✨️ 𝕰𝖕𝖎̄𝖑𝖔𝖌𝖔 𝖋𝖎𝖓𝖆𝖑 ✨️
I love u for infinity
El tiempo jamás detuvo su andar ni por un segundo y vaya que hubo muchas veces en que deseé que así fuera para poder disfrutar muchísimo más de los momentos que comenzamos a vivir como familia.
Como lo fueron los primeros pasos de todos nuestros pequeños, los cuales, nos hicieron morir de la emoción y las memorias de nuestros celulares se llenaron únicamente de videos de hermosos bebés tambaleándose en un intento de comenzar a caminar.
O de sus primeras palabras, de quienes en su mayoría fueron "Mamá" causándoles unos celos incontrolables a todos, mientras yo me reía gustosa de mi victoria.
Y ni cómo olvidar sus primeras travesuras, las que al principio nos sacaron de nuestras casillas, pero que después nos hicieron reír a carcajadas. El más claro ejemplo de esto fue la vez que mi hermosa Yukiko agarró los plumones de colores de su hermano Izana y terminó pintando las paredes de la habitación de Ryo quien, terminó siendo un tremendo mar de lágrimas por su pared de Piratas del Caribe arruinada.
Todos los momentos, tanto buenos como malos, me hubiera gustado apreciarlos más tiempo, pero lamentablemente es imposible, quedándome como única opción seguir haciendo más recuerdos para conservarlos por siempre en mi mente y corazón.
Las cosas cambiaron bastante con la llegada de Riku Haitani, nuestro segundo hijo, pues con él decidí que, sería tiempo de hacer las paces con mis padres, ya que guardar tanto rencor y coraje en mi corazón no era sano para mí en lo absoluto y mis niños necesitaban de sus abuelos para llevarse recuerdos tan bellos como los que mis abuelos me ofrecieron a mí cuando era niña.
Se volvieron totalmente locos con la noticia de que ya eran abuelos y no de uno, sino de ya dos niños, a tal grado de que papá decidió mudar la sede de la empresa a Japón para poder estar más cerca de nosotros y poder disfrutar a sus nietos como era debido. Este proceso fue bastante pesado, pero con la ayuda de los contactos que ellos tenían y la nacionalidad de mi padre, fue muchísimo más rápido y "sencillo" de cierto modo, logrando que para el cumpleaños número 5 de Ryo estuvieran ya residiendo y laborando en Japón.
Del personal que trabajaba en México, únicamente el veinte porciento decidió mudar su vida a Japón, y entre esas personas, incluidas Ixel y Suzette a quienes les cayó como anillo al dedo, pues resultó que desde el cumpleaños número uno del pequeño Hanagaki en donde ellas estuvieron presentes, comenzaron a platicar a como podían, y con a como podían me refiero al traductor, con Inupi y Fuyu, y en verdad jamás me pasó por la mente que los viajes que comenzaron a ser más constantes para ver a mis hijos, fueran aprovechados para verse con ellos.
En un abrir y cerrar de ojos, ocho melenas de distintos colores comenzaron a correr a nuestros alrededores, ya fuera peleando o riendo entre ellos y afortunadamente, los hermanos Haitani les inculcaron a todos un sentimiento muy fuerte de hermandad, haciendo que todos fueran como ellos, inseparables y protegiéndose sobre todo y todos.
Los años que han pasado, han sido cada uno mejor que el anterior, y nuestro amor parece ir incrementando día con día. Aunque claro, no todo ha sido color de rosa, pues cuando las discusiones llegan a invadir nuestra calma, la casa se convierte en un verdadero campo de guerra, en el que todos nos volvemos enemigos del otro y discutimos en los mil idiomas que hemos aprendido y perfeccionado con el tiempo. De vez en cuando, cuando el enojo no es tanto, es algo gracioso empezar discutiendo en japonés y terminar odiándonos en una combinación de español y francés.
-Amores, tienen diez minutos para bajar. Los invitados están a nada de llegar.-Grité desde el principio de las escaleras para que todos pudieran oírme.
-Ya vamos.-Se escucharon muchas voces contestando cada una a destiempo de la otra.
El tiempo ha pasado tan rápido que hoy es la fiesta de cumpleaños número seis mis preciosos mellizos.
-Que guapa te ves, vida mía.-Kaku me sacó de mis pensamientos y besó mi mejilla en cuanto terminó de bajar las escaleras abrazándome por la cintura.
-Tú te ves guapísimo, cielo.-Respondí el cumplido haciendo un mechón de su cabello a un lado y juntar nuestros labios. -¿E Izana?-Pregunté en cuanto nos separamos.
-Ya sabes, queriéndose peinar él sólo.-Soltó risueño.
Mi pequeño Izana, quien a sus ocho años cree que se ve mejor con el cabello alborotado que bien peinado.
-¿Le dijiste que Ryo y Riku se lo van a comer en bullying?
-Se lo dije, pero creo que está muy decidido en seguir con ese look.
-Bueno, no nos hacemos responsables por eso.-Me encogí de hombros y en ese momento mi guapísimo castaño con los cabellos tan alborotados como si le hubiese explotado algo en la cara, bajó las escaleras.
-Hola mami, ¿Cómo me veo?-Preguntó dando una vuelta para mostrarme su conjunto.
-Muy guapo como siempre amor, pero, ¿No estás despeinado?-Lo miré con la ceja enarcada y él frunció el ceño.
-¿De verdad?
-Sí cariño, papá te lo dijo y no le creíste, así que ve y dile a papá Ran que te peine, por favor.
-De acuerdo.-Contestó algo decepcionado subiendo las escaleras.
-¿Ves? En algún momento dejaría esos cabellos despeinados de lado.
Unas risas las cuales reconocería desde el otro lado del mundo se escucharon por el pasillo de arriba y cada vez resonaban más fuertes hasta que, finalmente, mis dos bellísimos rubios de ojos violetas como sus padres aparecieron corriendo escaleras abajo.
Ryo y Riku, mis inseparables hermanos mayores.
-Mamiiiii.-Gritaron los dos abalanzándose contra mí haciendo que cayera contra el sillón debido a los tacones que no me ofrecieron el soporte necesario.
-Amores.-Contesté riendo debido a que no dejaban de llenarme la cara de besos.
Sus risas no dejaban de sonar y sus pequeños labios llenaban mis mejillas, frente y ojos de besos.
-Suficiente, dejen a mamá en paz.-Se escuchó la voz de Rin y ambos se separaron.
Por las escaleras bajaban Ran con Izana ya bien peinado a su lado, y Rin con mi pequeña Jin en medio de ambos mientras los tomaba de la mano.
-Hola, preciosa.-Dijeron Ran y Rin al unísono abrazándome cada uno por la cintura y dejando un beso en mis labios.
-Hola, amores.-Les sonreí en complicidad, pues la noche anterior habíamos tenido un encuentro bastante excitante.
-Mami, ¿Cómo me veo?-Mi preciosa pelinegra me cuestionó.
-Tú siempre te ves radiantemente preciosa, mi niña.-Contesté abrazándola y dejando un beso en su frente.
-Claro, por algo es mi hija.-Koko contestó desde lo más alto de las escaleras bajando con Edward tomado de la mano.
-Que guapos se ven todos, como se ve que es una fiesta lo que tendremos hoy.-Dije volteando a ver a todos quienes de verdad se veían guapísimos.
Y finalmente bajaban Mikey, Takeomi y Sanzu con Kazumi, Yukiko y Shinichiro.
¿Qué fue lo que hice en otras vidas para ser tan feliz en esta? Tengo siete hombres que me aman y amo, y ocho hijos que son el fruto de nuestro amor los cuales me roban el corazón día con día.
Ryo y Riku Haitani de 15 y 14 años, hijos de Ran y Rin, quienes son una copia exacta de sus padres cuando eran niños, y, aparte de ser guapos, son demasiado fuertes tanto física, como mentalmente. Demasiado inteligentes para los idiomas y la organización, incluso diría que un tanto más inteligentes que sus padres.
Después llegó mi hermosa castaña de ojos color aceituna, Yukiko, hija de Kaku quien es la que tiene más parecido conmigo y quien, por cierto, a pesar de tener 12 años, se lleva bastante bien con los mayores y a veces, presiento que es un poco más madura que aquellos dos. Su sueño es convertirse en abogada y vaya que pone un gran empeño en las clases que lleva acorde a su edad.
La cuarta en llegar fue mi preciosa Jin Kokonoi. Una hermosa pelinegra con ojos color celeste como los de mi padre e igual de rasgados que los de Koko. Ella a sus 11 años ha demostrado tener la misma inteligencia que su padre en el ámbito financiero, y la verdad, una prodigio podríamos llamarla.
Seguido de ella, llegó mi hermosa pelirosa de ojos verdeazulados, una combinación de los míos y los de Sanzu, verla a los ojos era como ver el mar. Kazumi, quien actualmente tiene 9 años y no piensa en otra cosa que no sea cumplir su sueño de estudiar medicina veterinaria y zootécnica. Atribuyámosle eso a su tío Chifuyu, pues realmente le encanta ir a la tienda para estar con los animalitos, jugar con ellos y ayudarles en lo que pueda dentro de la tienda.
Después de ella nos vino una gran sorpresa, pues realmente nadie esperaba tener más de un hijo, pero Kaku fue quien logró tener la parejita. Izana, nuestro pequeño chispazo, quien a sus 8 años ha demostrado tener una gran fuerza física como su padre y bueno, los idiomas se le complican, pero vaya que hace el intento.
Y finamente Edward y Shinichiro Sano, mis adorables mellizos de melena rubia y ojos tan oscuros como la noche, idénticos a su padre. Aun recuerdo aquel ultrasonido y la voz de la doctora informando que no venía un bebé en camino, sino dos. Mikey fue el primero en caer al suelo, siguiéndole Koko, Rin y Sanzu. Me sigo riendo a carcajadas cada que recuerdo de aquella escena.
Cuantos años han pasado... ¿Cuánto tiempo queda?
-Mami.-La voz de Shinichiro llamó mi atención sacándome de mi trance.
-Dime, cariño.-Me agaché para elevarlo en brazos.
-¿La tía Yun vendrá?
-Ojalá que sí para que nos dé regalos como siempre.-Ryo interrumpió.
-¿Qué crees que nos traiga ahora?-Riku preguntó emocionado.
-Oigan no se emocionen solo porque les trae regalos, nosotros no les hemos enseñado a ser así de interesados.-Los reprendí bajando a Shini.
-Tú no, pero papá Koko sí.-Ambos voltearon a ver al mencionado quien estaba matándolos con la mirada.
-¿Ah sí?-Caminé lo más despacio que pude hacía él. -¿Es eso cierto, cariño?
-No les hagas caso amor, ya sabes como es uno cuando es niño.-Contestó restándole importancia.
Estaba a punto de asesinarlo con la mirada cuando el timbre de la casa sonó anunciando la llegada de nuestros primeros invitados.
-Ni crean que se van a salvar de esta.-Dije en dirección a los pequeños Haitani y a Koko mientras caminaba hacia la puerta.
Los primeros en llegar fueron mis padres quienes, como siempre, nos saludaron con demasiado entusiasmo como si no nos hubiesen visto en años.
Con el tiempo fueron llegando nuestros amigos y sus hijos. Chifuyu, Suzette y Emily, su hija, cruzaron la puerta en cuanto les abrí, mientras los demás invitados ya estaban en el jardín trasero disfrutando de la fiesta. La pequeña Emily corrió inmediatamente buscando a Izana, su inseparable amigo, aunque claro que todos eran amigos entre sí, pero entre ellos había una conexión... Más especial.
-Mira que si no se casan dejo de creer en el amor.-Suzette dijo sonriente viendo como se abalanzaba a abrazarlo y todos reímos.
-Yo opino lo mismo.-La voz de Mitsu nos desconcentró de la imagen que teníamos frente a nosotros.
-Mitsu, Sofía, que alegría verlos.-Los envolví a ambos con un fuerte abrazo.
-Que bueno que pudieron venir.-Chifuyu dijo en dirección a su amigo dándole un fraternal abrazo.
-Hemos terminado la colección antes de tiempo y fue todo un éxito así que, decidimos tomarnos unas largas vacaciones y que mejor que venir a ver a nuestros amigos.-Sofía abrazó a Suzzete en cuanto la liberé de mi agarre.
¿Quién diría qué Mitsuya terminaría casado con la chica que conoció en España? Y bueno, no sólo él, sino que también...
-¿Nos pusimos de acuerdo para llegar al mismo tiempo?-Draken apareció detrás de nosotros con Eileen y Nina.
Eileen, una amiga de Sofía que conocimos en un cumpleaños de Mitsu, super agradable la mujer y de lo más graciosa y tierna que te puedas imaginar, le robó el corazón a nuestro grandote desde el primer momento en que la vio. Ella al principio decía no estar interesada en una relación amorosa y mucho menos, con alguien que no viviera en su país, pues eso de las relaciones a distancia no se le daban, pero mira que, con determinación y perseverancia, Draken lo logró y se casaron después de 5 años, y a los 3 años de casados, tuvieron a la preciosa Nina Ryuguji, una bellísima castaña que actualmente tiene 5 años.
-Dragoncito.-Dije dejando un beso en su mejilla.
-Enana, que gusto verte.-Sonrió en mi dirección. -¿Cómo sigues?
-Me he sentido bien, es lo que importa.-Sonreí para tranquilizarlo. -Y vaya que ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos.-Dije quitándole a Nina de brazos para saludarla.
-Uy sí, demasiado, ¿Cómo cuánto? ¿Una semana?-Respondió burlón intentando evadir el primer tema de conversación.
Nos reunimos cada fin de semana sin falta. Somos como una enorme familia que se reúne todos los domingos para que nuestros hijos jueguen o naden, dependiendo del clima y nosotros nos dedicamos a relajarnos, comer, beber y divertirnos.
-Que guapa, Eileen.-Dije dejando un beso en la mejilla de la castaña.
-Tú te ves divina también.-Respondió mi cumplido con una enorme sonrisa.
-¿Inui ya llegó?-Fuyu me cuestionó.
-Sí, llegaron hace como quince minutos. Está en el patio trasero con Ixel y Kibou.-Señalé hacía el pasillo que daba al jardín trasero.
-Hace mucho no veo a Kibou, ¿Cómo está el pequeño?-Sofía preguntó.
-Pues pequeño ya no está, está a punto de cumplir 13 años.-Dije risueña.
-Oh cierto, dentro de dos semanas es su cumpleaños.-Draken asintió.
-Está enorme y guapísimo, está a nada de alcanzarme en estatura.
-Dios, los niños son cada vez más grandes.
-Ni que lo digas.-Me encogí de hombros. -Pero vayamos, con este calor necesitan una copa.
Todos comenzaron a caminar al lugar en que la fiesta se celebraba, y, mientras los niños jugaban en los juegos, nadaban o realizaban las distintas actividades que había por hacer, nosotros nos dedicamos a divertirnos a nuestra manera.
En el transcurso del día los Kawata, Yuzuha, Takemichi, Hakkai, Senju, Pah, Peh y sus respectivas parejas e hijos llegaron al lugar para unírsenos en la celebración.
Amaba estas fiestas pues siempre había casa llena.
-¿Cómo te sientes, cariño?-Mikey me abrazó por la cintura.
-Estoy de maravilla, amor mío.-Dije pegando su frente con la mía. -Hace bastantes días que estoy bien.
-Cualquier cosa nos dices ¿Sí?-Preguntó y yo asentí sonriente para tranquilizarlo.
-¿Hace cuánto empezó la fiesta?-Le pregunté.
-Hace como dos horas.-Dijo viendo su reloj.
-Los voy a matar.
-Ya sabes como son, seguro ya no han de tardar.-Acarició mi mejilla con demasiada delicadeza.
-Mira cariño, de hecho, los invocaste.-Ran señaló hacía la entrada mientras me abrazaba del otro lado de la cintura.
Por fin, después de dos horas iban llegando Yun y Kazutora quienes se acercaban a nosotros con una enorme sonrisa en labios.
-Que milagro, pensé que no vendrían.
-En mi defensa diré que él tiene la culpa.-Yun dijo burlona señalando a Kazu quien la acercó a ella y besó su cuello.
-Y ella que no se resistió, peor.-Contestó el pelinegro.
-Dios, parecen recién casados.-Me burlé antes de beber de mi copa.
-Ay mira quien lo dice. Llevas 19 años con ellos y siguen pareciendo unos adolescentes hormonales que no salen de la habitación ni un minuto, aunque estés muriendo.-Yun me miró con los ojos entrecerrados y todos comenzamos a reír.
-Touché.-Dije señalándola con mi copa mientras Mikey y Ran dejaban un beso en mis mejillas y ella abrazaba a Kazutora.
¿Cómo terminaron juntos? A veces hasta me cuesta creerlo, pero, todo sucedió en una fiesta de cumpleaños de Yun. La novia que Kazutora tenía en ese entonces lo había engañado y él estaba en su peor momento, lo típico cuando te rompen el corazón, y entonces, para distraerlo, decidí invitarlos a una de esas memorables fiestas.
Todo iba bien, Kazutora logró divertirse como hacía mucho no lo hacía y sobre todo distraerse de la situación por la que estaba pasando, y quien en verdad me sorprendió fue Yun, pues yo estaba enterada sobre que su gusto por los hombres era mucho menor que por las mujeres.
En fin, todo comenzó con una pequeña discusión la cual ni siquiera recuerdo como fue que empezó, pero todos los veíamos atentos y poníamos demasiada atención a los diálogos que cada uno daba, ¿El tema?
¿Qué posición sexual gusta más a una mujer?
Y bueno, Yun comenzó un debate completo sobre el Kama Sutra, pues al ya tener experiencia con las mujeres y ser una mujer, ella juraba e hiper juraba que la posición que Kazutora decía no era de las mejores, mientras que el pelinegro se mantenía determinado con su respuesta.
-Quizá no te la han hecho como debe ser.-Recuerdo que aquel comentario de Kazu a escasos centímetros de los labios de Yun nos dejó a todos boquiabiertos.
-Estoy segura que sí.-Yun lo miró desafiante.
-Te puedo demostrar que mi respuesta es correcta.-Kazutora se acercaba cada vez más a sus labios.
Yun nos miró de reojo y todos sonreímos en complicidad.
-Comprobemos que estás equivocado.-La pelinegra se levantó tomando de la mano a Kazu llevándolo fuera de nuestro campo de visión.
Y bueno... Al parecer Kazutora resultó ser demasiado bueno haciendo su trabajo, pues Yun parecía embrujada cada que el pelinegro hablaba o hacía algo, y, de este modo fue que, lo que empezó como simple sexo, terminó con un anillo de compromiso hace 5 años.
Aunque bueno, de vez en cuando seguimos manteniendo nuestros encuentros.
-¿Qué tienes, cielo?-Takeomi me sacó de mis pensamientos.
-Nada, cariño.-Sacudí mi cabeza. -Estaba recordando como se conocieron esos dos.
-Algo difícil de creer.-Se burló antes de besar mis labios.
-¿Los niños están bien?
-De maravilla, no han parado de jugar, pero seguramente Nina está a punto de caer dormida.-Señaló con su cabeza en dirección a la pequeña silla donde estaba cabeceando.
-Ay mi niña.-Dije con mucha ternura. -La voy a subir al cuarto.
-Te ayudo.
-No cariño, si puedo, en verdad.
-¿Segura?
-Mil por ciento, estos días han sido buenos.
-Está bien, cariño.-Volvió a besar mis labios y se apartó de mí caminando en dirección a Senju con quien comenzó a platicar.
Subí a Nina en brazos hasta el cuarto de Kazumi para que pudiera descansar como era debido y dejé la luz de la lampara de noche encendida.
En cuanto salí de la habitación choqué con Sanzu quien traía a Edward en brazos.
-Mi niño no resistió.-Acaricié su despeinada melena negra.
-Lleva horas jugando sin descanso, me sorprende que Shinichiro siga con energía.-Sonrió enormemente caminando a su cuarto. -¿A quién dejaste, amor?
-Nina, mi niña estaba cabeceando en una de las sillas de abajo.-Respondí quitándole los zapatos a mi pequeño.
-Poco a poco van cayendo.-Se burló.
-A este paso, a las 7 de la noche la fiesta habrá terminado.-Ambos le poníamos la pijama a Ed.
-Bueno, mejor para nosotros ¿No?-Dijo pícaramente cuando terminamos de arropar a nuestro niño.
-¿Ah sí? ¿Qué tiene en mente señor Haruchiyo?-Dije deslizando mi mano de manera sensual por su pecho.
-Depende como se encuentre el día de hoy, señorita Abe.-Comenzó a recorrer mi espalda con su mano y la otra jugaba con mi mano.
-Afortunadamente, me encuentro de maravilla, señor.-Sonreí maliciosa, pero en ese momento la puerta del cuarto se abrió de golpe.
-Elle, es tu oncólogo, tiene que ver con los resultados de tu último diagnostico.-Ixel dijo algo agitada e inmediatamente bajamos a la sala que es en donde había dejado mi celular.
Todos nuestros amigos, familiares y mis hombres estaban en la sala rodeando a Koko quien me tendió mi celular que tenía la llamada en altavoz.
-Buenas noches, Tanaka, ¿Qué hay de nuevo?
-Buenas noches, Danielle.-La voz del hombre resonó en todo el lugar y todos me veían atenta. -Lamento molestarte ahorita, pero, tengo malas noticias...
¿Qué esperabas? ¿Buenas noticias, Danielle?
Hace 2 años que mi cuerpo comenzó a debilitarse poco a poco, pensé que era el cansancio de tantos hijos y tantos esposos, pero mi desempeño físico, intelectual y hasta el sexual comenzaron a decaer poco a poco y mi cuerpo comenzó a perder peso sin motivo alguno. Ellos preocupados insistieron en llevarme al médico y accedí ante ello. Yo iba con la idea de que seguramente sería estrés y me harían falta unas vitaminas o algo por el estilo, pero todo se vino abajo cuando me dieron mi diagnóstico.
Leucemia mielógena crónica.
¿El lado bueno? Se diagnostico a tiempo y pudieron comenzaron con el tratamiento antes de que todo se volviera más feo y gris de lo que ya era.
Mis ánimos decayeron tanto que no quise salir de mi habitación en mucho tiempo y no quería ver a ninguno que rondaba por la casa, pues el solo hecho de imaginar que podía morir y dejarlos solos me carcomía hasta lo más profundo de mi alma.
Y claro, que, por otro lado, me enojé tanto con la vida mientras le reclamaba a diario sobre todas las cosas buenas que me dio y que terminó cobrándome de la peor manera. Estaba tan frustrada e impotente al no poder hacer nada, que, la enfermedad y la depresión, estaban llevándome al abismo de manera apresurada y por más que intentaran animarme, yo no cedía.
Afortunadamente, después de muchos estudios y el tratamiento necesario, mi cuerpo comenzó a responder de manera positiva, dando como resultado a que un año y tres meses después mis estudios salieran limpios, aunque claro, no sin la posibilidad de que todo volviese. Actualmente, había vuelto a mi vida normal, aunque muy raros días me sentía cansada.
¿Cuánto tiempo podría seguir siendo feliz junto a todos?
-Necesito hacerte otra biopsia.-Informó.
Dolía como el puto infierno esa maldita cosa, realmente la detestaba.
Todos me veían con cara de lástima, y eso era algo que odiaba.
-¿Puedes venir mañana? Mientras más pronto podamos hacerlo más pronto podré darte nuevas noticias.
-De acuerdo, mañana nos vemos, buenas tardes.
-Que descanses.-Finalizó la llamada.
Bueno, nada que no haya hecho antes.
-No quiero que por esto la fiesta se acabe ¿De acuerdo? Es más, mañana quiero amanecer con resaca, así que vamos.-Me levanté lo más entusiasmada que pude y todos volteaban a verse entre ellos, pero después de unos segundos, caminaron conmigo a la mesa en donde estábamos.
De un tiempo para acá mis esperanzas sobre buenas noticias se habían esfumado poco a poco, pero eso era algo bueno ¿No? Estaba aprendiendo a aceptar la realidad.
Estaba aceptando mi destino.
A la mañana siguiente vaya que sí amanecí con resaca al igual que todos en casa, mientras que nuestros niños estaban aun de lo más activos a excepción de Ryo, Riku y Yukiko quienes no se apartaban de mi lado, pues siempre se ponían demasiado amorosos cuando sabían que necesitaba ir al doctor.
-¿Necesitas algo, mami?-Ryo me preguntó colocando un mechón de cabellos detrás de mi oreja.
-No cariño, quédate aquí conmigo un ratito más, sólo eso.-Dije abrazándolo más a mí.
Riku que estaba a mi lado derecho me abrazo con más fuerza y Yukiko que estaba entre mis piernas se acomodo para poder estar más cerca de mí, mientras que mis siete hombres nos veían atentos sin dejar de supervisar a los demás en lo que estuvieran haciendo.
Mi corazón se hacía pequeño nuevamente...
-Por favor, no puedes llevarme. No puedo dejarlos solos.-Pensé recargando mi cabeza en el respaldo del sofá y cerrando los ojos. -Tengo mucho que ver aun, tengo muchos consejos y regaños que dar...
Un beso en mi frente me obligo a abrir los ojos encontrándome con los hermosos ojos violáceos de Rin.
-¿Asustada?
-Más que nada preocupada, duele horrores.-Me quejé frunciendo mi boca.
-Eres más fuerte de lo que crees, y lo sabes.-Su sonrisa me reconfortó.
Teniéndolos a mi lado, sé que puedo con todo.
Todos terminábamos de vestirnos después del salvaje encuentro que tuvimos aprovechando que los niños estaban en la escuela, aunque claro, no tardarían en llegar y necesitábamos estar ya abajo y con la mesa puesta para la comida o sino tendríamos ocho bestias hambrientas que nos comerían vivos de ser necesario.
Y tal y como dije, a los pocos minutos todos entraron por la puerta corriendo a saludarnos uno por uno. Los mayores venían con el uniforme escolar intacto, pero los más pequeños venían hechos un verdadero desastre, que, de verdad, hasta la pobre lavadora lloraría al ver lo sucias que estaban las prendas.
Los niños nos platicaban sobre su día mientras degustábamos los alimentos que el personal había preparado para nosotros, y yo prestaba especial atención a Jin que me hablaba sobre un niño que la había molestado el día de hoy debido a que lo corrigió en clase de matemáticas.
El tono de llamada de mi celular interrumpió nuestra platica, y yo no solía contestar si estaba con alguno de ellos, pero al ver el nombre en la pantalla no lo dudé ni un segundo.
-Buenas tardes, Tanaka.
-Buenas tardes, Danielle, ¿Está libre ahorita o gustas esperar mañana a tu cita? Tengo buenas y malas noticias que no pueden esperar.
-Las malas primero, por supuesto.-Puse la llamada en altavoz.
-De acuerdo, las malas son que ya no nos veremos...
Hubo un silencio y todos nos volteamos a ver tratando de descifrar lo que acababa de decir.
-Y las buenas, las cuales son bastante buenas sin duda, estás libre de cáncer. La biopsia arrojó increíbles resultados, estás totalmente limpia, jamás volverá.
-¿Lo logramos?-Dije con un hilo de voz.
-Lo lograste, venciste el cáncer, felicidades.
En ese momento todos comenzaron a gritar de la emoción. Yo estaba en shock, realmente no podía reaccionar.
¿Debo dejar de preocuparme por dejar a mis niños y a mis amores solos?
-Muchas gracias, Tanaka, te lo agradezco tanto y en verdad no tengo palabras.
-No agradezcas, disfruta la noticia y cuídate mucho.-Terminó la llamada.
Los pequeños celebraban gritando y bailando en su lugar, Ryo y Riku se empujaban entre ellos y mis niñas lloraban de alegría.
Me levanté de mi lugar al ver que los mayores se acercaban a mí gritando de la emoción.
-Estás limpia, cariño. Estás limpia, amor de mi vida.-Sanzu me levantó en el aire y comenzó a dar vueltas conmigo haciéndome reaccionar.
-Mi cielo, lo lograste, lo lograste.-Koko me abrazó fuertemente y mis lágrimas comenzaron a correr.
Rin y Ran me envolvieron en un abrazo mientras pequeñas lágrimas corrían por sus mejillas y ellos intentaban limpiar las mías que no cesaban.
-Eres la mujer más valiente del mundo.-Takeomi dejó un cálido beso en mis labios antes de envolverme en un fuerte abrazo.
-Ya no tenemos de que preocuparnos, lo lograste, mi cielo.-Kaku besó mi frente con los ojos cristalinos.
Todos mis niños corrieron a abrazarme, informándome sobre lo feliz que estaban de que mamá ya no estuviera enferma y ya no corriera peligro de abandonarlos, y no pude evitar llorar más fuerte ante aquello.
-Ahora sí cariño...-Mikey se colocó frente a mí y tomó mis manos entre las suyas. -Para siempre ya no suena como un imposible.-Llevó mi mano hasta sus labios y dejó un beso sobre esta sin despegar sus ojos de los míos.
Mi mayor miedo ha desaparecido, y ahora, de lo único que debo encargarme es de ser más feliz de lo que ya soy con toda mi familia.
¿Quién diría qué un simple viaje de cumpleaños terminaría en todo esto? ¿Cómo es que a pesar de haber tenido tantos obstáculos en el camino logramos sobrepasarlos? Cada cosa que en nuestra vida ha sucedido nos unió a tal grado de traernos hasta donde estamos hoy en día.
Tenemos una familia que desborda amor y unos amigos que entran dentro de la categoría familia. Personas en quienes podemos confiar siempre que sea necesario y que jamás nos abandonarían.
A estas alturas aun sigo preguntándome, ¿Cómo es posible amar a siete personas y no morir en el intento? Cada día los amo más que el anterior a pesar de todos los peligros que eso puede traer consigo, pero sinceramente, no me importaría dar la vida por ellos.
Estoy dispuesta a cualquier cosa si eso significa salvarlos de lo que sea que tengamos frente a nosotros. No me importan las adversidades que nos faltan por pasar, no me importan los riesgos que podemos vivir día con día, no me importa morir si es a su lado.
Hace 15 años uní mi vida a la de ellos y es algo que pienso mantener hasta que la muerte nos arrebate de este mundo, no me importa si es mañana, o dentro de una semana, un mes, un año.
Podré decir que muero feliz porque conocí lo que es el amor verdadero y lo que cuesta mantenerse a lado de este. Moriría feliz porque gracias a ellos pude convertirme en madre de unos hermosos seres que llenan mi día a día de alegrías que no cambiaría por nada.
Estoy rodeada de amor, risas, y felicidad, no me hace falta nada y a pesar de reprocharle a la vida lo que me dio hace dos años, ahora le agradezco porque sé que todo nos sirve para algo.
Para siempre ya no suena como un imposible...
Hola y adiós, amores míos... 🤧😭💔
Les juro ando llorando, no quería dejarla ir, me costó muchísimo trabajo 💔
Pero bueno, pasemos a lo bueno...
AGRADECIMIENTOS
Mi idea de escribir un fic nació un día de aburrimiento y un día en el que mi amor por Sanzu me estaba carcomiendo la piel, así que le mandé mensaje a una amiga y le dije "Quiero escribir un fic con Sanzu porque me trae muy mal" y ella me apoyo y de hecho me ayudó a organizar y acomodar muchas ideas 💖
Este fic originalmente iba a ser sólo con Sanzu JAJAJAJAJAJA, pero bueno, se me desvió un poquito 🤣
La idea original ni siquiera la plasme, al momento de escribir fue que se me ocurrió el como empezó y que por cierto, pido perdón por los mil horrores de ortografía de los primeros actos, en este tercero intenté revisar la ortografía lo mejor que pudiera 🤣💔
Y bueno, quiero agradecer a todas las personas que me acompañaron hasta aquí, sin ustedes no sería nada (menos a los que no votan, esos chsm JAJAJAJA) 😭💖
Sus comentarios y votos siguieron siendo mi inspiración para continuar esta historia que se queda mi corazón 😔💖
Pero bueno, el adiós oficial no es, pues tengo pensados por ahí unos pequeños extras ❤
Ah y por cierto, como ya terminé oficialmente PDP, ya comenzaré a actualizar Limerencia de Mikey 💖
Por si gustan acompañarme también en ese camino ahí los espero con el corazón en manos 🥰💖
De verdad...
Millones de gracias por todo, y perdón por tan poco 🛐💖
Los amo infinito, y nos estamos viendo en próximos fics 💖💐
Dejen aquí todas las dudas que les hayan quedado o que les gustaría saber 💖
Aquí para despedirnos 💖
Los veo en Limerencia la próxima semana 🥰💐❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top