Septiembre del 2023

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El sol brilla con fuerza en el cielo mientras me preparo para enfrentar una llamada que sé que cambiará las cosas para siempre. El timbre del teléfono resuena en la habitación, y mi corazón se acelera con cada tono. Tomó una respiración profunda antes de contestar, tratando de mantener la calma mientras escuchaba la voz preocupada de mis padres al otro lado de la línea.

"Endrike, necesitamos hablar contigo", dicen mis padres con tono serio, y sé que no puedo evitar enfrentar lo que sea que esté por venir. Me informan que han descubierto algo que nunca esperaron encontrar: mi relación con Saeed.

La sorpresa me deja sin aliento. ¿Cómo pudieron haber descubierto algo tan privado y personal? Mis padres explican que uno de los amigos de la familia, viajo a Horizonville para poder conocer la universidad de la que tanto le han hablado mis padres, y fue entonces cuando me vio con otro chico en la marcha del orgullo, al inicio no estaba seguro, pero lo comento con la familia y está noticia se propagó rápidamente entre los conocidos de la familia, llegando finalmente a oídos de mis padres. Puedo sentir su sorpresa, su confusión, su preocupación mientras intentan procesar esta nueva realidad en sus vidas. Para ellos, la idea de que su hijo esté en una relación con otro hombre es completamente desconcertante

Intento explicarles que Saeed es una persona increíble, que me hace feliz de una manera que nunca antes había experimentado. Pero sé que mis palabras apenas arañan la superficie de sus preocupaciones y miedos.

— Endrike, ¿Qué es esto que hemos escuchado sobre ti y ese chico? — Mi padre pregunta, su voz llena de disgusto.

Trago saliva, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicarles. — Es solo que... Saeed y yo nos queremos mucho. Él es increíble, de verdad.

— ¡No queremos oír eso, joven! — Mi madre intervino bruscamente. — Esto no es natural, no es lo que Dios quiere para ti. Debes poner fin a esta relación y empezar a salir con una chica decente, como Valeria.

Me siento como si un puño me golpeara en el estómago al escuchar su demanda. — Pero Valeria es solo una amiga, no siento nada por ella de esa manera.

— ¡No importa! Debes hacer lo correcto y seguir el camino que Dios ha trazado para ti — insiste mi padre con firmeza.

Las lágrimas amenazaban con escaparse de mis ojos mientras luchamos en esta batalla verbal. Intento explicarles que el amor no tiene género ni religión, pero caen en oídos sordos. Sus palabras son como dagas afiladas, cortando profundamente mi corazón y dejando cicatrices invisibles en mi alma.

La discusión se prolonga, llena de acusaciones y reproches, hasta que finalmente cuelgo el teléfono con un suspiro de derrota. Me siento agotado y desanimado, atrapado en un torbellino de emociones que amenaza con arrastrarme hacia la oscuridad.

24 de septiembre del 2023

La atmósfera en la sala de mi casa se vuelve repentinamente tensa cuando alguien menciona la idea de organizar una fiesta sorpresa para mí. Daniela y Skandar parecen emocionados, hablando animadamente sobre los detalles y las sorpresas que podrían preparar. Pero yo me quedo en silencio, mi corazón pesado con una mezcla de tristeza y desinterés.

—¿Qué te parece, Endrike? —pregunta Saeed con una sonrisa esperanzada, buscando mi aprobación.

Intento forzar una sonrisa en mi rostro, pero sé que no puedo engañar a nadie con mi falsa alegría.

—No creo que sea una buena idea, Saeed —respondo con voz apagada—. No tengo ganas de festejar.

Una incomodidad momentánea llena la habitación mientras mis palabras se hunden en el aire cargado de tensión. Saeed me mira con preocupación, su expresión reflejando una mezcla de tristeza y comprensión.

—Lo siento, cariño. No quería presionarte —dice suavemente, acercándose para darme un abrazo reconfortante.

Cierro los ojos y dejo que su cálido abrazo me envuelva, pero por dentro me siento vacío, como si una parte de mí estuviera ausente. No tengo ganas de celebrar mi cumpleaños, no cuando me siento como una mierda y no puedo encontrar ni una pizca de felicidad en mi corazón.

17 de octubre del 2023

El día se cierne sobre mí con un peso abrumador, como si las nubes grises en el cielo reflejaran el estado de mi alma. Mis padres han tomado medidas extremas para presionarme a dejar a Saeed, y el golpe económico ha sido el más devastador hasta ahora.

Me encuentro frente a la realidad cruda de haber sido expulsado de mi propio hogar, de haber perdido el apoyo financiero que alguna vez tuve. Mis padres han cancelado todas mis tarjetas, dejándome sin acceso a ningún recurso económico. Incluso amenazaron con dejar de pagar mi matrícula universitaria, sumiéndome en un abismo de incertidumbre y temor por mi futuro académico.

La traición y la crueldad de sus acciones me golpean como un puñetazo en el estómago, dejándome aturdido y desorientado. ¿Cómo pudieron hacerme esto? ¿Cómo pudieron ser tan despiadados con su propio hijo?

La única posesión que han dejado intacta es mi auto, y eso solo porque está registrado a mi nombre. Pero incluso eso parece un consuelo vacío en medio de la tormenta que estoy atravesando.

Ni siquiera he tenido el coraje de contarle a Saeed sobre lo que está sucediendo. Cada vez que hablamos, finge que todo está bien, que soy el mismo Endrike de siempre. Pero por dentro, estoy ardiendo de rabia e impotencia, sintiéndome como si estuviera atrapado en una pesadilla de la cual no puedo despertar.

Cuando menciona nuestros planes para nuestro segundo aniversario, mi corazón se retuerce de dolor. No puedo soportar la idea de arrastrarlo a mi caos, de permitir que se vea afectado por las decisiones egoístas de mis padres.

Con voz temblorosa, le digo que no podré acompañarlo, que tengo asuntos urgentes que resolver. Prometo compensarlo más adelante, pero sé que las palabras suenan vacías incluso mientras las pronuncio. La distancia entre nosotros se vuelve más palpable que nunca, y siento el peso de la culpa aplastándome el pecho mientras me alejo más y más de la persona que más amo en este mundo.

Saeed me miro con preocupación ― ¿Qué pasa, mi amor? Pareces un poco distante últimamente ― dijo con suavidad.

Endrike suspiró, sintiendo el peso de sus preocupaciones. ― Oh, no es nada, solo he tenido algunas cosas en la mente últimamente ― respondió, tratando de ocultar sus emociones.

― ¿Cosas? ¿Qué tipo de cosas? ― preguntó Saeed, inclinando la cabeza con curiosidad.

― Son solo algunos asuntos personales, ya sabes, la universidad, la familia... ― murmuré evitando el contacto visual

― Entiendo. Pero ¿Qué tal si dejamos todo eso de lado por un momento y nos concentramos en nosotros? Estamos a punto de celebrar nuestro segundo aniversario juntos, y quiero que sea especial. — Dijo con una sonrisa

El suspiro resonó en la habitación mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas. ― Saeed, te amo mucho, lo sabes, ¿verdad? ― dije finalmente, buscando consuelo en las palabras de mi novio

― Por supuesto que lo sé. Y yo también te amo más de lo que puedo expresar con palabras ― respondió Saeed, acercándose para tomar mi mano.

― Entonces, ¿Qué tal si este año no hacemos nada especial por nuestro aniversario? ― propuse, era poco probable que aceptara ya que sabía que era especial para él ese día.

— ¿Qué? ¿No querías ir a esas cabañas que me habías contado? Podemos aprovechar para viajar el fin de semana —

— Es solo que... hay algunos asuntos familiares que tengo que resolver y posiblemente no regrese para la fecha de nuestro aniversario. — desvíe el rostro.

— ¿Okay? Descuida, a final de cuentas cuando regreses podemos hacer algo y lo importante es que estamos juntos, no tienes que preocuparte por lo que pase ese día. — Beso mi mejilla y sonrió. Realmente lo amaba demasiado.

6 de noviembre del 2023

Me encontraba exhausto, doblando turnos en el trabajo para poder juntar el dinero necesario para pagar la universidad. Cada día era una batalla constante, y la falta de sueño comenzaba a pasar factura en mi cuerpo cansado. Pasar las noches en mi automóvil no era precisamente cómodo, pero era la única opción que tenía en ese momento.

Vivir al día se había vuelto una carga demasiado pesada. A veces, me sentía tentado a vender mi auto para poder pagar al menos una renta, pero los recuerdos especiales que compartía con Saeed en ese vehículo me detenían. Habíamos vivido momentos increíbles juntos, momentos íntimos y candentes que no estaba dispuesto a olvidar.

A pesar de mi difícil situación, me aferraba a mi auto como a un ancla en medio de la tormenta. No importaba cuán incómodas fueran las noches o cuán agotador fuera mi trabajo, ese automóvil era más que un medio de transporte, era un refugio donde encontraba consuelo en los momentos más oscuros.

Aunque Skandar, no sabía nada de mi situación, me negaba a pedirle ayuda. El orgullo herido y el miedo al rechazo me mantenían en silencio, prefiriendo soportar mi sufrimiento en solitario antes que admitir mi vulnerabilidad ante alguien más. A pesar de las ofertas de ayuda que podían surgir, estaba decidido a seguir adelante por mí mismo, aunque eso significara seguir durmiendo en mi auto.

29 de noviembre del 2023

Me sentía cada vez peor. La falta de comida adecuada estaba pasando factura a mi salud, pero la mayoría de mi salario se iba en pagar mis estudios universitarios. Había intentado solicitar una beca, pero parecía que el sistema no había generado nuevas oportunidades aún.

Las propinas que recibía en el trabajo apenas alcanzaban para comprar comida, y no precisamente saludable. Me conformaba con algunos combos baratos de hamburguesas o comidas de las tiendas de 1 dólar. No era lo más nutritivo ni lo más equilibrado, pero al menos me permitía mantenerme con algo en el estómago.

Cada día se volvía más difícil resistir el hambre constante y la fatiga que acompaña a la desnutrición. Pero mientras luchaba por llegar a fin de mes, sabía que no podía permitirme rendirme. La universidad era mi prioridad, y haría lo que fuera necesario para seguir adelante, incluso si eso significaba sacrificarme en otros aspectos de mi vida.

4 de diciembre del 2023

Diciembre había llegado, envolviendo todo a su paso en una atmósfera de festividad y nostalgia. A medida que las luces parpadeantes adornaban las calles y las melodías navideñas llenaban el aire, no pude evitar sentir un profundo anhelo por estar junto a mi familia en estas fechas tan especiales.

Resultaba irónico cómo, en años anteriores, me había quejado amargamente de tener que pasar tiempo con ellos durante las festividades. Pero ahora, lejos de casa y enfrentando una serie de desafíos, anhelaba la calidez y el confort de sus abrazos.

Desconecté mi celular del cargador del automóvil y noté una llamada perdida de Saeed. Al escuchar su mensaje, una mezcla de emociones me invadió. Por un lado, deseaba ardientemente pasar tiempo con él, sumergirme en su compañía reconfortante y olvidar, aunque fuera por un momento, mis preocupaciones. Pero, por otro lado, la idea de enfrentarme a mi familia, con todo el caos que había surgido entre nosotros, me llenaba de temor y ansiedad.

Decidí mentirle a Saeed, diciéndole que ya había hecho planes con mi familia para Navidad y que no podría acompañarlo a Cedargroville. Sin embargo, no quería dejarlo con las manos vacías, así que le prometí encontrarnos en la universidad y llevarlo a comer un helado si lograba verlo.

Guardé mi teléfono en la guantera y me quedé sumido en mis pensamientos. ¿Cómo demonios le compraría helado si apenas podía sobrevivir con lo poco que tenía? La idea de decepcionar a Saeed me pesaba en el corazón, pero sabía que no podía permitirme revelarle la verdad. La mentira se había convertido en mi única salida, aunque me doliera profundamente.

26 de diciembre del 2023

La Navidad finalmente había llegado, y con ella, un rayo de esperanza en medio de la oscuridad que había estado enfrentando. Las buenas propinas que había recibido en algunos de mis trabajos, de los cuatro que tenía para mantenerme a flote, fueron como un regalo inesperado en esta época festiva.

Con la paga que había acumulado, pude alquilar un pequeño departamento que, aunque modesto, sería un refugio más estable que mi automóvil. Era reconfortante saber que finalmente tendría un lugar fijo donde dormir, al menos por un tiempo.

Mientras acomodaba mis escasas pertenencias en mi nuevo hogar, una notificación en mi teléfono llamó mi atención. Era un mensaje de Valeria, la chica con la que había compartido algunos momentos de amistad. Me sorprendió saber que se había enterado de todo lo que había pasado y que lamentaba profundamente la situación por la que estaba pasando.

Sus palabras de apoyo y solidaridad me conmovieron. Valeria demostraba comprensión y empatía, ofreciendo un gesto generoso al enviarme dinero. Aunque no era mucho, sabía que cada centavo contaba en mi situación actual. Aquel gesto de amabilidad me recordaba que no todas las personas eran crueles, y que aún había bondad en el mundo, incluso en los momentos más oscuros.

Con el dinero recibido, podía permitirme comprar un buen mercado y quizás incluso pagar la gasolina para moverme a mis trabajos. Aquella ayuda inesperada era como un rayo de luz en medio de la tormenta, dándome un poco de esperanza y fortaleza para seguir adelante en esta difícil travesía llamada vida.

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