La fría verdad

Cruzamos la puerta del edificio y los hermanos no esperaron ni un segundo después de entrar para informar a todo el mundo de la decisión que había tomado hace unas horas.

-Tenemos malas noticias.-Gritaron posicionándose a mis costados impidiendo que pudiera huir como si fueran a anunciar la peor noticia de su vida.

-¿Qué pasó?-Kakucho dejo el juego de cartas que jugaba con Takeomi y nos prestaron atención.

Mikey salió de la oficina con Koko, ambos lucían preocupados.

-Danielle nos va a abandonar.-Rin dijo de manera muy seria haciéndome rodar los ojos.

-Está loco no le hagan caso.-Solté un golpe en su brazo. -Sólo me inscribí a un curso de cocina y tendré que salir de lunes a viernes durante un rato.-Sonreí.

-Por eso, nos vas a abandonar.-Ran menciono sin siquiera voltear a verme.

-Son unos niños berrinchudos, sigan quejándose y no les prepararé nada.

En ese momento los dos recordaron la comida que les iba a hacer y me jalaron en dirección a la cocina dejando las bolsas sobre la isla, seguido de nosotros entraron los demás.

-¿Qué van a hacer bonita?-Preguntó Koko mientras me abrazaba por la espalda.

-Comida mexicana.-Rin dijo de manera emocionada.

-¿Sabes cocinar querida?-Kakucho me cuestiono con la ceja enarcada.

-Oye a qué vienes eso?-Lleve la mano a mi pecho fingiendo estar ofendida.

-Bueno, como vienes de familia adinerada.-El cuerpo de Koko se tenso contra el mío. -Pensé que siempre tuviste quien hiciera la comida.

-Y así fue, pero papá era de dinero, mamá era de clase media. Quien me enseño a cocinar fue mi abuela, así que tengo el sazón original.-Sonreí tomando las manos de Koko para separarme de él. -¿Comenzamos?

-¿A qué te ayudamos?-Mikey pregunto haciendo que todos nos sorprendiéramos pues él solía ser de los que esperaban a que todo estuviera listo.

Le dediqué una gran sonrisa y comencé a darles instrucciones a los demás, con la ayuda de todos terminaría más rápido de lo que tenía pensado, debía esforzarme mucho y hacerlo como mi abuela me había enseñado para que todo saliera a la perfección.

-Regreso en un rato, no tardo y si me distraigo les avisaré.-Deje un rápido beso en los labios de los hermanos quienes eran los únicos que estaban en la sala.

-Con mucho cuidado, por favor amor.-Ran me tomo del brazo impidiendo que siguiera caminando.

-Lo haré no te preocupes.-Les ofrecí una sonrisa para tranquilizarlo y salí de casa.

Iba en camino mientras recordaba el éxito de la comida de ayer y no pude evitar soltar una pequeña risa al recordar sus caras y los halagos que recibí. Resultó ser que ahora las enchiladas y los tacos eran la comida favorita de la casa y que sí o sí se debían comer mínimo una vez a la semana, sin duda se habían vuelto locos.

La clase fue bastante amena y didáctica y estaba tan entretenida que antes de que pudiera darme cuenta la clase ya había terminado. Tomé mi bolso para dirigirme a casa, pero al salir del lugar vi a Koko quien me estaba esperando recargado sobre la camioneta e inmediatamente apresuré el paso para fundirme con él en un abrazo.

-Hola amor, ¿Cómo te fue?-Me tomo por la cintura y tomo mis labios para dejar un largo beso.

-Hola guapo, ¿Qué haces aquí?-Sonreí contra sus labios.

-Bueno, pensé que podría invitarte a comer después de tu primera clase.

-Me parece una perfecta ida querido.-Lo abrace mientras enterraba mi cara en su cuellob. -¿Trajiste carro?

-No amor, me dijeron que te habías traído la camioneta así que llegué en taxi.-Dejo un beso en mi frente.

-Perfecto, pero manejo yo.-Ante mi comentario soltó una gran carcajada y subimos a la camioneta mientras él me guiaba el camino que debía seguir.

Los días seguían pasando y Koko intentaba pasar más tiempo conmigo fuera del edificio, me llevo a conocer lugares que no eran tan turísticos, me invitaba a comer, a cenar y de vez en cuando nos dábamos nuestras escapadas como si fuéramos una pareja de adolescentes.

En cuanto a Mikey había vuelto a aquella costumbre de irse a dormir a mi cuarto, a veces amanecía en el sillón o a veces amanecía a mi lado abrazándome, dormía tan plácidamente que me alegraba que, aunque fuera poco tiempo el que dormía estaba comenzando a poder conciliar el sueño poco a poco. El gran abismo que mantenía con todos seguía siendo presente, pero estaba esperanzada a que algún día se abriera conmigo permitiéndome saber el porque de su tan atormentada vida.

Kakucho y Takeomi sin duda eran los adultos más responsables de la casa procurándome como si fuese una hermana para ellos, o al menos en algunas situaciones pues seguían manteniendo aquellas insinuaciones.

Sanzu había llegado hacia 4 días y desde que llegó de aquel viaje de nuevo con aquellas marcas aunque ahora se veían más marcadas que las primeras. El intentaba hablar lo menos que podía conmigo, creí que eso de que me detestaba era sólo una broma, pero ante sus acciones y actitudes conmigo comenzaba a creer que era verdad, ¿Qué había hecho para qué me detestara? Intenté hablar sobre aquellos con todos en la casa y ninguno podía darme una respuesta concreta, aunque supuse que mentían y en realidad no querían que supiera la verdadera razón.

-Ya nos vamos, regresamos el domingo por la noche.-Koko informo a los demás mientras dejaba las maletas en la entrada.

-Se van con mucho cuidado, diviértanse.-Takeomi dijo acercándose a nosotros. -Y tú linda, cuídate de este idiota.-Me dedico una gran sonrisa.

-Confía en mí, sé defenderme.-Empuñe mi mano frente a mi cara y comencé a reí con él.

-Después de esta salida ya no tiene permisos hasta fin de año, ya nos la quitaste mucho tiempo.-Dijo Rin acercándose a Koko mientras hacía con su mano la figura de una pistola y la ponía sobre su sien acción que me hizo reír.

Los demás se despidieron de nosotros y mientras platicaban con Koko amenazándolo de si algo me pasaba lo iban a matar entre todos, volteé a ver a Sanzu quien estaba observándonos con un cigarro en la boca desde el comedor. Su mirada se encontró con la mía y le ofrecí una pequeña sonrisa y comencé a despedirme con la mano, pero como era de esperarse se levanto del comedor y se adentrándose en la cocina ignorando por completo mi despedida, solté un gran suspiro debido a su acción pues en realidad quería llevarme bien con él.

-Será un largo viaje amor, ¿Estás lista?-Tomo mis mejillas en sus manos acercando su rostro al mío.

-Más que lista querido.-Sonreí y acorte la distancia que quedaba entre nuestros labios.

Encendió la camioneta y emprendimos camino a nuestro destino, Koko no había querido decirme a donde nos dirigíamos pues me dijo que era una sorpresa, lo único que se limito a decirme es que sería un viaje de 8 horas máximo por lo que llegaríamos en la tarde-noche.

Las vistas que la carretera nos ofrecía eran hermosas y sobre todo el atardecer que comenzaba a hacerse presente, Japón era maravillosamente hermoso y estaba dispuesta a quedarme aquí el resto de mi vida. Fuera con ellos o sin ellos pues no sé qué es lo que vaya a suceder con nosotros a futuro, yo quería quedarme aquí y que mejor si era con ellos formando parte de mi vida.

Íbamos entrando a la ciudad de Senboku después de 7 horas de viaje, la noche comenzaba a caer y las luces comenzaban a decorar la pequeña ciudad.

-Llegamos querida, unos minutos más y llegaremos al ryokan.-Me ofreció una gran sonrisa mientras tomaba mi muslo con su mano y comenzaba a acariciarlo.

-Por fin, muero de hambre.-Eche la cabeza hacía atrás mientras solté una pequeña risa nasal ante la desesperación de un alimento.

-Yo igual, ya falta poco amor.-Me dio un rápido beso en la mejilla y siguió el camino.

Después de unos diez minutos más de camino llegamos a Taenoyu, un ryokan que se encontraba junto al río Sendatsu, los colores azules de la noche, las luces que lo alumbraban y los hermosos arboles de su alrededor adornados de un color verde gracias a la primavera hacían que aquel lugar se viera como si se tratará de una hermosa obra de arte.

-Que vista tan espectacular.-Dije mientras seguía embobada por el paisaje.

Nuestra habitación estaba ubicada a la orilla del río por lo cual nos ofrecía la melodía del agua cayendo por las cascadas y el olor de la vegetación a nuestro al rededor nos ofrecía una aromaterapia. Se podía ver que aún conservaban tradiciones de siglos pasados volviendolo un lugar bastante relajante pues el ambiente dentro era tranquilidad pura y sin duda sería un fin de semana de pura calma.

-Llegamos pequeña.-Dejo un pequeño beso en mi frente. -Vamos al comedor amor, leí que sirven una cena estilo Kaiseki elaborada con ingredientes locales frescos de Akita.-Tomo mi mano y me guío hasta el comedor del ryokan el cual se encontraba totalmente solo.

Mientras él pedía la comida le mande un mensaje a Ran y Rin informándoles que habíamos llegado a salvo y que nos veíamos el domingo. A los pocos minutos llego nuestra cena y comenzamos a comer, ambos estábamos hambrientos por lo que terminaríamos rápido.

-¿Te parece entrar al Onsen antes de dormir amor?-Dio un sorbo a su bebida.

-¿Qué es eso amor?-Lo miré confundida.

-Cierto, perdón, es un baño de aguas termales, nos ayudará a conciliar el sueño más rápido.-Dejo una pequeña caricia sobre la palma de mi mano.

-Ay suena delicioso, hagámoslo.-Le dediqué una sonrisa.

Terminamos de cenar y nos dirigimos a nuestra habitación a prepararnos para entrar al Onsen, nuestra habitación al ser la habitación VIP contaba con su propio Onsen.

-¿Y sí nos metemos desnudos?-Me abrazo por la espalda hundiendo su cara en mi cuello para comenzar a dejar besos sobre este.

-Amor, nos pueden ver.-Dije entre pequeñas risas.

-Oh no, ahí lo más que tenemos es privacidad.-Susurro en mi oído haciendo que mi piel se erizará ante el tono de perversión en su voz.

-Entonces no se diga más, vamos.

En ese momento sus brazos me cargaron y me recostó sobre la cama donde comenzó a desnudarme mientras dejaba pequeños besos por las zonas que iba desnudando, cuando termino conmigo comenzó a desnudarse frente a mí permitiéndome admirar su belleza.

Volvió a cargarme y salió conmigo en brazos a la parte de atrás de la habitación, era un lugar demasiado acogedor gracias a la naturaleza que lo rodeaba y las luces que lo iluminaban.
Entró en silencio conmigo en brazos al agua tibia y me sentó sobre su regazo. Una vez dentro me acomodé abriendo mis piernas para rodearlo por la cintura y quedar frente a él. Muy delicadamente colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja y comenzó a dejar besos por todo mi rostro.

-Me gustas mucho.-Dijo en un susurro contra mis labios. -Y en serio lo estoy intentando.-Dejo un delicado beso sobre mis labios.

-También me gustas mucho Koko.-Coloqué mi mano en su mejilla y comencé a besarlo sin prisas.

Comprendía su sentimiento de "Lo estoy intentando" pues yo me encontraba en la misma posición, claro que no como como la de él pues él era un hombre al que el amor de su vida le fue arrebatado tan niño y que después de eso no había tenido presente aquella palabra, supuse sería difícil volver a transmitirla.
Aquel fin de semana parecía ser una confesión de amor.

Nos fuimos a dormir después de estar un rato dentro del agua y de tener un pequeño encuentro más íntimo que los comunes, pero por alguna razón yo no lograba conciliar el sueño, sus palabras seguían resonando en mi mente.

Estaba observándolo mientras dormía, el sonido del agua corriendo entraba con dificultad a la habitación y la luz de la luna entraba por el ventanal iluminando la habitación permitiéndome observarlo mejor cuando de repente su expresión paso de ser una pacífica a una que expresaba preocupación. Coloqué mi mano en su mejilla intentando transmitirle tranquilidad esperando hasta que aquella expresión pasará.

-Akane.-Dijo en un susurro casi inaudible.

Quité mi mano de su mejilla y cerré los ojos inmediatamente en cuanto sentí que despertó de golpe, seguramente había tenido una pesadilla con ella y no quería que él se enterará que lo escuché pronunciar aquel nombre.

Sentí sus brazos rodearme por la cintura y acercarme a su pecho dejando un beso sobre mi frente.

Estar entre sus brazos me causaba un gran confort a pesar de lo que acababa de pasar a penas hace unos segundos, pero no debía tomarle importancia pues al final se trataba del amor de su vida que ya no estaba con él aunque quisiera, no podía armar un escándalo así que decidí dejarlo de lado y seguir disfrutando del gran fin de semana que nos esperaba. A final de cuentas estábamos intentándolo.

Llegamos a casa aproximadamente a las siete de la noche después de aquel hermoso viaje el cual no quería que terminará, pero todo lo bueno siempre llega a su final.

Koko subía las maletas mientras yo me dedicaba a abrir la puerta. Una vez en la entrada le recibí mi maleta y la deje junto a la puerta para ir a saludar a los demás, iba a la mitad de la sala a encontrarme con Ran, pero en el momento en que Koko cruzó la puerta Sanzu le tiró un gran puñetazo en la cara tirándolo al piso.

-¿Qué mierda?-Intenté acercarme a ellos, pero los brazos de Ran me detuvieron.

-Déjalos, es asunto de ellos.-Me abrazo contra él evitando que pudiera acercarme.

-¿Cómo pretendes qué no me-

-Calla o te encierro en la oficina y no te sacó hasta que alguno de los dos muera.-Dijo muy serio obligándome a quedar callada mientras veía la escena frente a mí.

Sanzu levanto a Koko por el cuello de la camisa acorralándolo contra la pared con fuerza, la sangre tintaba de un ligero color rojo sus dientes que mostraba en una enorme sonrisa burlona.

-Te contuviste bastante idiota.-Dijo Koko con trabajos pues el agarre de Sanzu era muy fuerte.

-Cierra la puta boca imbécil.-Elevo por el cuello de la camisa a Koko separando sus pies del suelo.

Sanzu estaba ardiendo en enojo.
¿Qué lo tenía tan molesto con Koko? ¿Contenerse? No entendía nada de lo que estaba sucediendo, pero el resto de los adultos lucía no preocuparle la situación que tenían frente a ellos, estaban tan calmados como si verlos pelear entre ellos fuera lo más normal del mundo.

-¿Sí tanto te mo-molestaba por qué no me dijiste nada?-A este punto respirar ya le costaba trabajo a Koko.

-Te dije que cierres la puta boca idiota.-Sanzu grito haciéndome saltar del susto.

Estuve a punto de preguntar que era lo que sucedía, pero la mano de Ran cubrió mi boca evitando que hablara.

-Será mejor que no hables ahorita amor.-Susurro en mi oído causándome una gran impotencia al no poder hacer nada.

-No necesitaba decirte lo que era más que obvio.-Gritó aventando con fuerza a Koko nuevamente al piso y posicionándose sobre él volviéndolo a tomar del cuello aunque ahora el amarre era menos fuerte.

-¿Y por qué no actuaste antes qué yo?-El coraje en la voz de Koko comenzaba a hacerse presente.

Termino de pronunciar aquellas palabras y Sanzu comenzó a lanzar una lluvia de golpes sobre su cara, uno tras otro sin dejar que Koko pudiera hacer o decir algo, Koko sólo se limitaba a sonreír burlonamente cosa que a Sanzu parecía causarle más coraje. Los golpes de Sanzu se estrellaban una y otra vez sin remordimiento o preocupación alguna, si mantenía el mismo ritmo que hasta ahora sin duda alguna podría llegar a matarlo a golpes.

-Jefe.-Kakucho mencionó en dirección a Mikey como cuestionandolo sobre en qué momento iba a detener aquella escena.

-Basta Sanzu, él no es tan fuerte como tú.-Mikey le ordenó a lo que Sanzu obedeció dejando unos golpes más sobre su rostro y finalmente se separó de él.

Al parecer el conflicto había terminado ahí e intenté soltarme finalmente del amarré de Ran, pero en ese momento Koko se levanto lanzando una gran patada en la espalda de Sanzu lanzándolo unos cuantos metros. En cuanto Sanzu se levanto camino en dirección a Koko empuñando ambas manos, parecía estar poseído por el enojo haciéndolo lucir una persona totalmente diferente, al parecer ese era su lado más oscuro.

Antes de que Sanzu pudiera llegar hasta Koko este soltó un puñetazo en la mandíbula de Sanzu haciéndolo caer al piso, en cuanto levanto la vista para ver a Koko escupió un poco de sangre y se levanto decidido a acabar de una vez por todas con Koko, pero en ese momento Koko se abalanzo sobre él quedando de la misma manera como Sanzu lo había hecho hace unos momento estrellando sus puños sobre la cara del pelirosa de la misma manera en la que él lo había hecho, uno tras o otro pero a diferencia de Koko, Sanzu intentaba zafarse de su amarré lo cual logro empujándolo con sus piernas haciendo que Koko azotara de lleno en la puerta.

Sanzu comenzó a golpearlo nuevamente con la misma fuerza que al principio, era como si los golpes de Koko no le hubieran hecho daño alguno. Koko a este punto parecía estar ya bastante golpeado y cansado como para intentar zafarse de él.
Mordí la mano de Ran la cual quitó inmediatamente.

-Sanzu detente, por favor.-Mencione con mi voz entre cortada y mis ojos al borde de las lágrimas. Ran volvió a tapar mi boca con su mano.

Sanzu se quedó quietó sobre Koko, la respiración del pelirosa era muy agitada la cual fue disminuyendo mientras los segundos pasaban. Finalmente se quitó de encima de Koko y se quedó parado frente a él. Koko de igual manera se levantó mientras escupía la sangre que salía de su boca, ambos se observaban enojados y en ese momento vi algo que me dejo inmóvil y sin duda estaba a nada de caer desmayada.

Sanzu sacó un arma y la puso sobre la frente de Koko quien solo sonrío ante aquella acción.

-Dame una razón para no matarte.-Dijo Sanzu con la voz aún agitada.

-En serio la quiero.-Koko tomo la muñeca de la mano que apuntaba hacía él.

"En serio la quiero", ¿Toda la escena qué habían montado era por mi culpa? ¿Por qué Sanzu le tenía tanto coraje o preocupación a Koko por estar conmigo si se supone que me detestaba? No lograba comprender nada de lo que estaba sucediendo y a este punto parecía ser que yo era la única que no estaba enterada de la situación. Aquella pelea había sido ocasionada por mí y el que ahora ambos estuvieran golpeados era culpa mía.

-¿La quieres a ella o a su dinero?-Sanzu pronuncio haciendo énfasis en la palabra dinero.

Koko se quedó callado y sólo volteo a verme durante unos segundos, seguía sin dar una respuesta. No sabía como reaccionar ante su ausencia de palabras y al parecer todos ya sabían aquella respuesta menos yo.

-Lo sabía.-Sanzu bajó la pistola de su frente liberándolo de una vez por todas de aquella amenaza.

-Suficiente, ya déjalo.-Mikey dijo tomando a Sanzu por el hombro separándolo finalmente de Koko y ambos desaparecieron junto con Takeomi por la puerta de la oficina de Koko.

Koko seguía inmóvil recargado en la puerta mientras su respiración se tornaba a una más agitada, la sangre escurría por sobre su rostro el cual estaba bastante golpeado y por más que quise acercarme a él mis pies estaban clavados al suelo impidiendomelo, enterarme de esa manera la verdadera razón por la cual se sentía atraído hacía mí me había hecho caer de lleno en la realidad. Ran finalmente me soltó y camino junto con Rin en dirección a Koko.

-Amor.-Susurro Koko estirando sus brazos en dirección hacia mí.

Me limité a negar lentamente con la cabeza y di media vuelta mientras sentía las lágrimas comenzar a salir de mis ojos, subí las escaleras corriendo en dirección a mi cuarto mientras la voz de Koko me llamaba a gritos desesperados desde la sala.

Esa noche todas las esperanzas que había creado sobre nosotros se esfumaron.

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Hola, holaaaa! ¿Cómo están? Espero que se encuentren muuuuyyyyy bien. 🥰

Aquí les dejo este capítulo esperando les haya gustado mucho. 🙈

Los amo y espero tengan un excelente día, cuídense mucho y tomen agüita. 🥰💕

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