subimos a la camioneta y emprendimos camino al punto de reunión donde ya nos estarían esperando los demás.
Mientras más nos acercábamos a la zona de Roppongi el ruido de la ciudad se hacía mayor y las diferentes discotecas del lugar de las cuales la mayoría les pertenecían a ellos estaban abarrotadas de gente en su interior y las enormes filas decoraban el exterior de estas. Después de unos minutos más de camino llegamos a Zeus, de las mejores discotecas en la ciudad y sobre todo la más solicitada, en donde mínimo la reservación debe hacerse con un mes de anticipación.
Al llegar estacioné la camioneta para que el personal de aparcacoches se encargara de mi camioneta y nos ayudaron a ambas a bajar del vehículo. Tomé el brazo de Hina y comenzamos a caminar con todas las miradas sobre nosotras.
-Esto se siente muy raro.-Dije algo nerviosa.
-Es porque te ves preciosa, saben admirar tu belleza.-Le guiñé un ojo y ella se sonrojo.
Continuamos caminando hasta quedar frente a la entrada y marqué el numero de Draken para informarle que ya estábamos ahí esperándolos para entrar juntos al lugar. Al minuto llegaron Draken, Mitsuya, Chifuyu, Kazutora, los gemelos, Inupi y Takemichi, quienes nos veían anonadados y podría jurar que este último estaba a nada de llorar al ver a Hina y en cuanto ella se acercó a saludarlo los colores se subieron al rostro del pelinegro, alguien también tendría su final feliz esta noche y ante aquello no pude evitar reír ligeramente. Todos comenzaron a saludarme y yo les devolvía el saludo.
-Que guapa te ves.-Draken besó mi mejilla.
-Muchas gracias.-Canturreé un poco sonrojada.
-¿Cómo conseguiste una reservación en este lugar con menos de una semana de anticipación?-Smiley me preguntó.
-Ventaja de que los dueños sean tus novios.-Dije un tanto burlona y todos soltaron una ligera risa.
-Vaya suerte.-Angry dijo con aquella expresión tan característica de él.
-Venga, vamos a divertirnos antes de la tragedia.
Comenzamos a caminar hacía la entrada en donde escuché como un grupo de mujeres comenzaba a quejarse sobre que nos formáramos y esperáramos nuestro turno.
-Déjalos, seguro que los regresan en cuanto lleguen a la entrada.-Una de ellas dijo orgullosa y no pude evitar reírme.
-Señorita, por favor fórmese.-Dijo uno de los hombres que custodiaban la entrada.
-Te dije.-Volvió a decir aquella rubia y todas comenzaron a reír.
-Danielle Abe.-Dije mi nombre y él hombre abrió los ojos de par en par.
-Discúlpeme señorita, en cuanto llegué el jefe le diré que ya lo está esperando dentro.-Hizo una reverencia dejándonos entrar.
Todos comenzaron a entrar y di un último vistazo a aquel grupo de mujeres que ahora no sabían ni que cara poner y yo sólo solté una gran carcajada.
-Déjalas entrar...
-Tanaka Daiki.-Me dijo su nombre y yo le sonreí.
-Déjalas entrar por favor, Daiki.
-Sí, señorita.
-Gracias.-Le dediqué una última sonrisa y me guiaron hasta la zona VIP donde los demás ya me estaban esperando.
Alors on danse nos recibió a todo volumen envolviéndonos con su ritmo tan característico que te hacía querer bailar. Yo llegué a la mesa bailando y todos comenzaron a aplaudir al ritmo de la canción mientras bailaban sobre su lugar.
-Amo bailar, así que van a tener que sacrificarse esta noche.-Grité para que pudieran escucharme y todos asintieron.
-Este lugar es carísimo, es surreal.-Angry tomó el meno entre manos.
-No se preocupen, corre por la casa.-Guiñé un ojo.
Trajeron nuestra orden y comenzamos a beber mientras comenzábamos a entrar en ambiente. La música era infinitamente variada y vaya que el DJ era bueno pues realmente el ambiente se prendió como el infierno a los pocos minutos de haber entrado al lugar.
La gente bailaba al ritmo de la música mientras yo repasaba un poco de lo que le diría a Sanzu cuando nos encontráramos, estábamos bastantes entretenidos y los hombres no evitaban acercarse a Hina y a mí a pesar de ver que estábamos acompañados de tantos hombres. Mujeres se acercaban a Mitsuya en un intento de coquetearle, se tomaban fotos con él, le pedían autógrafos hasta que lo vi comenzar a ponerse algo incomodo y me cambié a su lado.
-Tal vez así evitemos que se te acerquen un poco.
-Gracias, eso espero.-Sonrió y seguimos con la noche.
El alcohol comenzaba a hacer efecto en toda la gente que se encontraba en el lugar y comenzaron a verse de todas las situaciones. Celos, peleas, ataques de risa, bailes buenos, bailes extraños, la temperatura comenzaba a aumentar en el lugar y Hina y Takemichi se veían muy acaramelados.
Estaba bailando con Mitsuya y los gemelos, pero en ese momento mi celular sonó, era un mensaje de Sanzu diciéndome que ya estaba aquí.
-Regresó en un rato, síganse divirtiendo.-Les guiñé el ojo y ellos asintieron.
Comencé a abrirme pasó entre la gente hasta el lugar donde Sanzu estaría esperándome y en el camino me topé con muchos hombres intentando llamar mi atención de los cuales me libraba hablándoles en español, así de fácil y sencillo.
Entré al cuarto de la zona más VIP la cual solía ser para ellos y vi a Sanzu con el brazo izquierdo recargado sobre el respaldo del sofá mientras que con la mano derecha sostenía un cigarrillo. Se veía cansado y con las ropas ya un poco desordenadas debido al ajetreo del día, verlo así me prendió muchísimo.
-Buenas noches señor Haruchiyo, ya llegó la puta que solicitó.-Dije abrazándolo por detrás y con mis manos comencé a recorrer su pecho.
Él soltó una ligera risa ante mi comentario y de un hábil movimiento me jalo así él obligándome a sentar sobre él. Podía sentir el bulto rozar mi intimidad.
-Oye ¿Tan rápido? Si no te he hecho nada.-Me burlé de él.
-Tu presencia es lo único que basta para ponerme así.-Sonrió antes de darle una calada al cigarro.
Tomó mi nuca acercándome más a él, pero antes de que nuestros labios se juntaran me pasó el humo del cigarrillo y yo lo acepté gustosa.
-Ese vestido es exquisito y no sabes como me pone, pero ¿Estuviste sola todo este tiempo con ese pequeño pedazo de tela?-Su mano viajo por debajo del vestido y apretó mi nalga.
-¿Y si así fuera qué harás? ¿Me vas a castigar?-Lo estaba provocando.
-Depende, ¿Te portaste mal?-Volvió a fumar de su cigarro sin quitar la mano de donde la había puesto anteriormente.
-Bueno, si bailar con cinco hombres es portarse mal, entonces sí, un poco.-Comencé a mover mis caderas de adelante hacía atrás para rozar más su entrepierna con la mía.
-Uy, ¿Cinco? Eso requiere de un muy buen castigo.-Comenzó a negar y finalmente apagó el cigarro en el cenicero y sopló todo el humo en mi cara.
Apretó un botón de uno de los controles y los vidrios que nos ofrecían una vista de toda la discoteca se polarizaron para darnos privacidad. De un hábil movimiento me recostó sobre su regazo dejando mi trasero al descubierto.
-Eres una niña muy mala, cariño.-Comenzó a acariciar mi trasero y se sentía como la gloria.
-Te equivocas, yo soy una niña muy buena.-Sonreí maliciosa y en ese momento soltó una fuerte nalgada en mi trasero haciéndome gemir.
-No me lleves la contra, ahora tendré que darte un castigo más fuerte.
Comenzó a soltar nalgadas mientras a mí oído susurraba comentarios sicalípticos para provocarme y ante sus acciones yo sentí mi zona humedecerse cada vez más y más, se sentía tan bien la sensación que sus manos provocaban en mí cuando estas rozaban contra mi cuerpo caliente y yo no paraba de quejarme por sus golpes mientras le suplicaba que me follara ahí de una vez por todas.
Y así fue, cuando ambos no pudimos resistir más las insinuaciones y comentarios obscenos entró en mí con desesperación, me follaba con bastante fuerza lo cual provocaba que mis gemidos salieran sin control y yo tampoco es que buscara retenerlos pues para mi buena suerte la música ayudaba a camuflarlos para que nadie en el exterior de este cuarto pudiera escuchar lo que estábamos haciendo dentro mi guapo pelirosa y yo.
El calor se apoderó de nuestros cuerpos mientras yo movía mis caderas sobre él para provocarle ese éxtasis que tanto me exigía. Finalmente me corrí y él salió de mi interior para que de este modo se pudiera correr en mi boca y así no dejar rastro alguno de que aquí ocurrió algo más que no fuera una buena fiesta.
-¿Cómo te fue, mi vida?-Pregunté cuando ambos nos recuperamos y volvimos al sofá admirando el ambiente que había frente a nosotros.
-Fue cansado cielo, pero todo salió sin contratiempos, de hecho justo ahora están terminando de bajar el cargamento y me falta hacer el inventario de este lugar así que, debo bajar por unos minutos para verificar que nadie este queriéndonos ver la cara.-Besó mi frente y me abrazó más a él.
-De acuerdo cariño, yo te espero en la otra zona VIP.-Dije y él asintió.
Ambos salimos del lugar y nos separamos. Llegué con los demás quienes ya estaban acompañados de unas mujeres y yo no pude evitar sonreír enormemente ante aquello.
-¿Y tu chica?-Pregunté a Mitsu sentándome a su lado.
-En España.-Dijo muy orgulloso y no pude evitar morir de ternura.
-Quiero ser la madrina porque prácticamente yo los presenté.-Me burlé y él rio.
Después de un buen tiempo las mujeres se fueron y volvimos a quedar los que estábamos desde un principio. Estuvimos riendo, platicando y en ese momento yo estaba bailando con Draken cuando sentí una mano jalarme.
En cuanto me giré para ver de quien se trataba era Sanzu quien se veía molesto y no sabía muy bien si era por el baile que lo descarté inmediatamente pues realmente parecíamos tías bailando, seguramente estaba furioso porque ese día me fui con ellos.
-Draken.-Se puso frente a él intentando encararlo y el mencionado se paró más correcto para hacerle frente al pelirosa.
En ese momento todos se levantaron para rodearlos e incluso Hina se levantó colocándose a mi lado. Estaban casi de la altura, pero Draken si le sacaba al menos unos 5 centímetros de estatura.
-Sanzu.-Respondió el pelinegro.
-Que milagro verlos por aquí, pensé que este lugar era muy caro para ustedes.
-San-
-Tu novia nos invitó.-Draken me interrumpió diciendo eso muy orgulloso y vi como Sanzu se molestó más ante aquel comentario. -¿Molesto?-Preguntó ante su expresión.
-Para nada, ella puede hacer lo que quiera con su dinero.-Sanzu negó con una sonrisa burlona.
-En ese caso, interrumpiste nuestro baile.-Draken ladeó la cabeza.
-Sí, es que ya nos vamos.
-Sanzu...-Llamé su atención porque su agarré en mi brazo era muy fuerte y me estaba lastimando.
Él al darse cuenta de eso me soltó y comenzó a pedirme perdón a lo cual yo solo le dije que no se preocupara y que estaba bien.
-¿Tan pronto se van? Y nosotros que íbamos a invitarte a estar con nosotros.
-Sí, no creo, Mikey está esperándonos.-Sanzu sonrió orgulloso borrándoles la sonrisa a los demás.
Se estaban retando. ¿Por qué Sanzu está tan a la defensiva?
-Que raro, Danielle nos dijo que esta noche estaban disponibles.-Estaba provocándolo y esto no era nada parte del plan.
-Lo estaba, pero ahora que la vi con ustedes mejor me la llevó, Ken-chin.-Hizo énfasis en la última palabra.
Los vi con intención de comenzar a pelear por lo cual detuve a Sanzu interponiéndome entre aquellos dos grandulones y ambos respiraban agitados.
-Vámonos, Sanzu.-Pedí y él asintió sin dejar de asesinar a Draken con la mirada.
-Ya nos vamos, les daré sus saludos a Mikey y Koko.-Este último lo dijo por Inupi. -Aunque dudo que los quieran.-Se burló de ellos. -Diviértanse, la cuenta corre por la casa.
-Yo me encargó de esto, no se preocupen y síganse divirtiendo.-Susurré a Mitsuya y él asintió.
-Mademoiselle.-Sanzu dijo en un perfecto francés tomando la mano de Hina y dejó un beso sobre esta. -Perdón por la escena.
Dio media vuelta y comenzó a caminar entre la gente.
-No se preocupen, sabíamos que algo así pasaría. Síganse divirtiendo.-Sonreí y les guiñé un ojo. -Y perdón Draken.
-No te preocupes.-Este sonrió y me despedí de los demás con un beso en la mejilla.
Salí apresurada del lugar para encontrarme con Sanzu y la calle estaba ya vacía, parecía el apocalipsis, pero la música se seguía escuchando a los alrededores gracias a las discotecas.
-Sanzu.-Llamé su atención y él volteó en mi dirección, estaba fumando.
-Ponte esto, hace frío.-Se quitó el sacó de su traje y lo puso sobre mis hombros.
-Gracias.-Le dediqué una ligera sonrisa.
-¿Qué estás tramando Danielle?-Dio otra calada a su cigarro.
-Auch.
-No estoy jugando, dime, ¿Qué haces con ellos? No le habíamos puesto la atención debida, pero dime, ¿Qué planeas juntándote con ellos?-Se veía molesto.
-Son unos amigos, simplemente eso.
-¿Sabes quiénes son?-Señaló con el cigarro a la entrada del lugar.
-Sí, los amigos de la infancia de Mikey.
-Y entonces dime, ¿Qué planeas?-Se agachó para quedar a mi altura, se veía amenazante.
-Quiero reunirlos con Mikey.-Soltó una gran carcajada y se alejó de mí negando con esa sonrisa burlona que me hirvió la sangre. -Sé que Mikey no es feliz, sé que ellos faltan en su vida y quiero reunirlos para que su sufrimiento se acabe de una vez por todas.
-Es estúpido.-Negó riendo. -Mikey jamás aceptará eso y lo sabes.
-Es por eso que quiero pedirte tu ayuda.-Él me volteó a ver confundido.
-¿Qué te hizo creer que te ayudaría?
-Porque amas a Mikey tanto como yo.
-¿Y eso qué?-Se encogió de hombros.
-Que merece ser feliz.
-Él ya es feliz.-Gritó haciéndome brincar. -Él nos tiene a nosotros, él es feliz con nosotros y en cuanto se enteré que te ves con ellos te va a matar.-No dejaba de mover sus manos.
-Él ya lo sabe.-Y ante mi comentario se quedó congelado.
-¿Y qué te dijo?
-Que no quería acercarse a ellos porque ellos ya tenían su vida hecho y que ya no pensaban en él cuando no es así, porque crees que estoy pidiendo tu ayuda, porque todos queremos que se acerqué con ellos.
-Mikey se va a negar.-Hacía énfasis en cada sílaba que pronunciaba.
-¿Y qué tan seguro estás de eso?-Estaba comenzando a enojarme.
-Es mi rey Danielle, conozco todo de él, estuve a su lado desde siempre. En sus victorias, en sus sufrimientos, asesiné por él he hecho de todo para mantenerme a su lado y no por el capricho de una niña estúpida voy a dejarlo ir así de fácil. Yo soy feliz a su lado y no voy a dejar que te interpongas en eso.-Lanzó la colilla de cigarro y volteó a verme se veía ahogado en enojo.
¿Cómo me había llamado? Puede que sea un capricho, pero no es un capricho tonto, quiero que Mikey se sienta completamente feliz y no a media, y si debo poner a medio mundo en mi contra con tal de que él sea feliz así será.
-Tal vez sea tu puto rey, pero él también merece ser feliz.-Grité con enojo.
-No te voy a ayudar, olvídate de eso. Estás sola.-Gritó Sanzu mientras daba la media vuelta y comenzó a caminar en dirección contraria a mí.
Y ahí me quedé. Sola en medio de la calle vacía con un enorme nudo en la garganta que por razones que desconocía no podía liberar. El frío calaba mis huesos a pesar de su abrigo que me invadían las fosas nasales de su perfume y las risas de la gente divirtiéndose me sacaron de mi trance.
A veces que te amen no quiere decir que siempre estarán dispuestos a hacer lo que tú creas correcto.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Hola, hola preciosos 💖 ¿Cómo están? 💕
Aquí les dejo un cap más y estamos cada vez más cerca del final 😔😔😔😔😔💔
Siento mucho no estar actualizando como antes, pero estoy como teniendo un bloqueo mental del que me estoy intentando recuperar 🥺
Espero estén de maravilla y cuídense mucho 🙈💖
Los amo infinito 💖💐
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