"Grandioso" plan
Gente bonita, hoy comen así que ya saben. Pónganse la playlist.
💖💖💖💖
Que disfruten 💕
Mi chantaje había funcionado a la perfección pues logré que todos asistieran a terapía si no querían que me fuera de casa. Incluso Sanzu asistió aun sabiendo cual había sido mi plan desde un inicio.
Había pasado ya poco más de un mes desde aquello y los únicos que seguían asistiendo a pesar de haberles puesto la condicional de mínimo tres semanas eran Kaku, Koko y Mikey quien este último me había sorprendido bastante pues realmente no creí que fuera a cumplir ni las dos semanas.
Mi psicólogo me comentó que a Mikey tuvo que designarle uno de los mejores psiquiatras del país, pues su diagnostico requería de tratamiento psiquiátrico. Según en palabras de él, Mikey no se adaptó muy bien los primeros días, pero que actualmente estaba comenzando a abrirse más y estaba reaccionando bastante bien a las sesiones a comparación de las primeras veces, de igual maneta menciono que estaba avanzando con éxito en cada sesión, pero debido al secreto médico no podían decirme más.
Por alguna extraña razón el destino parecía estar de nuestro lado y yo agradecía por eso.
-Amor.-La voz baja de Rin llamó mi atención. -Hoy Takeomi regresa y se vuelve a ir, ¿Quieres acompañarnos a seguirlo?-Sonrió malicioso.
Los hermanos eran esas amigas chismosas que no podías evitar amar pues ellas te mantenían al día sobre cualquier cosa relevante que sucediera y si algo no lo sabían no dudaban ni un segundo en actuar para enterarse de aquello.
-¿Cuándo me he negado a un chisme?-Susurré y comenzamos a reír.
-Te pasamos a recoger a la terapia.-Ran dejo un beso en mi mejilla y yo asentí.
En cuanto terminamos de desayunar yo emprendí el camino a mi terapia junto a Koko quien decidió regresar a casa pues no estaba en nada interesado por lo que Takeomi hiciera o no hiciera, pero yo estaba ansiosa por descubrir que es lo que estuvo haciendo durante todo este mes que no estuvo en casa y la razón por la cual se volvería a ir.
La sesión terminó y tal y como Ran y Rin dijeron pasaron por mí, estaban esperándome fuera del consultorio en un automóvil rentado seguramente para que Takeomi no sospechara que alguien de nosotros lo estaba siguiendo. En cuanto me vieron Ran bajo la ventanilla del conductor.
-Apúrate amor, le vamos a perder el rastro.-Hacía un movimiento apresurado con su mano indicándome que corriera.
A como pude corrí con los tacones, me trepé en la parte trasera en donde me encontré con Kaku y Ran arrancó el automóvil incluso antes de que cerrara la puerta.
-Bienvenido al club de los chismosos cariño.-Dije sonriente mientras me abrazaba a Kaku.
-No sé en que me has convertido.-Dijo negando mientras pequeñas risas salían de él.
Después de unos 15 minutos de camino siguiendo el Jaguar de Takeomi éste se detuvo frente a una cafetería en un barrio muy transitado. Nosotros nos quedamos unos 7 carros atrás desde donde podíamos ver a la perfección sus movimientos, los hermanos enfrente y Kaku y yo dividiéndonos el espacio que quedaba en el medio de ambos asientos para poder observar que sucedía.
-¿Estará saliendo con alguien?-Kaku cuestionó.
-Lo averiguaremos en unos momentos.-Ran sonrió malicioso sin despegar la vista de enfrente.
Esperamos unos segundos más y finalmente Takeomi bajo de la camioneta, en cuanto cerró la puerta una mujer de cabellos blancos y que seguramente sería solo un poco mayor que yo se abalanzó a sus brazos y Takeomi comenzó a dar vueltas con ella en el aire.
-¿No es muy chica para él?-Pregunté impactada y todos voltearon a verme ingenuos. -Bueeeeno, yo también lo era.-Asentí rodando los ojos.
-Pues sea lo que sea, ya te lo ganaron.-Kaku se burló de mí.
-Piis sii li qui sii, yi ti li guinirin.-Lo arremedé y solté un pequeño golpe en su brazo haciendo reír a los hermanos.
Ran tomó una foto de ellos y nos fuimos del lugar antes de que pudiera vernos. Regresamos el automóvil rentado y subimos a la camioneta de Ran para emprender el camino a casa no sin antes pasar a comprar algo de comer.
-Takeomi tiene novia.-Grité en cuanto entramos a la casa.
-¿Qué?-Sanzu enarcó la ceja mientras se levantaba del sillón.
-Tiene novia, lo seguimos a donde fue hoy y se encontró con alguien, mira enseñale.-Dije emocionada en dirección a Ran quien le enseñó la foto a Sanzu y Mikey y Koko se acercaron para verla de igual manera.
En cuanto Sanzu la vio se quedó paralizado, su semblante se había puesta casi tan blanco como el cabello de Mikey.
-¿Amor qué tienes?-Pregunté mientras acariciaba su espalda.
-No es su novia... Es nuestra hermana.-Dijo después de unos segundos en silencio.
Todos nos quedamos en total silencio intentando procesar lo que Sanzu había dicho, ¿Cuántos hermanos más tendría? ¿Así es como me iba a enterar de toda su vida? ¿Por obligación y no porque él quiera contarme?
-¿Senju?-Mikey volteó a verlo y él asintió.
-Tiene más de 12 años que no la veía.-Sonrió melancólico. -Se ve hermosa.
-¿Y por qué no la visitas cómo él?-Pregunté y él comenzó a negar.
-Por cierto, empaquen para dos días.-Sanzu le devolvió el celular a Ran, era claro que no quería seguir hablando sobre eso. -Iremos a Hiroshima, nos informaron sobre cinco ratas traicioneras.-Sonrió con emoción.
-Siiií.-Gritaron los hermanos al unísono.
-¿Puedo ir con ustedes?
-No cariño, esta vez no tendremos nada de tiempo para ti. Estaremos todo el día ocupados, pero regresamos en cuanto terminemos.-Sanzu dejó un beso en mi mejilla. -Por eso sólo son dos días.
-¿Me voy a quedar sola?
-No, yo me quedó contigo querida.-Mikey me sonrió.
-Ah perfecto cariño.-Le di un rápido abrazo. -Perdamos el tiempo hoy.-Caminé en dirección a la cocina.
Después de preparar algunos bocadillos tomé dos botellas de vino las cuales coloqué en la mesa de centro de la sala, ellos ya se habían quitado la ropa formal y ahora vestían su cómoda pijama y yo los imité subiendo a ponerme una de las mías.
-¿Quieres jugar otra vez así?-Koko esbozó una sonrisa traviesa y yo lo mire confundida.
-¿De qué hablas?-Sonreí maliciosa y fingí que uno de los cojines se cayó al suelo. -Ay se cayó.-Me agaché elevando mi trasero hacía ellos quienes comenzaron a reír levemente.
-Y por eso te amamos.-Dijo Kaku entre risas jalándome para caer sobre el sofá junto a ellos.
El resto del día se fue entre películas, bromas, risas, alcohol y comida. Verlos de ese modo me generaban una increíble calidez en el corazón.
Ellos eran mi lugar seguro, eran el lugar al que podría regresar una y otra vez feliz por encontrármelos. Ellos serían siempre a quienes recurriría cuando mi día haya sido una total mierda y sé que siempre habría más de un par de brazos esperándome con ansias.
¿Quién diría que unos mafiosos se volverían mi universo entero? Vaya locura...
-¿Qué quieres hacer hoy amor?-Pregunté a Mikey mientras recogía los trastes del desayuno que había sobre la mesa.
Los demás adultos se habían ido demasiado temprano para que pudieran regresar mañana temprano, estaría sola con Mikey hasta mañana por la tarde aproximadamente.
-Tengo ganas de estar en casa todo el día.-Lo escuché entrar a la cocina.
-Pues entonces hagamos eso cariño, pero ahora vete a tu terapia o llegas tarde.-Di un beso sobre sus labios y él sonrió.
-Cuando dije todo el día en verdad es todo el día.-Me tomó por la cintura mientras acercaba su rostro más al mío.
-¿O sea que tampoco vamos a comer?-Sonreí maliciosa.
-Nos podemos comer entre nosotros.-Bajo su rostro y comenzó a besar mi cuello.
Yo eché mi cabeza hacía atrás para darle más espacio de hacer lo que quisiera en mi cuello. Sentía su lengua lamer y sus dientes morder el área mientras mi respiración comenzaba a volverse más agitada con cada acción suya.
Me cargo por la cintura y me subió a la isla de la cocina en donde me recostó mientras desabotonaba mis jeans. Elevé mi cadera para que pudiera quitarlo junto con mis bragas y se hundió entre mis piernas comenzando a lamer toda mi zona mientras sus dedos se hundían en mis muslos para obligarme a mantener abiertas las piernas para él.
Cada lamida que daba me obligaba a sacar un gran gemido para él, el placer invadía todo mi cuerpo y llevé mis manos a sus cabellos para moverlas al ritmo de su lengua. Esa lengua que hacía maravillas pues cuando hacía su trabajo podía ver las estrellas debido al placer que esta me generaba.
-¿Te gusta?-Preguntó sin dejar de lamer mi clítoris.
-Me encanta.-Dije fuerte entre gemidos.
Sentí como una sonrisa se formó en sus labios y me recargué sobre mis antebrazos para poder ver el trabajo que realizaba. Su mirada se cruzó con la mía y sacó la lengua sensualmente para lamer un poco mi clítoris haciendo que mis jadeos se hicieran presentes.
-Voy a correrme.-Avisé entre jadeos y él aumentó la velocidad de su lengua.
Mi cuerpo se tenso al igual que mi vientre y podía sentir cerca mi tan esperado orgasmo.
-Pero tienes razón.-Se separó de mí dejándome en la entrada del cielo.
-¿Qué?-Grité enojada y me incorporé. -¿Por qué te detuviste?-Hice un puchero.
-Porque debo ir a mi terapia.-Acercó su rostro al mío y me tomó de mis caderas desnudas pegándome más a su cuerpo. -Pero te juro que cuando regresemos.-Susurró contra mis labios. -Vamos a follar hasta que la luz del sol del día de mañana salga.-Me besó.
-¿Quién eres y qué hiciste con mi Mikey?-Lo miré con los ojos entrecerrados y él comenzó a reír.
-Vamos mi niña, anda.-Me dio la mano para ayudarme a bajar de la isla.
-Yo manejo.-Canturreé y salimos en dirección a su terapia.
Él entró al edificio y yo emprendí camino al supermercado para comprar algunos bocadillos para el resto del día, en cuanto a la comida Mikey me comentó que tenía antojo de hamburguesa por lo que decidí comprar unas para nosotros.
La hora paso y él salió del edificio con una enorme sonrisa, en cuanto entró al automóvil él no dejo de hurgar en las bolsas del supermercado para ver qué es lo que había comprado. Cuando dio con los dorayakis sus ojos se iluminaron y comenzó a comer uno del cual me convidaba poniéndolo frente a mi boca mientras yo manejaba.
-Acomodaré todo en su lugar y después ¿Vemos una película?-Pregunté a Mikey quien me ayudaba a cargar las bolsas.
-Yo te ayudo.-Sonrió y entramos a casa.
Juntos acomodamos el super que había comprado, aunque prácticamente lo hice yo sola ya que a cada rato me preguntaba sobre en donde iba cada cosa. Después de que yo piqué unas fresas para comerlas con chocolate y él sirvió dos copas de vino nos sentamos en el sofá.
Estábamos sentados frente a frente con mis piernas pegadas a mi pecho mientras escuchábamos música y platicábamos.
-¿Y cómo te has sentido en terapia cariño?-Le pregunté mientras le daba una fresa con chocolate.
-La verdad es que me he sentido muy bien, de alguna manera me hace sentir liberado.-Dijo y comió la fresa que le ofrecí mientras acariciaba mis piernas.
-Me alegro mucho, cielo.-Sonreí y llevé una fresa a mi boca, pero antes de que la comiera cayó chocolate sobre mi pecho. -Mierda.-Dije mientras tomaba una servilleta.
La mano de Mikey detuvo la mía en el camino a mi pecho y me miró a los ojos, sin decir nada agachó su rostro hasta quedar frente a mi pecho en donde una vez ahí sacó la lengua para lamer el chocolate que había caído entre mis pechos. Su acción hizo que mis pezones se endurecieran y una pequeña corriente de electricidad atravesara todo mi cuerpo.
-Listo, cariño.-Sonrió y soltó mi mano haciendo que su voz me hiciera reaccionar.
Aquella acción me había dejado tan congelado que ni siquiera estaba respirando, de un gran suspiro solté todo el aire que había estado conteniendo y sonreí en su dirección.
-Gracias querido.-Dije mientras tomaba su mentón y acerqué mi rostro al suyo para plantar un ligero beso. -Creo que debo ir a cambiarme, se ensució.
-Mejor juguemos un juego, ¿Qué te parece?-Sonrió malicioso y creo saber por donde iba ese juego.
-¿De qué se trata cariño?-Sonreí de la misma manera.
-Nos haremos preguntas y por cada vez que respondamos mal nos desharemos de una prenda, ¿Qué dices?-Acercó su rostro más al mío.
-Digo que me parece una perfecta idea.-Enarqué mi ceja mientras lo veía pícaramente.
-Muy bien, ¿Quieres empezar?
-No, empieza tú.
-Muy bien... ¿Cuál es el nombre de este vino?-Preguntó mientras tomaba su copa que estaba en la mesa de centro y la acercó a mis labios.
-¿No estamos bebiendo el mismo?-Dije mientras la tomaba y él negó.
Comencé a mover la copa para que el vino se revolviera permitiendo que los olores invadieran mis fosas nasales, después di un pequeño trago e inmediatamente mis recuerdos me llevaron a mi primera copa de vino.
-París, Francia. Año 2014, mi mayoría de edad en México y como regalo de cumpleaños papá me llevó a Francia en donde dijo "Si vas a probar tu primera copa de vino, quiero que lo hagas con el mejor".-Dije devolviéndole la copa. -Domaine de la Romanée-Conti La Tâche.-Dije con mi perfecto acento francés y Mikey me veía con la boca entre abierta en una sonrisa. -Para ser más exactos del año 1989.-Me reí y Mikey comenzó a negar.
-Imposible.-Se rio.
-No me subestimes, cariño.-Le puse una fresa frente a sus labios y antes de que pudiera comerla la metí en mi boca dejándolo con la boca abierta en espera de la fresa. -Mi turno.-Le guiñé el ojo. -Dime las siete maravillas del mundo.
-¿Las del mundo moderno o las del mundo antiguo?-Preguntó orgulloso.
-Uy, así me gusta.-Di un sorbo a mi copa. -Moderno.
-La Gran Muralla China, el Taj Mahal.-Comenzó a numerar cada uno con sus dedos. -Machu Picchu, el Coliseo de Roma, el Cristo Redentor...-Se detuvo y lo vi pensar.
-5 segundos.-Comencé mi cuenta regresiva y me veía con los ojos bien abiertos. -Suele pasar que se olvidan las cosas.-Me encogí de hombros.
-Me las sabía todas.-Llevó ambas manos a su rostro.
-Pasado, cariño.- Fingí hacer un puchero. -Chichén Itzá y Petra exigen que te quites la playera.-Sonreí orgullosa y el lo hizo un tanto derrotado. -Puede que muy pronto los llevé a conocer Chichén Itzá.
-Suena una excelente idea.-Me besó. -Bueno, mi turno...-Me miro de la cabeza a los pies mientras yo lo veía atenta en espera de su pregunta. -A la mierda.-Dijo y se abalanzo sobre mis labios.
Su fuerza me obligó a recostarme sobre el sofá mientras él se montaba sobre mí sin dejar de besarme, nuestras lenguas jugaban desesperadas y podía sentir el sabor del chocolate, las fresas y el vino, era deliciosa la combinación de estos. Mis manos acariciaban su desnuda espalda y de vez en cuando las pasaba a sus cabellos para revolverlos.
La gran tensión sexual que habíamos creado desde la mañana hasta ahora estaba siendo liberada justo en estos momentos. Nuestras respiraciones comenzaban a ser aceleradas y él apretaba su pelvis contra mí permitiéndome sentir el bulto que se le había formado entre las piernas.
Sus manos jugaban con uno de mis senos mientras que el otro acariciaba mi zona, sentí su manos abandonar mi pecho para estirarse a la mesa de centro, rompió el beso sin dejar de acariciar mi zona por sobre mis jeans y puso una fresa en sus labios la cual comencé a lamer rozando intencionalmente mi lengua contra sus labios, finalmente mordí la mitad y ambos comenzamos a comerla sin dejar de mirarnos a los ojos.
Su mano dejó de acariciar mi zona y subió mi blusa dejando mi abdomen desnudo en donde comenzó a acariciar con un toqué muy ligero generando que mi piel mandara pequeñas corrientes de electricidad en esa zona, su penetrante mirada y su toque solo hacían que mi excitación se elevara a niveles indescriptibles.
-Mikey...-Susurré sin separar mi mirada de la suya.
-¿Hm?-Cuestionó sin hablar.
-Hazme tuya.-Le pedí y él sonrió orgulloso.
Llevó sus brazos por detrás de mi espalda y me ayudo a sentarme nuevamente sobre el sofá, el roce de sus manos contra mi pecho cuando quitó mi blusa me hizo jadear y mi respiración comenzaba a ser acelerada.
Se levantó del sofá para deshacerse de sus jeans y bóxer quedando totalmente desnudo frente a mí. Llevé mi mano hasta su miembro en donde comencé a masturbarlo mientras con mi lengua lamía todo su tronco de arriba hacía abajo y él me ayudo quitando los cabellos que caían por mi rostro y los acomodó en una tipo coleta que amarraba con su mano.
Podía escuchar sus jadeos provocados por mi lengua sobre su miembro y escucharlo hacía que mi entrada se mojara cada vez más. Lo introduje en mi boca mientras elevaba mi mirada para verlo y comencé a practicarle sexo oral a diferentes velocidades, lo metía a sacaba de mi boca de manera sensual o apresurada, podía saber que le encantaba pues sus gemidos y su pecho acelerado subiendo y bajando lo delataban.
-Ven aquí.-Soltó mi cabello y me levantó del sofá.
Me quedé parada mientras él se sentó en el sofá, quedé frente a él y posó sus manos en mi trasero el cual comenzó a jugar mientras que con sus labios dejaba besos y mordidas sobre mi abdomen. Subió sus manos hasta mi sostén el cual desabrocho y después bajo hasta mi pantalón del cual de deshizo dejándome únicamente en bragas para él.
-¿Te he dicho cuánto me encantas?-Susurró contra mi zona por sobre la tela.
-No.-Dije echando mi cabeza hacía atrás.
-Bueno... Me encantas como no te imaginas.-Susurró contra mi piel y el calor de su aliento me erizo la piel. -Me encanta tu aroma, me encanta tu voz, me encanta tu carisma, me encanta tu cuerpo.-Daba besos con cada palabra. -Me encanta toda tu alma y todo tu ser.-Dijo y finalmente comenzó a bajar mis bragas rozando mi piel.
Me tomó por la cintura y me sentó sobre él, acomodé mis piernas a sus costados y nuestras zonas rozaban mientras sus labios volvieron a aprisionar los míos. A este punto yo ya no podía estar más mojada, de eso estaba segura.
-Montame.-Pidió sin dejar de besarme y sus manos jugaban con mi cabello.
Elevé un poco mi cadera para sostener su miembro entre mi mano y colocarlo en mi entrada.
-Lo que papi pida.-Susurré entre el beso y comencé a bajar lentamente sobre él.
Podía sentir su miembro entrando con demasiada delicadeza y mis paredes lo recibieron gustosa pues mis gemidos no esperaron para hacerse presentes. Comencé a dar sentones sobre él mientras nuestros gemidos salían a la par, mis pechos rebotaban y sus manos sobre mi trasero me ayudaban con cada sentón que daba.
-Que rico.-Gimió y sus labios abandonaron los míos para comenzar a besar mis pechos.
Subía y bajaba mis caderas apoyándome de mis piernas y aumenté la velocidad para que mi clítoris rozara más contra su piel.
-¿Te gusta cómo brinco sobre ti?-Susurré contra su oído y dio un gran jadeo.
-Me encanta.-Dijo entre gemidos mientras comenzaba a devorar mi cuello.
Me mantuve un rato más subiendo y bajando sobre su miembro, pero mis piernas comenzaban a cansarse por lo cual comencé a moverme de adelante hacía atrás y él pareció notarlo pues me cargo y me recostó sobre el sofá.
-Mi turno.-Dijo emocionado y se posicionó entre mis piernas.
Entró de una estocada en mí y comenzó con el vaivén de caderas a un ritmo acelerado, sentía su pecho rozar contra el mío y nuestros gemidos podíamos escucharlo en el oído del otro, eso me prendía más de lo que ya estaba.
-Voy a terminar.-Le gemí para provocarlo y funciono pues aumento el movimiento de sus caderas.
Estaba viendo las estrellas con cada embestida que me daba, estaba a punto de entrar al cielo gracias a él.
-Que rico, me encanta.-Le gemía más y más y me encantaba escuchar sus gemidos roncos.
Llevé mis manos a su espalda sudada y comencé a enterrar mis uñas de manera sensual, eso acompañado de nuestros gemidos basto para que ambos llegáramos a nuestro clímax a la par.
-Que rico.-Dijo con su voz acelerada acomodándose a mi lado y me envolvió en un abrazo.
-Ni que lo digas.-Sonreí enormemente y deje un profundo beso sobre sus labios. -Te amo.-Dije en cuanto me separé y cerré mis ojos.
-Ni se te ocurra dormir, cariño.-Lo escuché decir mientras se montaba sobre mí. -Tendremos un día bastante largo.-Sonrió malicioso y comenzó a devorar mi cuello.
Las cosquillas de su respiración sobre mi cuello me hicieron reír haciendo que mi risa resonara en toda la vacía casa, al parecer ese día lo único que resonaría serían las risas y los gemidos.
-Estoy nerviosa.-Bailaba un poco sobre mi lugar.
-Tranquila, sólo relájate.-Fuyu estaba igual de nervioso que yo.
-No puedes calmar a alguien si estás igual de nervioso ¿Sabías?-Comenzamos a reír.
-¿A dónde se supone qué fue?-Takemichi preguntó.
-Está comprando dorayakis.
-Okay ahorita el plan es sólo que nos vea.-Fuyu dijo exhalando.
-Ahí viene.-Dije en cuanto vi a Mikey desde el otro lado de la acera.
-Mierda.-Takemichi comenzó a temblar.
-No se pongan nerviosos.-Dije desesperada y le sonreí a Mikey quien en cuanto me vio se quedó paralizado del otro lado de la acera. -Ahora, ya.
-¿Ya nos vio?-Fuyu temblaba.
-Ya, es hora.-Dije mientras me despedía de ellos con un beso en la mejilla. -Si muero no dejen que mi nombre muera.-Bromeé antes de intentar cruzar la calle.
Aunque no sabía si en realidad sería una broma.
Yo seguía viendo a Mikey con una enorme sonrisa en el rostro mientras que él me veía totalmente serio.
-¿Qué tienes cariño?-Sonreí.
-Vámonos.-Dijo sin más y comenzamos a caminar a la camioneta.
Todo el camino fue silencio total y mi corazón no dejaba de latir a velocidad extrema.
-¿Qué mierda hacías con ellos?-Gritó en cuanto cerró la puerta de la casa y parecía el mismísimo diablo.
-Son unos amigos.-Estaba asustada, nunca me había gritado y lo peor es que seguíamos solos.
-¿Amigos de dónde?-Volvió a gritar y podía ver sus ojos cristalizados.
-D-de la clase de cocina.-Contesté muy asustada.
Cuando dije eso su semblante se tranquilizó un poco, pero seguía dando mucho miedo. Ese era el plan, hacer que sólo creyera que los había conocido por casualidad.
-¿O sea qué la dichosa amiga nunca existió? -Dijo aun molesto, pero ya no entre gritos.
-N-no.-Seguía haciéndome para atrás cada que él se acercaba más a mí.
-¿Y por qué nos mentiste?-Volvió a elevar su voz.
-Justo por esta razón.-Ahora yo era la que gritaba. -Ve como te estás poniendo solo porque soy amiga de hombres.-Me levanté y él era el que ahora se hacía atrás. -No entiendo porque te pones así si sólo son unos amigos. Esta era la razón por la que no fui sincera.-Grité.
Se quedó en total silencio, ahora ni siquiera me veía.
-¿No vas a decir nada?-Pregunté y no contestó. -Me voy a mi cuarto Manjiro.
Subí escaleras arriba con el corazón en la boca, haberlo enfrentado creo que fue la peor decisión, ¿Cuándo mierda decidimos qué esto sería una buena idea? Definitivamente esto no había sido una buena idea en lo absoluto.
-Mierdaaaaa.-Grité contra mi almohada para que ahogara el gritó.
Sentía las lágrimas salir de mis ojos, era mi primera discusión con Mikey y sin duda creo que nuestro plan fue un rotundo fracaso, pero algo dentro de mí esperaba que reaccionara de mejor manera. Que ingenua.
Mis ojos se abrieron de poco en poco, al parecer me había quedado dormida y la noche ya había caído. Salí de mi cuarto para ver si los demás adultos ya habían llegado y de ser así no dudaba en Mikey ya les hubiera contado sobre lo que sucedió en la tarde.
En cuanto estuve en la planta baja vi a todos sentados sobre el comedor, todos voltearon a verme y en ese momento Mikey se levantó de su lugar.
-¿Recuerdas qué te querías ir?-Preguntó Mikey. -Pues será mejor que así sea... El vuelo ya está programado.
Y ahí estaba... Nuestro "grandioso" plan cobrando su factura.
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Hola, hola hermosos 💖 Espero estén de maravilla 🥰
Sobre Mikey bueno... Al menos nos nos mató, pero sí nos manda a casa y lo peor es que solas 🥺💔
Nos vemos después con otro capítulo esperando que este les haya gustado 🥰💖
A los que querían capítulo con Mikey, complacidos 💐💐💐💕
Los amo mucho, no lo olviden 💖🥰
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