•Capítulo 20•
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De vuelta en la celda donde estaban Else y TN, las cosas aún empeoraban. La chica de cabellos negros ahora pasaban a ser completamente blancos, mientras Else estaba a su lado como podía, estando asustado del estado en el que estaba la contraria.
Else podía notar como afuera parecía empeorar cada vez más, cosa que lo angustiaba. Notaba que la celda comenzaba a congelarse, provocando que la joven a su lado temblara aún más, estando hecha bolita, mientras se daba calor a sus manos sin guantes, debido a que al despertar con las esposas, al parecer se las habían quitado.
-Lo siento.. desearía no darte más frío-Diría el joven culpable de que estuviera así por su culpa
-Hm, no hubieras llamado mi atención de lanzar fuego en vez de nieve-Intentaba decir con una leve sonrisa, aunque al estar temblando y con demasiado frío, no podía decir mucho tan alto, hablando casi en murmullos
Cuando la habitación se llenaba de hielo, Else intentaba tirar de sus esposas para liberarse, quierendo ayudar a la chica a sacarla de ahí, hasta que escuchaba a alguien llegar a la puerta.
-¡Dense prisa!-Se escuchaban susurros del otro lado, siendo los soldados que iban a buscarlos
-Es peligroso, muévase rápido-
-Con cuidado-Cuando intentaban abrir la puerta, no podían al estar trabada por el hielo, mientras Else seguía tirando sus cadenas con fuerza
-¡No se abre!-
-Está congelada. Empujen con fuerza.. ¡Listos, empujen!-
Justo cuando empujaban para abrir la puerta de golpe, las paredes del lugar caían, distrayendo a los hombres, para que una vez vieran, notarían que habían escapado.
Hans miraba con el ceño fruncido de molestia, como había un agujero en la pared, y las esposas estaban abiertas, congeladas en el suelo, sin rastro de Else o TN ahí.
(...)
Kristoff caminaba hacia el bosque, ya bastante alejado del reino, mientras su amigo reno lo seguía detrás suyo.
Sven volteaba hacia el reino, soltando un sonido, para volver hacia Kristoff y colocarse enfrente suyo resoplando.
-¿Qué tienes amigo?-Al ver que avanzaba con sus hasta hacia el, este retrocedía confundido
-Oye, cuidado. ¿Pero qué te sucede?-
El reno comenzaba a rezongar y dar resoplidos, intentando comunicarle algo, casi como un regaño.
-No te entiendo cuando rezongas así-Al intentar pasar de él, Sven lo cargaba con sus cuernos, intentando llevarlo a la fuerza
-¡Basta, bájame!-
Sven lo lanzaba contra la nieve, para volver a hacer aquellos sonidos molesto con su amigo, mientras Kristoff se levantaba y quitaba la nieve.
-¡No, sven! No regresaremos. Está con su amor de verdad-Al decir esto, el reno lo miraba en silencio, sabiendo que ninguno creía eso realmente, hasta que un viento comenzaba a soplar con fuerza
-Oye, qué...-
Al mirar hacia Arendelle, abría sus ojos sorprendido al ver una gran nube blanca, comenzar a rodear sobre el reino.
-Anna...-Murmuraba preocupado, comenzando a correr hacia el reino nuevamente
Sven lo alcanzaba, haciendo que suba nuevamente a su lomo, para correr con rapidez colina abajo, esperando ambos que la chica estuviera bien.
(...)
Por parte de Anna, estaba en el suelo de la habitación aún encerrada, teniendo su cabello completamente blanco, mientras se apretaba a sí misma por el frío.
Al levantar la mirada, notaba como el hielo comenzaba a aparecer sobre el techo del cuarto, preocupando aún más a la débil chica.
Escuchaba el sonido de la puerta intentando abrirse, moviéndose la manecilla, y dando leves golpes en la puerta, lo que le daba esperanza de que alguien pudiera ayudarla.
-Ayuda..-Susurraba apenas al estar demasiado débil
La puerta lograba abrirse gracias a una zanahoria, para dejarse ver a Olaf, que entraba con una sonrisa, volviendo a ponerse la nariz, hasta que notaba a su amiga tendida en el suelo.
-Anna... Oh no...-Preocupado, pensaba como ayudarla rápido, cuando notaba la chimenea apagada
Se apresuraba a tomar mucha madera, para colocarla en la chimenea, aunque casi llegaba a dejar su brazo también ahí.
Anna vería como el muñeco prendía un fósforo, para que al momento de encender el fuego en la madera, este se quedará impresionado, viendolo de cerca.
-Olaf, no te acerques, apártate-Diría Anna preocupada de que se derrita a causa del fuego
-Wow. Entonces esto es el calor... es hermoso-Mencionaba Olaf acercando sus manos al fuego, cuando una de sus ramas se incendiaba, apagando rápido esta
-Uh, pero no lo toques-
Corría rápido hacia la chica, para ayudarla a levantarse y caminar hasta la chimenea, dejándola lo más cerca posible para poder entrar en calor.
-Oye, ¿dónde está Hans? ¿No te besó ya?-Preguntaba Olaf una vez la dejaba junto al fuego
-Me equivoqué respecto a él... No era amor de verdad-Admitía la chica, mientras arreglaba su abrigo para mantenerse cubierta
-Pero corrimos hasta el castillo-
-Por favor Olaf, tienes que irte. Te vas a derretir-Intentaba advertirle la joven preocupada
-No me iré hasta encontrar un acto de amor de verdad que te salve-Diría decidido Olaf, para sentarse a su lado, lejos del fuego, comenzando a pensar
-¿Tienes alguna buena idea?...-
-Ni siquiera sé qué es el amor...-Murmuraba Anna mirando al fuego decaída
-Descuida, yo sí-Afirmaba Olaf, levantándose para acomodar su abrigo
-Amor es... pensar en la felicidad del otro en vez de la tuya. ¿Recuerdas... cuando Kristoff se esforzó para traerte con hans y se fue para siempre?-
Al pensar en aquello, Anna se sorprendía un poco, procesando las palabras del muñeco.
-Kristoff... ¿me ama?-Preguntaba a Olaf, el cual se colocaba enfrente suyo
-Wow, en serio no sabes nada sobre el amor, ¿o si?-Mientras la veía, acomodaba su nariz al caerse un poco por el fuego
-Olaf, mira te derrites-Mencionaba Anna con preocupación
-Vale la pena por ciertas personas-Al decir esto, Anna le daba una sonrisa, cuando casi cae su cara, sosteniendo esta mientras gotaba por el calor
-Tal vez no Justo ahora-
Cuando terminaba de decir esto, las ventanas del cuarto se abrían con fuerza, dejando entrar el helado viento, provocando que Anna temblara.
-¡Tranquila, yo lo arreglo!-Diría Olaf para correr a la ventana y tratar de cerrarla
-No te dejaré so- espera.. un segundo, se ve algo afuera-
Este tomaría un pico de hielo, para quitar la punta y usarlo como telescopio, dando una gran sonrisa al ver lo que su ojo presenciado.
-¡Son Kristoff y Sven! ¡Y ambos vienen aquí!-
-¿Es.. en serio?-Preguntaba Anna con una sonrisa, volteando a ver al muñeco
-Wow, y corren muy veloz-Diría Olaf mirando por el telescopio de hielo, para voltearse hacia Anna
-Quizá me equivoque. Creo que Kristoff no te ama lo suficiente para dejarte-
-Ayúdame. Olaf, ven-Pedía Anna intentando levantarse con cuidado, alertando a Olaf que iba rápido a ella
-No, no, no, no, no. Tu quédate junto al calor del fuego-Diría rápido para hacer que no se aleje de la chimenea
-Tengo que ir con Kristoff-
-¿Por qué?-Al ver la mirada de Anna, entendía la razón, abriendo sus ojos sorprendido y emocionado
-¡Ya sé por qué! ¡Él es tu acto de amor de verdad! ¡Recorriendo los fiordos como un valiente y apestoso rey de los renos! ¡Vámonos!-
Una vez ayudaba a Anna a levantarse, ambos se sorprendían al ver el hielo comenzar a cubrir todo el cuarto.
-¡Cuidado!-Gritaba Olaf para sacar a Anna de ahí lo más rápido que podía
El hielo parecía perseguirlos, hasta que delante suyo, se topaban con picos de hielo que impedían el paso.
-¡Por este lado!-Olaf intentaría llevarla al lado contrario, pero se encontrarían con la misma situación
-¡Nos atrapó!-
Ambos miraban a todos lados con temor, viendo el hielo cubrir todo el cuarto, hasta llegar a tapar la ventana en frente de ellos, sin poder ver el exterior.
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Se acerca pronto el momento más tenso, que recuerdo que de chica por alguna razón pensaba que todos morían :v, estaba mal de chiquita.
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