Love's a drug

Habían pasado ya cuatro días desde que estábamos en Okinawa, habíamos recorrido las zonas más turísticas de la isla, habíamos apreciado los hermosos atardeceres juntos, habíamos comido todo lo que podíamos, habíamos tenido sexo hasta cansarnos, habíamos reído, habíamos caminado sobre la orilla del mar mientras la noche caía, habíamos recorrido algunas zonas en bicicleta, pero hoy era nuestra última noche en este hermoso lugar.

Estábamos en la terraza apreciando el último atardecer. Sanzu me abrazaba a su cuerpo desnudo mientras su mirada estaba fija en el horizonte, el aire jugaba con sus cabellos sueltos y los colores dorados del atardecer iluminaban su rostro, era una imagen que jamás olvidaría.

-¿Qué sucede cielo?-Pregunto mientras bajaba su mirada para observarme.

-No es nada, sólo me gusta observarte.-Dije mientras me acurrucaba más con él y soltó una risa nasal ofreciéndome una sonrisa.

-¿Quieres que salgamos a cenar mi vida?-Comenzó a acariciar mi mejilla.

-No, mejor pedimos servicio al cuarto.-Le ofrecí una cálida sonrisa. -Quiero pasar nuestro último día aquí sólo tú y yo.

-Me parece perfecto cariño, voy a pedir ¿Qué quieres?-Preguntó mientras se separaba de mí y se ponía de pie.

-Escoge por mí.-Guiñe mi ojo y desapareció de mi vista.

Un gran suspiro de felicidad salió de mi interior, me sentía totalmente plena y relajada cuando estaba con él.

Después de una hora la cena termino y fuimos a dar el último recorrido a la playa. Nuestras manos se entrelazaban y jugábamos con ellas en el aire subiéndolas y bajándolas como si de un columpio se tratará mientras el agua del mar envolvía nuestros pies con cada ola que regresaba a la orilla.

-Regresemos al hotel cariño, quiero aprovechar nuestra última noche aquí.-Me jalo por la cintura hacía él y comenzó a besar mi cuello.

-Vamos.-Respondí con una risa nerviosa haciendo que él se separará de mí.

-Súbete.-Me dio la espalda y colocó sus manos a sus lados, me iba a llevar cargando hasta la habitación.

-Me tratas como a una niña chiquita.-Me quejé haciendo un puchero.

-¿Y hay algún problema con eso?-Me vio de reojo con la ceja enarcada aun esperando que me subiera sobre él.

-Ninguno...-Sonreí pervertidamente. -De hecho tú puedes ser mi papi.-Susurre contra su odio una vez que me subí sobre él.

Ante mi comentario una enorme sonrisa se dibujo sobre su rostro y comenzó a caminar hasta la habitación, yo dejaba pequeños besos sobre su cuello mientras risas de emoción se hacían presentes.

En cuanto entramos a la habitación me bajo y aprisiono mis labios sin decir nada, estábamos ansiosos a pesar de que habíamos tenido sexo infinidad de veces en estos días. Me empujo sobre la cama y de un jalón rompió el pequeño vestido que llevaba puesto.

-Haru mi vestido.-Me quejé mientras nos besábamos.

-Puedo comprarte más.-Dejo de besarme y con su mano apretó mis mejillas. -Todo lo que quieras, pídemelo, para eso soy tu papi.-Terminó de decir y escupió dentro de mi boca.

Tragué su ahora saliva combinada con la mía y volví a abalanzarme sobre sus labios, nuestro beso era sin delicadeza alguna, mordía y succionaba mis labios sin suavidad, el deseo era evidente en nuestro beso el cual detuvo de repente y se separó de mí para dirigirse a su maleta de donde saco un frasco de pastillas de las cuales saco dos píldoras y volvió a guardar el frasco en su maleta.

-¿Confías en mí cariño?-Dijo mientras se sentaba a un lado de mí y sostenía la píldora frente a mí.

-¿Por qué me preguntas?-Busqué su mirada con la mía.

-Tómatela, confía en mí.-Tomo mi mano y dejo la píldora sobre mi palma.

-¿No será cómo la última vez?-Cuestione mientras observaba la pastilla con detenimiento.

-Para nada mi vida, al contrario. Me lo agradecerás.-Comenzó a acariciar mi mejilla dedicándome una sonrisa tranquilizadora.

Me levanté para tomar la botella de agua que estaba sobre la mesa de noche y tomé la pastilla sin pensarlo más, Sanzu me observo con una enorme sonrisa en su rostro y elevo su mano en el aire sosteniendo la pastilla la cual dejo caer sobre su boca y trago sin problema alguno.

-Ahora cariño.-Volvió a acercarse a su maleta y lo vi sacar lo que parecía ser un collar de cuero rosa con una cadena, era una correa sexual. -¿Complacerías a papi?

Nunca había intentado algo como eso, pero el solo hecho de pensarlo hacía que mis bragas se mojarán en exceso y mi piel se erizara. Mis mejillas se sonrojaron en exceso y me quedé sin palabras, quería decir que sí, pero no podía formular palabras así que solo me limite a asentir con determinación y una pequeña sonrisa.

Camino hacía mí y levante mi cabello en una coleta descubriendo mi cuello y que de ese modo pudiera colocar la correa sin problemas, en cuanto la coloco volví a dejar caer mi cabello y el tomo la cadena la cual jalo de manera delicada obligándome a sentar sobre la cama.

-Que buena mi niña.-Dijo mientras que con mi cabello volvía a hacer una coleta. -Chupa.-Ordeno y comencé a bajar sus pantalones junto a sus boxers liberando su enorme miembro frente a mí.

Lo tome entre mi mano y comencé a lamerlo de manera sensual con la punta de mi lengua, subía y bajaba con delicadeza mientras que mi mano imitaba el movimiento de mi lengua, eleve mi vista para verlo a los ojos y empecé a introducirlo en mi boca. En cuanto sintió el calor de mi boca soltó un pequeño suspiro indicándome el placer que sentía, en cuanto lo introduje completamente en mí comenzó a mover sus caderas hacía delante y hacía atrás embistiendo mi boca sin delicadeza.

-Comételo completo.-Gruño sin dejar de mover sus caderas.

En respuesta comencé a mover mi mano a su velocidad y él jalaba la correa hacía él obligándome a meterlo más adentro, mis ojos comenzaron a humedecerse ante el roce de su glande con mi campanilla.

Saqué su miembro de mi boca y lo aleje un paso de la orilla de la cama para arrodillarme ante él, lleve sus testículos a mi boca mientras masajeaba su miembro de arriba hacia abajo, lo sentí tensarse ante mi acción y soltó un gemido que era música para mis oídos.

Jalo de mis cabellos y comenzó a embestir mi boca nuevamente, pero ahora me dejo realizar todo el trabajo a mí, repetí todas mis acciones anteriores y sus gemidos comenzaron a ser más fuertes, nada mejor que escucharlos disfrutar sin contenerse.

-Me voy a venir.-Gritó entre gemidos.

Mis movimientos se volvieron más agiles y descargo todo el liquido blanquecino en mi boca con un gemido ahogado. Soltó mi cabello y jalo la correa hacía él para dejarlo salir hasta el fondo de mi garganta, estaba dejando una buena carga y en cuanto termino salió de mi boca para dejarme tragarlo, pero, sabía tan bien que quise degustarlo un poco más en mi boca.

-Si se te dificulta tragarlo puedo aflojar tu collar.-Susurro contra mis labios y aquel comentario hizo que automáticamente lo tragará sacando la lengua de manera sensual para él.

-¿Y quién dijo que no podía?-Sonreí orgullosa de mí y dejo un beso sobre mi frente.

-Esa es mi niña.-Sonrió. -Ahora un premio para ti.-Camino en dirección a la maleta y saco el juego completo de la correa, ahora eran esposas para los pies y muñecas.

-Uy, eso se ve muy cómodo.-Sonreí mientras me recostaba sobre la cama y me deshacía de mi ropa interior.

-Y con esa pastilla que te di podrás sentir todo con mayor intensidad, agudiza tus sentidos.-Sonrió con malicia acercándose hasta mí en la cama.

Creo que... Será una noche perfecta.

Llegamos a casa aproximadamente a las 4 pm, corrí a saludar a todos con mucho entusiasmo.

-Los extrañé mucho.-Grité con emoción mientras me lanzaba sobre los brazos de Mikey.

-Definitivamente ya no tienes permiso de salir, te extrañe como el infierno.-Me devolvió el abrazo con mayor intensidad y una enorme sonrisa se dibujo sobre su rostro.

Me separé de él y corrí hacía Kaku quien ya me esperaba con los brazos abiertos, en cuanto choque con él me elevo en el aire mientras dejaba besos en todo mi rostro y mis risas de alegría se hicieron presentes.

-No te vayas tanto tiempo.-Dijo mientras me bajaba. -Se te extraña mucho aquí querida.

-Ya no me iré.-Me reí mientras Takeomi me envolvía con sus brazos en un fuerte abrazo, pero nos separamos debido a que el teléfono de Mikey sonó.

-¿Qué quieren?-Pregunto en cuanto contesto, después de unos cuantos segundos volvió a hablar. -Okay, vamos para allá. -Dijo para finalmente colgar. -Vamos a la casa de apuestas, vístanse.-Ordeno y todos comenzaron a subir.

-¿Puedo ir?-Pregunté aún desde la sala.

Mikey volteo a ver a Sanzu quien hizo una mueca mientras comenzaba a asentir y después volteo su vista hacía los dos adultos restantes quienes ladearon la cabeza dando su aprobación.

-Ponte algo bonito, linda.-Sonrió Mikey en mi dirección y desaparecieron escaleras arriba.

-¿Qué tan bonito?-Pregunté en dirección a Sanzu.

-Lo suficiente para robar el aliento.-Sonrío y dejo un beso sobre mis labios.

-Uy entonces manos a la obra, debo apurarme.-Sonreí y subí corriendo las escaleras.

Estaba emocionada pues no sabía como eran esas casas de apuestas, ¿Sería como en las películas?

Finalmente escogí un vestido negro ajustado de tirantes que llegaba poco debajo de la rodilla, tenía una abertura hasta la cadera en la pierna derecha, era elegante y sensual sin llegar a lo vulgar, tomé mi bolso en donde eché lo indispensable, pero... Una cosa más, mi chequera.

-Que guapa.-Escuché a todos alagarme mientras bajaba las escaleras, se veían exquisitos.

-Lo mismo digo, que guapos se ven en traje.-Sonreí con malicia y salimos del edificio.

En cuanto llegamos al lugar definitivamente era como en las películas, el edificio de fachada vieja en el cual entrabas por la puerta sobre el callejón daba lugar a aquél elegante lugar. La gente vestía impecablemente y las varias mesas de juegos estaban llenas de hombres acompañados de mujeres, su compañía del momento.

En cuanto cruzamos lo que era la entrada principal muchas miradas se dirigieron a mí cuando Sanzu me quitó la mini capa de sobre mis hombros dejándolos al desnudo, una mujer segura de sí nunca debía bajar la mirada ante tantas miradas posadas sobre ella, siempre tenía que levantar la vista, aquello hacía que una luciera más interesante.

-Cuando me refería a robar el aliento me refería a nosotros nada más, no a toda esta bola de idiotas.-Sanzu susurro contra mi oído mientras tomaba mi brazo para cruzarlo con el de él.

-No puedo evitarlo, estás con una Diosa.-Dije en tono burlón soltando una risa.

-De eso no tengo dudas.-Dejo un pequeño beso sobre mis labios y comenzamos a caminar.

A mi derecha se colocó Mikey y detrás de él venía Kaku y Takeomi.

-¿Y a que vinimos?-Pregunté en dirección a Mikey.

-Koko y los Haitani están aquí desde el mediodía y han apostado bastante dinero, ésta última jugada han apostado todo lo que han ganado y todo indica a la victoria.-Se encogió de hombros. -Nos necesitan por si algo sucede.

-Entiendo.-Comencé a asistir y finalmente llegamos a la mesa donde se encontraban.

-Paren el juego.-Dijo Rin y todo se detuvo.

-Nuestro amor ha llegado, ¿Huelen eso? Huele a victoria.-Dijo Rin con una enorme sonrisa y me acerqué a darle un beso. -Te extrañe mucho.-Susurro contra mis labios y continuo el juego.

-Amor, te ves hermosa.-Dijo Ran mientras me abrazaba y dejaba un gran beso sobre mi frente para terminar con uno sobre mis labios.

-Hola mis amores.-Sonreí en dirección a los tres. -Gracias amor.-Dije con una tímida sonrisa.

-Hola amor, dame un beso para la suerte.-Dijo Koko y obedecí dejando un gran beso sobre su mejilla.

El juego termino y como había asegurado, la victoria para cada uno de ellos.

Mientras bebía de mi vaso dirigí mi mirada a la entrada y entonces la vi... La mujer de la discoteca estaba entrando por aquella puerta acompañada de dos enormes hombres que asegure eran sus guardaespaldas, ¿Qué mierda seguía haciendo en Japón? ¿No se suponía que vivía en Macao?

-Te hablan Sanzu.-Tomé mi bolso y saque la cajetilla de cigarros para tomar uno y encenderlo.

-¿Qué?-Me pregunto con la ceja enarcada y volví mi vista hacía la entrada.

-¿Qué hace ella aquí?-Preguntó casi en un susurro y lo vi voltearse para hablar con Mikey.

Perfecto, vete una vez más con ella y no sólo no te vuelvo a hablar el resto de mi vida sino que también te quedas sin aparato reproductor.

Y para mi maldita suerte, la vi acercarse a nosotros.

-Hola chicos.-Comenzó a saludarlos uno por uno con un buen beso sobre la mejilla.

Ahhh malditos celos.

-Hola guapa.-Dijo Sanzu mientras se levantaba para dejar un beso sobre su mejilla.

Te mato Akashi.

-Hola bonita, creo que ya nos habíamos conocido.-Dijo en mi dirección y me levante sonriéndole de la manera más hipócrita como ella para saludarla en la mejilla.

-Danielle, mucho gusto.-Me separé de ella y di una gran bocanada a mi cigarro.

-Yun, el gusto es mío.-Sí como no. Dijo sonriendo y se sentó en nuestra mesa.

Estábamos observando a Takeomi y Kakucho jugar blackjack quienes terminaron con una gran victoria, vaya que eran muy buenos jugando. Sanzu dejaba de vez en cuanto uno que otro beso sobre mis labios y los celos en la mirada de Yun no se disimulaban en nada, que bien se sentía.

Íbamos por nuestra segunda botella de whisky cuando en ese momento los gritos de emoción se hicieron presentes en una de las mesas de póker obligándome a dirigir mi vista hacía ellos, se veían bastante entretenidos y claro que el juego era emocionante, había jugado un par de veces con mi padre y sus amigos, aunque no como lo hacían aquí con apuestas.

-¿Aceptas jugar una mano de póker conmigo?-Escuché a Yun decir mientras me dedicó una leve sonrisa al ver que estaba prestando atención al juego que teníamos frente a nosotros.

-¿Disculpa?-Sacudí levente mi cabeza para prestar atención a lo que ella decía.

-Te reto a jugar una mano de póker, vamos.-Toco mi hombro con gran hipocresía y en ese momento voltee a ver a los demás, todos nos prestaban su total atención.

La mirada de Sanzu se cruzó con la mía y podía sentir como con ella me decía que no aceptara, lo pensé durante unos segundos pues quería hacerlo para que aquella sonrisa burlona que mantenía se borrara de su rostro. De mi bolsa saqué mi chequera y firme un chequé por 150 millones de yenes, tenía que estar loca, pero con esta mujer no sabía hasta donde podría ser capaz de llegar.

-Por favor.-Dije mientras le tendía el cheque a uno de los hombres que trabajaban en el lugar.

-Enseguida señorita.-Hizo una reverencia y se alejó de nosotros.

-Danielle.-Escuché a Sanzu decir con gran preocupación.

-No te preocupes, dame mi beso de suerte.-Deje un largo beso sobre sus labios. -De acuerdo, hagámoslo, tengo toda la suerte que necesito.-Le sonreí a Yun con la misma sonrisa que tenía antes de que me viera besar a Sanzu y en ese momento me tomo del brazo levantándome de nuestro lugar y guiándome a una mesa vacía.

-Modalidad sin limite.-Dijo en dirección a la mujer con las cartas en mano mientras se sentaba, vaya que quería apostar bastante.

La mayoría de hombres que estaban en el lugar se colocaron a nuestros alrededores, dejando libre nuestras espaldas. Sanzu y el resto se colocaron a mi derecha en primera fila.

-¿Por qué todos nos verán jugar?-Susurré en dirección a Takeomi.

-Ver a dos mujeres tan hermosas jugar no es muy común aquí.-Me guiño el ojo regreso a su lugar.

En ese momento llego el hombre al que le di el cheque con 3 portafolios en sus manos.

-Aquí tiene señorita.-Los dejo frente a mí y los empuje en dirección a ellos quienes los tomaron.

-¿Lista bonita?-Preguntó Yun antes de dar un trago a su vaso.

-Lista.-Dije y termine el liquido de mi vaso, me quemo la garganta pero necesitaba armarme de valor.

-Pre flop.-La primer etapa del póker. La mujer lanzó dos cartas a cada una.

En cuanto levante mi juego tenía un 10 y un rey, hm.

-Apuesto 10 millones.-La escuché decir y sonrío burlonamente, los hombres que la acompañaban comenzaron a dejar 10 fajos de billetes sobre la mesa.

Asentí en dirección a Koko quien abrió el portafolio y dejo los 10 fajos sobre la mesa.

-Flop.-Segunda etapa. Lanzó las tres cartas sobre la mesa.

Perfecto, entre ellas un As y una reina del mismo palo que el mío, nada mal. Ahora sólo tenía que esperar aquella carta que me daría uno de los juegos más imposibles.

-20 millones más.-Dijo muy segura de sí y volvieron a dejar 20 fajos de billetes sobre la mesa y Koko imito la acción.

-Turn.-Tercera etapa. Colocó otra carta sobre la mesa.

Un 7, maldita suerte no me falles.

-20 millones de yenes más.-Dijo y colocaron el resto de los fajos sobre la mesa. -Mi mayor apuesta, sonrió burlona hacía mí. 50 millones en total.

-Koko.-Dije indicándole que pusiera el resto sobre la mesa.

-Danielle es mucho dinero.-Mikey aseguró. -No por querer demostrar que puedes caigas en su juego, está jugando contigo, ella es una experta en esto y este es tu primer juego.-Mikey susurro.

Tenía razón, pero no podía quedarme atrás.

-Koko.-Volví a repetir y vi a Koko voltear a ver a los demás con preocupación.

-Elle.-Dijo Rin intentando hablar conmigo.

-Sólo confíen en mí, coño.-Dije únicamente para que ellos me escucharan.

Koko sin opción colocó los fajos restantes sobre la mesa, había una cantidad increíble de dinero sobre la mesa, 100 millones de yenes, vaya suma más absurda.

-River.-Lanzó la carta que sería la decisiva para mi derrota o victoria.

Y ahí estaba... Bendita suerte la mía, una J del mismo palo. Apuesto que ni siquiera los mejores jugadores de póker tenían un juego así la primera vez que apostaban, y entonces recordé mi suerte con las primeras veces como mi primer tiro con pistola, justo en el 10.

-Doblo la apuesta.-Contestó muy segura y los murmullos y expresiones de asombro se hicieron presentes en todo el lugar.

-¿200 millones de yenes por la victoria?-Pregunté mientras mi lengua jugaba en el interior de mi boca.

-Sí querida, ¿Tienes miedo?

¿Miedo? Pobre idiota, mi semblante de preocupación la hizo confiarse, pero lo que ella no sabía es que yo tenía el mayor juego posible.

-Van 50 millones más.-Dije en dirección a Sanzu.

-Basta, no te dejaré hacer esto.-Sanzu dijo mientras negaba con cabeza.

-¿Confías en mí?-Dije casi inaudible.

-En ti sí, en ella no. Mikey ya te dijo, ella es una experta, cuando fuimos a Macao nos gano mucho dinero, incluso a Takeomi que es él más experto jugando cartas.

-50 millones más.-Volví a repetir viéndolo a los ojos y Sanzu colocó los billetes sobre la mesa mientras negaba con la cabeza.

Estaban asegurando mi derrota. Definitivamente ahora la cantidad sobre la mesa sí era absurda, 200 millones de yenes, las miradas de nuestro alrededor ya no nos comían a nosotras, ahora devoraban el dinero.

Hora de la verdad.

-Corrida de color.-Sonrío burlona mientras bajaba su secuencia de color del mismo palo que 3 de las cartas sobre la mesa.

-Mierda.-Escuché susurrar a todos en mi derecha y los murmullos comenzaron a hacerse presentes a nuestro alrededor.

-Parece que tu suerte se termina aquí.-Se cruzo de brazos sin dejar de sonreír burlonamente.

-Te equivocas querida, mi suerte está justo aquí.-Estire mi brazo haciendo alusión a los siete hombres a mi derecha.

Y en cuanto termine de decir aquello tome mi juego y lo volteé orgullosa, en ese momento su sonrisa desapareció.

-Corrida imperial.-Sonreí de oreja a oreja de manera burlona.

-Imposible.-La escuché susurrar antes de que los gritos de todos se hicieran presentes felicitándome, me abrazaron y besaron orgullosos.

Sanzu fundió nuestros labios en un profundo beso y en cuanto nos separamos comencé a tomar los fajos de billetes mientras los demás me ayudaban a guardarlos.

-Un gusto jugar contigo, Yun.-Le dediqué una última sonrisa y salimos de ahí con todo el dinero en los portafolios.

Que bien sabía la victoria, no solo por el dinero, sino por mi orgullo ante ella.

Le había ganado 100 millones de yenes y lo mejor, a Sanzu.

Al llegar a casa todos íbamos riendo por las victorias que habíamos tenido aquel día, caminé en dirección al equipo de sonido y reproduje The Calling de The Killers.

Estaba tan extasiada que comencé a bailar la canción de manera sensual mientras la cantaba a todo pulmón, ellos sólo me observaban sonrientes pues estaban felices por mí.

Me deshice sensualmente de la mini capa sobre mis hombros y me acerqué a los portafolios de dinero que me pertenecían y saqué dos fajos de billetes mientras comencé a lanzar el dinero sin dejar de bailar.

-His feet still quick when they say they want their money back (Sus pies todavía son rápidos cuando ellos dicen que quieren su dinero de vuelta).-Grité con mayor intensidad aquella parte y lance otro fajo de billetes al aire.

-Alguien sí que se llevo el premio mayor esta noche.-Kaku dijo con su enorme sonrisa mientras me veía atento desde el sillón.

-Y bastante.-Dijo Rin sentado junto a él.

Bailando me acerqué hacía ellos y comencé a bailarles.

-Lie, cheat, steal, hope they fix it all up in post (Mentir, engañar, robar, espero que arreglen todo el final).-Canté en dirección a todos mientras llevaba sus manos a tocar mi cuerpo.

Seguí bailando pero ahora subía mi vestido de manera sensual hacía mi trasero dejándolo al descubierto.

-Uy.-Exclamo Mikey con emoción.

Ahora tenía todas sus miradas sobre mí, sé que dije que no volvería a suceder, pero... El éxtasis y la adrenalina que se apodero de mí debido a mi grandiosa victoria me tenían mal.

-¿Subimos?-Pregunté sin dejar de bailar y finalmente me deshice de mi vestido lanzándolo hacía ellos.

Vi como todos voltearon a ver a Sanzu quien me veía con una enorme sonrisa y dirigió su mirada a los demás mientras metía su mano en el bolsillo de su pantalón.

-Vamos.-Les dijo a todos y en ese momento todos se levantaron sonrientes.

Definitivamente esa noche había obtenido el premio mayor.

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Hola, hola! Buenas noches, ¿Cómo están? 💖

Ya es viernes otra veeezzz, que tengan buena noche ✨❤

Aquí les dejo un capítulo más, espero les guste 💖

Los amo, cuídense 🥰

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