01; 𝑬𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆

Se acercaba mi cumpleaños número 22 para el cual llevaba planeando un viaje desde hace medio año a Nueva York con mis amigas, estaba emocionada, ya que este sería el primer viaje al que todas podríamos asistir. Todo estaba listo, nos iríamos este viernes por la mañana y estaríamos tres semanas por allá, ya podía imaginar todos los lugares que visitaríamos, todas las discotecas a las que iríamos a emborracharnos hasta terminar yéndonos con el hombre que quisiéramos, las compras que realizaríamos, en verdad, moría porque los últimos dos días que faltaban pasarán volando.

Hoy tenía que reunirme con papá en su oficina, ya que me comentó que necesitaba pedirme algo antes de su viaje de negocios. Llegué al edificio y estacioné mi Range Rover Velar en uno de los lugares de estacionamiento de papá, tomé mi bolso, mi celular y mis lentes antes de bajar.

En la entrada del edificio todos me saludaban a lo que yo correspondía el saludo con una gran sonrisa, una de mis características es que soy una persona muy alegre y sociable.

— Danielle — escuché la voz de mi papá llamándome desde uno de los sillones de la gran sala de espera. Continúe caminando hasta llegar a donde él para darle un beso en la mejilla.

— Hola pa, ¿Cómo estás? — pregunté mientras me quitaba los lentes de sol que traía puestos y le sonreía.

— Bien cariño, vamos a mi oficina para hablar más tranquilos — extendió su mano hacia el elevador, lo notaba un tanto extraño, pero solo obedecí y entré en el elevador.

Una vez se abrieron las puertas caminamos hasta su oficina mientras seguía saludando a los demás que se encontraban en el piso.

Estando dentro de su oficina me ofreció asiento a lo cual procedí a sentarme en una de las sillas frente a su escritorio, él me imitó en la silla que estaba a mi lado y dio un largo suspiro, lo único que me limité a hacer fue fruncir el ceño.

—  Necesito que este fin de semana vayas a Tokio para representar a la empresa en una plática con los inversionistas — soltó por fin con un tono un tanto arrepentido y yo sabía a qué se debía ese tono.

—  Pero papá, sabes que este fin de semana me iría con mis amigas a Nueva York por mi cumpleaños — contesté al momento en que bajaba mis hombros en señal de decepción.

—  Lo sé cariño y no sabes cuanto lo lamento, sabes que no te estaría molestando de no ser demasiado importante — dijo con un ligero brillo en sus ojos.

Mi decepción perduró unos segundos más, pero no podía negarme, ya que él nunca me negaba nada de lo que yo le pedía y a final de cuentas yo sería quien heredaría la empresa en algún momento. Solté un gran suspiro para finalmente asentir.

—  Está bien, ¿Cuándo debo irme? — mi mirada volvió a encontrase con la suya mientras ponía una sonrisa de lado.

—  Los boletos están listos para ti y para tus amigas, se van el viernes en la tarde — respondió mientras yo abría mis ojos de par en par. ¿Había escuchado bien? ¿Mis amigas y yo en Tokio?

—  ¿Mis amigas? — no pude evitar fruncir el ceño para hacerle ver mi confusión.

—  Sí cariño, ya que sabía que necesitaba pedirte este gran favor justo el fin de semana de tu cumpleaños necesitaba compensarlo con algo, el penthouse de Roppongi ya está listo para que lleguen ahí, y no te preocupes, el viaje va por mi cuenta — sonreí de oreja a oreja mientras me incliné a abrazarlo con fuerza, el rio un poco al notar mi gran emoción y correspondió mi abrazo, finalmente le di un beso en la mejilla para levantarme como si fuera una niña chiquita a la cual llevarían al parque.

—  Muchas gracias papá, nos vemos después y espero las indicaciones sobre la reunión — hablé mientras me iba acercando a la puerta. Le sonreí una última vez para después salir de ahí.

Una vez en el estacionamiento escuché sonar mi celular, era una videollamada de mis amigas Ixel y Suzette, instantáneamente sonreí mientras contestaba.

—  Nos vamos a Tokiiiiiooooo — las escuché gritar al unísono con sus caras llenas de emoción, no pude evitar reír junto a ellas.

Uno de nuestros sueños era conocer Tokio juntas, pero no habíamos podido hacerlo debido a la minoría de edad, afortunadamente ya no éramos más unas niñas.

Llegó el viernes y después de aquel vuelo de quince horas y el camino al departamento en Roppongi de media hora habíamos llegado. Estábamos en el penthouse aproximadamente a las diez de la mañana del sábado y ninguna de las tres podía contener la emoción, no sabíamos ni por donde comenzar, o tal vez sí...

Algo como una borrachera y una noche inolvidable.

Hola! Este es el primer capítulo, es un poco corto pero espero el segundo lo recompense. Lo subiré en un rato más.

Recuerden que soy nueva en esto y acepto críticas constructivas 💕

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