☆ CIENTO TREINTA Y UNO
Bebió el agua que sirvió en un vaso, sintiendo como este le refrescaba la garganta, mientras que no dejaba de ojear la aplicación que se estaba instalando en el celular de Jisung.
Una vez ya abierta, comenzó a configurarla para que todo le sea mas fácil, y ya todo terminado, se acerco al sofá, donde estaba el rubio, esperando por sus amigos. Se sentó a su lado y le extendió su celular.
—¿Me va a explicar para que sirve? —opto por una mejor posición en el sofá y se irguió, mirando a su novio, quien tenia una postura mas relajada, por ende estaba recostado sobre los almohadones del sofá.
—No, lo harás solo —aquel comentario con sarcasmo salió sin antes pensarlo, porque estaba acostumbrado a hacerlo con sus amigos, y cuando se dio a quien se lo dijo, notó la mirada llena de confusión y tristeza. Lo abrazo de inmediato, provocando que ambos se cayeran hacia el otro lado del sofá—. Lo siento, bebé, era una broma.
—Mas le vale, hyungcito, porque recuerdo que dijo que me enseñara todo lo que no se, y es malo romper promesas.
—No romperé ninguna promesa, Ji, solo se me escapó. Lo siento.
—Lo perdono, pero me esta aplastando.
Lee se levantó lo antes posible y ambos volvieron a la posición de antes, tomo el celular y lo dejo entre ambos, para mostrar fácilmente las funciones.
—Es un GPS, es solo para que no se pierdan, no conocen tanto Jeju, así que solo pones a donde quieres ir, como centro comercial... —abrió la barra de búsqueda y escribió, dejando que la aplicación buscara el destino—. Y te da todo el recorrido que tienes que hacer, esta distancia es desde la casa hacia allí, pero si estas en otro lugar, puede ser mas corta o mas larga. Esto no significa que no puedas llamarme para lo que sea, solo hazlo y estaré allí.
—¡Muchas gracias, hyungcito! —exclamó sonriente y lo abrazo fuertemente.
Las voces de los demás se escucharon, lo que conllevó a su separación, básicamente, Lee se sintió abandonado. Sin embargo, Jisung le regaló a lo lejos una preciosa sonrisa que lo hizo olvidar hasta de propia existencia y sentirse en las nubes, tuvo que ser golpeado levemente por Hyunjin.
—¿Cual fue la necesidad de eso? —se quejo, mientras se volvía a sentar en el sofá.
El trio arcoíris se fue hace unos segundos, y los tres que estaban en la casa, se sentaron en el sillón, pero solo Seo y Hwang estaban hablando sobre los planes en la noche. Lee había salido corriendo para alcanzar a Jisung, quien estaba a unos metros.
—JiJi, tu sticker, y no hablo de la estrellita —se quejó Jeongin, escuchando la risa de su hermano, a la vez que notaba lo sorprendido que quedo el rubio al escuchar a su novio, pero no dudó en ir corriendo hacia él.
—¡Hyungcito! ¿que sucede? —pregunto, cuando estuvo lo suficientemente cerca.
—No quiero retenerte mucho tiempo, ni tampoco arruinar el día que vas a pasar con tus amigos, pero si Yunho aparece, no hagas nada y llámame, ¿si? iré o mas rápido que pueda. No te separes de ellos.
—Lo sé, hyungcito. Tengo su contacto de emergencia, así que no tardaré ni un segundo en hacerlo —le sonrió en grande y Minho quedo totalmente enamorado.
—Bien, vuelve con ellos. No me sonrías así, soy débil —aquello hizo reír tanto al rubio, que fue el propio Lee quien lo volteo para que vaya en camino con sus amigos—. Ve y diviértete —le susurro en el oído a la vez que dejaba un beso en su mejilla y se alejaba por su propio bien.
No era mentira cuando se derretía de amor por pequeñas acciones que el rubio hacia espontáneamente. Le daban ganar de abrazarlo y nunca mas soltarlo, pero sabia que eso lo podía hacer luego, ahora era el día de suyo y de sus amigos.
Volvió hacia el interior de la casa, notando como Changbin y Hyunjin, seguían discutiendo por algo que desconocía.
—¿Qué pasa? —preguntó confundido.
—Quiero ir al bar, beber y jugar pool. Soy un hombre guapo, con dinero, un novio precioso que hoy me abandonó con buenas razones y solo quiero embriagarme porque estamos en Jeju, y el señor Hwang, quiere ver una película... ¡de romance!
—¿Y qué culpa tengo yo? solo dije de ver la película y después embriagarnos para sacarnos el romanticismo un rato, pero el chiquitín quiere ir a las seis de la tarde al bar.
—Disculpe señor de un metro noventa y nueve —hizo una reverencia.
—Apoyo lo de ir al pool, tengo ganas de jugar hace rato. Mañana podemos armar planes para ver esa película, Hyun.
—Es verdad... bueno, vamos.
Cada uno se miró la apariencia del otro, esperando a que alguno diga algo como "me voy a cambiar", como lo hacen sus novios, pero es mentira, no se iban a cambiar solamente, sino a todo lo que conllevaba prepararse de la cabeza hasta los pies, tardando un máximo de dos horas, a veces un poco menos.
A veces.
Pero los tres estaban decentemente vestidos de una escala de colores que varían entren negro, blanco y grises. Estaban demasiado bien. O al menos Minho no se preocupaba, iba vestido con una camiseta y short negros, combinado con una gorra también negra.
Todos se calzaron y tomaron sus billeteras, Seo y Hwang si que iban con ganas de embriagarse, habían tomado mucho jugo durante la primer semana.
Emprendieron camino en un solo auto, sabiendo perfectamente que conduciría ida y vuelta.
Los tres llegaron al centro comercial y como lo habían hecho una hora antes de la función de la película, aprovecharían a ir al espacio de juegos. Todos irían a la máquina de peluches, especialmente Jeongin, quien quería un Stitch que vio unos días atrás, menos mal que nadie se lo había llevado.
Gracias a un par de movimientos de la maquina, es decir la movió por afuera para que el peluche quede mas cerca de la salida, sin querer la saco directamente, y allí estaba, amando al peluche que saco con esfuerzo y dedicación.
—Tramposo —espetó Jisung.
—Demasiado —agrego Felix, notando lo lindo que era el ese peluche, así que se lo pidió prestado para poder sentir la suavidad.
—Lo admito, pero sino hubiese hecho eso, de seguro estaría gastando dinero para sacarlo, ahora me podre comprar una hamburguesa extra grande y mandarle una foto a Hyunnie... aunque, el ama las hamburguesas, creo que se sentirá mal.
—Buen punto, tienes razón —dijo su hermano, devolviéndole el Stitch.
Sin embargo, se percató de que solo eran dos.
Miró para ambos lados, asustándose por completo. Nunca era de quitarle la mirada al rubio, y menos en las situaciones que estaban últimamente, pero juraba que solo fueron dos segundos y ahora no estaba a su lado.
—JiJi, no está JiJi —avisó de inmediato, logrando que Jeongin se girase y observase por todos lados.
Señaló hacia un costado, notando como Jisung venia contento con algo entre manos.
—¡Han Jisung! —retaron ambos.
—Ay, no avisé... lo siento —agachó su cabeza, totalmente arrepentido por su accionar—. Es que vi unas pulseras y entré lo mas rápido posible, para que nadie se las llevara... es para compartir con mi hyungcito, de hecho, me las hicieron personalizadas, por eso tardé. Se acerca nuestro aniversario y yo ya me cansé de regalarle siempre lo mismo, por mas que a él le gusten.
—Justifica todo, pero JiJi, no te apartes así de nuevo —pidió Jeongin—. Ahora... ¿las podemos ver?
—¡Claro! pero no le digan nada a mi hyungcito, es una sorpresa.
Fue abriendo el paquete mientras avanzaban hacia las salas de cine.
Habían pasado unas dos horas desde que llegaron al bar se pusieron a jugar al pool, y ya estaba cansado de ganarles. Pero eso sucedía porque ya estaban por su tercera ronda de cerveza y un par de tragos mas fuertes, y él, solo seguía con su primer vaso de la misma bebida, que la tomaba de vez en cuando.
Embocó la bola que necesitaba para darle paso a su siguiente victoria, y era de admitir que esta vez, Hyunjin venia bastante bien. Era su turno, esperando atento a que su mejor amigo opte por unas de las cincuenta posiciones que hizo en menos de un segundo, no sabia si estaba borracho y no podía encontrar un ángulo para darle a la bola o, se estaba haciendo el gracioso y ganando tiempo para quien sabe que.
Y efectivamente, estaba borracho, puesto que le dio, pero eso hizo que la bola solo rebotara y saliera de la mesa. Todos rieron a mas no poder, sobre todo, una chica que los estaba viendo hace rato.
Minho decidió no jugar esta ronda, puesto que el tiro al blanco se había desocupado, así que fue allí, rápidamente, con su vaso de cerveza. Sintió su celular vibrar y rápidamente lo tomó, notando que era un mensaje de Jisung, y viendo que era una foto suya, o mas bien de una hamburguesa grande, respiró aliviado. Iba a contestarle, pero una chica se le acercó.
—Te traigo la hamburguesa que pidieron con sus amigos, como lo vi aquí, se la traje.
Minho asintió.
—Gracias —sonrió amable, poniendo la cámara en su celular, le iba a mandar una foto, para decirle que habían coincidido.
Notó la sonrisa coqueta de la mesera, aun así, no le dio importancia. Sin embargo, lo que dijo le dio ganas de carcajearse.
—Te he observado varias veces, te me haces muy lindo. ¿No quieres saber mi nombre?
—Sé todos los nombres de las suficientes personas como para vivir toda una vida. Gracias.
—¿Ah? no entiendo.
—Agradezco el halago, pero tengo novio y he venido muchas veces con él. Si me has observado tanto como dices, supongo que te habrás dado cuenta —le sonrió una vez mas, queriendo que eso termine.
—¿El chico rubio...? pensé que solo eran amigos con derechos... por eso me animé a venir y decirte esto.
—Claro, ahora sabes que es mi novio.
—Pero no lo veo aquí.
—Menos mal, porque él es muy lindo, me pondría celoso si te lo quedas viendo —la ignoró por completo y procedió tirar al tablero, dando justo en el blanco.
La chica se quedó pensativa, tratando de retrucar eso, para hacer lo que quería hacer, pero no podía.
—Si quiere algo mas, no dude en ir a la barra.
—Muy amable, gracias.
Y cuando se retiró, por fin pudo sacarle foto a su comida, para mandársela a su novio. Una vez enviado, sintió que una bola golpeaba sus pies, y al ver de donde provenía, pudo adivinar que era de sus amigos. Se giró hacia ellos, y los vio bailando a la par de la música, mientras prácticamente se ahogaban con la hamburguesa. Decidió acercarse a ellos, llevando todo en sus manos. Dejó la bola sobre la mesa, teniendo la atención de Hwang.
—Ahí estaba, pensé que había desaparecido. Ven Minhonnie, vamos a bailar.
—Yo no bailo.
—¡Yo si! pero no me sé la coreografía en este estado, menos mal no está mi sol... ¿y ahora a quién le bailo?
—¡A mi! —exclamo Hyunjin, poniéndole una mano en el hombro.
Minho se sentó en unas de las mesas para degustar de su comida como persona normal, mientras reía por las ocurrencias de sus amigos.
Y un ligero pensamiento, con un profundo sentimiento, se instaló en su cuerpo: había elegido a las personas correctas con las cual pasar un buen momento.
—Minhonnie, ¿qué te dijo esa chica? ¿no nos van a echar, no?
—No si te comportas. Solo quería hacerme saber su nombre para ligar.
—¿La mandaste al diablo? —pregunto Hwang, sentándose en una de esas sillas, para beber otro trago y darle un mordisco a su hamburguesa, mientras veía que Minho asentía—. Que satisfacción.
—Estaba pensando... —habló Seo, trayendo otra ronda de tragos—. En cantarle algo a mi sol, pero como estoy borracho, me va a mandar a volar, poque no me acuerdo de ninguna letra —al escuchar las risas de sus amigos, recibió un mensaje de Felix, estaban viendo una película de Song Kang en el cine, por ende, le pasó una foto de una escena, con el mensaje que estaban disfrutando al cien por ciento—. Al diablo, no le cantaré, mas nada, ni le bailaré. O sí, pero mal, porque sé estresa cuando no sigo la coreografía, se sus puntos débiles.
—¿Novio o hater? —pregunto Hyunjin, bebiendo el trago de la ultima ronda traída.
—Eso es porque fue a ver una película de Song Kang sin yo... sin migo.... no, sin mi.
—Mierda, nos iremos pronto, o no tomen mas —dijo Lee, luego de reírse unos segundos.
—¡Viva la vida! —brindo con Hyunjin—. O al menos Jeongin y yo.
—Voy por otra ronda, hoy conduce Minho.
—Seo, iré yo, tú no te puedes ni vomer —se apuró el de pelo largo.
—Y tú ni hablar —agregó Lee. Iba a decir otra cosa, pero llegó un mensaje que al ver de quien era, se sorprendió.
"Mañana a las 9am. Único turno disponible."
Confirmó aquello, con una leve sonrisa, pero aquella se agrando mas, al ver otra notificación por parte de Jisung.
"Ya estamos en casita, sanos y salvos. Haremos una pijamada, sin novios. Lo siento :("
No dejó de sonreír en todo momento, por una parte era un alivio, porque había salido todo mas que bien, y todas las preocupaciones se fueron. Y por otro lado, lo imaginó diciendo aquello, con su tono de voz y expresiones, y se murió de ternura.
Sin embargo, sentía que alguien lo estaba mirando, así que elevó la mirada, notando los ojos de la chica y una sonrisa coqueta invadió su rostro. ¿Qué cosa le dijo mal para que no entendiera? Se preguntó a sí mismo, así que se encargó de gritar lo siguiente y dejar el brillo de la pantalla al máximo, siendo que detestaba eso.
—Mira mi fondo de pantalla, ¿no es lo mas lindo que viste? —se trataba de Jisung, durmiendo abrazado a Gruñosito.
—No, lo mas lindo que vi son las pecas de mi sol. Además, ¿por que gritas? estoy borracho, no sordo.
—Hyunjin, ¿no es lo mas lindo que viste? —se dirigió a su otro amigo, gritando de la misma forma.
—Ese es mi pan bebé... no, mi pepe ban... no me acuerdo como era.
Minho largó un suspiro, para proceder a carcajearse.
—Ya sé que cada uno tiene su novio que, a sus ojos es la persona mas hermosa que han visto, pero necesitaba su ayuda para que esa chica deje mirar.
—Apoyo a que vengamos a jugar con nuestros novios, eso sí, a puro jugo.
—Y yo apoyo a que nos vayamos, son mas de las once, ellos ya están en casa, harán pijamada. Sin novios.
—Mierda Seo, te escuchó lo que dijiste de Kang —grito Hyunjin, como si no hubiese mas personas dentro de ese bar.
Todos pagaron sus partes, y recogieron sus pertenencias, Minho hizo lo que pudo para ponerlos a los dos en el asiento de atrás y el cinturón de seguridad. Y una vez los dos dormidos, Lee emprendió camino hacia la casa.
El auto estacionó correctamente en la entrada de la casa, había pedido a Jeongin a Felix que estén afuera para que bajasen a sus novios, pero no sabia que ellos iban a estar literalmente afuera, esperando impacientes.
—Minho, ¿por qué se emborracharon así, paso algo? —preguntó con preocupación Felix.
—No pasó nada, solo lo hicieron porque están de vacaciones.
—Está bien... gracias por cuidarlos —agregó Jeongin, mientras largaba un suspiro de alivio—. JiJi está arriba, no quiso venir porque se está durmiendo, pero tampoco quería irse a dormir sin antes desearte las buenas noches.
Minho asintió, con una sonrisa.
Los hermanos fueron directo al auto para ayudar a que se bajen, e instalarlos en el sofá para que pudieran descansar.
—¿Ya es de dia? que lindo que está mi sol. ¿Quieres que te cante o baile? pero sin enojarse, eh.
—Lo dejamos para mañana, Binnie, tienes que ir a dormir.
Seo asintió y se concentró como pudo en subir los últimos escalones de la entrada.
—Pepe ban... ban pepe... pan bebé...
—Ya casi sale, Hyunnie, tranquilo —quiso reír, pero no podía porque estaba cargando sobre su hombro todo el peso de Hyunjin, quien no quería dar los pasos necesarios para entrar a la casa.
Ambos se acomodaron en el sofá, para dormir plácidamente, mientras que por otro lado, Minho llegaba a la habitación que compartía con el rubio. Y compartía, en pasado, porque esta noche, se iría a dormir al sofá, porque las camas de los demás, no las tocaría ni en broma.
—¡Hyungcito! —exclamó mientras sacaba sus brazos de las mantas, para elevarlos en señal de que quería abrazarlo.
Minho fue lo mas rápido posible, arrodillándose al costado de la cama, para quedar a su altura. Una vez separados, acarició hacia atrás el cabello rubio de Jisung, notando como sus ojitos se cerraban, pero se rehusaba a dormirse.
—¿Por qué no está borracho como los demás? Pensé que seria en el que peor estado esté, pero me sorprendí cuando me llamó y no lo escuché como tal.
—Solo bebí un vaso de cerveza... además, alguien debía conducir ida y vuelta.
Jisung sonrió.
—Hyungcito responsable —dijo, pinchando la nariz del ajeno.
Lee hizo un gesto, como si estuviese llorando.
—Tuve que recorrer un largo camino para escuchar eso —Jisung largó una pequeña risa.
—¿Sueño cumplido?
—Así, es bebé. Descansa, nos veremos mañana, ¿si? iremos a almorzar al bar.
—De acuerdo hyung, buenas noches.
—Buenas noches, mi niño.
Dejó de hacer las caricias en su cabello, para deslizar su mano hasta la mejilla levemente roja por todas las mantas que tenia encima, el aire acondicionado estaba muy bajo y él ya tenia frio. Le dejó un beso de buenas noches, y antes de irse, subió la temperatura.
Se encontró con los hermanos en las escaleras, así que no dudo en hablar.
—Mañana no estaré para las nueve, iré a un lugar... es sorpresa para Jisung, cuento con que no le digan nada, ¿si? Aquellos dos quedaron en acompañarme, pero creo que iré solo.
—Está bien, estaremos con JiJi antes y después de tu regreso —señaló Feliz, dando a entender que no dejaran a Jisung en todo el día.
—Estaría bueno un tiempo a solas, gracias.
—No lo creo —dijo en tono de burla Jeongin, haciendo reír a Minho.
—Buenas noches, y cuiden de mi niño —dijo, pasando por su lado, para bajar hacia la sala.
—Minho, antes de irte, gracias por cuidar de Binnie y de Hyunjin, llegaron bien porque tu no bebiste y, si hubiese sido así, no se como los hubiésemos ido a buscar...
—No hay de qué.
Lee bajó de la escalera, con un sentimiento de victoria, pero sin haber ganado nada.
O sí, quizás había ganado lo que desde pequeño quiso, una verdadera familia. Hizo por ellos, lo que sabia que ellos harían por él, así que no había nada que agradecer.
Llegó a la sala, y lo único que vio fue la televisión prendida, y a sus dos amigos mas que roncando. Se sentó en el sofá, tratando de apaciguar su sonrisa y la ganas de sacar de la habitación a esos dos chicos y quedarse a solas con Jisung.
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