I'm on fire
Advertencias: Ninguna, solo es el karma de Gojo.
~•~
He's got the fire, and walks with it
He's got the fire, ando talk with it. -Sad girl, Lana del rey.
"Te mostraré mi lugar favorito" -9:10 pm
"Estoy libre, Yaga transfirió a el chico de segundo a Kioto" -9:12 pm
"Genial, mañana podemos ir después de mi misión, es cerca de Aoyama" -9:43 pm
"Puedo ir por tí, avísame cuando termines, Akiko" -9:44 pm.
*Akiko adjunto dirección, síguela en tiempo real* -1:00 pm (16 horas después).
Gojo revisó una última vez los mensajes mientras caminaba hacia la dirección, se suponía que tardaría más en llegar. Rápidamente sus seis ojos captaron con lujo de detalle como la femenina activaba su técnica, quizás todavía no terminaban. Pudo ver cómo la maldición de grado especial huía casi despavorida de Naoko, quién se reía.
—¡Va hacía tí, Aki! —gritó el de cabellos negros.
La rubia le lanzó un golpe de pura energía maldita que desintegró su brazo, pero el acto principal era Naoko. El joven en cuestión de segundos ya estaba junto a la maldición golpeandola, dos de esos golpes eran destellos negros.
Gojo no tenía miedo de nada, pero era extraña la sensación en su pecho, él recordaba a Akiko como una niña que era asustadiza, incluso de adulta en su vida cotidiana parecía una cosita nerviosa que no podría resistir el ruido del tráfico. Pero en el campo, ella sí daba miedo. Era inquietante.
—Mantenla moribunda, debemos sellarla, está maldición mantiene lejos a otras de esta zona —la joven parecía indiferente a como su compañero golpeaba una y otra vez a la maldición humanoide. Eventualmente cuando se aburrió colocó un pergamino en su frente y otro más en su vientre. Akiko usó su técnica de sangre para mantenerla quieta y atada con su propia sangre—. Con eso debe ser suficiente ¿Verdad?
El de cabellos negros limpió sus frente del sudor con un pañuelo mientras sostenía una de las armas de sangre hechas por Akiko—. Creo que estoy manejando mejor mi energía maldita para que sea compatible con la tuya.
Ciertamente Gojo podía ver las energías malditas y de lejos parecían idénticas, ligeramente diferentes en la potencia por golpe. Por fin se acercó a ellos, Akiko lo miró con una gran sonrisa mientras Naoko arrastraba el cuerpo de la maldición a él santuario donde estaba inicialmente custodiando.
—Hola Satoru, lo siento por tardar un poco más, creí que sería más fácil pero Naoko tiene sus métodos para estás cosas.
El albino todavía tenía la boca entreabierta—. ¿Cómo puedes verte tan delicada y tener tanta fuerza?
—¿Fuerza física? Oh no, soy bastante débil en comparación a Naoko, es por eso que él se encarga del combate cuerpo a cuerpo y yo lo cubro desde la distancia —dijo con una suave sonrisa.
"¡Él no tiene la mitad de energía maldita que tú!" Pensó Gojo mientras caminaba junto a ella. La joven puso algunas cosas en el auto pero no subió, se despidió de Kimura.
.
.
.
—Se supone que debes beber rápido para que te duela la cabeza —el albino indicó mientras la obligaba a sorber rápido de un ice—. ¿Lo ves?
La joven hizo lo que le dijo pero estaba imperturbable—. No me duele, solo me arde la garganta.
El mayor soltó un quejido—. Debe haber algo raro en tí, ¡Incluso a Nanami se le congela el cerebro! —cuando terminó su bebida tiró del brazo de la más baja—. Ven, te voy a ganar un peluche de esas máquinas.
La rubia sonrió pero al verlo comenzar a jugar y perder tanto dinero ya estaba nerviosa—. Oye Satoru, no necesito una de esas cosas...
El albino golpeó la máquina averiandola y haciendo más fácil sacar los premios—. Perfecto, un amigo me enseñó este truco, no pensé que realmente sirviera —tomó cualquier muñeco al azar y lo "ganó" con orgullo—. Ten, para tí.
Akiko lo tomó en sus manos y dejó esbozar una carcajada—. Eso es daño a la propiedad —su tono no era para nada uno de reclamo, de hecho había un deje de diversión.
—Ah sí, soy un delincuente, ahora dime que me veo genial siendo malo —se recargo en la máquina, luciendo aún más estúpidamente alto en contraste a otros objetos. La rubia asintió y sus siguientes palabras lo hicieron sonrojar tanto que se forzó a sí mismo a bajar la cara. "Eres genial siendo malo, Satoru".
Ambos caminaban por las calles de Aoyama. Akiko parecía más distraída que de costumbre, en realidad pensaba sobre la muerte de su abuelo, su mente estaba desordenada. Cuando era niña, rezaba con todas sus fuerzas, pedía que su abuelo muriera, rogaba porque un día al despertar le dijeran que el líder del clan Katō había muerto durante la noche. "No importa cómo" pensaba mientras limpiaba las lágrimas de sus pequeños ojos "Solo haz que se vaya…ni siquiera tiene que morir, solo que desaparezca".
Llegó a escuchar a su tía más cercana pedir lo mismo en el santuario familiar "Sara, tu hija debería ser feliz…por favor, maldice a mi tío desde el más allá para que muera rápido". Fue irónico que días después el abuelo de Akiko llegará con la triste noticia de que su propia sobrina quiso matarlo y se vio en la necesidad de clavar una espada en su pecho.
La joven seguía divagando en sus pensamientos "¿Quizás debería ir pronto a decirle sus verdades mientras muera? Naoko dijo que era lo mínimo que me merecía por todo el daño que mi abuelo hizo…pero aún me da miedo ¿Y sí es un truco para encerrarme de nuevo?" Sin darse cuenta comenzó a morder sus labios.
Gojo estuvo tentado a tomar sus manos, a abrazarla y preguntarle sobre todo lo que la afligía, quería decirle que él se encargaría de todo lo que la lastimará o incomodará. Intento tocar su hombro, pero la joven se apuró a sentarse en una cafetería donde lo invitó inicialmente.
—Este es mi lugar favorito de Japón, creo que en general es mi lugar favorito del mundo —sus bonitos ojos zafiro se veían como faros en medio del mar—. Es hermoso aquí ¿Verdad?
Satoru giro mirando las calles quedando sorprendido. Ese fue el lugar donde la beso bajo la lluvia. Su corazón palpitó fuertemente y como un cachorro adiestrado se sentó frente a ella, la estúpida venda no dejaba ver sus ojos llorosos—. ¿De verdad?
—Claro, aquí fue cuando me ayudaste a darme cuenta que yo también podía ser útil —le dió una sonrisa ladina—. Fue un buen día, aunque llovió.
—¿Solo por eso? —el portador de los seis ojos ladeó la cabeza—. Por cierto, cuéntame sobre tus citas, nunca me hablaste a fondo de ellas.
La rubia se rió confundida—. Tú no hablas de esas cosas conmigo, o no sinceramente.
Gojo suspiró y decidió hablar—. Mi primer beso fue con la hija de una sirvienta, tenía unos trece años. ¿contenta? ¿Quieres más información?
Akiko le dió una mirada divertida—. ¿Te aprovechabas de tu título como heredero?
El de ojos azules se atragantó con su saliva—. ¡N-no! Ella ni siquiera sabía mi nombre —pudo verla fruncir el ceño todavía no convencida—. ¿Y tu primer beso? —él sabía que su primer beso fue él, que nadie más había tenido ese honor, pero quería escucharlo de sus bonitos labios.
La joven se sonrojó ligeramente—. F-fue en Mongolia…aunque fue por un accidente, mi compañero Carol me empujó al sillón y cuando caí lo tiré conmigo y nos besamos.
"Eso es mentira" pensó Gojo, sus manos se apretaron sobre sus muslos y podía escuchar como su respiración se aceleró—. ¡Y-yo! —detuvo su sermón al recordar lo que le pidió esa tarde de lluvia torrencial "Finge que esto nunca pasó. Por favor olvidalo. No quería besarte". De haber tenido menos orgullo, Gojo habría llorado de rabia y tristeza.
La rubia agitó sus bonitas pestañas y bajó la mirada al menú—. Mira, tienen pastel de fresas, ¿es tu favorito cierto?
Se perdió de poder jactarse de besarla, todo por sus estúpidas decisiones de adolescente. "No puedo renunciar a eso…"—. Oye Akiko ¿Necesitas que te recuerde algo?
Akiko lo miró, estaba aturdida pero se recompuso rápidamente—. Creo que no. Voy a ordenar un tiramisú, ¿Qué vas a pedir?
"¡Mierda!"
.
.
.
Juju-corto:
El albino llegó a casa agotado emocionalmente, quería regresar el tiempo y cambiar esas palabras.
—Si no te hubiera dicho eso, nunca hubieras ido a Mongolia y serías mía —quitó la venda de sus ojos cuando ya estaba húmeda—. Era lo correcto pero se siente tan mal.
Se dejó caer en el sofá, todo su lujoso departamento estaba en silencio, excepto por sus sollozos.
Que rico hacer que Gojo se sienta culpable porque ahora Akiko limita su relación solo un poco más.
Los separadores los pongo como se me hinche la gana la vdd, pero creo que no son muy diferentes.
-Honey
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top