18
Narra Raymond.
Por más que cerraba mis ojos el sueño no llegaba a mi, me levanté con cuidado de la cama para no despertar a Jade, baje a la sala camine a las afueras de la casa donde se encontraba la gente trabajando.
Dante: mi señor que gusto verlo aquí.
Raymond: ¿Cómo va todo?.
Dante: el cargamento ya esta por comenzar, las armas ya fueron enviadas sólo estamos esperando las ordenes de la señora para ver que se harán con las mujeres.
Raymond: ¿mujeres? (Pregunto confundido).
Dante: señor, la señora se acaba de integrar al trata de blancas.
Raymond: llévame con ellas.
Dante: por aquí señor (caminamos).
Raymond: así que mi adorada esposa ya entró más allá.
Dante: y si me disculpa señor, pero están bien chulas las chamacas.
Raymond: me imagino, mi esposa tiene Buenos gustos.
Dante: así es señor (abre la puerta)
Raymond: veo que las tiene muy conservadas.
Dante: además señora las tiene por categorías.
Conforme Dante me mostraba las mujeres en el rincón se encontraba una mujer se me hacia conocida pero no recordaba, al momento de voltear su cara estaba ¿Estefany? La observe bien práctica No equivocarme pero ahí estaba ella.
Dante: señor con esa mujer dijo la jefa que le tenía algo mejor.
Raymond: ella vino con todas ellas.
Dante: así es señor (llega Jade).
Jade: Dante puedes retirarte, mis queridos amigos vendrán en un rato, esperalos (digo fria)
Dante: si mi señora, con su permiso (se retira).
Jade: mi amor (camino hacia el) veo que ya viste mi sorpresa (pongo mis manos alrededor de su cuello).
Raymond: ¿Qué hace ella aquí? .
Jade: como la muy puta me robó un collar, por cierto vale mucho (roso nuestros labios) decidí traerla conmigo.
Raymond: ¿así? (La tomó de la cintura) es mi regalo.
Jade: no mi amor (le sonrio) ella será la puta de otros (me sienta en la mesa) porque no le demuestras quien te hace elonquecer.
Raymond: puedo hacerte mía en estos momentos.
Jade: claro que si (susurro en su cuello) quiero que le demuestres a la puta esa quien es tu dueña.
Raymond: si mi amor.
Estefany: estas loca perra, el me quiere a mi.
Jade: tu sabrás Ayala.
Raymond: maldita tentación andante (Besa mi cuello).
Narra Jade.
Desperté porque Ray se levantó, observe como salía de la habitación, le reste importación Hasta que recordé la sorpresa que le tenía.
Camine por los pasillos Hasta llegar a la bodega dónde todas esas mujeres estaban, Ray tenía entre sus manos la cara de aquella tipa que se metió con el.
Después de esa pequeña charla, sabía que Ray estaba más que urgido por sexo, ¿porqué no humillar un poco a la tipa?.
Bajo besando mi cuello, mientras sus manos apretaban mi trasero, me sentó mejor en la mesa que estaba, se puso entre mis piernas haciéndome sentir su erección. Bese su cuello quitando le su polera, bajo lentamente el cierre de mi vestido Hasta que esté callo en mi cintura dejando mis senos al aire.
Raymond: ¿no le haré daño al bebé?.
Jade: cariño (lo miro) aún no hay bebé, pero podemos comenzar hacerlo.
Raymond: te daré Hasta trillizas.
Bajo el vestido, dejando sólo mi panty, bajo un poco su pantalón arrancó mi ropa interior Hasta que entro en mi, embistiendo duro y salvaje.
Cada embestida mis uñas se clavaban en su espalda, nuestros gemidos eran muy audibles al igual que las nalgadas, mi parte íntima apretaba el miembro de Ray, sentí una embestida más mi cuerpo se arqueo dejando así un gran orgasmo.
Raymond: eres jodidamente perfecta en esto (dice agitado).
Jade:torturemos un poco a esta mujer y luego vamos a la habitación y tenemos sexo sin control.
Raymond: claro que si (nos vestimos).
Dante: señora (entra corriendo) su padre acaba de avisar que llegarán para la cena, los de ustedes también señor.
Raymond: gracias puedes irte (digo serio).
Jade: luego vendre por ella, mientras amor coloca las cadenas no quiero sufrir migraña.
Raymond: porque no lo haces tu (digo molesto).
Jade: Ray es un favor.
Raymond: claro, porque la dama no puede hacer trabajo duro.
Jade: vete a la mierda (le colocó las cadenas muy apretadas) te mató si te quejas idiota.
Estefany: estas loca maldita (me escupe).
Raymond: ya estas muerta querida.
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