¿Quién te está siguiendo?

-Soy libre, soy libre.-Gritaba saltando mientras reía debido a mi felicidad.

-Te recuperaste a la perfección, en serio es casi imposible de creer.-La doctora me sonreía de oreja a oreja mientras firmaba mi papel del último alta que me faltaba. -Ten bonita, eres libre.

-Muchas gracias en verdad, se lo agradezco mucho.-Hice una gran reverencia ante la doctora y comenzamos a despedirnos para salir de ahí.

-Amor, hoy queremos intentar algo contigo.-Dijo Rin mientras abría la puerta del copiloto para mí y me ayudaba a subir.

Una vez termino de ponerme el cinturón cerró la puerta y lo vi dar la vuelta al auto, pero de un momento a otro se paró en seco como si hubiese visto un fantasma, se quedó quieto durante unos segundos y finalmente entro al auto.

-¿Qué sucede? ¿Estás bien amor?-Pregunté bastante confundida ante su tan repentino cambio de semblante.

-Todo bien amor.-Sonrió de lado.- ¿En qué estábamos?-Lucía como si estuviera tratando de volver a centrarse en nuestro tema de conversación anterior.

-Algo que querían intentar conmigo hoy ¿De qué se trata amor?-Pregunte finalmente.

-Ah cierto.-Había vuelto en sí.- Sobre lo de tu accidente no encontramos a algún responsable que lo haya hecho intencionalmente, pero no descartamos la idea.-Soltó un largo suspiro. -Así que hoy vamos a hacer un pequeño ejercicio contigo.-Dijo y finalmente encendió la camioneta comenzando a avanzar a una velocidad considerable sobre la gran avenida.

-Vas a prestar atención a tu entorno, vine solo yo porque vas a intentar descubrir quién de todos nos viene siguiendo.-Dijo sin despegar la vista de la carretera.

En ese momento comencé a ver todo mi alrededor, no era nada discreta pues moría por ver de quien se trataba.

-Mal, punto número uno.-Elevo uno de sus dedos figurando el número. -Debes ser discreta para que los demás no noten que estás observando tu alrededor, hazles creer que únicamente prestas atención al camino.

-¿Pero cómo sabre distinguir de quién se trata amor? Siempre hay carros por toda la ciudad, podría simplemente ser alguien común un corriente.

-Siempre que salgas de algún lugar ve tus alrededores, de manera discreta.-Hizo énfasis en las últimas palabras. -Observa que carros salen a la par casi del tuyo.

Comencé a buscar de manera más discreta a través del retrovisor para ver sí veía algún carro que se me hiciera conocido o a alguno de ellos manejándolo. Nada.

-Lo tuviste casi frente a frente cuando salimos del hospital.-Sonrió leventemente. -Y salió justo a la par de nosotros.

-Imposible, lo hubiera reconocido.-Negué con la cabeza.

-¿Eso crees?-Volteo a verme con una sonrisa burlona.

No podía observar nada que se me hiciera conocido cerca de nosotros, por más que intentaba ser discreta creo que no lo lograba. ¿Casi frente a mí al salir del hospital? No recuerdo haber visto alguien que se me hiciera conocido y mucho menos tratándose de ellos, los hubiera reconocido en cualquier lado.

-No logro observar nada, ni a nadie.-Fruncí mi boca en señal de decepción.

-Vamos a dar una pequeña vuelta antes de volver a casa, a ver si en ese lapso logras captar algo.-Tomo mi mano llevándola a sus labios para dejar un pequeño beso.

Estuvimos dando pequeñas vueltas por la ciudad durante aproximadamente quince minutos, en todo ese lapso intentaba reconocer que era lo que aún no cambiaba detrás de nosotros. Deje de centrarme en los carros y comencé a fijarme más en los conductores intentando identificar a alguno de ellos, el cabello blanco de Mikey o Koko quedo descartado pues no observe ese color por ninguna parte, tenía dos pelinegros como otra opción de los cuales podían ser más difícil reconocer pues era un color más común de cabello, un alto pelilila que tampoco pude observar y finalmente un pelirosa que no dio señales de estar cerca.

-Me rindo, definitivamente no veo nada.-Solté en un largo suspiro y baje la mirada.

En ese momento Rin soltó una pequeña risa y bajo el vidrio de mi lado, un Mercedes negro disminuyo la velocidad quedando a la par de nosotros y bajo el vidrio permitiéndome ver a Kaku quien me dedico una gran sonrisa.

-No mires siempre para atrás bonita, a veces el enemigo puede estar frente a ti.-Rin me dedico una pequeña sonrisa acompañada de un guiño.

Estaba totalmente decepcionada, ¿Cómo era posible qué lo tuviera frente a mí y no pudiera notarlo? Le dedique una pequeña sonrisa a Kakucho quien se despidió con la mano para después emprender otro camino.

-¿A dónde va?

-A devolver el auto, es rentado.-Apretó sus labios intentando contener una sonrisa. -Vamos a casa amor, no te sientas mal, es la primera vez.-Revolvió mis cabellos con una de sus manos. -Después serás toda una experta, te están entrenando los mejores.

-No tengo ni la menor duda de eso.-Deje un pequeño beso en su mejilla.

Emprendió camino a casa, el atardecer comenzaba a decorar el cielo de colores azules, naranjas, rosados y lilas en sus diferentes tonalidades, era un hermoso atardecer el que aquel día nos ofrecía y el aire corría permitiendo que la brisa nos diera un respiro del bochornoso clima.

-Llegamos.-Grite avisando a todos los presentes. -Soy libre.-Corrí a la sala tendiéndole el papel del alta a Ran.

-Que bueno amor, me alegro mucho.-Dejo un beso en mi frente y me dio un gran abrazo.

-¿Y Mikey? ¿Dónde está?

-En la azotea.-Contesto Takeomi desde el comedor.

-¿Qué sucede con el hoy?-Pregunté pues desde que habían llegado se veía como si estuviera en otro mundo.

-Es un día importante para él.-Dijo Sanzu sin dar más información.

Estábamos en la sala mientras les contaba mi gran fracaso intentado descubrir quien era quien nos seguía y al igual que Rin me dieron palabras de aliento diciéndome que terminaría siendo una gran experta en el tema después de algunos días de práctica.

Las puertas se abrieron dejando entrar al adulto restante quien se acercó inmediatamente a Rin.

-¿Lo viste cuándo salimos del hospital?-Preguntó Rin en dirección a Kaku quien solo se limito a asentir.

-¿No va a ir?-Pregunto Kaku.

-No creo, ya se hubiera ido.-Sanzu negaba lentamente con la cabeza y yo seguía sin entender de que hablaban.

-¿De qué hablan?-Pregunté bastante confundida.

-Nada importante cariño.-Sanzu dejo un pequeño beso en mis labios y me abrazo por los hombros pegándome a su pecho para volverse a recostar sobre el sillón conmigo, soltó una pequeña risa de felicidad en mi oído haciéndome reír de la misma manera.

Rin, Ran y Kaku platicaban algo casi en un susurro evitando que pudiera escuchar mientras Sanzu me distraía dejando pequeños besos sobre mi rostro.

-Iré a hablar con él.-Dijo Kaku mientras caminaba en dirección a las escaleras.

-Yo voy contigo.-Me zafe del agarre de Sanzu y corrí tras de Kaku para seguirlo.

-No, ¿Para qué?-Kaku me detuvo con uno de sus brazos.

-Quiero ver a Mikey, quiero saber si está bien.

-Lo único que te puedo decir es que no está bien.-Kaku negaba lentamente con la cabeza.

-Por favor, sólo quiero verlo un momento, ni siquiera sabrá que subí contigo.-Sonreí enormemente.

Kakucho puso los ojos en blanco pues sabía que no había modo en que dejara de insistir.

-¿A quién de todos vieron?-Escuché a Takeomi preguntar casi en un susurro mientras se acomodaba el sillón, pero no pude escuchar más pues Kaku comenzó a caminar con sus manos sobre mis hombros.

Me guio a las escaleras que daban hacía la azotea, en cuanto abrió la puerta el sonido de los carros, las sirenas y el de la ciudad en general llenaron mis oídos, la noche había caído, el calor había disminuido y el viento jugaba despacio con nuestro cabello.

Dimos unos cuantos pasos y ahí estaba aquel cabello blanco con ese corte tan característico y ese tatuaje en el área del cuello, se encontraba sentado sobre el tanque de agua. Nos daba la espalda así que no había manera que pudiera vernos, su mirada estaba dirigida a la ciudad, parecía estar perdido en sus pensamientos y el viento jugaba de la misma manera con su cabello.

Kakucho se quedó parado y metió ambas manos en los bolsillos de su pantalón, yo estaba en total silencio.

-¿Estás seguro de esto? Hoy es 19 de junio.-Kaku habló lo más pacífico que lo había escuchado hablar.

19 de junio, "Es un día importante para él" recordé las palabras de Ran. ¿Qué significaba este día para él? ¿Por qué se veía como si su alma estuviera en otro lado menos en su cuerpo? Permaneció en silencio por unos segundos, elevo su vista al cielo y el viento soplo más fuerte como si aquella fuera su señal para responder.

-Sí, es mejor de esta manera.-Dijo casi en un susurro y Kaku no volvió a hablar.

-¿Qué es mejor de esta manera?-Pregunté rompiendo el silencio.

Kaku me lanzo una mirada con la que sin duda me mato, pues yo dije que guardaría silencio, pero no pude evitarlo, quería saber sobre que hablaban y que es lo que había sucedido hoy para que fuera lo mejor para Mikey.

Vi el cuerpo de Mikey tensarse pues seguramente se imaginaba que Kaku venía sólo, giro su cabeza solo un poco para permitirse vernos de reojo y regreso su mirada al cielo estrellado mientras esbozaba una sonrisa melancólica.

-Algún día lo sabrás, pequeña.-Dijo y finalmente regreso su vista a la ciudad.

Aquello no resolvía ninguna de mis dudas, al contrario, ¿Algún día? ¿Por qué no podía ser hoy? ¿Qué tanto debía esperar? ¿Sería algo bueno o algo malo lo que sucedió en un día como este? Fuera lo que fuera parecía tener un lugar muy importante dentro del corazón de Mikey y lo mejor de todo es que parecía a estar dispuesto a compartir aquella historia conmigo.

-¿Quién agarró mi coordinado de encaje rojo con negro?-Grite enojada mientras bajaba las escaleras.

-¿Es en serio?-Sanzu se llevo la mano al rostro y apretó el tabique de su nariz.

-Par de imbéciles, les dijeron algo que fuera difícil darse cuenta, no algo que desearan.-Mikey dijo en el mismo tono que yo.

-Ay pues perdón ¿Sí?, Rin me convenció.-Ran señalo a Rin quien lo mato con mirada.

-Maldito infeliz mentiroso.-Estaban a nada de comenzar una pelea cuando Mikey volvió a hablar.

-Era otro ejercicio que íbamos a realizar contigo, pero al parecer no fue algo tan difícil de darse cuenta.-Mikey asesinaba con la mirada a los hermanos.

-Se trataba en que tenías que darte cuenta de algo que faltará en tu cuarto, era para comenzar a enseñarte a prestar atención a los pequeños detalles.-Takeomi me explico.

-Pero un par de inútiles se dejaron llevar por las hormonas.-Koko termino de decir mientras se levantaba de la sala.

-No nos pueden culpar, saben que es el más bonito que tiene, ustedes hubieran hecho lo mismo.-Termino de decir Ran y todos se quedaron callados y comenzaron a ver a otros lados como si alguien que no podíamos ver les llamará.

-Cochinos.-Dije. -Nos vamos en diez minutos Sanzu.-Grite enojada como sí estuviera lejos de mí y volví a subir a mi habitación mientras escuchaba como comenzaban a murmurar cosas que solo ellos podían entender.

Había pasado una semana desde que habían comenzado a enseñarme sobre notar sí alguien nos seguía, diario salía con alguno de ellos a dar una pequeña vuelta y yo debía prestar atención, podría decirse que me había convertido buena en eso, no una experta, pero al menos ya comenzaba a identificar de quien se trataba y desde dónde.

-Es Ran, nos viene siguiendo desde hace siete calles, intenta mantener una distancia de cinco autos mínimo, camioneta azul marino.-Dije mientras observaba el retrovisor con mucha determinación sin dejar de prestar atención la carretera pues era yo la que manejaba.

-Cariño, te has vuelto bastante buena.-Tomó mi mano y dejo un beso sobre esta. -Estoy orgulloso de ti.-Sonrió y le devolví la sonrisa.

En ese momento bajo el vidrio y saco el brazo para indicarle a Ran que ya podía acercarse, fue cuestión de segundos para que se pusiera a la par de la camioneta.

-Vaya, te has vuelto buena en esto amor.-Grito cuando me vio. -Nos vemos ahorita.-Sonrió y tomo otro camino.

-Vamos a casa cariño.-Sanzu se colocó sus lentes de sol haciendo que sintiera mi corazón salir de mí en ese momento pues acompañado de aquellos jeans y camisa casual lo hacía ver jodidamente atractivo, era tan sexy.

-¿Y sí vamos a comer?-Fingí voltear al espejo como si intentará meterme al otro carril para evitar verlo.

-Señorita Danielle, ¿Acaso me estás invitando a comer?-Sentí como en su rostro se dibujaba una gran sonrisa y como el mío se tornaba de un gran rojo vivo.

-No, sólo me dio hambre.-Seguía evitando su mirada fingiendo ver el camino que para mi maldita suerte antes de llegar a la otra avenida se colocó el alto haciéndome detener la camioneta.

Sentí su mano tomarme del mentón con mucha delicadeza obligándome a voltear a verlo, en su rostro seguía dibujada aquella hermosa sonrisa adornada por aquellas cicatrices.

-Que sea una cita, vida mía.-Dijo para finalmente dejar un beso apasionado sobre mis labios.

Sanzu me volvía loca, a pesar de ser el hombre que era había algo en él que me gustaba a niveles indescriptibles, ¿Sería esa sonrisa tan característica de él? ¿Aquella mirada que te dejaba sin aliento cada que te veía? ¿O será aquella locura que lo acompañaba? Sea lo que sea lo que me hacía sentir de aquella forma me gustaba como se sentía, sabía que le gustaba, pero...

¿Con la misma intensidad en la que me estaba comenzando a sentir?

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Hola gente hermosa 🥰 Espero se encuentren muy bien 🙈

Perdón por la hora, me costó un poco de trabajo acomodar mis ideas, pero ya todo está arreglado 😈🙊

Espero tengan una excelente noche, que descansen. Nos vemos después con otro capítulo, los amo 🥰

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