Money is the anthem of success Tell me I'm your national anthem

Koko me citó a las siete y la hora de irnos se acercaba, estaba terminándome de arreglar para la cena que tendríamos
Quería verme lo más bonita que pudiera para él así que realmente me estaba esforzando.

En cuanto termine bajé las escaleras y él ya estaba esperándome en un hermoso traje negro que acompaño de una comisa roja, colores que se le veían maravillosos y hacía juego con mi vestido, se veía muy guapo.

-Te ves muy bonita.-Se levantó del sillón en cuanto me vio sonriendome y cuando estuve frente a él dejo un pequeño beso en mis labios.

-Tú igual te ves muy guapo.-Le devolví la sonrisa.

-Vámonos.-Me tomó por la cintura y en ese momento se escucharon unas risas desde las escaleras.

-Adiós tortolitos.-Dijo Ran con una sonrisa burlona mientras se dejaba caer sobre el sillón.

-Inviten.-Dijo Rindou mientras figuraba un corazón roto con las manos.

-Él siguiente serás tú.-Dije riendo mientras le lanzaba un beso con mi mano, él me sonrió y lo devolvió.

-Imbéciles.-Koko susurro y entonces cruzamos la puerta en dirección al estacionamiento.

Íbamos por la carretera mientras veía por la ventana y estaba bastante nerviosa, no era la primera vez que salía con él, pero el tener presente la palabra "cita" me ocasionaba más nervios que de costumbre y al parecer él lo noto.

-¿Estás nerviosa?-Puso su mano sobre mi muslo desnudo por el vestido y comenzó a acariciarlo dedicando una mirada fugaz.

-Mucho.-Reí con nervios.

-Yo también, nunca había hecho esto.-Soltó una pequeña risa nasal sin dejar de ver la carretera.

-¿A dónde iremos?

-Musashi para la cena.-Sus ojos se encontraron con los míos de manera fugaz.

-¿Qué es eso?-Enarqué la ceja.

-Es todo lo que diré.-Sonrió orgulloso al saber que me había dejado confundida.

Yo era de las personas que no sabía esperar por una sorpresa o de las que se quedarán con la duda cuando podía obtener respuestas fáciles, no dude ni un momento y abrí mi bolsa para sacar mi celular e investigar aquel lugar que él había mencionado, pero una de sus manos me detuvo bajando el celular.

-Sin trampa.-Me veía con los ojos entrecerrados.

Hice un pequeño puchero pues realmente odiaba no saber de qué hablaba, pero entendía su punto, él quería sorprenderme.

Llegamos a la famosa Tokyo Skytree Tower, bastante curioso pues sabía que era uno de los puntos turísticos más famosos debido a que funcionaba como mirador, pero no entendía aún porque estábamos ahí.

Tomó mi mano y comenzamos a caminar en silencio, subimos hasta lo más alto y entonces vi la entrada de aquel restaurante lujoso. Entramos y la calidad podía observarse por todo el lugar y la vista sin duda era maravillosa.

Desde nuestra mesa podía observarse el Monte Fuji y la vista que nos ofrecía de Tokio por la noche era simplemente indescriptible.

-Koko esto es increíblemente maravillo, es realmente hermoso.-Volví mi mirada a él quien me veía con un gran brillo en los ojos.

-¿Te gustó?-Me sonrió.

-Me encanto.-Le devolví la sonrisa con mucho entusiasmo.

Ordenamos y comenzamos a cenar, los sabores eran deliciosos y sin duda debían serlo por los costos. No podía dejar de observar aquella hermosa vista e incluso llegué a sentirme mal por Koko ya que casi no lo veía a él.

-Tengo entendido que las citas son para que las personas se conozcan más.-Dijo mientras llevaba la copa a sus labios.

-En teoría tienes razón, ¿Qué quieres saber de mí?-Sonreí.

-¿Cómo era tu vida en México?-Contesto inmediatamente.

Su pregunta me tomo por sorpresa debido a que desde que había estado con ellos no había pensado mucho en lo que hacía cuando vivía allá y entonces me di cuenta que en realidad no extrañaba nada de mi antigua vida, a excepción de mis padres por supuesto. Era como si nunca hubiera existido.

-Nada espectacular, en realidad ahora que me pongo a pensar mi vida era muy ordinaria.-Di un sorbo a mi copa. -Desayunos y comidas con mis padres, a veces salía de fiesta los fines de semana y de vez en cuando viajaba a distintos estados.-Me encogí de hombros. -Definitivamente me divierto más viviendo con ustedes.-Le dediqué una sonrisa.

-¿Estudias?

Me limite a soltar una pequeña risa y lo miré mordiendo mi labio.

-¿Tú qué dices?

-Eres muy joven para haber terminado una carrera y no te he visto mencionar nada sobre los estudios que abandonarías por estar aquí.-Me veía con su mirada curiosa.

-Bueno querido Koko, así como tú desde niño comenzaste a estudiar cosas que sin duda a mi edad a penas irías comprendiendo, así sucedió conmigo.-Recargué mi mentón sobre mis manos. -Desde que tengo uso de memoria comencé a estudiar idiomas, a mis 6 años ya dominaba el inglés, a mis 7 años dominé el japonés y el chino, y a las 8 dominé el francés.- Entrelace mis manos y sonreí con orgullo ya que recordé lo inteligente que era. -Mis conocimientos sobre materias básicas comenzaron desde mis 3 años, a los 4 ya sabía sumar, restar y dividir números grandes. Mi ortografía era criticada fuertemente por mis tutores haciendo que a mis 6 años pudiera redactarte un ensayo sin ninguna falta de ortografía o redacción.-Di un sorbo a mi copa nuevamente. -Cuando debería de haber ido entrando a secundaría yo ya dominaba temas de preparatoria y bueno, que te digo sobre la universidad. Tutores sobre distintas asignaturas que únicamente me hicieron dominar temas que necesitaba para comprender y manejar la empresa de papá que en algún momento heredaré.-Finalicé encogiéndome de hombros.

-No te creo.-Me dedico una gran sonrisa.

-¿Qué parte?

-Los idiomas, eras muy niña como para ya dominarlos.

Comencé a repetir todo lo que anteriormente le había dicho en una combinación de inglés, español, francés, chino y terminé con el japonés. La expresión en su cara a parte de ser de asombro era de confusión.

-No entendí nada de lo que dijiste a excepción del japones y un poco del inglés.-Me miraba anonadado.

-Cuando quieras clases sabes que aquí estoy guapo.-Elevé mi copa y la incliné un poco hacía él para finalmente llevarla a mis labios pero me detuve en el camino cuando recordé algo más. -Ah y también sé tocar el piano y el violonchelo.-Finalmente bebí.

Ahora definitivamente no podía estar más sorprendido y se podía ver en su rostro, después de elogiarme y dudar de mí por unos minutos decidió cambiar el tema al ver que no mentía en nada de lo que le había platicado.

-¿Qué quieres que hagamos terminando de cenar bonita?

-¿Podemos ir de fiesta más tarde?

-Sí, sí, sí.-Me dedico una sonrisa en la cual podía verse un pequeño tono de perversión.

Pasamos es resto de la cena platicando y riendo, me contó más sobre su pasado en algunas pandillas en las que él estuvo cuando era más joven junto a Mikey y Sanzu, claro, sin entrar a detalle en ellos.
Me contó sobre unos de sus mejores amigos de la infancia, el hermano de su fallecida enamorada, "Inui" del cual tuvo que alejarse a pesar de la amistad que tenían y que a pesar del tiempo y que no había vuelto a tener contacto con él seguía siendo muy importante en su vida.

Di un último vistazo a la hermosa vista de la ciudad de noche y salimos del restaurante, emprendimos camino a no sé dónde pues Koko no quiso decirme que había planeado después de mi respuesta y entonces lo vi detenerse frente a un centro comercial.

-Espérame aquí, no me tardo bonita.-Dejo un beso en mis labios y bajo de la camioneta.

Lo vi adentrarse en el centro comercial sin saber que tenía planeado, saqué mi celular para entretenerme el tiempo en el que él llegaba y entonces me entro un mensaje de Rindou.

Tonto menor (Rin) 👻💖

¿Cómo van los
tortolitos? 🤨😑

Ay, ¿Acaso estás
celoso amor? 🥺

Nada de eso, sólo
espero me
recompenses este
tiempo que
pudimos haber
pasado jugando. 😏💔

Jajaja ten por
seguro que así
será. 😚🤸🏻‍♀️

¿Y a mí? Soy
Ran. 😏😈

Jajajajaja también
a ti precioso, los
dejó. 😈😚

No lleguen
tarde ¿Okay? 🤬

No pensábamos
llegar! Adiós
tontooos. 😄💖

Me reí ante los mensajes de aquellos tontos y finalmente guardé mi celular. Veía por la ventana a la gente caminar por las calles, Tokio parecía ser una ciudad tranquila si no se tenía conocimiento de lo más bajo como en donde yo estaba, la noche nos regalaba un clima cálido pero el viento soplaba tranquilamente permitiéndonos obtener un pequeño respiro del calor que hacía.

La puerta se abrió haciéndome sacar de mis pensamientos.

-Perdón si me tardé bonita, tenía que escoger bien.-Dejo la bolsa que llevaba en la mano en el asiento trasero.

-¿Qué compraste?-Pregunté mientras volteaba a ver la bolsa.

-Sorpresa, lo averiguaras en un rato.-Me sonrió y encendió la camioneta para emprender camino a nuestro destino.

Solté una gran carcajada cuando vi de que lugar se trataba, un love hotel del cual la estética exterior era de lo más exagerada y recargada, tenía un gran letrero neón y sin duda las decoraciones harían sonrojar a cualquier decorador con un mínimo de dignidad.

-¿Te gusta?-Pregunto riendo mientras entrabamos al lugar.

-Es fantástico, me encanta tu idea de fiesta.-Tomé su brazo y deje un pequeño beso en su mejilla.

Una vez que pago la habitación en una de las maquinas que estaban en la recepción nos dirigimos a la que nos fue asignada, él no me dejo acercarme para ver que habitación sería así que iba prácticamente con los ojos vendados.

Subimos por el elevador al último piso y en cuanto las puertas de este se abrieron se observaba sólo una puerta cosa que me causo mucha curiosidad pues usualmente suelen haber varias habitaciones por pasillo, paso la tarjeta y las puertas se abrieron.

Se trataba de una enorme habitación iluminada por luces led rojas, lo primero que podías ver al entrar era la enorme cama decorada con sabanas negras y sobre ella distintos juguetes sexuales los cuales me hicieron calentar la sangre sólo de imaginarlo. Más al fondo se observaba una gran alberca que abarcaba todo el ancho de la habitación dejando una increíble vista a la ciudad, y antes de esta un jacuzzi. La habitación contaba con algunos sillones que servían para practicar diferentes posiciones sexuales y un tubo en medio de esta.

Deje mi bolsa sobre la mesa que estaba ahí y me eche boca arriba sobre la cama dejando los juguetes sexuales debajo de mí.

-Oye los vas a romper y yo quiero usarlos.-Koko dejo la bolsa de aquello que había comprado y se recostó junto a mí.

Di media vuelta y me recargué sobre mi codo para poder observarlo mejor.

-¿Ya me dirás que compraste?-Comencé a dejar besos en su mejilla.

-No, primero necesito pedir servicio al cuarto.-Tomó mi mejilla entre su mano y se levantó dirigiéndose al teléfono en donde lo escuché pedir una botella de champagne y unos bocadillos.

Cuando por fin colgó lo vi acercarse nuevamente a mí y se coloco entre mis piernas mientras aprisionaba mis manos con las suyas, estaba a pocos centímetros de mí y me observaba con detenimiento. Lo vi sonreír con mucha malicia mientras me mostraba su lengua con la cual lamio mis labios definiéndolos lentamente.

-Tengo toda la noche para hacerte gritar mi nombre.-Volvió a pasar su lengua por mis labios. -Así que ahorita vamos a divertirnos inocentemente o bueno al menos hay que intentarlo.-Comenzó a besar mis labios de manera bastante sensual y libero una de mis manos para comenzar a acariciarme.

Se abrió paso bajo mi vestido y comenzó a dejar un ligero toqué desde mi cadera hasta mi rodilla, viajaba a través de mi muslo generándome una sensación pulsante sobre mi zona intima la cual comenzaba a humedecerse debido a su toqué. Sus labios no hacían más que jugar con los míos sin involucrar nuestras lenguas, soltó mi otra mano y colocó ambas manos sobre mi cintura.

Su toqué era tan delicado que no pensé pudiera llegar a serlo después de nuestros encuentros anteriores.
En ese momento tocaron la puerta obligándolo a quitarse de encima de mí, recibió lo que pidió y comenzó a abrir la botella sobre la mesa, sirvió las copas y se dirigió a la cama en donde me enderecé para recibirle la copa que extendió hasta mí.

-Gracias Koko.-Sonreí y de un trago terminé el líquido dejando que las burbujas cosquillearan mi garganta.

-Tenías sed bonita.-Koko soltó una pequeña risa mientras volvía a tomar mi copa para dejarla sobre la mesa.

-Puede ser.-Me volví a recostar sobre la cama, pero ahora boca abajo para poder ver los juguetes que habían sobre esta.
Lo primero que tomé fue un lubricante sabor fresa.

-¿Te gusta la fresa?-Dijo mientras se subía sobre mí para recargar su pecho en mi espalda y levantarse sobre sus brazos para no dejarse caer sobre mí, hizo a un lado mi cabello y comenzó a besar mi cuello.

-Creo que el pastel de tres leches lo confirmo ¿No?-Sonreí mientras abría el lubricante y ponía un poco sobre mi dedo índice para después llevarlo a mi boca y lamerlo de forma sensual. Dicha acción hizo que Koko dejará de lamer y morder mi cuello para observarme con determinación.

-¿Está rico?-Susurró en mi odio.

-¿Quieres probarlo?

Asintió y se recostó junto a mi recargándose en su codo para poder observarme mejor, puse otro poco en mi dedo y lo acerqué a su boca en donde me esperaba con la punta de la lengua de fuera y entonces se me ocurrió algo mejor que mi dedo.

Quité el dedo de su alcance y lo lleve a mi boca en donde ahora lo lamí mientras lo veía a los ojos, cuando termine me recosté boca arriba y volví a encontrar mi mirada con la de él quien me vía con mucha determinación mientras bajaba mi vestido hasta la cadera dejando mis muslos al desnudo, tomé el lubricante y en la parte interna de mi muslo deje un poco el cual iba resbalando despacio debido a la consistencia de este.

-Ven y pruébalo.-En ese momento se levanto y se coloco entre mis piernas de las cuales la que no tenía lubricante la subió a su hombro y volvió a encontrar sus ojos con los míos.

Comenzó a lamer de manera sensual el lubricante que había escurrido ya por mi muslo generándome una pequeña corriente de placer la cual invadió desde mi muslo hasta mi zona íntima, recorría subiendo y bajando la zona que ahora ya no tenía rastros de lubricante haciéndome soltar pequeñas risas debido al cosquilleo provocado por su lengua.

-¿Estaba rico?-Pregunté mientras tomaba sus mejillas entre mis manos para atraerlo hacía mí haciendo que nuestros labios rozaran.

-¿Tú? Tú estás deliciosa.-Atrapo mis labios en un desesperado beso mientras que con su lengua recorría cada zona de mi cavidad bucal, los sabores de la champagne y la fresa se combinaban generando un delicioso sabor.

Mientras el beso continuaba tomé los botones de su saco para comenzar a desabotonarlo y deshacerme de este seguido de su camisa. Se separo de mí y comenzó a desabrochar su cinturón y quito sus pantalones quedando únicamente en ropa interior. Me levanto de la cama y con sus manos me obligo a dar la media vuelta para quedar de espaldas a él quien se acercó lo suficiente para que pudiera sentir su respiración rozar mi hombro, subió una de sus manos recorriendo la distancia desde mi cadera hasta el cierre de mi vestido el cual comenzó a bajar lentamente dejando caer mi vestido al suelo y dejando a la luz mi coordinado de encaje negro.

Acariciaba mi cuello y hombro son su nariz y con sus manos recorría cada curva de mi cuerpo de manera sensual, con su tacto estaba creando un pequeño mapa de mi cuerpo para él. Este hombre me volvía loca con su tacto y las respiraciones que dejaba salir en mi cuello hacían mi piel erizarse, tenerlo en ese momento tocándome con tanta delicadeza se sentía como un verdadero placer que no quería dejar nunca.

-Vamos a mojarnos un rato ¿Quieres?- Dejo una pequeña mordida en mi hombro.

-¿Más?-Solté un pequeño gemido ante aquella acción.

Soltó una carcajada ante mi respuesta y me tomo por la mano quedando entre la alberca y el jacuzzi.

-¿Cuál escoges querida?

-Algo frío, necesito bajar la calentura.-Me coloqué frente a la alberca y sin pensarlo me lance en un clavado mientras el agua fría me envolvía generándome un placer al sentir como el calor iba disminuyendo de mi cuerpo.

-Al menos te hubieras deshecho de ese conjunto sexy.- Koko se puso en cuclillas a la orilla de la alberca mientras me sonreía de oreja a oreja.

-Me lo hubieras quitado tú.-Le lancé un poco de agua con mi mano a lo cual él solo se limito a retorcerse un poco riendo.

Nade hasta quedar frente a la hermosa vista de la ciudad de la cual hoy había tenido la oportunidad de verla de noche desde dos diferentes alturas y ambas vistas eran magnificas, físicamente estaba enamorada de ese país lo cual sólo me provocaba querer conocer hasta el último rincón de este, pero sabía que no podía pues debía salir siempre con alguno de ellos.

En ese momento Koko se posiciono detrás de mi recargando su mentón en mi cabeza y rodeándome con sus brazos por la cintura.

-¿Crees que sí hablo con Mikey sobre dejarme salir sin alguno de ustedes él acepte?-Tome sus manos con las mías.

-Posiblemente amor, pero si nos dejas yo mismo voy a ir por ti de las orejas.-Susurro en mi odio.

-Nunca sería capaz de dejarlos.-Di la media vuelta y recargué mi cabeza en su pecho.

-Eso espero.-Soltó un gran suspiro y después unió sus labios con los míos en un largo beso.

Nadamos durante un rato más hasta que la botella se terminó, hablábamos sobre muchas cosas permitiendo que nuestra cercanía se hiciera mayor con cada platica.

Koko era un hombre que sufrió mucho desde su infancia por la pérdida de aquel amor y que hoy a pesar de tenerlo todo junto con los demás, ninguno se sentía completo, algo en sus vidas siempre había estado ausente y eso fue lo que los llevo a estar donde ahora están.

Estábamos acostados sobre la cama terminando los bocadillos que había pedido y comenzó a jugar sobre mi cuerpo con el chocolate de la última fresa que quedaba.

-Ya me estuve resistiendo bastante amor.-Puso la fresa sobre mis labios y me dejo darle una mordida degustando el sabor semiamargo que se compensaba con el sabor dulce del chocolate.

Lo vi levantarse terminando la fresa de un bocado y se dirigió a la mesa donde había dejado la bolsa con lo que había comprado hace unas horas, lo sacó y lo extendió frente a mí. Se trataba de un hermoso babydoll color negro de encaje.

-Uy que buen gusto tienes.-Me levanté y camine hacía él.

-Pontelo para mí, amor.-Me lo dio y me soltó una nalgada dándome a entender que me apresurará.

Entré al baño y me deshice de mi conjunto húmedo el cual dejé sobre el lavamanos para que se terminará de secar, me puse el babydoll el cual se me veía bastante bien ya que hacía resaltar de más mis curvas y el color de mi piel.

Salí y me quedé sobre la orilla de la cama entrelazando mis manos por la espalda, él me veía con un gran deseo el cual comenzó a ser delatado por el bulto de entre sus piernas.

-Ven aquí amor.-Daba palmadas en el lugar junto a él dando inicio a la noche que nos esperaba.

Me recosté junto a él y en un hábil movimiento mis manos estaban aprisionadas por las esposas de los juguetes sexuales.

-Ahora sí, basta de jueguitos inocentes. Está noche serás toda mía.-Dijo y comenzó a besarme desesperadamente.

Esa noche, todo lo que necesitaba era su amor.

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Hola preciosxs! ¿Cómo se encuentran? 🥰

Aquí les dejo un capítulo más y mañana mismo subo el otro, Sanzu aun no está enterado de la situaciooooón 😨

Que pasen una excelente noche, los amo ✨💕

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