2

Tōru salió de la universidad junto a Hanamaki, pues ambos asistían a la misma. Observaron el estacionamiento en busca de un auto en especial, aunque no lograron encontrarlo.

— ¿Me habrá dejado plantado? — Preguntó Oikawa más para sí mismo.

— No lo creo. — Takahiro palmeó su espalda un par de veces. — Debe de estar retrasado.

— Eso espero.

Ambos se quedaron en la entrada por unos dos minutos hasta que se escuchó un auto detenerse al lado de los dos, quienes observaron al hombre que se bajó del asiento del piloto y fue a ayudar a alguien a bajar del asiento del copiloto.

Bokuto se acercó a ellos con un chico un poco más bajo que Tōru, tenía rostro tranquilo, cabello azabache y ojos de un tono azul oscuro.

— ¡Oikawa! ¿Cómo sigue tu brazo? — Tōru observó su brazo por unos segundos antes de sonreír.

— He mejorado bastante, gracias por preguntar. — Takahiro palmeó el hombro del castaño.

— Te dejo, Issei quiere que nos veamos para cenar. — Oikawa sonrió al ver la hora, demasiado temprano para cenar.

— Sí, lo que digas, ve, ve, no pierdas el tiempo. — Hanamaki rodó los ojos y se despidió cortésmente de Bokuto y su pareja. — Aún no me he presentado, lo siento. Soy Oikawa Tōru.

— Akaashi Keiji. — Ambos estrecharon sus manos, el castaño dándole una sonrisa mientras Keiji mantenía su expresión tranquila. — Bokuto me contó que tuviste un accidente, espero que mejores.

— Sí, un hombre me lanzó café caliente encima, la herida ya está casi curada, y tomamos medidas legales en contra suya. — Respondió Oikawa, ganándose la atención del azabache.

Conversaron por unos segundos antes de subir al auto, Oikawa se sorprendió ante la amabilidad de Bokuto, quien ayudó a ambos omegas a subir, y finalmente subió él, se aseguró de la comodidad de ambos menores, para después comenzar a conducir hacia su destino.

— ¿Recuerdas del amigo que te hablé, Oikawa? — Preguntó Koutaro observando a Tōru a través del retrovisor.

— Lo recuerdo.

— Debe de estar ya ahí, me gustaría que lo conozcas, de seguro se llevarán bien. — Oikawa entrecerró un poco sus ojos, tenía una idea de por dónde iban las cosas.

Sería algo así como una cita doble ¿No? Solo que Bokuto y Akaashi ya eran pareja y Tōru no tenía una idea de quién estaría esperando en la cafetería a la que se dirigían.
Decidió dedicarse a revisar sus redes durante el camino, tenía un par de mensajes de Hinata contándole el fantástico sexo que había tenido con Kageyama la noche después de su salida. Kōshi por su parte, le escribió diciéndole que Daichi se había preocupado por ambos después de dejarlos en el hotel, y que no lo había dejado en paz hasta que le preguntó a Hinata si habían regresado bien.

— Llegamos. — Avisó Bokuto con una sonrisa en su rostro.

Como hizo anteriormente, ayudó a ambos omegas a bajar del vehículo y juntos entraron al local, era una cafetería bastante visitada, por lo que a pesar de ser las cinco y media de la tarde habían unas dos decenas de personas en el sitio.

Tōru simplemente se dedicó a seguir a Bokuto, quien caminó unos cuántos metros hasta llegar a una mesa en el fondo.
Oikawa observó el sitio, se veía bastante lujoso, no acostumbraba visitar esos lugares, prefería sitios más simples como la cafetería en donde trabajaba, y claro, su bolsillo no daba para tanto.

— Hermoso ¿No? — Preguntó Keiji a su lado mientras observaba también la decoración. — La primera vez que vine me sorprendí también, no estaba acostumbrado a visitar estos sitios, en realidad, nunca en mi vida había pisado un restaurante, sólo pequeños locales de comida rápida.

— ¿Hasta que te juntaste con Bokuto? — El azabache asintió.

— Sí, podría decirse que Bokuto me sacó de la miseria. — Keiji se detuvo, por lo que Oikawa también lo hizo.

— Oikawa, quiero presentarte a Iwaizumi Hajime. — Tōru dejó de observar las luces colgantes para posar sus ojos en el hombre que ya estaba ahí desde antes que llegaran.

Su piel se erizó y juró sentir su estómago retorcerse por unos segundos antes de abrir su boca para hablar.

— Uhm. Un placer, soy Oikawa Tōru. — Extendió su mano, la cuál fue tomada por el alfa frente a él, quien le miraba fijamente a los ojos.

— Iwaizumi Hajime, el placer es mío. — Por más que lo intentó, Tōru no pudo mantener el contacto visual por más de dos segundos, sintiéndose estúpido por ser incapaz de hacerlo.

— Tomen asiento. — Al escuchar la voz de Koutaro, Oikawa soltó la mano del desconocido y tomó asiento a su lado, el único espacio libre. — Oikawa.

— ¿Si? — Los ojos amarillos de Bokuto estaban sobre él. — Pide lo que desees, yo invito.

— Ah... Yo... Yo puedo pagar lo mío. — "¡Mentira! Eso significaría usar el dinero para la universidad" Se quejó internamente.

— No te preocupes por eso, yo te invité. — Tōru asintió sintiendo sus mejillas picar un poco, aún no se acostumbraba a la presencia del tipo "fortachón" a su lado.

— Continuando nuestra conversación, Oikawa. — Akaashi tomó su mano con delicadeza, llamando la atención del castaño, pues se había percatado de su incomodidad. — Antes de conocer a Bokuto vivía junto a una familia abusiva.

— ¿Abusiva? — Keiji asintió.

— Mi padre abusaba frecuentemente de mi madre, en ocasiones llegaba ebrio a casa y descargaba su ira contra mí. — Keiji señaló una diminuta marca en su frente que era casi totalmente oculta por su cabello. — Esto fue causado por un golpe. Tomó una botella y golpeó mi cabeza con ella, quedé inconsciente al momento y desperté tres días después en el hospital.

— Lo siento mucho. — El azabache sonrió negando.

— Es pasado, no importa ahora. — Tomó el brazo de Koutaro entre los suyos. — Gracias a Bokuto logré salir de eso.

— Me alegro que encontraras a alguien como él. — Oikawa miró a Bokuto, quien inspiró hinchando su pecho con orgullo.

— Cuéntanos de ti, Oikawa. — La voz ronca del hombre a su lado llamó su atención, lo miró por unos segundos antes de suspirar y asentir.

— Bueno... En realidad mi vida no es la gran cosa. — Comenzaba a sentirse extraño, las tres personas junto a él parecían tan elegantes al lado de Tōru, le hacía sentir, de cierta manera, inferior. — Vivo con mis padres, tengo un hermano menor y aún no he terminado mi universidad, trabajo a medio tiempo de lunes a viernes y tiempo completo los sábados y domingos.

— ¿Trabajas y estudias a la vez? — Preguntó el bicolor quien parecía interesado en la conversación.

— Lo hago, escogí cierta profesión que estaba fuera del alcance de mis padres, así que decidí que trabajaría y conseguiría el dinero para pagarla por mí mismo, así no tendré que presionar a mis padres con dinero para la universidad. — Silencio, era lo que había en la mesa, solo silencio.

— Eres admirable, Oikawa. — Comentó Akaashi después de unos segundos. — Si fuera yo no podría hacerlo.

— ¿Qué estudias? Si se puede saber, claro. — Oikawa fijó sus ojos nuevamente en el moreno a su lado, sus ojos verdes le miraban de tal manera que sentía que podía observar dentro de su cabeza.

— Yo... Estudio ingeniería aeronáutica. — Desvío la mirada por unos segundos antes de volver a observar al moreno a los ojos. — Es una profesión algo costosa, pero desde niño me han atraído ese tipo de cosas. Ya sabes, los cohetes, naves espaciales...

— Es una profesión interesante. — Comentó el ojiverde antes de mirar por detrás de Tōru.

— Buenas tardes. ¿Qué desean ordenar? — Oikawa se giró, observando a la mesera, era una mujer de bonito cuerpo.

"Qué envidia" Pensó Tōru. "Si tan solo tuviese un cuerpo como el de esa linda chica...".

— Oikawa. — El castaño volvió a la realidad. — ¿Qué ordenarás?

— Oh, bueno... — Miró el menú rápidamente, no quería hacerlos esperar más. — Un cheesecake de limón y café sin azúcar, por favor.

— La orden estará lista en quince minutos. — La mujer se retiró, Oikawa suspiró y se fijó en la hora, por alguna razón se sentía ansioso, nervioso.

— Bokuto. — Llamó el moreno al bicolor.

Después de que Iwaizumi llamó a Koutaro, Oikawa no entendió nada de lo que decían. Al parecer hablaban sobre empresas de quién sabe qué, y Tōru no quería partirse la cabeza intentando descifrar su idioma.

— Y dime, Oikawa. — Keiji le llamó nuevamente. Oikawa le agradeció internamente mil veces por sacar algún tema de conversación y así evitar su incomodidad. — ¿Tienes pareja? — Excepto por eso.

Los dos alfas presentes dejaron de hablar para prestar atención a las palabras del castaño. Por un lado, estaba Hajime, interesado en su respuesta, por otro lado, Bokuto, quien cruzaba los dedos bajo la mesa pidiéndole a los dioses que Tōru estuviese soltero.

— Sí, digamos que no me va muy bien en el amor. — Respondió segundos después, soltando una risa nerviosa. — La mayoría de mis amigos, si no son todos, ya tienen pareja, soy el único soltero del grupo.

— Ya veo. Disfruta la soltería, no es algo que se viva todo el tiempo.

— ¡Akaashi~! — Se quejó Koutaro, cruzándose de brazos como un niño pequeño.

— Sabes que te amo, Bokuto. — Recordó Akaashi, dejando un delicado beso en la mejilla del bicolor.

Sin embargo, a pesar de la escena amorosa de Keiji y Koutaro, Hajime mantuvo sus ojos sobre Oikawa, quien podía sentir su mirada, mas no se giraba para evitar el contacto visual. Ambos estaban conscientes de eso, ambos sabían que había algo extraño sucediendo en aquel momento en el que se encontraban sentados el uno al otro. Oikawa sentía como su estómago seguía retorciéndose, y un par de detalles más que sería mejor no mencionar.

— Bokuto. ¿Por qué no vamos un día a la cafetería en donde trabaja Oikawa? — Hajime y Oikawa despertaron de su trance, observando a la pareja frente a ellos.

— Claro, no veo porqué no, el café que preparan ahí es delicioso. — Bokuto dejó un casto beso en los labios de Keiji. — ¿Vienes, Iwaizumi?

— Envíame un mensaje. — Respondió el moreno.

Tōru maldijo en silencio, no se sentía preparado para tenerlo a él ahí, viendo como trabajaba, sería vergonzoso si volvía a suceder una escena similar a la causada por el hombre de cuarenta años.

— ¿Trabajas este sábado, Oikawa? — El castaño observó a Bokuto.

— Este sábado... Sí, de siete de la mañana hasta las ocho de la noche. — Keiji jadeó al escuchar el horario del castaño.

— ¿Tanto? — Oikawa ladeó su cabeza.

— ¿Son muchas horas? — Quizás ya se había acostumbrado a ello tanto que ni siquiera se daba cuenta de cuánto tiempo pasaba trabajando, aunque como todos, tenía sus días de cansancio.

— Es demasiado tiempo. — Habló esta vez Hajime, mirándole con el ceño levemente fruncido. — Deberías de trabajar de ocho a diez horas, no dieciocho.

— Bueno... Lo que uno hace por dinero ¿No? — Rió.

La mesera volvió de nuevo, esta vez con un carrito que traía las órdenes de cada uno. Tōru frunció un poco el ceño al ver el tamaño del cheesecake, creía que sería más pequeño, no iba a ser fácil para su diminuto y acostumbrado estómago.

— ¿Sucede algo, Oikawa? — Keiji notó su ceño fruncido.

— Oh no. — Comenzaba a aterrarle lo pendiente que estaba el otro omega frente a él. — Es sólo que... — Lo pensó un par de veces. — Olvídalo, no es nada.

— Puedes decirnos si algo te molesta. — Recordó Koutaro, quien ya había comenzado a devorar su postre.

— Lo haré, gracias. — Tomó la pequeña cuchara de plata y comenzó a comer, definitivamente ese era uno de sus postres favoritos.

Durante el tiempo que estuvieron comiendo, Bokuto y Hajime continuaron hablando de sus empresas o lo que sea que hablaran, Oikawa se dedicó a hablar con Keiji sobre sus vidas, estudios y planes a futuro.

— Oh. ¿No lo terminarás? — Bokuto señaló la mitad del cheesecake restante en el plato de Oikawa, quien, si era sincero, pensaba que comiendo un bocado más lo devolvería todo.

— No, lo siento, estoy lleno. — Bokuto hizo un ademán para que no se preocupara antes de ponerse de pie junto a Iwaizumi e ir a lo que parecía ser la caja.

— ¿Puedo preguntarte algo ahora que estamos solo nosotros dos? — Tōru asintió ante la pregunta de Keiji. — ¿Te atrae Iwaizumi?

Oikawa se atragantó con su propia saliva, tuvo que golpear su pecho un par de veces antes de mirar a Akaashi asustado, le daba miedo, demasiado.

— ¿Eres un reptiliano, alienígena o algo así? — Akaashi rió.

— Eras un poco obvio, al menos para mí. — Keiji tomó su mano entre las de él. Oikawa se sonrojó. — Que no te avergüence, es normal sentirse atraído hacia un alfa como Hajime, es atractivo, alto, fuerte y tiene carácter.

— Bueno... — Tōru apretó los labios. — En realidad se sintió diferente.

— ¿Diferente? — El castaño asintió. — ¿Cómo cosquillas?

— Era más como si mi estómago se retorciera y mi corazón quisiera salirse de mi pecho. — Las mejillas de Oikawa volvieron a colorarse un poco. — Eso suena demasiado cursi.

— No, no. — Keiji sonrió, quizás podría haber algo más entre ellos dos, algo más fuerte que una simple atracción alfa-omega.

— ¿De qué hablan? — Bokuto sonrió acercándose nuevamente. Akaashi soltó la mano de Oikawa y se puso de pie, Tōru imitó su acción.

— Cosas de... Omegas. — Contestó Keiji. — Es algo tarde ya.

— Oh cierto. ¿En dónde vives, Oikawa? — Tōru tragó duro.

— Puedo volver por mi cuenta.

— Para nada. — Interrumpió Hajime mirándole fijamente. — Muchos omegas corren riesgo por las noches si están solos.

Tōru juró sentir un leve cosquilleo, pero está vez no fue exactamente en su estómago.
Akaashi susurró algo en el oído de Koutaro y, sin que el moreno y el castaño se enteraran, se retiraron.

— En serio, no hay problema, puedo volver a casa solo... Sé defenderme. — Iwaizumi se acercó un par de pasos a Oikawa, provocando que se encogiera en su sitio.

— ¿Estás seguro de eso? — Tōru asintió, con duda. — Andando.

— ¿Eh?

— Te llevaré.

— Pero, Bokuto dijo que él... — No terminó su oración, después de unos segundos se enteró que la pareja ya no se encontraba allí y bufó.

Siguió al moreno hasta la salida y de ahí hasta su auto. Oikawa sentía sus piernas temblar ligeramente ante la idea de ir solo en un auto junto a un alfa que acababa de conocer, aunque había sido lo mismo con Bokuto.

— Sube. — Hajime le ayudó a subir al auto, Oikawa se lo agradeció, segundos después el moreno subió también, comenzando a conducir. — Pon la dirección en el GPS.

— Entendido. — Susurró Tōru, colocando la dirección de su casa. Oikawa nunca fue de pensar en lo que dirían los demás, pero ahora mismo se cuestionaba a sí mismo que podría pensar Hajime sobre su hogar. Hablábamos de un alfa de la clase alta yendo a dejar a un omega de la clase media baja a su humilde hogar.

Oikawa entró en una crisis interna.

— ¿Estás bien? — Hajime le observó de reojo. — Te ves pálido.

— Sí... Estoy bien. — Mintió, su voz había salido temblorosa, por lo que su mentira fracasó.

— Si te sientes incómodo puedes poner música en la radio. — Tōru negó.

El silencio volvió al sitio, Oikawa estaba tenso, demasiado para su gusto, quería llegar ya a su casa, despedirse y no volver a ver al alfa nunca más en su vida, aunque algo en su interior rogaba porque el viaje se volviese eterno, sólo para pasar un segundo más junto al muchacho.

— Dime, Oikawa.

— Tōru, puedes llamarme Tōru. — Pidió mientras frotaba sus manos entre sí, buscando calor.

— Tōru. ¿Qué año de la universidad cursas? — El moreno estiró su mano y apagó el aire acondicionado, Oikawa lo agradeció.

— Mi cuarto año, falta poco para terminar mi carrera universitaria. — Respondió tembloroso, había comenzado a hacer un frío del demonio.

— Ya veo, te queda poco tiempo. — Comentó Iwaizumi. Giraron en una esquina, desviándose del camino.

Tōru frunció el ceño. ¿Lo iba a secuestrar? ¿Lo volaría? ¿Lo asesinaría y enviaría su riñón a China?
Iwaizumi bajó del automóvil una vez se estacionó, Oikawa sólo esperó. Cualquiera habría salido corriendo, pero la sensación de que no pasaría nada malo llegó a su cuerpo, de alguna forma confiaba en Hajime y estaba casi, noventa y siete punto seis por cierto seguro de que no haría nada malo en su contra.

Decidió sacar su teléfono celular y observar los mensajes, tenía siete mensajes sin responder de Hinata, dos de Sugawara y dos de Hanamaki.

Shōyō🍊

Le dije a Tobio que si podía invitarte a comer.

Dijo que sí.

Ven el domingo por la noche.

Si no vienes, te mato. 🔪

Por cierto, Tōru.

¿Ya conseguiste pareja?

Aprovecha tu juventud.

Estúpido Shōyō. (ง'̀-'́)ง

No, no he conseguido pareja, sigo igual de soltero que siempre.

Deberías de ayudarme a conseguir a algún alfa guapo y millonario. (╥﹏╥)

Sugawara👰🏻

Hinata me invitó a comer el domingo por la noche.

¿Irás?

Iré, aunque dudo que con pareja.


Tōru guardó su teléfono al escuchar la puerta del auto ser abierta. Hajime subió nuevamente y le extendió un vaso desechable.

— Es café.

— Muchas gracias, Iwaizumi. — Agradeció el omega tomando el vaso. Olfateó por unos segundos el café, deleitándose con su aroma. — Eres muy considerado.

— No es nada. — Oikawa le dió un silencioso sorbo, sintiendo el sabor amargo del café en su boca que le sacó una pequeña sonrisa.

El auto comenzó a moverse nuevamente, esta vez en la dirección correcta.

— ¿Deseas? — Preguntó Tōru levantando un poco el vaso. Hajime lo observó cuestionándose si era correcto.

— Sí, por favor. — El castaño le extendió el vaso. Los dedos del mayor rozaron suavemente los suyos al pasarse el vaso, situación que provocó un leve sonrojo en las mejillas de Tōru.
Observó como el alfa llevó a sus labios el vaso, le era imposible desviar su mirada de él, sintiendo su corazón golpear con fuerza su pecho.
Se sentía estúpido, no quería enamorarse de un tipo del que no llevaba de conocer ni cinco horas.

— Toma. — Tōru parpadeó un par de veces observando al azabache extender el vaso hacia él, después de unos segundos lo tomó, y lo llevó a sus labios, dándole un sorbo.

Sentía sus mejillas algo calientes aún, ya no se sentía tan incómodo, un sentimiento nuevo y totalmente extraño para Tōru se había apoderado de su cuerpo. ¿Qué sentía? No lo sabía. La primera vez que se enamoró fue en preparatoria, estaba cursando su último año y un alfa atractivo comenzó a coquetearle, Oikawa ya estaba enamorado del tipo, por lo que felizmente aceptó a comenzar una relación. Su suerte fue tan mala que al mes y medio el muchacho lo botó por otra omega "más sexy" según el tipo.
Aquello destrozó el pobre corazón de Oikawa y dejó su autoestima por los suelos.

Claro que con el tiempo se recuperó, y decidió no sufrir por ningún estúpido alfa o beta que se le acercara, iba a ser feliz a su manera.

— ¿Es aquí? — Los ojos del castaño se posaron sobre el moreno, lo observó por unos segundos antes de girar a su derecha deseando que la dirección estuviese mal y tuviese un poco más de tiempo junto al alfa.

Lamentableme no fue así.

— Sí, es aquí. — Tōru tragó duro. — Muchas gracias por traerme, Iwaizumi.

— Oikawa. — Volvió a mirarle, notando al moreno extender su teléfono celular hacia él.

Su corazón comenzó a bombear con fuerza, y con las manos temblorosas lo tomó. Apuntó su número y lo guardó con el nombre "Tōru".

— Te pondré un mensaje luego ¿Bien? — Oikawa asintió sin poder responder algo. Hajime le miró, una pequeña sonrisa apareció en sus labios antes de bajar del auto, el castaño frunció su ceño. Segundos después la puerta del asiento del copiloto fue abierta, Oikawa observó una mano posarse frente a él.

Tōru posó su mano sobre la contraria, tomó sus cosas y bajó del auto, quedando frente a frente con el musculoso hombre de piel morena. Sus ojos conectaron con los del azabache, sintiendo el pulgar contrario acariciar sus nudillos con suavidad, quería decir algo, cualquier cosa, aunque fuese la estupidez más estúpida del mundo, pero no pudo.

— Fue un placer conocerte, te veo el sábado. — Entonces Hajime soltó su mano y subió a su auto nuevamente.

Oikawa estaba congelado, miró como el auto se alejaba del sitio segundos después, y tras el paso de un par de minutos, Tōru reaccionó.
Fue a la puerta de su casa y abrió, su madre y padre estaban en la sala de estar, sentados en el sofá viendo la TV.

Al sentir la presencia de Oikawa, se giraron y le sonrieron, pero al notar su expresión sus sonrisas desaparecieron.

Su pequeño hijo parecía muerto.

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