Una vida feliz llevaba Elena, tenía a una persona que la amaba con todo su ser, había perdido a su madre y su padre se había casado por segunda vez.

Sufriendo una dura infancia, el amor llegó como salvación.

Regis Ploen, era el único heredero del ducado Ploen, amable pero con una personalidad fría, ambos se enamoraron, dos polos opuestos que se complementaron bien.

Desde la infancia hasta la adolescencia el amor de ambos dio fruto, eso fue hasta que una tercera persona se metió en su camino.

Amelia era una joven dulce de bonito rostro, pronto Regis quedó embelesado con ella, aunque provenía de una familia inferior eso no pudo evitar que el amor creciera.

Elena rápidamente quedo delegada al olvido.

Regis termino su relación de forma repentina y tiempo después se anunció la boda del año, el gran heredero de Ploen pronto tendría una esposa digna del ducado, el compromiso que antes habían celebrado para Elena, ahora lo celebraban para Amelia.

—¿Por qué llora señorita? Es tarde ya para llorarle a un amor perdido. - Elena limpio su rostro.

—No solo lloro por el - su nana acaricio su mejilla —Estoy embarazada.

Aquella noticia pronto fue ocultada del ojo público, era de una familia de marqueces que pronto caerían en bancarrota, el matrimonio con Ploen era algo que todos querían por beneficio, pero ella solo quería el amor de Regis.

—Su vientre ha crecido hermosamente señorita. - Elena sonrió y miro su reflejo en el espejo.

—Mi amado hija, una niña, igual a Regis y a mi.

—Señorita... - Elena soltó un suspiro.

Con el tiempo el parto llegó, fue difícil, horas dentro de la sala de partos para solo caer en una triste noticia.

Ese día una gran tormenta se dio en todo el imperio, dos partos y dos vidas diferentes.

Una viviría bien y otra viviría el dolor en carne propia.

—¿En donde esta mi bebé? ¿Por qué no llora? - Elena miro alarmada a su nana, la mayor aparto la vista y negó varias veces para calmar su rostro lleno de lágrimas. —¿¡En donde esta mi bebé!?

—Nació muerto. -Elena se escandalizó, trató de ponerse de pie para ver al bebé pero sus doncellas se lo impidieron.

—El marquez nos ordenó llevarnos lo - dijo la partera — no puedo verlo  - Elena grito por piedad, aunque sea una vez quería ver el rostro de su hijo, pero jamás se le fue permitido —Fue un niño... solo conformese con eso.

—¡Quiero verlo! ¡No se lleven!

Con dos meses de luto, la vida de Elena había vuelto a ser triste, su padre le recriminaba el no haber atado al duque y su madrastra se burlaba por su mala suerte.

Aunque tiempo después el marquezado recibió las buenas noticias, luego de unos meses de luto por la muerte de la emperatriz, una nueva estaba por subir.

A la concubina de su majestad Isabel le molesto no ser escogida, pero al marquez le encanto saber que su hija sería la escogida para obtener el máximo puesto.

Tres meses después de haber perdido a su hijo, Elena se caso con Darius Ashet, un hombre asqueroso que sólo buscaba un heredero con magia para hacer de las suyas.

Maltrato a Elena hasta la muerte, junto a Isabel Rusty, Elena acabo muriendo de forma triste, embarazada y sin oportunidad de ver la cara de su segundo hijo.

Al morir su cuerpo quedo en un limbo, repetía su vida una y otra vez, lágrimas tras lágrimas, llanto tras llanto y finalmente su inminente muerte.

—Elena Ellois Loferan, segunda hija del marquez Loferan, odiada por tu padre y amada por tu hermano, viviste en tristeza toda tu vida y así moriste.

—¿Quien eres? Muestra tu rostro -una risa cantarina se escucho.

—Si me vez serás calcinada por mi luz, soy la diosa de este basto mundo, haz muerto injustamente y mis ángeles han abogado por ti.

—¿De que habla?

—Te daré una segunda oportunidad, vivirás la vida que siempre quisiste, serás amada y buscaras la verdad, pero tendrás que esforzarte en recordar todo desde cero.

—¿De que habla? ¿Quien es?

—Suerte Elena, nos veremos otra vez algún día lejano, sigue mi consejo, se feliz.

La luz desapareció y su mente dios miles de vueltas.

Era un feto, una bebé, una infante y una adolescente que estaba por vivir por segunda vez.

Elena Ellois Loferam estaba de regreso, como la hija amada del marquez Loferam, el que una vez fue su amado hermano.

Una sensación de déjà vu sintió al abrir sus ojos, sentía todo aquello vivido, familiar y melancólico.

No recordaba nada pero sabía que aquella era una segunda oportunidad, un nuevo mañana para algo trágico que ya había vivido.

Era Elena, pero no la Elena que su padre llamaba con amor, era una Elena que había vivido un infierno y que ahora vivía una nueva primavera.

—Lady Elena, la modista ha llegado - con una sonrisa asintió, estaba pronta a cumplir su mayoría de edad, su padre organizaba una mega fiesta para ella.

Era su única hija por lo cual era amada a más no poder, recibia la mejor educación, joyas y regalos, era la dama perfecta que la sociedad amaba, pero prefería vivir en su mundo melancólico tratando de recordar que pronto la vida le daría un duro golpe.

Capítulo estreno.

Todo esta potente ¿que pasará?

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